Pilar Rahola como profetisa
Es sabido que La Vanguardia ha sido y es el órgano oficial y oficioso del catalán burgués o, si se prefiere, del catalán bienhabiente y bienpensante.
Sus colaboradores más influyentes defienden de manera sistemática los intereses de una clase social que, formada inicialmente por trescientas familias, copa hoy en día, casi totalmente, las instituciones de poder y representación democrática de Cataluña y aspira a copar o, al menos, controlar en fecha no lejana las instancias nucleares del Estado español.
Suplantación, palabra prohibida.
Pero parece que la cosa se ha torcido, y ahora los colaboradores más destacados del mencionado medio burgués hablan, de manera más o menos abierta, de un plan suicida que es necesario abandonar cuanto antes en aras de la supervivencia de nuestro pueblo.
Y justamente hoy, Pilar Rahola escribe en el mencionado diario catalán:
«La conclusión es evidente: el PSOE tiene el poder de la Moncloa, pero el PP domina los poderes del Estado. Y Catalunya es la primera víctima».
Aunque básicamente estoy de acuerdo con la conclusión de la señora Rahola, me permito añadirle para completar su última frase:
«Y Cataluña es la primera víctima de su propia traición».
De paso me sirve para recordar a lectores y leídos que, de acuerdo con mis investigaciones, traición es una de las cien palabras que un buen separatista catalán procurará no pronunciar en toda su vida.
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