Edurne Uriarte: cuando lo mismo no es lo mismo
¿Falsa mala conciencia?
Edurne Uriarte escribe hoy en ABC, a los ojos de Pájaro bobo el único periódico de todos los españoles: «Rosa Díez ha dicho esta semana exactamente lo mismo que han dicho Mariano Rajoy y el Partido Popular a lo largo de los últimos cuatro años». A él le resulta evidente que, tan pronto como cambian las circunstancias, no sólo nada es lo mismo sino que ni siquiera nada es lo que era. Rosa Díez tiene un mensaje para los españoles, el suyo, y Rajoy y el Partido Popular tienen un mensaje para los españoles, el suyo. Lo que ocurre, al menos tal como lo ve Pájaro bobo, es que esos dos mensajes, diferentes en origen, son proactivos y convergentes en lo que se refiere a España como patria común, única e indivisible de todos los españoles.
David Bronstein fue un destacado jugador de ajedrez soviético. Disputó varias veces el título mundial. Creo que dos de sus rivales fueron Smislov y Botvinik. Después de uno de los matches por la corona mundial le preguntaron cómo era que había perdido, pues Bronstein, a la sazón muy joven, tenía fama de genio. Y, refiriéndose a su contrincante (Smislov?), él contestó: «Somos demasiado amigos; nunca podré ganarle». (O lo que es igual: nunca podré derrotar a un amigo).
Pájaro bobo recordará siempre a Bronstein con cariño, como recordará con cariño y agradecimiento sus palabras:
«Cuando dos jugadores hacen la misma jugada, no es la misma».
«¿Por qué?»
«Pues, porque el estado de ánimo de cada uno de ellos es distinto».
A los ojos de Pájaro bobo está claro que Rosa Díez defiende lealmente aquello en lo que cree, y lo hace en condiciones de inferioridad. Ésa es su superioridad.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tendría sentido que, además, Rosa, la brava y española Rosa, se viera atormentada por una (falsa) mala conciencia en beneficio de sus verdugos, aferrados de por vida a una siempre ultrajante (falsa) buena conciencia?
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