Del Estatuto de Cataluña al Manifiesto en defensa del español
No deja de ser alentador que una catalana insigne proclame su condición de española de pura cepa precisamente en momentos en los que los separatistas libran su última gran batalla, por ahora, y el pueblo español, prescindiendo por igual de partidos de izquierda y derecha con una sola y gloriosa excepción, se lanza a la calle, bandera en mano, para defender su identidad.
Evidentemente, los arrolladores triunfos deportivos en la Eurocopa, fútbol, y en Wimbledon, tenis, han reforzado el impulso inicial a cargo de los intelectuales firmantes del Manifiesto en defensa de la lengua española, secundados inmediatamente por ciudadanos anónimos y no anónimos de todas las partes de España, incluidas Vascongadas y Cataluña.
Los gritos de apoyo a los deportistas españoles por parte de la población de Cataluña han contrariado y sorprendido desfavorablemente a algunos comentaristas al servicio del establishment de la Generalidad e integrantes del rovell de l’ou. Y así lo han hecho constar; naturalmente, cobrando. Uno de ellos es un tal Manuel Trallero. Inscrito en la nómina de La Vanguardia más desleal y reaccionaria, al igual que el isleño Baltasar Porcel y el madrileño de adopción Enric Juliana, Trallero hace restallar su tralla en la hoja de la burguesía pujoleana para blasfemar:«El Parlament no representa ni de lejos a los catalanes, por la sencilla razón de que el índice de abstención en las elecciones autonómicas, y no digamos en el referéndum del Estatut, es realmente escandaloso».
Ahí lo tienen, señores del Tribunal Constitucional. Eso es lo que opina del Estatuto de Cataluña un separatista a sueldo de los que lo redactaron y aprobaron.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Por qué antes de emitir su dictamen sobre el Estatuto de Cataluña, el Tribunal Constitucional no recibe y escucha a los firmantes del Manifiesto en defensa del español?
¿Es que acaso no saben los miembros del Tribunal Constitucional que el Manifiesto es infinitamente más representativo y, por lo tanto, más democrático que el Estatuto de Cataluña?
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