Montilla-Zapatero: duelo de truhanes
Pájaro bobo considera que estamos obligados a pensar que el bolchevique y charnego converso del Baix Llobregat le tenía preparada la plasta al leonino leonés de Trebisonda y que, llegado el momento, se la ha endosado tal como tenía previsto y estudiado. Otras cosa es lo que haga después su huésped y patrón. Zapatero traga siempre o casi siempre, pero después vomita. Y vomita incluso más de lo que ha tragado. Así, pues, todos a esperar, y Montilla a esperar como todos y además con la mosca detrás de la oreja, que es lo suyo. Un congreso de pseudosocialistas catalanes, con invitados del país vecino, tiene más de aquelarre que de congreso con encendidos discursos y patrióticas declaraciones de principios. Montilla posee sello y estampa de bolchevique y lo suyo es la trampa, la intriga y el juego subterráneo. Le pueden dar clases de catalán, pero de perfidia…, ni Beria redivivo.
Intrigas aparte, podemos pensar que el resultado del duelo se conocerá cuando se haga público el dictamen del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña y entre en vigor el nuevo sistema de financiación. Entonces probablemente sabremos quién se ha impuesto y con qué ventaja sobre su oponente. A Pájaro bobo le intriga el resultado porque, en su opinión, puede significar el fin político de uno o de otro, pero también de los dos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿podemos imaginar qué haría Montilla con Zapatero si Zapatero estuviera en el lugar de Montilla y Montilla estuviera en el lugar de Zapatero?
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