Guerra semántica contra todo lo español

Considero que hace ya bastante tiempo los separatistas catalanes emprendieron una guerra sorda, nunca silenciosa, siempre implacable contra todo lo español en el ámbito de la semántica.

Y si es cierto que esa guerra se inició en su demarcación histórica, también lo es que pronto se extendió al conjunto de España y muy concretamente a aquellos enclaves  y recintos controlados por ellos y/o sus aliados.

Semántica lingüística, también lógica y cognitiva, pero sobre todo social.

En primera instancia debía desaparecer del mapa, de todos los mapas de este país, lo español como núcleo semántico de múltiples campos pero sobre todo de un universo plural y dinámico en lo colectivo, lo político y lo cultural.

¿Resultado inmediato? Un idioma español sin referentes visibles, tangibles e identificables; ni históricos ni geográficos ni sociales.

Pero, en definitiva, lo que se pretende es hacer desaparecer para siempre el idioma español, cuya extinción ha sido señalada como el fin de nuestra historia.

Lamentablemente, los españoles hemos tardado demasiado tiempo en cobrar conciencia de la agresión urdida y perpetrada por nuestros desleales e indignos compatriotas.

¿Qué hemos hecho y qué hacemos?

Alguien dejó escrito: Die Sprache ist die Heimat, El idioma es la patria.

Españoles sin idioma, españoles sin patria.

 

Traición al Estado en nombre de la utilidad pública

Entiendo que Pedro Sánchez en su condición de jefe del Ejecutivo español ha decidido sacrificar la soberanía nacional y el Estado de Derecho con su Constitución en aras de lo que llama y define como «utilidad pública».

¿Puede consentir tamaño atropello el Poder Judicial?

En mi opinión, si el Poder Judicial es independiente no debe consentirlo, si lo consiente no es independiente.

 

Rosa Díez, patriotismo español de izquierdas

Desde hace muchos años –con toda seguridad más de treinta–, Rosa Díez es para mí el referente del patriotismo español de izquierdas.

Entiendo que la buena mujer se mantiene fiel a sus convicciones, siempre dispuesta a dar la cara cuando y donde lo considera conveniente. En la práctica eso significa actuar en solitario o con un más que pobre acompañamiento.

Ese es para mí el precio de su lealtad y esa es para mí la Rosa de España.

 

En España se habla español

Entiendo que en España se habla español y, asimismo, que el español es el idioma oficial de España.

No me parece congruente que se diga, por ejemplo: En Francia se habla francés y el francés es el idioma oficial de Francia, para añadir a continuación:

En España se habla castellano y el castellano es el idioma oficial de España.

¿Es un caso único en el mundo?

Estoy convencido de que de que, en este caso y similares, se trata de un subterfugio ideado/aprovechado por los separatistas catalanes  para eludir palabras tan odiosas para ellos como España y español. 

¿Lo saben los españoles? Creo que no todos y no todo.

Pacto de lealtad

Propongo que al menos los dos grandes partidos nacionales firmen un Pacto de Lealtad, si no lo han hecho ya. A mi entender, el acuerdo debe abarcar necesariamente los temas de Seguridad Nacional y Política de Estado Interior y Exterior para actuar siempre conjuntamente desde la Lealtad Institucional.

Entiendo que la gravedad de la situación exige lealtad e inteligencia.

Pacto de lealtad

Propongo que al menos los dos grandes partidos nacionales firmen un Pacto de Lealtad, si no lo han hecho ya. A mi entender, el documento debe abarcar necesariamente los temas de Seguridad Nacional y Política de Estado Interior y Exterior para actuar siempre conjuntamente desde la Lealtad Institucional.

Entiendo que la gravedad de la situación exige lealtad e inteligencia.

 

Ábalos, del PSOE, acierta en su propuesta a los separatistas

Entiendo que después del último y más atrevido desafío separatista al Estado Español –pasar del diálogo y la negociación a la imposición de la independencia de Cataluña por la vía de los hechos consumados–, el PSOE como partido del Gobierno se ha visto en la obligación ineludible de cerrar el paso de una vez por todas a nuestros desleales compatriotas con una declaración institucional y, dentro de ella,   una propuesta de obligado cumplimiento a cargo del Consejo Interterritorial, dirigida a sus máximos representantes.

Y así ha sido.

Cabe imaginar, no obstante, que esos separatistas seguirán practicando su política de la puta i la Ramoneta, pero ahora ya aceptan los indultos y, según sus propias  palabras, renuncian a la vía unilateral.  De boquilla, pero renuncian. Y, por encima de todo,  les consta que el Gobierno de España defenderá la integridad territorial, política e histórica de nuestra Nación con los medios de que dispone como Estado social y democrático de Derecho.

No hay mal que por bien no venga.

 

Cataluña-España, del diálogo a la negociación y más allá

Con el indulto (¿previo?) de los dirigentes catalanes acusados de actividades sediciosas, el juicio ad hoc escenificado en su honor por las fuerzas más activas del  separatismo me ha parecido una pantomima indecente.

Aun así, por encima de todo, me veo obligado a ver y entender ese juicio como un avance con valor de salto cualitativo para su causa en cuanto que, según  declaraciones hechas por Pere Aragonès días atrás, significa pasar del diálogo a la negociación.

Después vendrá la imposición.

Al menos, eso es lo que se impone en mi cabeza como fin de esta, para mí  triste,  historia.

 

La superioridad de los separatistas

Considero que la superioridad de los separatistas catalanes consiste en que siempre van por delante de los españoles.

Desde hace cincuenta años, como mínimo, vienen maquinando y desarrollando  un plan no sólo para destruir España sino incluso para suplantarla por Cataluña.

Y, por incomprensible que  resulte, los españoles ni se enteran ni quieren enterarse.

¡Que maquinen y suplanten ellos!

Sobre la lógica del lenguaje

Entiendo que el lenguaje humano, en cuanto facultad de hablar, tiene su lógica –la lógica del lenguaje–, que responde con probada fidelidad a la lógica del ser humano cuando piensa y razona.

El ser humano piensa/razona y habla. De hecho, el habla abarca la emisión- transmisión-comunicación de lo pensado/razonado y hablado.

La concatenación de esos procesos da como resultado la comunicación entre seres humanos en un proceso único y, a partir de ahí,  la comunicación como conocimiento colectivo.

En definitiva, eso que llamamos unas veces conocimiento y, otras, ciencia.