Albert Rivera y Pere Navarro: Ciudadanos y PSC

Me temo que el partido Ciudadanos, liderado por Albert Rivera, terminará siendo aquello para lo que, más que probablemente, fue creado: una cuña catalana-catalanista inserta entre  los dos grandes partidos españoles para impedir/dificultar el entendimiento entre ellos  y convertirse en árbitro de la situación política de España en un futuro no lejano.

Ese mismo papel, o uno  parecido, ha venido desempeñando el PSC  desde los tiempos de Maragall hasta  los de Pere Navarro: mediador entre Cataluña y el PSOE, cuando no entre la Generalidad y el Gobierno de España.

Y mientras  los separatistas siguen maquinando la destrucción de España, los españoles pagando y sin enterarse de la película.

 

Ajedrez: Magnus Carlsen

Dada su condición de campeón mundial de ajedrez con 22 años, es obligado pensar que el muchacho posee dotes  excepcionales para el cálculo, aunque, a decir verdad, su físico no responde a los estereotipos habituales en un campo en el que abundan los chicos con aureola de genio extravagante.

En cualquier caso,  se le asigna un coeficiente intelectual muy alto y su actividad ajedrecística nos confirma que, junto a esas cualidades, posee una fuerza de voluntad igualmente impropia de una persona de su edad, que me atrevería a definir más bien como resiliencia (resilience), pues, según confesión propia, empieza a sentirse a gusto cuando, superadas la apertura y buena parte del medio juego,  la partida se adentra en su fase última y decisiva.

Evidentemente, hoy el ajedrez como actividad mental al servicio del ser humano ha quedado empequeñecido por el concurso  –a mi modo de ver, desleal y abusivo- de máquinas electrónicas. Como resultado de ese concurso, hace ya tiempo que también en este campo se viene hablando de ciborgs, ingenios mitad cibernéticos y mitad humanos, con una capacidad de cálculo que sobrepasa en mucho la mente humana y amenaza con poner fin a todos los enigmas del llamado juego ciencia o, al menos, con  reducirlo a lo que acaso fue en un principio, un pasatiempo y un juego de niños.

En ese punto y en ese momento histórico podemos situar a Magnus Carlsen, a quien yo nunca llamaría el  Mozart de las sesenta y cuatro casillas como han hecho varios comentaristas.

 

 

Horror vacui?

La Idea se procura una morada

donde, hecha Verbo, se humaniza

mientras la cosa en sí  se visualiza

y elude  el abismo de la nada.

¿Estado de derecho o Estado formalmente de derecho?

Entiendo que en un Estado de derecho lo legal es necesariamente democrático por la sencilla razón de que antes de ser legal fue necesariamente democrático.

Entiendo asimismo que en un Estado formalmente de derecho lo legal es necesariamente sólo formalmente democrático porque antes de ser legal fue necesariamente sólo formalmente democrático.

Entiendo que en Cataluña hay un Estado sólo formalmente de derecho y, en consecuencia, sus leyes sólo son formalmente democráticas.

Ejemplo: ¿a qué ley responde la inmersión en lengua catalana impuesta con carácter obligatorio  exclusivo y excluyente en la enseñanza pública  de Cataluña?

Espíritu democrático y lenguaje

Hace unas semanas saludé esperanzado la  aparición del periódico digital  CRÓNICA GLOBAL como joint venture y nueva etapa de un proyecto español y democrático en Cataluña.

Sin embargo,  no pocas de las colaboraciones que he leído hasta ahora en sus páginas tiran por tierra esa esperanza inicial y me llevan a pensar que con toda seguridad estamos ante una nueva acción con sello estelar y estelado de fondo.

En líneas generales, el contenido y la forma de esas colaboraciones tienen muy poco de lo que, de acuerdo con mi experiencia, buscan los antiguos y fieles seguidores de La Voz de Barcelona, hasta ayer mismo uno de los contadísimos medios digitales con foro abierto a quienes, frente a la ideología impuesta y, por eso mismo, dominante en Cataluña, han decidido seguir siendo españoles y ejercer como tales.

Contenido y forma que, salvo alguna excepción, me hacen poner en duda, de una parte, la formación intelectual de sus autores y, de otra, arrojan sospechosas sombras sobre su filiación ideológica e incluso política.

Considero que, dadas las credenciales exhibidas, a varios de esos autores se les podría pedir un mejor conocimiento tanto de la lógica del lenguaje como, en concreto, de la lengua española y su uso en forma escrita, toda vez que, como puede comprobarse fácilmente, emplean de manera sistemática una sintaxis apodíctica, hecha de afirmaciones y negaciones tan rotundas como poco razonables y poco razonadas, en la que no faltan penosas descalificaciones.

Faltos de una tradición laica de cuño europeo y, en consecuencia, de una intelectualidad laica y un pensamiento laico, los españoles seguimos bebiendo en el lenguaje dogmático (trentino) de los púlpitos de nuestras catedrales y en el lenguaje imperativo (decimonónico) de los patios de armas de nuestros cuarteles.

Hemos cambiado de milenio y de siglo, pero, aun así, esas siguen siendo nuestras principales y casi exclusivas fuentes de alimentación.

Pienso que lo dicho es válido por igual para los políticos de izquierdas y derechas, para los intelectuales con filiación ideológica y sin ella, y, como no podía ser por menos, para el común de los españoles de aquende y allende el Ebro.

Por el contrario, en la vieja Europa hay una tradición laica o profana que, vivida y entendida como doctrina herética y pensamiento heterodoxo, arranca de la baja Edad Media y, a través de los humanistas del Renacimiento, llega a la Reforma. Lutero practica y predica la lectura.

Legere aude! ¡Atrévete a leer!

Establecido el esquema dialéctico en el ámbito de las ideas –religión (ortodoxia-heterodoxia) y pensamiento– y en el ámbito de la política y la sociedad –naciones, imperios, movimientos, revoluciones–, el hilo de la historia, a mi modo de ver presidido por una coherencia tan manifiesta como sorprendente, nos lleva a la Ilustración y la Revolución Francesa. La Ilustración (Aufklärung) libera al ser humano de su condición de criatura desvalida (unmündig) y lo consagra como persona adulta y sujeto pensante, responsable de sus actos, a través del estudio y el conocimiento (sapere aude!), mientras que la Revolución Francesa envía a la guillotina al absolutismo monárquico y nos presenta el primer ciudadano europeo.

Y si hoy, en un Estado de derecho, a cada ser humano en cuanto ciudadano le corresponde un voto, en cuanto sujeto pensante le corresponde un criterio, criterio que cada vez que es ejercitado se convierte en opinión.

Podemos resumir lo expuesto diciendo que, en el ser humano, el espíritu democrático surge como una actitud intelectual, a la vez epistemológica y ética, que le lleva a implicarse socialmente, impulsado por el deseo de mejorar las condiciones de vida propias y colectivas. Actitud intelectual e implicación social reclaman a su vez un lenguaje, igualmente democrático, de acuerdo con el cual lo que un ser humano dice es sólo una opinión y como tal conviene expresarlo.

Así, pues, el espíritu democrático deja poco espacio a las actitudes autoritarias y excluyentes tanto en el plano de las ideas y la acción social como en el de la lengua, pero las contabiliza como posibilidades reales.

En definitiva, si lo que uno dice es siempre y sólo una opinión, una sociedad de seres pensantes y hablantes en un régimen de libertades es nada más y nada menos que un universo de opiniones.

Bueno, esa es al menos mi opinión

 

Nota

Este texto fue redactado, impreso y difundido a principios de septiembre de 2013. A mi modo de ver, en España lo español ha sido y es  siempre lo democrático y lo democrático ha sido y es siempre lo español, pues los españoles han sido y son siempre mayoría y no parece lógico pensar que esa mayoría haya decidido la destrucción de su patria, que es tanto como decir su propia destrucción. Las ideas vertidas sobre nuestro lenguaje imperativo o castrense y religioso o dogmático responden a una visión personal de nuestra historia y nuestros demonios. En cualquier caso, como hombre de mi tiempo  no acepto un régimen político asentado sobre la desnaturalización y/o destrucción de España vista como nación y sentida como patria.

 

¿Fatalidad?

Puede decirse que la voz de alarma lanzada por Aznar –¡España sangra por sus costados!– domina estos días  las portadas de los periódicos de aquende y allende el Ebro. Entre los ciudadanos, unos se pronuncian abiertamente a favor de una intervención pronta y enérgica del Gobierno de la Nación y otros en contra, mientras que la inmensa mayoría calla y espera acontecimientos.  Lo de  siempre. Pero, a  diferencia de lo que ocurría en la España de 1936, en la España de 2013 todos nos conocemos y cada vez son más los que están pendientes de la jugada.

Ciertamente, los separatistas, en especial los catalanes, han aprendido mucho desde entonces. Y han tomado medidas preventivas. Lo suyo tiene demérito, mucho demérito. Han preparado su jugada con tiempo y perfidia. Décadas de trabajo en la oscuridad, vías de penetración, convoyes de aprovisionamiento, trenes de choque. En el ámbito de la intriga y la conjura no es fácil vencer y superar a un homenot  como Jordi Pujol, capaz de hacerse proclamar «español del año» para granjearse  la confianza de los madrileños de Abc y, a partir de ahí, ganar tiempo y seguir adelante con la trama, la intriga y la conjura; tejer aquí, destejer allí.

La eterna política de la puta i la Ramoneta!

Aunque espero y deseo que no les salga bien la jugada, hace tiempo que tengo  demonios en el cuerpo; el demonio de la rabia, el demonio de la ira, el demonio del rencor. Imagino que eso no es bueno para alguien que está a punto de cumplir 80 años. A esa edad, parece que lo más conveniente  es prepararse a morir. Pero, ¿acaso puede pensar alguien en la muerte propia cuando se considera un patriota y ve y siente que su patria está a punto de saltar por los aires víctima de una conjura que  él  ha visto nacer y crecer, de traición en traición, durante décadas?

¿Es que estoy condenado fatalmente a ser un traidor?

PSC-PSOE: más allá de la traición

El corazón me avisa y me dice  que está a punto de ocurrir algo gordo, si es que no ha ocurrido ya. En cualquier caso, parece lícito pensar que, a estas horas, se ha tomado la gran decisión, que es lo que cuenta.

La decisión es que hay que cortar inmediatamente por lo sano, porque lo del separatismo, en especial el catalán, ha ido demasiado lejos. La Vanguardia, órgano oficial/oficioso del separatismo pujolista/pujoliano, se ha apresurado a entonar, antes de que amaneciera, el himno de la España unida y constitucional. Todo un mensaje de y para la burguesía y el empresariado de Cataluña, no sólo catalán, mientras que ABC, diario que fue de todos los españoles y sigue siendo depositario/beneficiario exclusivo de las grandes primicias, nos recuerda la traición del PSOE rubalcabista/trapisondista seducido por el PSC (pág. 5) y El Mundo nos informa ampliamente de la manifestación barcelonesa contra el separatismo y la independencia de Cataluña.

Una vez más, la traición del PSC –¡siempre la misma y siempre los mismos!– ha contagiado al PSOE; por suerte, sólo a una parte, la otra ha reaccionado. Parece que ahora, finalmente, la cosa está madura para un gran pacto de los dos grandes partidos nacionales. Será un pacto impuesto; sobre todo, en cuanto a los límites y los fines de nuestro actual simulacro de  juego democrático. Eso significa que antes de todo habrá que proceder, y se procederá, a una limpieza de esa izquierda que  siempre se muestra dispuesta a dar calor al separatismo.

Ahora ser socialista equivale a ser desleal a España, al socialismo histórico de nuestros padres y, lo que en mi opinión no es menos grave, a la esencia ideológica del socialismo, habida cuenta que la división/desintegración de la sociedad conlleva necesariamente la división/desintegración de las clases trabajadoras.

Y ellos lo saben, lo saben, lo practican  y lo ocultan; desde el siempre oportunista Rubalcaba hasta el lacayo Moreno, pasando por el nunca leal Navarro.

A mi entender, hoy  sólo puede hablarse de nación  cuando los partidos políticos, con sus ideologías respectivas, se unen en lo alto para formar una bóveda que sustenta el edificio de la sociedad. Y los partidos de izquierda, empezando por el socialista, deberían ser los primeros en entenderlo y defenderlo en aras de sus ideales.

En definitiva, la unión es el punto de partida conceptual y la meta utópica del socialismo entendido como lucha por el triunfo de la justicia y la razón.

El papa Francisco

Considero que el papa Francisco es un hombre muy voluntarioso y de buenos sentimientos, pero, a mi modo de ver, la carga que lleva sobre sus hombros es excesiva. Después de décadas, incluso siglos de decadencia de la Iglesia católica, su edificio doctrinal, esencialmente dogmático, y social, basado en la fidelización de los creyentes,  amenaza ruina. Evidentemente, yo no sé qué quedará de ese edificio, ni siquiera después de las reformas acometidas con carácter de urgencia por el buen papa y sus arquitectos. El alemán Ratzinger, mucho más cerebral y pragmático,  abandonó la obra y con ella el cargo, pero me temo que a Francisco, al que en lo humano sitúo en la línea de Juan XXIII, lo mataremos a fuerza de disgustos. Barrunto que un día de estos se nos puede morir  de un soponcio. Es posible incluso que él lo desee para no tener que ver y saber lo que está teniendo que ver y saber.

Futuro e historia

¿Qué otorga su dimensión a un ser humano, el presente o el futuro? Yo diría que el futuro, pero curiosamente  el futuro será historia, de la misma manera que la historia ya fue futuro.

Oda a España

 

En este aciago avatar de tu historia,

herida por hijos tuyos con alma de hiena,

siento un hervor de sangre en las venas

que me quita la razón y devuelve la memoria.

 

Siempre supe de su carácter felón,

siempre supe de su perfidia infinita,

siempre supe de sus querencias cainitas,

siempre supe que tramaban la traición.

 

Siempre supe que, tras prender fuego  España,

buscarían refugio allende una frontera,

que sólo existe cual patética quimera

de gentes sin pasado, sin glorias, sin hazañas.

 

Siempre soñé con una patria siempre unida,

libre siempre de atávicos rencores,

abierta siempre a sus tiempos mejores,

libre siempre de intrigas  fratricidas.

 

Contigo defenderé, España, tu legado,

tus gestas de ayer y tu futuro, 

con alma de ibero yo te lo juro,

nunca fenicio y nunca taimado.  

 

A España, 11-12 de octubre de 2013