Kosovo: misiones del Ejército español en el extranjero

Podemos imaginar que las misiones de un ejército nacional en el extranjero cumplen varias funciones. Una de ellas es mantener ese  ejército en condiciones operativas.  Tales  misiones tienen en casi todos los casos aspectos de  maniobras militares con fuego real y situaciones reales o semirreales.  Después están las relaciones internacionales y su juego de intereses.  Pájaro bobo habla de memoria y,  más exactamente,  echando mano de su experiencia como viejo y experimentado  ex jugador de ajedrez.

Kosovo no es ni una nación ni, mucho menos, un Estado. Con sus diez mil kilómetros cuadrados de extensión y sus dos millones escasos de habitantes, este brazo de tierra es en la actualidad la región más pobre de Europa. La independencia, declarada unilateralmente y apoyada por Estados Unidos y la OTAN,  con toda seguridad que no va a mejorar esas condiciones.

En realidad, Kosovo es una pequeña, pobre y triste pieza del tablero balcánico, siempre volcánico, siempre a punto de entrar en erupción.  Es comprensible que España, con problemas de separatismo en sus entrañas, no quiera estar en una zona geográfica a la que se ha obligado a declararse independiente por motivos no sólo ajenos sino abiertamente contrarios a los intereses de sus habitantes.

Y como España tiene por ministra de indefensa a una separatista, es lógico que, en  evitación de males mayores, Zapatero, obedeciendo órdenes superiores,  le ordenara que arriara la bandera y tocara retirada. La Carme Xacó es una subalterna de Montilla, y ya me dirán ustedes qué puede esperarse de  una ministra amontillada.  Claro que todo eso no ocurriría  si en el Gobierno de España no hubiera agentes periféricos, pero esa es  la triste realidad. Dicen que democracia es convivencia, no lealtad.

En cualquier caso podemos pensar que la tal Xacó se ha quedado con las ganas de asistir en primera persona al reconocimiento de Kosovo como nación independiente por parte de España.  Evidentemente, pensando siempre en Vascongadas y sobre todo en Cataluña. Para eso está ahí la susodicha fiera corrupia.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué nueva misión le gustaría a nuestra ministra de indefensa que asignaran al Ejército español en el extranjero?

El aviso de XXX: desde el mar de las Angustias

A Pájaro bobo el aviso de XXX le llegó hace ya bastante tiempo;  posiblemente, de uno a tres años. En este blog, que es el suyo,  se encontrarán fácilmente alusiones a esa y otras  llamadas de aviso de diversa naturaleza; en especial, de marginación social, alguna incluso de provocación callejera.  Quien quiera puede leer la entrada «¿Democracia en el reino del terror?», correspondiente al 21 de mayo de 2007. En ella encontrará salsa y condumio en canti y cali. Delikatesse.

Cuando recibió el aviso de XXX, Pájaro bobo, aún rebelde pero ya  un tanto alicaído y con el cacumen mermado a causa de la edad,  decidió no hacer nada, no decir nada a nadie, ni siquiera a su santa esposa y,  mucho menos, a sus hijos para no inquietarlos y en definitiva para no complicar las cosas. Recuerda que entonces o antes Margarita, alma diáfana y dama blanca de su ajedrez, le dijo: «Yo nunca me separaré de ti». Y en otra oca: «Si quieres  nos vamos de aquí». Ella, catalana de mena  y residente en los aledaños  del Rovell de l’ou

Del aviso de XXX, como de todos los que ha ido recibiendo en el espacio de 25 o 30 años, Pájaro bobo no tiene prueba alguna. «Saps? Aquest noi està mal del cap. Tè mania persecutoria.  No tè amics. Es un malparit».  Hay que tener en cuenta que, como ha dicho varias veces, se encuentra en situación de muerte civil. No existe, y quien no existe difícilmente puede poner denuncias. Al menos, no es creíble, ni él ni lo que dice.  Y, curiosamente, cuanto más se empeña en convencer, menos convence. En cualquier caso, esa es una de las razones por las que llegó a las playas de UPyD.

De XXX  Pájaro bobo no sabe absolutamente nada. Puede imaginar que pertenecía a un grupo del colegio en el que trabajaba  Margarita  o a la rama gerundense de su familia.  Ahora recuerda, porque fue lo que más grabado le quedó, que hacia el fin de la conversación  dijo: «En Cataluña, el límite de la lucha por la independencia es el asesinato. Yo hasta ahí no  llego. Para mí ese es el límite».

En opinión de Pájaro bobo hay una manera de saber hasta qué punto es cierto lo que  Pájaro bobo cuenta. Sencillamente, averiguar cuántas personas han tenido o tienen una experiencia similar a la suya en Cataluña. Él, personalmente, cree que debe de haber cientos. Y, evidentemente, si no aparece nadie más, el lector de este blog tiene derecho a pensar lo peor de Pájaro bobo. En cualquier caso, una cosa podemos dar por segura: los separatistas catalanes no abrirán la boca. Consigna del Sanedrín pujoliano:«D’això no es parla!»

¿Y entonces  por qué Pájaro bobo ha hablado ahora, y no antes, del aviso de XXX?  Para él  la razón es sencilla.  Durante casi cuarenta años trabajó como traductor, o sea, escribió para otros y en nombre de otros. Eso le permitió atender a las necesidades de su familia con burguesa dignidad y, al mismo tiempo, acumular una inusitada cantidad de conocimientos. Imagínense a alguien que traduce o, lo que en este supuesto es igual, lee ocho horas al día durante cuarenta años. Por eso,   cuando, ya con setenta años, los amigos de XXX le jubilaron,  en vez de maldecirlos, les dio las gracias, pues le habían ayudado a recuperar su frustrada y secreta vocación. Y, naturalmente, se puso a escribir.  Su  blog fue desde el primer momento un prontuario en el que recogía,  de manera precipitada y a veces  desordenada,  muchas de  las ideas que había ido acumulando a lo largo de su vida laboral, una vida  durante la cual había leído y memorizado tanto como tres o cuatro personas juntas.  Y si el blog de Pájaro bobo fue en un principio  un prontuario,  el prontuario ha pasado  a ser con el tiempo el punto de partida del libro que quiere escribir si XXX y sus amigos le permiten terminar sin  quebrantos ni accidentes mayores la travesía de ese mar de las Angustias que es  la vida humana para él.

En cualquier caso,  gracias a unos y otros.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿A quién cree el lector de este blog que debe dedicar su libro Pájaro bobo?

Más allá de la muerte civil, el accidente «causal»

Pájaro bobo habla con XXX.  Parece ser que XXX pertenece al núcleo duro del catalanismo más duro. Dice que viene a  avisarle y le  recomienda que deje de meter bronca y  de intrigar contra Cataluña  si no quiere tener problemas.
–¿Problemas graves?
—Eso depende de ti. Tienes que captar los avisos que te llegan.
—Pero vosotros siempre habíais dicho que no llegaríais al asesinato, que eso quedaba para los vascos.
–Cierto.  Pero hay excepciones. Sobre todo cuando la meta está al alcance de la mano y un malparit nos cierra el paso.
—¿Os falta mucho?
–Menos de lo que piensas.
—¿Entonces?
—Normalmente bastan los procedimientos tradicionales. Pérdida del trabajo y expulsión del mundo laboral. Marginación social, peleas en el seno de la familia, etc.  Y, por supuesto, falta de dinero.  Siempre de manera gradual, con avisos y llamadas al orden intercalados periódicamente.  La colaboración del entorno familiar es muy importante. Hay  que ir minando la resistencia del malparit.  Y normalmente se consigue. O se marcha del país, claro. En muchos casos dejando aquí la  familia. Alguno incluso se ha vuelto loco.  Justamente eso es lo que podría pasarte a ti.
—-¿Y si el malparit no cede?
—-Pues entonces no hay  más remedio que apretarle las tuercas
—¿Vosotros no habéis pensado nunca que os puede salir mal la jugada?
—Claro, claro. No dejamos pruebas escritas.  Nunca hay huellas.
—¿Y por qué me dices todo esto?
—Porque ya lo sabes y, además, no puedes demostrarlo. Y puedes estar seguro de que, si abres la boca,  aumentará tu aislamiento social y político. Te lo garantizo.  Eres muy débil, muy vulnerable.  Nadie te creerá, empezando por los tuyos.   Y en último caso,  siempre queda el accidente.
—-¿Accidente? ¿Accidente de qué?  ¿Cómo? Bueno, tampoco me preocupa.  Nunca he tenido miedo.
—-Pues si no tienes miedo y no quieres cambiar, empieza a tomar precauciones.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será  declarado Pájaro bobo loco de atar o sufrirá  un accidente causal en los próximos meses?

De cómo, cuándo, dónde y por qué Pájaro bobo llamó hijo de puta a Toni Farrés, alcalde de Sabadell

A principios de los años setenta del siglo XX, Pájaro bobo recaló en Sabadell, a la sazón ciudad piloto del deporte español entre otras muchas cosas.   Poco después, cuando  surgieron  los primeros movimientos clandestinos  en el ámbito suburbial,  él  se situó de manera tácita pero inequívoca a la izquierda por fidelidad a la figura paterna que su madre le había enseñado a querer,  respetar y admirar.

A diferencia de Sigmund Freud, que según confesión propia tuvo un padre pusilánime,  Pájaro bobo vio siempre a su  padre como  arquetipo del  hombre valiente y leal.  De hecho,  Miguel Ibero Alonso vivió y murió fiel a sus ideas sociales y socialistas.  Tras ser encarcelado en julio de 1936,   fue vejado y golpeado repetidas veces, colgado de los pies, cabeza abajo, y, por último, fusilado con tres compañeros suyos.   En Hervás, donde residía con su familia, todavía es fama que uno de los cuatro permaneció de pie cuando ya estaba  muerto.

En la ciudad catalana, Pájaro bobo siguió  las actividades de los movimientos obreros y vecinales desde los albores de la transición democrática, pues  tenía cierta  amistad con varios militantes del PSUC. Un día, éstos fueron a verlo y le dijeron que Camacho, el de CCOO, estaba en Ca  n’Oriach; que  también acudiría Toni Farrés.  Y, claro,   que si quería ir con ellos.  Pájaro bobo  fue.

Efectivamente, allí estaba el sindicalista Camacho. Después llegó  Toni Farrés, a la sazón líder de las gentes de las barriadas obreras de Sabadell.  Pájaro bobo  lo conoció, pero no recuerda si llegó a hablar con él.  Lo que sí recuerda, porque conserva o conservaba  la prueba documental, es que le preguntaron  cómo se llamaba y, terminado el jolgorio, alguien empezó a cantar nombres y a entregar carnés. Cuando Pájaro bobo oyó el nombre de Ramón Ibero, compareció en el estrado y recogió el suyo. Ahora ya era del PSUC.

A mediados de los setenta, los barrios obreros  de Sabadell eran auténticos polvorines. Sindicatos y asociaciones de vecinos organizaban continuas  manifestaciones,  huelgas y actos de rebeldía y oposición a la Dictadura. Como Pájaro bobo pudo comprobar muy pronto, los pesuqueros del centro de la ciudad  eran catalanistas de una presunta izquierda ilustrada,  no obreros,  y, como también  pudo comprobar muy pronto, iban a los núcleos más activos   de la periferia a  prender la mecha y luego desaparecían, dejando a los obreros —en definitiva, obreros españoles—  a merced de los grises. El único catalán que daba la cara era Toni Farrés, que en las manifestaciones iba siempre en primera fila.  Y así ocurrió cuando, tras una de las primeras huelgas de Unidad Hermética, la policía realizó  una gran redada  y detuvo a trece agitadores;  de los trece, sólo él era catalán.

Incontables ejemplos como ese llevaron a Pájaro bobo a apartarse no de los obreros y los trabajadores de las barriadas,  a los que apenas conocía, sino de los pesuqueros, compañeros de viaje desleales y practicantes avezados y contumaces  del  doble juego.

Es hora de decir  que en Sabadell, como en tantas y tantas ciudades industriales de Cataluña, la lucha contra la dictadura de Franco se inició y se mantuvo, ¡exclusivamente!,  en los barrios habitados por gentes llegadas de Andalucía y Extremadura. Al menos, mientras persistió la represión y  en el aire flotaron el peligro de involución y la incertidumbre.

Desde los tiempos de la Revolución industrial,  los levantamientos y las luchas sociales contra la opresión han sido protagonizados  esencialmente por  los obreros, mientras que la burguesía formaba parte de la estructura de poder. En este caso, con el agravante de que la burguesía catalana cambió de bando para seguir conservando su condición de clase dominante y opresora. Y aquí  hay que añadir que si lo hizo fue gracias a una izquierda envilecida y traidora, la pseudoizquierda de los Maragalls, los  Obiols, los Raventós, los Nadals y los Montillas.

Esos son datos para la historia que cronistas e historiadores como el listillo y malintencionado Ferran Gallego deberían tener en cuenta a la hora de narrar la historia de la Transición y lo que en Cataluña los nuevos opresores  llaman ahora  «lucha contra la dictadura franquista».  ¿Lucha  contra qué? ¿Vosotros?

Miserables, miserables.

Por todo ello,  Pájaro bobo terminó adoptando  una actitud distante ante un panorama político convulso y confuso, en el que la memoria de su padre actuaba a la vez como  elemento estimulante y disuasorio.

Cuando llegaron las primeras elecciones, Pájaro bobo ya se  había procurado un cuadro general de la situación y había   extraído sus primeras conclusiones. Por eso, un día, cuando,  paseando por el centro de Sabadell, vio un grupo de pesuqueros que colgaban sus carteles  de las paredes, a la altura de la fuente del Paseo, se acercó a ellos. Eran del grupo de Farrés. Quiere recordar que allí estaban  Jordi Sapés, conocido como el Flaviolo,   Pere Ros y la Camarasa, que tenía una tienda de deportes cerca de la Plaza de Mercado. Precisamente,  la tal  Camarasa, al verlo,  le dijo con retintín: «¡Adiós!». Pájaro se  acercó a ella y le contestó:  «Ten en cuenta que yo no soy un  traidor. Los traidores sois vosotros que cogéis los votos de los trabajadores de las barriadas, que son comunistas españoles,  y luego se los dáis a la burguesía». «Sí, sí —le replicó la susodicha—, pero eso lo sabes tú, ellos no».

La sospecha se había convertido en certeza y la certeza en rabia. ¿Le pasaría a él como a su padre?.

Por lo pronto, Pájaro bobo ya  sabía que, como tantas veces en la historia, los obreros eran traicionados por agentes al servicio de la burguesía. Y, como tantas veces en la historia, la burguesía sólo aparecería en escena cuando ésta estuviera  libre de barricadas  y a punto para la toma del poder.

En ese momento, Pájaro bobo inició en solitario una andadura que le llevó de un falso partido de izquierdas a un falso partido de derechas y de un falso partido de derechas a un falso partido de ultraderecha.  Y, como no encontró lo que buscaba —sencillamente,   un partido español formado por españoles—, terminó en el Hogar del Legionario de Barcelona,  donde se pasaba las tardes del sábado cantando el Himno de la fiel Infantería.

En esas debía de  estar cuando, una mañana de domingo de principios de los ochenta,  se dirigió a la Plaza de Mercado de Sabadell.  Antes entró en un bar que había, y tal vez aún hay, en la esquina de la calle que da directamente a ella. Al salir, poco menos que trompicado,  se encontró delante de él a Toni Farrés, flamante y victorioso  alcalde de la ciudad, que intentó saludarle.

Pájaro bobo: «Tú a mí no tienes que saludarme. Tú eres un hijo de puta». Toni Farrés  quedó petrificado.  Las arrugas de su cara se hundieron profundamente en su carne y, cuando se repuso, contestó: «Sin insultar». Pájaro bobo: «De acuerdo, no eres un hijo de puta.  Pero entonces eres un estafador».  «¿Cómo?».  «Que eres un estafador. Tú coges los votos de los trabajadores españoles de Ca  n’ Oriach, que son comunistas y españoles, y se los das a Pujol».

El pobre Toni Farrés, que en paz descanse, bajó la cabeza y se perdió.

Pájaro bobo considera ahora que su vida  ha estado marcada y enmarcada por dos experiencias  vividas  como dos  tragedias: la muerte de su padre y la conjura para destruir España.

El carallot Carod y la jibarización del Estado español

En las ciencias empíricas y concretamente en medicina se sigue un método teórico-práctico  que, convenientemente adaptado, puede  adoptarse  y practicarse con provecho  en otras muchas disciplinas y actividades humanas.

En medicina, una vez fijado el tema de estudio y/o investigación,  se establece un marco general de acuerdo con un método deductivo. El marco  —-por ejemplo, el cuerpo humano o, mejor aún, un paciente como unidad psicosomática—-  proporciona el  cuadro clínico que preside todas y cada una de las intervenciones del médico en puntos concretos.

Dentro de ciertos límites lógicos, el cuadro deberá  ser lo más amplio y lo más completo posible;  cada  intervención, lo más reducida  y lo menos lesiva y lo menos  agresiva posible,  máxime   cuando se toma  como referencia y punto de partida/llegada teórico una situación de equilibrio o de salud inicial.  Evidentemente, en la práctica la agresividad de  una intervención médica vendrá determinada  siempre por la gravedad del mal y la agresividad de los agentes malignos.

En definitiva, cuadro general e intervención deben ser complementarios, como de hecho lo son la deducción y la inducción en cuanto partes de un mismo modelo de razonamiento  y un mismo método operativo.

Es posible que el carallot (botarate) Carod no sepa nada de todo lo dicho, pero el caso es que lo practica con asiduidad y aprovechamiento.  Los separatistas catalanes tienen un proyecto integral, concebido de acuerdo con una visión deductiva —-el Estado catalán y la colonización-catalanización de los pueblos de España— y puesto en marcha de acuerdo con un método  inductivo que parte de Cataluña y tiene como objetivo inmediato sustraerla a la geografía y la política  españolas para convertirla en un oasis y, más exactamente, en una naciúncula.

Pájaro bobo se malicia que, aunque se dice que el tal carallot se ha ido a Ecuador con un millón de euros para fomentar las lenguas de  los indígenas amazónicos, en realidad su misión consiste en aprender la técnica de la jibarización, pues piensa y dice: «Si los catalanes conseguimos jibarizar la cabeza de Rodríguez Zapatero,   jefe del Gobierno español, habremos jibarizado  la idea de España   que tiene en ella».

En esas está.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será tamaña idea una  de las grandes aportaciones de la intelectualidad catalanoseparatista a la historia del  pensamiento político  de Occidente bajo la fórmula:  A la  jibarización del Estado por la jibarización de la cabeza de su jefe de Gobierno?

Montilla el Impotente

Después de prepararse la jugada  colocando mentalmente las piezas sobre el tablero a su gusto, Montilla se ha encontrado con que  hay quien le gana en perfidia y, por descontado, en poder.

Zapatero le ha aplicado la fórmula de la kindersorpresa, especialmente indicada para los practicantes de la política de la puta i la Ramoneta.

Ahora, el vil y abyecto Montilla,  dignísimo presidente de la Generalidad de la mitad de los catalanes, se encuentra con  que la financiación y el Estatuto están en manos de su jefe.

Y es lo que dice el tal Montilla: «Sin financiación no hay dinero y sin dinero no puedo ni montar embajadas de Cataluña ni intrigar para que nos aprueben el Estatuto».

Pregunta ingenua e intempestiva: «¿Hasta dónde quiere llegar Zaptero y qué prentende con su última kindersorpresa?

UPyD: de la transversalidad al proyecto nacional

Podemos pensar que, por encima de todo, UPyD tiene un proyecto constitucionalista y nacional. Pero como la realidad empieza aquí y  ahora,  parece necesario admitir, como punto de partida, que UPyD es una formación (¿partido o contrapartido?) social e ideológicamente transversal.

Y, como sus aportes humanos  provienen, casi por igual, de la izquierda (PSOE) y la derecha (PP), así como de Ciudadanos y  la abstención,  ahí podemos  ver una prueba  fehaciente de su doble transversalidad.

Por su cuenta y riesgo, Pájaro bobo se atreve a ver en ese fenómeno  una superación  tanto del esquema bipolar de las ideologías históricas como de la artificiosa parcelación de España, parcelación  que ha terminado por imponer un modelo territorial  desintegrador y, en consecuencia, política y económicamente  irracional. Y, por encima de todo,  fraudulento e inmoral en cuanto que consiste en imponer  algo a sabiendas —sí,  a sabiendas— de que es manifiestamente nocivo y perjudicial para aquellos a los que se les impone.

Miserables, miserables.

Frente a ese modelo territorial insolidario  y frente a ese proceso político desintegrador protagonizado por diecisiete naciúnculas a modo de irresponsables marionetas, UPyD propone un modelo integrador y unitario al servicio de la racionalidad política y económica y, en definitiva, al servicio de los españoles como ciudadanos libres y democráticos por decisión individual y suma de decisiones individuales.

Pájaro bobo se atreve a declarar que, en el ámbito de las relaciones humanas,  lo económicamente irracional es definitivamente  irrracional.  La economicidad es una condición imprescindible de todo sistema racional. Y  se entiende por economicidad la obtención de la máxima eficiencia  posible  con el mínimo consumo  posible.  Fraudes aparte.

Cuando alguien quiere convencernos de que la desunión o la desintegración responde a la voluntad de los españoles y sus intereses, estamos obligados no sólo a pensar que ese alguien obra de mala fe sino también y por encima de todo a tratar de impedir por todos los medios a nuestro alcance  que consiga su propósito.

Democracia,  racionalidad económica, racionalidad política.

Se dice que en las próximas elecciones al Parlamento europeo,  UPyD puede  obtener  un millón de votos.  Si así fuera,   pronto podría pasar a ser  la tercera fuerza política de España.

En opinión de Pájaro bobo, ese es el objetivo a conseguir y esa es la línea a seguir. Lo otro —la transversalidad  con sus derivados— es, en este caso, una teoría con pretensiones de explicación. Primero se cuentan los votos; después, si se quiere, se hace su distribución por tribus o familias ideológicas.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿cuándo tendrá UyD representación en todas las provincias españolas de modo que se salte a la torera el monstruoso corralón formado por todos los corralitos autonómicos   y pueda decir que es realmente una formación nacional con un proyecto nacional?

Rosa Díez: Patxi López, Montilla y la política de la puta i la Ramoneta

Rosa nos lo advirtió:  el tal  López, el de la ikurroña en la solapa, nos puede salir rana. Y quien dice rana dice Montilla, la perfidia y la deslealtad personificadas.  Y parece ser que, una vez más,  Rosa va a tener razón.

Nos van llegando rumores, indicios y pruebas, nunca evidencias, de que el presunto o futurible lindakara (es un decir) ha empezado a tejer su red.  Pacto con el PP por aquí, pacto con los separatas del PNV por allí; o sea, componenda va y componenda viene.  Lo dicho, Rosa va camino de convertirse en vidente y adivina. A este paso, tertuliana televisiva.

Por lo visto y por  lo que está por  ver,  se trata de conciliar los intereses del partido, el PSOE, en Euskadi, conocido en este minifundio virtual como la Nistria del Nervión, y en los Madriles, capital de España y todas sus naciúnculas.

Hoy sabemos que Rodríguez Zapatero,  nuestro vil jefe de Gobierno,  pensaba  enseñar a Montilla lo que tenía que hacer y decir, y luego se encontró con lo que todos nos hemos encontrado y estamos padeciendo: una de las personas más abyectas que puede parir una madre. O, lo que es igual, un traidor de traidores en grado de  excelencia.

Ya veremos lo que da de sí el tal López (el pez, la pez y lópez).  En cualquier caso, a Rosa no se la dan con queso. En opinión de Pájaro bobo, lo que debe hacer es concentrarse en las elecciones al Parlamento europeo. Mientras tanto, puede declamar como el  rapero extremeño:

Ay  san Pedro,
yo te conocí ciruelo
y de tu fruto comí,
los milagros que tú hagas
que me los cuelguen a mí.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿seguirá el tal Patxi el ejemplo del inmundo Montilla e intentará engañarlos a todos y luego servirse de todos aplicando la fórmula mágica de la puta i la Ramoneta?

Israel: Irán

Israel puede verse como el Estado, la nación  y la patria de los judíos.  Por su situación geográfica, también puede verse como la frontera oriental de Occidente o, más concretamente, de Europa. Incluso como un enclave europeo en pleno mundo árabo-musulmán.

Hay quienes dicen que atacar a Israel es atacar al mundo occidental y que después de Israel vendrá Europa.

Sin merma de lo dicho,  Israel puede verse igualmente  como  un portaaviones anclado frente a las arenas del desierto o, si se prefiere,  frente a los pozos de petróleo de Oriente Medio, para actuar en caso necesario como plataforma de desembarco y  cabeza de puente de las tropas estadounidenses, ya sea con uniformes de los  marines,  de las fuerzas de pacificación de la ONU o de los  soldados de la OTAN.

Mientras haya petróleo en los desiertos arábigos —pongamos veinticinco años—,  Israel contará con la protección estratégica y la presencia física  de Estados Unidos.

Israel puede verse asimismo como el gran aliado geoestratégico de Estados Unidos.  Y siempre se ha dicho que en las fuerzas ocultas que gobiernan el mundo la presencia judía es decisiva.

Sea de todo ello lo que fuere,  lo cierto es que Israel es infinitamente más que Israel:  un territorio de veintiún mil  kilómetros cuadrados (como  la provincia de Badajoz) y apenas  siete millones de habitantes  (menos un veinte por ciento de árabes israelíes),

Como a lo largo de toda su historia,  actualmente Israel lucha por su supervivencia. Durante décadas ha conseguido frenar el acoso de las jarcas del desierto, pero ahora  Irán está a punto de fabricar una bomba atómica y liderar  los países del mundo islámico.  ¿Primer objetivo? Arrasar Israel hasta que no quede de él ni siquiera el recuerdo.

Israel lo sabe y, aunque le gustaría lanzar un ataque preventivo  por sorpresa (Blitzkrieg)  y destruir todas las instalaciones implicadas en la  fabricación de armas nucleares, no lo hace. Estados Unidos no lo autoriza y,  llegado el momento,  es posible que no lo permitiera. Situación muy difícil. Acaso la más difícil de toda su difícil  historia: está en juego no sólo la supervivencia de Israel como nación y Estado sino incluso la  de todos los judíos como colectividad.

Entre los judíos hay quienes propugnan un ataque  relámpago a vida o muerte  y quienes  sostienen que Israel tendrá que aprender a convivir con un Irán convertido en potencia nuclear.  Mientras tanto hay que frenar por todos los medios disponibles  la carrera armamentística del país de los medos. Aquí entran en juego los servicios secretos del Mosad con sus avanzadas técnicas de  espionaje y sabotaje. Todos los  científicos que trabajan en el proyecto nuclear iraní están en la lista negra, al igual que los gobiernos y las empresas  que le suministran equipos de investigación y seguridad.  En ese campo, los judíos hacen auténticos prodigios y pueden obstaculizar sistemáticamente  la puesta a punto del proyecto iraní  y, con tiempo y suerte,  incluso malograrlo definitivamente. En esas están.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué harán Estados Unidos e Israel si un año después de tener la bomba atómica Irán les presenta un ultimátum que va desde la creación y el reconocimiento de un Estado palestino hasta el pago de  indemnizaciones multimillonarias a Irak y Afganistán por  la invasión  de  estos dos países?

Autonomías: derroche y apalancamiento

Alberto Núñez Feijóo, presidente in pectore de la Junta de Galicia, ha dicho que «la situación financiera de la Junta es una incógnita». Con un poco de sana malicia podemos sustituir el término «incógnita», siempre equívoco,  por el de «agujero negro», siempre unívoco.

En cualquier caso habrá que prepararse  para aceptar, engullir y digerir la plasta que, un día u otro, el dirigente del PP va a poner sobre la mesa autonómica galaica.

Es posible que la medida lleve a Patxi López, en el supuesto de que efectivamente sea nombrado lindakara de Euskadi por su cara bonita,  a hacer lo mismo o casi lo mismo en la naciúncula vasca, conocida en este minifundio virtual como la Nistria del Nervión. Entonces, tal vez nos enteremos  de algunas de las ayudas que reciben los gudaris de Eta y toda su banda, ya sea en dinero o en especie.

Más difícil y más lejano queda la posibilidad de levantar  la plasta-ciénaga de la Generalidad de la mitad de los catalanes con su proyecto independentista financiado con dinero de los españoles. Toda la estructura de un Estado soberano con sus ministerios y sus ministros, con sus delegaciones y sus delgados, con sus embajadas y sus embajadores, con sus propios cuerpos de seguridad y nuestra ministra de indefensa.

Habrá que esperar a ver si el Tribunal Constitucional da el visto bueno o el visto malo al Estatuto de Cataluña. Mientras tanto,

pregunta ingenua e intempestiva: ¿saben Zapatero y Rajoy en qué consiste el apalancamiento como base de la financiación de un proyecto independentista?