Operación Yakutia

«Jordi, ¿sabes dónde está Yakutsk?» «No». «¿Y Yakutia?» «Ni idea». «Bueno, no te preocupes. Tampoco hace falta. Mira, aquí tienes un mapa. Esto es Rusia y esto es Siberia; en Siberia está Yakutia y en Yakutia está Yakutsk, que es la capital. Te llevas doce jugadores, más el masajista, más la presentadora de la Televisión Nacional de Cataluña, más un corresponsal de La Vanguardia y cuatro subalternos. Ah, y un intérprete, pero ha de ser inglés-ruso, nada de español. Mucho cuidado con eso. El dinero para gastos menores lo tienes en esta bolsa. El avión, el hotel y la manutención ya están pagados, de eso nos cuidamos nosotros. En el aeropuerto os esperará nuestro enlace (en voz baja, el embajador de Cataluña en Rusia). Tenéis que cantar «Els Segadors» al principio, antes del partido. El diskete ya lo tienen los organizadores. Se han reído un poco, pero ellos sólo quieren dinero y promoción turística. Aquí está el banderín para intercambiarlo con el de los españoles». «Y si…». «No te preocupes. Todo eso ya está estudiado y pactado. Hay presupuesto, y unte para que nadie abra la boca. Ya sabes, Jordi. Si surge algún imprevisto, me llamas por el móvil a este número. Es de la Generalidad, pero con otro nombre, Agencia de Viajes Periplo. Acuérdate, tú te llamas Rafael. Yo, Antonio García y telefoneo desde España. De esto, ni una palabra, a nadie, ni a tu mujer». «Tranquilo, jefe».
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿Sabe Moratinos, nuestro ministro de Asuntos Exteriores, dónde está Yakutia y cómo se llama su capital?

El futuro de España, un plano inclinado

Hay españoles qie ven el peligro y lo denuncian: de palabra y por escrito, cuando pueden, donde pueden y como pueden. El peligro, cada vez más acuciente, es la destrucción de España como nación a manos de los separatistas. España pagará el gasto y se quedará con los escombros. Vidal-Quadras es uno de los españoles que denuncian insistentemente ese peligro, esa conjura, esa traición. Es posible que el símil del plano inclinado para describir la situación actual y su deriva sea acertado. A Pájaro bobo lo que le preocupa es que se vea el peligro y que, por lo que él sabe y entiende, no se haga nada y sobre todo no se haga lo que debe hacerse. Es inconcebible que los separatistas pidan cada vez más y se les dé cada vez más, prácticamente todo lo que piden. Y aún con amenazas y exigencias. «Habrá un movimiento popular de imprevisibles consecuencias». «Cataluña y los catalanes no lo entenderían ni lo perdonarían nunca». La penalización es un componente indispensable de toda ley humana, si se quiere que ésta sea mínimamente eficaz. Los separatistas saben que por infringir la ley, incluso la Constitución, no les va a pasar nada. Basta con montar una burda añagaza. O irse a Yakutia. Las autoridades competentes ya están compradas y dispuestas a hacer la vista gorda para allanar el camino y seguir pendiente abajo por el plano inclinado. Miserables, miserables.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿No se puede detener ya ahora el proceso que lleva a la destrucción de España?
¿Cuántos españoles hay dispuestos a impedirlo?

Soberanía nacional y democracia: de Vidal-Quadras a Fernando Savater pasando por Ciudadanos

De acuerdo con lo que Pájaro bobo ve y entiende, no tiene nada de soprendente y sí mucho de sintomático y aleccionador que los dos movimientos ciudadanos verdaderamente democráticos que hay hoy en España hayan surgido en Vascongadas y Cataluña, regiones en las que la falta de auténtica soberanía nacional como base necesaria con carácter ineludible de una democracia auténtica se deja sentir con tan lacerante intensidad que está a punto de convertirse en una tragedia para el conjunto de España. Allí, los trabucaires de ETA y sus secuaces han implantado una dictadura del terror, con la mitad de la población condenada a vivir en condiciones de humillante sometimiento o de rebeldía suicida. Aquí, los bulldogs del carallot Carod, que lo es a su vez de Pujol ben Gurión, han implantado una dictadura mucho más sutil por su sello púnico, pero no menos nociva y mucho más corrosiva, de acuerdo con la fórmula democracia formal en la superficie y opresión real en el fondo, versión actualizada de la siempre vigente y siempre actual «política de la puta i la Ramoneta». Estamos en la Fenicia de Poniente, que quiso ser cabeza de los Países Catalanes y está a punto de emparejarse con Kosovo, Montenegro, Albania, Transniester y Osetia del Sur.
En opinión de Pajaro bobo, el primer movimiento catalán antiseparatista con entidad fue el capitaneado por Vidal-Quadras en tiempos de Aznar. Dada la personalidad de su cabeza visible y el alcance del fenómeno, aquel movimiento social estuvo a punto de dar al traste con la dictadura separatista maquinada e implantada sobre el papel en los albores de la transición democrática. Así que, cuando, en los años noventa, apareció el líder del movimiento transversal español, el pequeño Ben Gurión púnico se olió la quema y ordenó a Aznar: «A éste me lo tenéis que sacar inmediatamente de aquí». Vidal-Quadras salió efectivamente de Cataluña y en su lugar pusieron a un subalterno sumiso, desleal y traidor de mombre Piqué. A la vista de lo que es y de lo que no es, Pájaro bobo se pregunta cómo ese tal Piqué pudo ser un día ministro de Asuntos Exteriores de este país que aún se llama España. En cualquier caso está claro que pertenenece a la subespecie de Narcis Serra, Ernest Lluch y el parisino Raventós.
Con Vidal-Quadras desapareció de Cataluña no sólo el vidal-quadrismo sino incluso el Partido Popular. Al menos, de momento. Al menos, hasta la aparición de Ciudadanos. Pero ahora el Partido de los Ciudadanos, formado por disidentes del Partido pseudoSocialista y del Partido pseudoPopular de Cataluña, tiene que encontrar su línea y, sobre todo, su cabeza pensante y dirigente, y, en opinión de Pájaro bobo, esa cabeza no puede ser la de Francesc de Carreras, en quien se aprecia claramente una manera de ser y de actuar próxima o indéntica a la de Piqué, que, como queda apuntado, nunca se distinguió precisamente por su lealtad.
Mientras tanto, en Vascongadas ha ido tomando cuerpo un movimiento ciudadano de abierto carácter español, capitaneado por Fernando Savater y dispuesto a dar la batalla, a pecho descubierto, a los trabucaires etarras, sus valedores y sus confidentes. Eso significa estar dispuesto a jugarse la vida a cada momento.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Puede hablarse de democracia cuando el gobierno de la nación ha enajenado la soberanía nacional en dos regiones de España y los ciudadanos de esas regiones tienen que organizarse por su cuenta y riesgo para hacer frente al terror y la opresión?
¿No tiene nada en común esta situación política con la que precedió a nuestra guerra civil?

Los asesores del Presidente

Después de escuchar atentamente a Rodríguez Zapatero en su comparecencia televisiva, Pájaro bobo se pregunta qué clase de asesores tiene este pobre hombre que tantos errores y tanta obcecación acumula. Ni un intento de comprender al otro, de averiguar qué piensa, por qué piensa como piensa, por qué hace lo que hace y, en definitiva, por qué no le apoya. Ni un atisbo de duda. Uno se pregunta qué tiene Zapatero en la cabeza y, sobre todo, qué entiende por democracia.
Pájaro bobo siempre ha pensado que la izquierda era más sensible, más elástica, más permeable, más receptiva, en cierto sentido incluso más democrática. No en este caso. A sus ojos, Zapatero personifica la cerrazón en grado de ignorancia invencible. Si al menos se atuviera estricta y rigurosamente a la ley…
Zapatero tiene derecho a pedir e incluso a exigir lealtad a Rajoy, al PP y a todos los españoles en asuntos de Estado, pero siempre y cuando él sea leal a la ley, a la Constitución. Y todos, incluso él, sabemos que ni lo ha sido ni lo es. Si ahora pide ayuda es porque la necesita urgentemente. No quiere que los futuros crímenes de ETA recaigan exclusivamente sobre su cabeza. Eso no es lo que pensaba cuando inició —furtiva y deslealmente— las negociaciones con la banda de trabucaires. Lamentablemente sus últimas declaraciones públicas nos dicen que ni ha aprendido ni se propone rectificar. Son los otros los que deben cambiar, son los otros los que me han traicionado a mí, jefe del Gobierno de España, son los otros los que como ETA, «han vuelto a equivocarse». Zapatero necesita urgentemente cambiar de asesores.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿sabe Zapatero que la ignorancia invencible es un pecado contra el Espíritu Santo y que como tal no tiene perdón?

Ignorancia invencible y falsedad contumaz

Pájaro bobo ha oído y ha escuchado a Rodríguez Zapatero en TV. En el caso de nuestro jefe de Gobierno resulta sumamente difićil discernir dónde termina la ignorancia y dónde empieza la falsedad. Muy probablemente se trata de dos cualidades complementarias e intercambiables. El angelito pide a todos los españoles y muy concretamente a los dirigentes del PP que sean leales al gobierno socialista y por lo tanto a su persona en la lucha contra el terrorismo de ETA. Habida cuenta de que, como saben todos los españoles, él, Rodríguez Zapatero, rompió uniltaralmente el pacto antiterrorista del año 2000 y se puso a dialogar con ETA por su cuenta y riesgo, su petición de ultimísima hora tiene el sello del cinismo e incluso de la provación, máxime si pensamos que se ha vuelto a los populares en demanda de apoyo y lealtad cuando ha visto que el fracaso de las negociaciones caía sobre su cabeza, mientras que su traición inicial nos lleva a pensar con todo derecho que su primera intención era capitalizar en solitario el éxito de la operación. Miserable, miserable.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Hay algún remedio para tanta ignorancia y tanta falsedad? ¿Por qué Zapatero no va ahora a pedir ayuda a sus socios catalanes?
Una cosa es segura: se la prestarían con mucho y muy alto interés.

ETA, Zapatero y el catedrático

En opinión de Pájaro bobo, la prosa de Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional, no se distingue precisamente por su virtuosismo y su elegancia en el uso y disfrute de la lengua. Él le pondría un aprobado «raspao» con la advertencia de que debe mejorar. En general, tampoco sus análisis políticos destacan por su perspicacia: ideas manidas y lugares comunes; nada que queme, nada que rompa y rasgue el velo de falsedades oficiales que oculta la realidad social de la Fenicia de Poniente. Sospechoso, muy sospechoso.
Sin embargo, su texto de hoy miércoles, 6 de junio, en la retaguardia (parte inferior de la página) de La Vanguardia tiene, entre otros, los méritos del planteamiento claro y el diagnóstico certero. Pocas palabras, estilo prosaico, título deleznable: «ETA se refuerza y hay unos responsables». El titular nos demuestra que titular no es lo suyo. Pero el contenido se salva. ETA —nos viene a decir el catedrático— ha salido reforzada de su relación sentimental con Zapatero. El ladino/leonino leonés, que con el camelo del Estatut-Constitución catalán había conseguido camelar por activa y por pasiva, por la derecha y por la izquierda, por arriba y por abajo a todos los separatistas púnicos, desde Pujol ben Gurión hasta el carallot Carod, ha caído derrotado, en el zulo de las negociaciones, a manos de los trabucaires etarras. Después de conseguir el visto bueno del Parlamento y el Poder Judicial, el tal Zapatero no sólo estaba convencido de que lo de ETA iba a ser pan comido sino que incluso le puso nombre: proceso de paz. Nombre solemne, noble y legal. Y, por lo tanto, ilícito e ilegítimo, pues ilícito e ilegítimo es siempre, in se et per se, negociar con criminales que tienen causas pendientes. Pájaro bobo, que no es jurista, no duda en afirmar que, a su modo de ver y entender, también el aval de las instituciones competentes es ilícito e ilegítimo, y, por lo tanto, también delictivo. En definitiva, el fundamento de las leyes es la justicia, y la justicia, como aspecto del bien, está enraizada en el sentido común y el recto juicio del ser humano. Las víctimas de ese delito institucional no son sólo las víctimas directas de ETA sino todos los españoles como pueblo y, sobre todo, como sociedad democrática. Negociar con criminales es una manera de invalidar la democracia entendida como orden social basado en la justicia.
En cualquier caso, a Pájaro bobo le sorprende que el catedrático Francesc de Carrera muestre y demuestre una percepción tan clara de los trajines de ETA frente a Zapatero con su extraña amalgama de ignorancia, perfidia y falsedad, y luego no acierte a ver en Cataluña otra realidad que la irrealidad creada por el magma de la Generalidad. Sospechoso, muy sospechoso.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será cierto, como ve y prevé Pájaro bobo, que ahora los separatistas catalanes apoyan de boquilla a Zapatero en su pulso con ETA para que éste sea su aliado a la hora de imponer el Estatuto-Constitución de Cataluña?

Estado de coma y muerte civil

Según los periódicos, en Polonia un ciudadano ha recobrado la consciencia después de permanecer en estado de coma durante dieciocho años. Buen tema para una película o una novela con viaje al pasado o al futuro, según se quiera. Más objeto que sujeto, el ciudadano va a quedar probablemente como alguien que no vivió su vida cuando le correspondía, donde le correspondía y como le corespondía. Cabe pensar asimismo que, en adelante, no va a pertenecer a ninguna parte, máxime habida cuenta que, según nuestro Papa, el limbo ya no existe.
Pájaro bobo lleva algo así como veinticinco años en situación de muerte civil, que es, en cierto modo, como un estado de coma. Uno existe pero no vive. Le han arrebatado la facultad de ejercer y ejercitar sus facultades, sobre todo las facultades del alma.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué será de Pájaro bobo si un día le devuelven la facultad de ejercer sus facultades y vuelve a la vida democrática con todos sus derechos y todas sus obligaciones?

La abstención como instrumento y coartada de una pseudodemocracia

A Francesc de Carreras
En una sociedad formada por dos comunidades politicolingüísticas, una mayoritaria y otra minoritaria en una proporción, pongamos por caso, del 52 por ciento al 48 por ciento del censo electoral, hay una fórmula largamente acreditada y poco menos que infalible para conseguir que la comunidad minoritaria gane democráticamente todas las elecciones habidas y muchas por haber. La fórmula tiene su referente histórico más clamoroso en la política colonial de los europeos en África y, mejor aún en este caso concreto, en la estrategia puesta en práctica por los judíos en lo que ahora es Israel. La fórmula consiste en llevar la abstención de la comunidad mayoritaria a los límites necesarios y deseables, de modo que, de una parte, la comunidad minoritaria resulte siempre vencedora y, de otra, se mantega la apariencia superficial de un sistema auténticamente democrático. Condición imprescindible para que sea así y la fórmula funcione adecuadamente es que en ningún momento y bajo ningún pretexto se hable y se deje hablar de la existencia de dos comunidades diferenciadas, pues ello pondría al descubierto la jugada de la comunidad minoritaria y opresora y, automáticamente, provocaría el rearme intelectual y social de la comunidad oprimida, lo que, a su vez, traería consigo el descrédito de la fórmula y el fracaso del invento. Summa summarum, eso es justamente lo que se ha venido haciendo en Cataluña desde la llamada Transición democrática. Y ahí estamos. ¿Lo sabe o no lo sabe el profesor De Carreras?
De acuerdo con esas premisas, las interpretaciones de la abstención en las últimas elecciones municipales que nos ofrecen ahora los servidores de la comunidad dominante y la ideología dominante en el Principado abundan en argumentos que avalan la acción de los partidos integrados en el establishment políticoeconómico al que sirven y del que se sirven. Que sepamos, hasta el momento presente no se ha alzado ni una sola voz pidiendo que se deje hablar libremente, sí, libremente, a los abstencionistas. A decir verdad, tampoco hace falta; todos sabemos lo que nadie dice. Tranquilos, esto es un atraco.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿No es la diversidad de opiniones libremente expresadas una de las características identificadoras con carácter necesario de todo orden democrático?
¿Será verdad, como se malicia Pájaro bobo, que los agentes del establishment catalán ya han tomado medidas para reconducir el fenómeno Ciudadanos y llevar de nuevo el agua a su molino como hicieron en su momento con el movimiento de Vidal-Quadras?
¿Cuánto tiempo puede durar, en la Europa del siglo XXI, una situación de opresión de más de la mitad de una sociedad cuyos representantes oficiales (ni representativos ni, por lo tanto, legítimos) alardean de estar al servicio de un régimen político democrático?

El Menesteroso, mano de la Providencia

El Menesteroso llega puntualmente con su paso ligero de legionario y sendas bolsas del súper en las manos. Se agacha a la usanza moruna delante de la gatera y, al momento, los gatitos del jardín de infancia el Descampao le dan la bienvenida con la boca abierta y el rabo en alto. A los gatitos de este jardín de infancia Margarita, mujer sensible, y Pájaro bobo, huérfano de guerra, los llaman superinos, que es palabra cariñosa de su invención y, por lo tanto, exclusiva de su idiolecto; en cambio, Blacky, caniche celoso del cariño de su mestressa, se refiere a ellos con un despectivo «esos bichos», y sólo cuando no tiene más remedio. El Menesteroso, mano providencial de la Providencia, ha dejado las bolsas en el suelo, ha sacado de ellas varios potecitos y de los potecitos condumio a la carta: vianda, potaje y agua. Los superinos se han puesto a comer pausadamente, sin pelearse entre ellos, señal de que no les faltan ni cuidados ni alimentos. En eso también se diferencian de millones de seres humanos condenados de por vida a una vida inhumana por sus carencias. Cumplida su misión, el Menesteroso ha vuelto sobre sus pasos con su paso ligero de legionario; Pájaro bobo lo ha observado desde el simbólico ojo de buey de su búnker de papel y letra impresa y, antes de perderlo de vista, le ha dado las gracias con la mirada.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué el Menesteroso se cuida cada día del año de dar de comer a los superinos tres veces al día, siendo así que, por menesteroso, él también lo ha de menester?

Realidad presente: terminus a quo, terminus ad quem

La realidad presente, entendida como momento de un proceso espacio-temporal, puede contemplarse como reflejo y retrato de un pasado (terminus a quo) que terminará tan pronto como se produzca un salto cualitativo y surja un nuevo momento y una nueva realidad. También puede contemplarse como hito y punto de partida de un proceso que mira al horizonte y tiene su meta (inmediata o mediata) en el futuro (terminus ad quem) percibido como irrealidad deseada o como deseo realizable. Ejemplos.
Cuando vemos unos cuantos niños que hurgan y rebuscan en un estercolero público, podemos remitirnos a sus hogares, sus familias, sus barrios; en una palabra, a su vida individual, familiar y social. La escena es, por sinécdoque, un retrato de esa realidad, una realidad asentada en un pasado que se mantendrá mientras persistan las mismas condiciones y, consecuentemente, mientras los niños sigan hurgando y rebuscando en el estercolero. El pasado penetra y se adentra en el futuro.
También podemos ver a esos niños como exponente de una situación injusta llamada a desaparecer por el bien de todos, no sólo de ellos (términus ad quem). El futuro empieza tan pronto como, dada una situación injusta, alguien cobra conciencia de su carácter irracional e indeseable. El futuro empezó, empieza y empezará siempre con una toma de conciencia que abomina de un pasado irracional e injusto (terminus a quo) y pugna por un futuro que todos podemos y debemos imaginar no sólo cada vez menos irracional y cada vez menos injusto sino incluso absolutamente racional y absolutamente justo (terminus ad quem).
Pájaro bobo ve un futuro en el que, para empezar, no hay estercoleros y, sobre todo, niños hurgando y rebuscando en ellos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es consciente el ser humano de ese proceso, del que es a la vez sujeto y objeto?