¿A quién le ha tocado la lotería?

Con una Cataluña convertida en territorio enemigo a la púnica manera y nuestro  Rey escondiéndose de los españoles para alojarse furtivamente en la casa de los separatistas catalanes  y sus cómplices, yo, Ibero  irredento, pregunto y me pregunto: ¿Estoy condenado a morir como un cobarde y un traidor a mi Patria? ¿A quién le ha tocado la lotería?

Dulce et decorum est pro Patria mori!

Prosélitos y subalternos: Rufián y los de su cuerda

Entiendo que, en este predio que fue siempre una región española y ahora es, a mes a mes, una república imposible, el prosélito es por lo común un charnego de suburbio con ocho o más apellidos andaluces y extremeños que, aunque ahora  responde al nombre, pronombre o sobrenombre de Oriol o Pere Jaume y habla catalán -catalán  de suburbio o, si se prefiere, català de rodalies-, aún no ha conseguido  ni integrarse en la comunidad del rovell  de l ‘ ou ni ser conocido y reconocido como igual por sus miembros con  genealogía de sabra.

No obstante, el prosélito procura  medrar y pillar cacho como los que, antes que él,  quisieron cubrir la ruta de Europa y se quedaron aquí, a las puertas.

De hecho, muchos de ellos no tardaron en buscar el amparo de alguno de los partidos políticos adscritos al procés, avant la lettre,  y tutelados por la Generalidad con sus incontables entes asociados.

Los que lo intentaron y consiguieron llevaron a cabo su propia promoción socioprofesional y, sin dejar de ser prosélitos, se convirtieron en subalternos.

Habían resuelto por elevación y para un futuro previsible todos los problemas de la andorga y su condumio.

Uno de ellos es Gabriel Rufián, prosélito convertido en subalterno y ahora erigido en portaveu de un partido independentista en el Congreso de los Diputados.

Eso me lleva a pensar en la posibilidad de que el muy Rufián sea nombrado un día embajador de la República de Cataluña en los Madriles, capital de todas las Españas que es fan i es desfan.

Nota

Considero que mi caso es distinto. Desde que tengo memoria, mi familia se ha dedicado al trapicheo y desde entonces vengo pensando que mi vena intelectual es  un enigma de la mente humana y/o de los designios de la Providencia.

El enigma de Borges y el objetivo último de nuestros separatistas

En algún lugar de su magna obra, Jorge Luis Borges, siempre empeñado en escrutar los secretos del ser humano y su lenguaje, sostiene que, una  vez algo ha existido, ni Dios puede borrar su rastro hasta el punto de hacer que nunca  ha existido.

Cito de memoria, pero creo que en esencia eso es lo que afirma el escritor argentino, pues he meditado con insistencia en la idea, que he bautizado, por mi cuenta y riesgo, con el nombre de El enigma de Borges  y, acto seguido,  he relacionado con la actividad de los separatistas catalanes en su etapa más ambiciosa y sacrílega, la que pretende acabar con España y todo lo español, incluido el nombre.

Así lo proclaman diariamente, a voz en grito,  portavoces y dirigentes de  nuestros desleales compatriotas.

Desaparecida España, desaparecerá su nombre;  desaparecido el nombre de España,  desaparecerá su recuerdo.

Dicho y escrito está.  …fuese y no hubo nada.

 

Más allá de las añagazas y los subterfugios

No tengo miedo a la muerte.

Sí, no le tengo miedo.

Quiero pensar que, en este caso, la muerte es sólo un dativo, ni caso.

Me considero un patriota español del siglo XX.

Entiendo que todo patriota tiene compatriotas y contrapatriotas.

Y, también, que, por definición, el patriota es belicoso y beligerante y guerrero y agresivo.

En definitiva, al patriota nada humano le es indiferente.

Gracias al ilustre y muy leído judío nacido en la germánica Trier, entiendo también que el patriotismo es una ideología o, al menos, parte esencial de una ideología y, tanto en un caso como en otro, una forma de alienación.

Ahí me sitúo yo en cuanto ser humano que es y está en el mundo.

Entre los que, según mi madre, mataron a mi padre, Miguel Ibero Alonso, en septiembre de 1936, trabuco en mano, y los que ahora quieren matar y están matando a España a golpe de traición, decido permanecer fiel a España.

¿Estoy condenado a vivir y morir como un asesino?

De lo único de lo que puedo dar fe, tras una vida plagada de añagazas y subterfugios,  es de que me tengo por un ser humano y, como tal, por una criatura alienada y enajenada.

 

Diversos aspectos del fútbol

Entiendo que en el fútbol se pueden distinguir varios aspectos.

He aquí algunos; naturalmente, no todos:

El fútbol como deporte (para quienes lo practican).

El fútbol como espectáculo (para quienes lo contemplan).

El fútbol como trabajo y/o negocio (para quienes lo tienen por profesión y/o actividad económica).

Imagino que cada persona interesada en el tema puede trazar su lista de usos y aplicaciones del llamado deporte/espectáculo/negocio rey.

 

Consigna contra la destrucción de España

Entiendo que es hora de defender todo lo español, empezando por el  español, siempre en español.

Margarita

Siento y entiendo que para un hombre la intimidad -pensar y sentir con alguien que no soy yo- sólo es imaginable con una mujer.

Traspaso y arrebato, preferentemente de noche, hora de la complicidad y la confidencia.

Cuarenta y nueve años de vida con Margarita son muchas margaritas, siempre la misma Margarita.

El pensamiento, creación y procreación

Entiendo que el que es y existe es y existe porque piensa y para pensar.

Entiendo que el pensamiento es creación y procreación.

Entiendo que si hay alguien perpetuo es el que piensa y se piensa perpetuamente.

El exhibicionismo del enamorado

Me inclino a pensar que, en general, el ser humano (¿varón y hembra?) que cae presa del amor experimenta una  pulsión, poco menos que irrefrenable,  a un exhibicionismo de tipo infantil o infantiloide: desnudarse y/o mostrarse desnudo en público.

Parece ser que, al hacerlo, el enamorado no es  consciente de su estado (un imaginario  estado de naturaleza) o, siendo consciente de él, no le importa. Vive en sí mismo y para sí mismo.

Personalmente creo más bien que lo que hace el enamorado en realidad es alimentar esa pulsión  y procurar  satisfacerla.

España, patria mía

España, patria mía, yo nunca te traicionaré.

España, patria mía, Tú nunca me traicionarás.