Zapatero en el parvulario

Cuando alguien comete un error, sea de manera deliberada o no deliberada, lo primero que debe hacer, o al menos procurar, es reconocerlo, pues es condición imprescindible o necesaria para corregirse y poner remedio. Si uno se empeña en justificarse y/o echa la culpa a otro, nunca lo reconocerá y, por lo tanto, nunca pondrá remedio y nunca se corregirá.
Ejemplo: ¿quién lo ha hecho? Yo. Lo siento, no me he dado cuenta. Procuraré no hacerlo más.
Pájaro bobo, además de procurar seguir esta norma personalmente, se la enseñó a sus hijos cuando eran pequeños y éstos la adoptaron como pauta de comportamiento. Acto seguido, Margarita, su madre, la explicó en el colegio donde trabajaba como maestra. Poco después contaba, entre sorprendida y regocijada, que los niños del parvulario no sólo la habían aprendido y la habían puesto en práctica sino que incluso, cuando ella preguntaba en clase «¿quién ha sido?», ellos contestaban a coro «yo he sido, señorita».

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿enviamos a Zapatero al parvulario de Margarita?

Observación
Margarita es muy buena maestra, y hay que felicitarla por ello y porque, además, hoy, diez de marzo, es su cumpleaños.

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