Partit Impopular de Catalunya: Piqué, Cirera i Associats

Al anónimo columnista de ABC, amigo y promotor de Josep Piqué

Pertenciente a la subespecie homo fallax del homo sapiens, como los Zapateros, los Pujols y los Pujolets, los Maragalles, los Rocas y los Montillas o charnegos amontillados, Piqué recibió y aceptó de buen grado el encargo de minar, primero, y desmontar, después, el Partido Popular de Cataluña y transformarlo en una delegación o subdelegación pseudoespañola, criptocoseparatista y aburguesada de Convergencia y Desunión. Y justamente en eso estaba cuando le llegó, ¿sorprendió?, la orden de desalojo. Desde hace tiempo, este subalterno con cara de cemento armado tenía la mosca detrás de la oreja, sabedor de que los de Madrid no le perdían de vista. Pero, como ya tenía escrito el «me voy porque quiero», no hubo derramamiento de lágrimas ni simulacro. Su propuesta de modernizar y actualizar la dirección nacional del Partido Popular como treta, argucia y conjura para volar su núcleo más duro y español no sólo fue rechazada, máxime por venir de quien venía, sino que además le dejó completamente al descubierto. Es sabido que, cuando alguien dispara, siempre delata/denuncia su propia posición. Piqué debía saberlo pero, a juzgar por el juego que ha venido tramando y maquinando antes y después, no quería ni saberlo ni creerlo. Tal vez pensaba que los de Madrid, siempre ignorantes en las intrigas y los business de la Fenicia de Poniente, necesitaban de su knowhow y sus contactos. No obstante, he ahí el cazador cazado; el traidor traicionado en su casa, que nunca fue suya, y por los suyos, que nunca fueron los suyos. El hombre se ha quedado con el cerezo y las cerezas (cireres), pero de momento no parece que tenga interés en sacudir el árbol, pues tendría que comerse las cerezas él solito. A lo sumo, en compañía de sus leales más desleales. Ya veremos qué trama más adelante. O qué se le ofrece. O qué le ofrecen y proponen sus criptoaliados de toda la vida, los que, con toda la mala fe del mundo, le confiaron esa misión imposible, imposible y envenenada. Puede decirse que a Piqué le han perdido las malas artes y las malas compañías. Eso es precisamente lo que con toda probabilidad algunos valorarán ahora en él. Su sitio más idóneo parece estar en la ciénaga de los divergentes y desunidos. Escuela, arte y tarannà así lo dicen. Puede consultar a Valentí Puig, politólogo especializado en catalanología, maquiavelismo e intrigas púnicas. Aun así, Pájaro bobo no descarta la posibilidad de que el carallot Carod le fiche para su proyecto independentista y le nombre «Menistro» de Afers Estrangers de Catalunya, aunque sólo sea para beneficiar la mina de sus conocimientos y beneficiarse de su experiencia y su habilidad en ese campo. Una cosa es tan cierta como que Dios existe: si le ofrece el cargo, Piqué, político en paro, firma. Firma y acepta.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿para quién seguirá maquinando, intrigando y traicionando este destacado ejemplar de homo fallax aún en plenas facultades y con muchas ganas de seguir en activo?

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