Artículos del día 2 de junio de 2008

Pedagogía de la plastilina

Francesc de Carreras escribe sobre la pedagogía de la plastilina en un texto que a Pájaro bobo se le antoja una chapucilla en la que las palabras son utilizadas como trozos de plastilina. Correspondencia isomórfica: plastilina con plastilina, chapuza con chapucilla. Estamos en la universidad española, ante un catedrático de Derecho Constitucional. Y Pájaro bobo, que aprendió a pensar en los duros inviernos de Mitteleuropa, no sabe si blasfemar o dar gracias a Dios.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿podría explicarnos el susodicho, en otra lección para infantes, la relación de la pedagogía de la plastilina con la psicología de la Gestalt (Gestaltpsychologie), habida cuenta de que Gestalt viene de gestalten y gestalten significa modelar?

El clero catalán: clero politizado, clero cismático

Es comúnmente sabido que el clero catalán, no Iglesia catalana, está integrado en el frente político promovido por el Sanedrín y participa activamente en el proyecto independentista. En opinión de Pájaro bobo, esa actitud, junto con las actividades que le son inherentes, determina un comportamiento civilmente delictivo y gravemente pecaminoso en lo religioso por lo que tiene de politizado y mundanizado, máxime toda vez que, en este caso, las fuerzas políticas a las que el clero catalán presta su apoyo gozoso y cordial están supeditadas a una comunidad social –la comunidad de lengua catalana– que mantiene en condiciones de opresión a otra –la comunidad de lengua española–, a la que, a pesar de ser mayoritaria, está tratando de arrebatar dolosamente los derechos democráticos, civiles y religiosos, que en justicia le pertenecen; entre ellos, el derecho a recibir enseñanza pública y tener servicios religiosos en su lengua.
El clero catalán con su cardenal arzobispo, Martínez Sistach, al frente no sólo no condena la política opresora de los partidos catalanistas, como es preceptivo en una instancia religiosa regida, necesariamente, por criterios éticos, sino que incluso colabora con ellos en la erradicación planificada del idioma español y la privación a los fieles hispanohablantes de servicios religiosos en su lengua. Como si no tuviera bastante con todo ello, el mencionado cardenal arzobispo, llevado de una anonadante falsa buena conciencia, pide ahora la supresión de programas muy concretos de la COPE, cuando la mencionada emisora es, precisamente por esos programas, la única voz crítica que sobrevive en el espacio geográfico sometido a la dictadura encubierta pero implacable de los partidos catalanistas, con los que, repetimos, el clero catalán y el cardenal arzobispo Martínez Sistach colaboran tan estrecha como ilícitamente, llevando a la práctica en su demarcación las «recomendaciones» que la dirección de esos partidos les transmiten. Miserables, miserables.
Pájaro bobo considera que la Conferencia Episcopal debería investigar las actividades del clero catalán y sus vinculaciones con los partidos nacionalistas. Lógicamente, para ello tendría que preguntar directamente a las asociaciones religiosas y a los creyentes que sufren la opresión del llamado nacionalismo catalán. Entonces conocería la verdad, al menos una parte de ella, y podría informar a la Santa Sede para que ésta tomara cartas en el asunto y pusiera coto a comportamientos que, además de estar alejados del mensaje evangélico, están marcados por una politización con ribetes cismáticos, aunque sólo sea por su obsesión secesionista, ya que, como nos enseña la historia, la división de la sociedad conduce con frecuencia a la división de las comunidades y ésta, a su vez, a la división de la Iglesia.
Es posible que entonces, el clero catalán dejara de actuar, como viene haciendo, con indebida autoestima o, si se prefiere, con falsa buena conciencia y se cuidara de lo que realmente le incumbe: proporcionar asistencia religiosa a los creyentes y, como mínimo, mantenerse al margen de los conflictos referentes a asuntos mundanos, a no ser que decida tomar partido en favor de los más débiles.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cómo es posible que el actual cardenal y arzobispo de Barcelona, Martínez Sistach, siguiendo la línea del abad de Montserrat, Josep Maria Soler, se preste a participar en intrigas políticas, hasta incurrir en un delito/pecado de difamación, y falte deliberada y gravísimamente a la verdad delante de cuarenta y cinco millones de españoles?