Ensoñaciones

Pájaro bobo sale a soponcio por día. Traición diaria de una izquierda que en rigor nunca fue de izquierdas, sólo antimilitarista, sólo anticlerical. Si la izquierda nació en un sueño, parece que debería seguir soñando para conservar, al menos, parte de ese sueño, además del nombre. Según este soñador, una izquierda que nunca soñó es una izquierda que nunca existió. Traición diaria de la derecha, que acaso siempre fue de derechas, sólo de derechas, derecha de la andorga y la faltriquera, que es lo suyo. La derecha sólo sueña despierta.

Fórmula mágica y, con variantes, universal en el tiempo que viene y en el espacio que nos queda: la Convergencia de los Pujoles es la continuación social (sociológica) del franquismo. Esa Convergencia, obra y hechura del Sanedrín catalán, ha otorgado una nueva buena conciencia a la gente de orden, la bona gent, que en realidad es gente de la clase dominante, sustentadora solícita y agradecida de la nueva ideología dominante, de cualquier ideología dominante, de todas las ideologías dominantes que es fan i es desfan, incluida, si procede, la ideología de la clase dominante española. Por motivos de seguridad, España será siempre la Casa gran. ¿Siempre? Ja veurem!
Lo que no deja se deja, pero, por la misma razón, lo que deja no se deja. Ni en broma.

Ahí están los ciudadanos del Partido de los Ciudadanos. El Tándem de la Ciudadela toca a arrebato y pide un congreso. O se reactiva el organismo o el organismo irá languideciendo hasta que le llegue la hora. Fagocitosis. Acaso todo ello sea un pelín más complicado. Para el Sanedrín, que posiblemente es el colectivo que más sabe de intrigas y conjuras después del Mosad israelí, la formación política del joven desnudo cumple, entre otras, la función de tener agrupada y controlada a la feligresía española de Cataluña que, decepcionada de pseudosocialistas e impopulares, sigue buscando una patria. Por lo tanto, lo más probable es que el Partido de los Ciudadanos sobreviva, pero aconductat por un catedrático e instalado, por motivos de seguridad y protección contra la contaminación ambiental, en un búnker de plastilina. Tres cuerpos extraños, tres masas amorfas y, sobre todo, sin cabezas pensantes. Para cabeza pensante, la de Pujol ben Gurión, Sumo sacerdote del Sanedrín de las Terras de Ponent. Las cien familias siguen haciendo historia: la hacen y la dictan. Subalternos y amanuenses a sueldo la escriben o, por mejor decir, la teclean.

Pájaro bobo se asoma a uno de los ojos de buey de su atalaya y espelunca situada a tres metros sobre el nivel del mar de la Sargantana, ayer piélago, hoy ciénaga, y a tres tiros de piedra y un palmo de la Barceloneta, otrora barrio marinero y ahora dique seco de los Sirgadores de Sant Gervasi, Tubau y su troupe.

Llega el Menesteroso, paso ligero de legionario, mano izquierda de la Providencia. En las muñecas, haces de bolsas del Tall Britànic con condumio a la carta para los gatitos del jardín de infancia el Descampao. Le recibe el Rubiales, macho alfa con el rabo anillado como un lemur malgache pero más corto. Pájaro bobo da gracias a Dios y rememora su infancia, aquella que nunca debió perder porque no es bueno perder la inocencia.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuándo escenificarán una nueva conjura Tubau y su troupe?
De todos modos, que Boadella empiece a preparar uno de sus happenings-performances con mucho mimo.

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