PSOE, ICV y UPN: la política y la ética

Días pasados, Pájaro bobo se refirió a la maniobra del PSOE para capturar dos peones sueltos (en el argot ajedrecístico internacional, isolanas), uno a izquierda y otro a derecha del tablero nacional, y la definió como jugada magistral en términos político-ajedrecísticos. Y, en ese aspecto, así continúa viéndola.

Sin embargo, contemplada desde una perspectiva ética, esa misma jugada, maniobra o golpe de mano por sorpresa le merece una valoración muchísimo menos favorable. En opinión de Pájaro bobo, y siempre de acuerdo con su conocimiento del lance, el PSOE actuó deslealmente al dirigirse en secreto a ICV, sabiendo como sabía que este partidillo residual y suburbial formaba parte de un frente nacionalista. Dos traidores, el PSOE e ICV,  a cuenta de un tercero, el frente nacionalista, también traidor a su vez.
El PSOE repite la treta con el UPN, a sabiendas de que esta formación está vinculada al PP. Pájaro bobo se considera con derecho a pensar que en los dos casos se llega a pactos o acuerdos secretos y clandestinos, pero ahora en perjuicio de un tercero, el mencionado PP, al que, en este supuesto, debemos considerar estrictamente traicionado, no traidor.

Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Cómo ha comprado el PSOE el apoyo y, en sentido inverso, la deslealtad de los dos peones mencionados?
¿Qué acuerdos o pactos secretos ha firmado, o ha prometido firmar y cumplir, el PSOE con cada uno de los mencionados peones para conseguir su apoyo?
¿Es punible el comportamiento de los tres sujetos implicados y, en caso afirmativo, en qué grado, en qué medida?

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