Proyecto nacional, ni partido ni dividido
Ahora, la prensa extranjera denuncia a diario los gravísimos errores cometidos por el Gobierno Zapatero, durante los últimos tiempos, en el ámbito de la economía, así como las desgracias que inexorablemente se abatirán sobre España y los españoles en los próximos años. Los comentaristas le acusan en concreto de actuar sin una planificación realista e integral o, en otras palabras, de volar en alas de una mentalidad a la vez ingenua y malintencionada, según la cual basta con negar algo para hacer que no exista, al menos durante una temporada.
Todos sabemos que precisamente esa ha sido la fórmula mágica utilizada sistemáticamente tanto por Zapatero, gran embaucador y masturbador, como por su inepto y lealmente desleal subalterno y ministro de la pasta gansa. Es posible, acaso probable, que Solbes, el aludido y futuro interfecto, pase a la historia no sólo como el crack que vapuleó sin compasión a un Pizarro acomplejado y televisivamente inexperto sino también como el gran bluff del boom y el crash de nuestra economía.
Con esas negras perspectivas económicas en una España a merced de las nacionalidades periféricas, generadoras insaciables de cargos burocráticos, embajadas, delegaciones y selecciones deportivas, Pájaro bobo considera que ha llegado la hora de que una formación nacional, no partido político, levante la voz y ofrezca a los españoles un proyecto realmente democrático o, lo que es igual, nacional, integrador y constructivo. Tal formación debería superar los planteamientos ideológicos de izquierdas y derechas, con sus divisiones y antagonismos, y poner el juego político y sus actores al servicio de la ciudadanía española, no al revés como ocurre ahora.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿hay en el actual panorama político español alguna formación capaz de llevar a cabo ese proyecto?
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