Artículos del día 4 de mayo de 2009

El Estatut de Cataluña: ¿constitución o camisa de fuerza?

La jugada consistía en conseguir que fuera aprobado por el  Tribunal Constitucional un estatuto abiertamente doloso, toda vez  que contenía  en esencia y potencia  los elementos básicos de una constitución en toda regla. Sería  la primera Constitución de Cataluña, antesala y fundamento de Cataluña como Estado soberano.

Y, a decir verdad, los   constituyentes conjurados han estado a punto  de salirse con la suya.

Por lo demás, lo lógico habría sido, al menos en opinión del Insomne, que, una vez descubierto, comprobado y verificado el carácter doloso y por lo tanto delictivo del documento,  el Tribunal lo hubiera rechazado de plano, acompañado de un pliego de advertencia a los redactores de este y de todos los demás textos estatutarios.

Como puede verse, el Insomne no es jurista.

Pero, según parece, el Tribunal Constitucional ha hecho algo infinitamente mejor y más sabio. Ha deconstruido  el texto, pieza a pieza,  y, acto seguido,  lo ha reconstruido, igualmente  pieza a pieza,   de acuerdo con su criterio y en aras de  un objetivo preciso y determinante: reforzar la Constitución española vigente y engarzar en ella los estatutos de autonomía como textos subordinados y complementarios, ni antitéticos  ni ajenos.   De ese  modo no sólo  ha convertido el Estatut  de Cataluña  en un contraestatuto   sino también y sobre todo en una norma-contranorma de todos los estatutos de autonomía presentes y futuros.

Cualquier observador puede ver ahí ingenio, mucho ingenio,   al servicio de una reparación arquitectónica que nunca podía ser una obra maestra.

El Insomne imagina que ahora a los prohombres del  Sanedrín o Consejo Asesor de Cataluña les  vendrán ganas de retirar el malhadado documento-trampa, pero el mal ya está hecho, pues, si no ha pasado esta vez, en el futuro las posibilidades son prácticamente nulas, habida cuenta que, gracias a esa dolosa intervención, se ha creado una norma jurídica que pone límites precisos  a todos los estatutos de autonomía.

Evidentemente, no hay mal que por bien no venga.

Pregunta a los cuatro vientos: ¿qué dirá y sobre todo qué hará el Sanedrín de los Pujoles y los Maragalles cuando compruebe que con su Estatut un tribunal español ha fabricado una camisa de fuerza que pretende mantener aherrojada a Cataluña por los siglos de los siglos?