Ciudadanos y UPyD Cataluña: y después del verano, ¿qué?
Parece ser que Antonio Robles, ciudadano de Ciudadanos, después de dar una última vuelta al ruedo parlamentario, ha tirado la montera y se ha reincorporado a la vida decente, discente y docente, mientras que José Domingo intenta sobrevivir en su escenario habitual, acosado por el avieso Ernest Benach, presidente de la Mesa del Parlamento de Cataluña.
Así, el pecio de los Ciudadanos, antes predio, queda en manos del grumete Albert Rivera en funciones de capitán de navío.
Según parece, ha ultimado un nuevo fichaje, pero uno se inclina a pensar que la rehabilitación o no rehabilitación del maltrecho proyecto, incluida su supervivencia, depende de la presencia o ausencia de Miguel Durán en funciones de vigía.
Y sobre todo de tiburón.
Pero, aun en el supuesto de que Ciudadanos, partido partido en tres tristes trozos y una minibabel de esquirlas, sobreviva, podemos asegurar que sus tiempos más prometedores y, para algunos, fructíferos pertenecen al pasado.
Aunque en estos momentos Ciudadanos está realizando una acción meritoria en defensa del español, cabe imaginar que, en aras de la supervivencia, se regionalizará aún más y se catalanizará progresivamente hasta ser engullido y asimilado por el establishment catalanoburgués, que intentará utilizarlo, de una parte, como avanzadilla con la que debilitar al PP de Sánchez-Camacho y, de otra, como elemento de choque y disuasión contra todo proyecto o conato de proyecto no separatista que pueda surgir en la Fenicia de Poniente.
Justamente ahí se sitúa, según el Insomne, la sección catalana de UPyD, que en estos momentos registra un descenso de la actividad rayano en el paro general, mientras que en el conjunto de España sigue escalando posiciones, hasta haberse convertido en la tercera fuerza nacional con Rosa como líder mejor valorada por los españoles después de Zapatero..
En Cataluña, esa falta de actividad, consecuencia, a su vez, de la falta de una dirección activa en organización y promoción o, si se prefiere, hacia dentro y hacia fuera, ha dejado la formación a merced de predadores como topos, buitres y raposos, que, no es un chiste, se disponen a hacer su agosto.
Al Insomne se le ocurre que los integrantes del Consejo de los Gorriaranes podrían tomar algunas clases teórico-prácticas de catalanología, ciencia que estudia la lengua y las pautas de comportamiento de los aborígenes de la Fenicia de Poniente, pues, por lo que su presidente dice sobre éstos y sus tierras, a veces, sólo a veces, parece más un aliado inconsciente e involuntario de los Pujols y los Maragalls que un defensor ilustrado y deliberado de España y su unidad.
Bueno, en opinión del Insomne, eso no es catalanofobia, eso es catalanoignorancia.
Pregunta a los cuatro vientos: ¿qué quedará de Ciudadanos y de UPyD Cataluña después del verano?