Artículos del día 4 de agosto de 2010

Edurne en la tanca catalana

El Insomne entiende que,  a veces, a veces, a la mujer le fallan la lengua, el lenguaje y, sobre todo, la   lógica del lenguaje.

Pero no cabe duda de que la mujer se esmera,  se esmerila  e incluso esbrina.

Ciertamente, moverse con tino y soltura  en la  tanca catalana no es tarea fácil para quien viene de fuera. Menos aún para quien  no viene y se limita a leer los periódicos y/o escuchar los informativos de la televisión.

Digamos a título orientativo que la tanca catalana se parece mucho, muchísimo, a la granja de Orwell.

Una diferencia básica: si en el imaginario universo orwelleano la clase dirigente está formada íntegramente por cerdos, en  la tanca catalana la clase dominante, con toda su constelación jerárquica, está formada por raposos del género Vulpes con sangre  de sabras y carné de identidad expedido por la Generalidad.

Evidentemente, Edurne puede/debe seguir escribiendo en el periódico de todos los españoles, pero en opinión del Insomne tal vez no haría mal en mejorar su conocimiento de la lengua española y, en especial, de la tanca catalana con sus moradores y moradoras (léase: raposos y raposas).

El poeta en la tanca de Orwell

El Insomne, en vena poética, piensa en Espriu, el de la piel de toro, y en Salvat-Papasseit, el de los muelles de la Barceloneta, y grita:

Jo sí que sé el que és guardar fusta al moll,

el moll de la fusta,

la fusta del moll.

Y yo sí que sé lo que es vivir como proscrito

en la tanca de Orwell,

en el Ponto de Ovidio.

Nota

El Insomne sabe dónde queda el Ponto Euxino, pero ¿dónde está la tanca de Orwell?