Edurne en la tanca catalana
El Insomne entiende que, a veces, a veces, a la mujer le fallan la lengua, el lenguaje y, sobre todo, la lógica del lenguaje.
Pero no cabe duda de que la mujer se esmera, se esmerila e incluso esbrina.
Ciertamente, moverse con tino y soltura en la tanca catalana no es tarea fácil para quien viene de fuera. Menos aún para quien no viene y se limita a leer los periódicos y/o escuchar los informativos de la televisión.
Digamos a título orientativo que la tanca catalana se parece mucho, muchísimo, a la granja de Orwell.
Una diferencia básica: si en el imaginario universo orwelleano la clase dirigente está formada íntegramente por cerdos, en la tanca catalana la clase dominante, con toda su constelación jerárquica, está formada por raposos del género Vulpes con sangre de sabras y carné de identidad expedido por la Generalidad.
Evidentemente, Edurne puede/debe seguir escribiendo en el periódico de todos los españoles, pero en opinión del Insomne tal vez no haría mal en mejorar su conocimiento de la lengua española y, en especial, de la tanca catalana con sus moradores y moradoras (léase: raposos y raposas).
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