El PSC y la Tanca catalana más allá de apalancamientos y margin calls
Dada mi condición de administrador celoso de los haberes de una unidad familiar o, stricto sensu, de economista, me permito afirmar que una operación de apalancamiento consiste, más o menos, en comprar algo, o en hacer ver que se compra algo, con dinero que no se tiene, pero haciendo ver que se tiene.
Farol/fraude/añagaza. En otras palabras, economía especulativa en estado puro.
A causa de la actual crisis sistémica, economía incluida, muchas de las grandes operaciones de apalancamiento se han cerrado, se están cerrando o van a cerrarse con descomunales agujeros, déficits y quiebras.
Un apalancamiento sui gneris en cadena, a cuenta de inventario, es el que han venido practicando y beneficiando –sí, beneficiando–, los dirigentes y subalternos del mal llamado Partido de los Socialistas de Cataluña o PSC durante décadas: recabar-recaudar y administrar votos españoles, que no son suyos, y endosárselos/vendérselos al PSOE y/o al Gobierno de España como votos catalanes/catalanistas, algo que nunca fueron.
Ahora, Olegario Ortega nos cuenta en fascículos/entregas/episodios la historia de ese fraude, ejemplo de política especulativa en estado casi puro. Aviso o, si se quiere, margin call.
¡Viva la madre que te parió!
Como no podía ser por menos, a la postre el PSC se ha quedado sin votos y sin crédito. Está bajo mínimos. Y con el culo al aire.
¿Terminará atrapado para siempre en la Tanca catalana que los Maragalls, los Obiols, los Salas et alii, miembros, todos ellos, del Partido Único de Cataluña, construyeron a modo de sótano de mazmorras, con la colaboración de prosélitos manumitidos como Montilla, Corbacho y Chacón, para alojar en él a los charnegos, sus hijos y los hijos de sus hijos a fin de que los catalanes pudieran tener una democracia a su medida o, lo que es igual, para ellos y sólo para ellos?
La madre que los trujo.