Castelo, el poeta de la Granja
Creo que llegué a conocerlo, al menos en parte; creo, en cambio, que él no llegó a conocerme. ¿Le di miedo? Lógico.
Quiero pensar que, entre todos los papeles que Castelo representó o trató de representar en esta granja orwelliana que es nuestro mundo y nuestra sociedad, el de buena persona (¿bon vivant?) era sin duda el que mejor le iba. Con él se fue.
Aquí, en esta página virtual, será recordado siempre con agradecimiento como el poeta de la Granja.
Un amigo poeta es siempre un tesoro.
Artículo sobre general escrito por el 30 de mayo de 2015 y sin comentarios de momento.
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