Música, más música : Musik, mehr Musik!

A menudo, cuando me pongo a escuchar música –Albéniz, Falla, Schubert, Bach, Beethoven, Mozart–, me vienen ganas de echar a volar y permanecer en silencio, con los ojos cerrados, para no volver a hablar y ver nunca más.

Pero lo cierto es que siempre termino por recobrar la conciencia de ser alienado y, como tal, sujeto a   una existencia que me es esencialmente  ajena.

Entiendo que volar es lo contrario de arrastrarse por el suelo,

pero ¿en qué consiste percibir una música?

Una cosa parece cierta: la música interior no tiene sonido.

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