¿Dónde queda el mensaje evangélico de los obispos catalanes?
Hace tiempo que el clero catalán –no la Iglesia catalana, que no existe–, decidió integrarse en la estructura del movimiento secesionista y hoy forma parte activa de la dictadura burguesa implantada en Cataluña.
Conviene aclarar, porque así lo exige la realidad social, que, aunque políticos y clérigos secesionistas hablen de un «pueblo catalán», lo que hay aquí es, a mi modo de ver, una sociedad con dos comunidades político-lingüísticas: una comunidad minoritaria pero dominante/opresora de lengua catalana y sentimiento catalanista, y una comunidad mayoritaria pero dominada/oprimida de lengua española y sentimiento español.
El clero catalán, dirigido por sus obispos más beligerantes y mundanos, se ha alineado abiertamente con la minoría social opresora y ha abandonado a la mayoría social oprimida.
Resultado: las iglesias de Cataluña están completamente vacías; en cualquier caso, mucho más vacías que las del resto de España, pues, por lo visto, sus pastores prefieren que estén vacías a que en ellas se rece en la lengua de santa Teresa.
En la práctica, eso significa que los obispos catalanes están más atentos a apoyar proyectos cismundanos de dudosa legitimidad moral, como es un régimen dictatorial y una presunta República de Cataluña, que a cubrir las necesidades espirituales y religiosas de ovejas que no consideran de su rebaño.
¿Dónde quedan el mensaje evangélico, la catolicidad, el ecumenismo y el espíritu de Pentecostés de esos obispos?
Para mí, su comportamiento es a la vez delictivo y pecaminoso.
En cualquier caso, he ahí, a guisa de muestra, unos cuantos detalles de una realidad social, política y religiosa que, en mi opinión, el buen Papa Francisco debería conocer antes de pronunciarse sobre la República de Cataluña.
Y, a propósito, ¿por qué están vacías las iglesias de Cataluña?