Agosto no será ferragosto
Todo parece indicar que este agosto no va a ser precisamente un ferragosto para los políticos de una y otra orilla del Ebro, río que fue de los iberos.
A ver qué se inventan ahora los separatistas catalanes, que –siempre púnicos ellos– tienen fritos a los pobres españoles con sus traiciones y sus salvajadas.
Una pena. Ni el Rey puede disfrutar de sus regatas, ni Rajoy de sus excursiones a campo través, ni los españoles de a pie de sus barbacoas en la playa, el río y/o la montaña.
Yo, por si acaso, a lo mío. Releeré a Ángel Ganivet, español siempre atormentado y siempre fiel a sí mismo, y seguiré leyendo –en catalán, sí, sí, con mi catalán de rodalies— a Prat de la Riba, teorizador del catalanismo e intelectual corroído por la melancolía de una Cataluña imposible y un irredentismo insalvable.
Quienes a buen seguro trajinarán en cantidad de cintura para arriba serán el Junqueras, conocido en esta página virtual como el Borni, el Puigdemont o bachiller y la Colau en su condición de mestressa de la Casa Gran o ama del ayuntamiento.
Estamos en Barcelona. La ciudad ha dejado de ser una de las capitales del anarquismo europeo para convertirse en el área metropolitana de la intriga y la conjura permanentes.
Aun así, parece ser que, de momento, no habrá independencia para la Cataluña preconizada por el Borni y sus seguidores pequeñoburgueses, pero habrá algo mejor para todos o casi todos.
Un alto representante de la derecha madrileña ha augurado, acaso sin saberlo o sin creérselo del todo, una nueva alianza de las tres burguesías ibéricas –la madrileña, la catalana y la vasca– en condiciones de igualdad y a medio plazo.
El tal Rajoy ya está trabajando en ello, sin esperar al dos de octubre.
Será una alianza histórica que, según los mejor informados, ayudará a mantener la unión de España durante los próximos años.
Naturalmente, eso no nos librará de las tormentas de agosto.
Una cosa me parece cierta: después del uno de octubre, que probablemente transcurrirá entre amagos de traición y calculados gestos de fuerza, llegará el 12 de octubre y los españoles volveremos a celebrar el Día de la Hispanidad.
Se acabó la bronca.