España, sociedad enferma, nación enferma
Quiero entender ingenuamente que, para ser una sociedad sana y equilibrada y, a partir de ahí, una nación sana y equilibrada, España necesitaría de manera ineludible y permanente que sus formaciones políticas de izquierda y derecha, separadas en un principio por sus respectivas ideologías, pasaran a estar unidas, más allá de estas, por un mismo y único sentimiento de pertenencia y una misma y única manera de hacer frente a sus necesidades como sociedad, pueblo y nación.
Ese sería para mí un sentimiento de pertenencia o patriotismo esencialmente integrador y positivo.
En cambio, a mi entender, nuestra derecha se ha caracterizado a lo largo de los dos últimos siglos por un patriotismo reaccionario y poco o nada pragmático, mientras que nuestra izquierda, en especial la surgida a raíz de la Revolución industrial (que, en mi opinión, la tuvimos y la tenemos), ha rechazado de manera obstinada todo lo relacionado con el patriotismo (concepto, término y praxis), identificado en el inconsciente colectivo de la clase trabajadora con fascismo, opresión y explotación.
Y, de acuerdo con mis observaciones, ahí sigue en buena medida.
A pesar de todo ello o precisamente por todo ello, yo he abogado y abogo por un sentimiento de pertenencia o patriotismo que, superando las barreras levantadas por las ideologías, cristalice en el alumbramiento de una sociedad y una nación de seres humanos cada vez más racionalmente solidarios y pragmáticos.
En definitiva, me gustaría contribuir a que España dejara de ser una sociedad enferma y una nación enferma.
Nota
Hay sociedades y naciones en las que el patriotismo se asienta prioritariamente en la izquierda.