Más allá de la reokupación de Cataluña
A mi modo de ver y entender, tras la victoria del separatismo nativo y nacional, las instituciones de decisión y representación democrática de Cataluña han sido objeto de una reokupación total, realmente llamativa, por la nueva casta dominante y opresora, que ha hecho desaparecer de la escena pública de esta antigua región española a más de la mitad de su población.
Ahora, mientras la población de lengua catalana y sentimiento independentista copa la Generalidad, amén de sus incontables entes asociados, con un ejército de burócratas, la población de lengua española y sentimiento español pugna por sobrevivir en las zonas marginales de la administración autonómica realizando trabajos de segundo y/o tercer rango, siempre mal pagados y peor considerados socialmente.
Los resultados de las elecciones autonómicas confirman con rotundidad este hecho y la realidad política y social creada -democráticamente- a partir de él.
Por lo demás, considero que, a la larga, esa situación no es ni sostenible ni buena para una sociedad del siglo XXI, se le ponga el nombre que se le ponga y se camufle como se camufle.