El gran repliegue
Puedo imaginar que, finalmente, Estados Unidos se ha rendido a la evidencia y ha iniciado su gran repliegue, vuelta a casa y vuelta a la doctrina Monroe.
A ello han contribuido sin duda poderosas razones geoestratégicas, habida cuenta de que las inhóspitas montañas de Afganistán han marcado durante décadas la cota más alta y más avanzada de Occidente (Europa y Estados Unidos) frente a China, llamada a liderar la política mundial en un futuro más o menos inmediato y previsible.
Aun así, parece ser que se mantendrá el esquema bipolar, pero, de ahora en adelante, con un bando mayoritario capitaneado por una China en expansión, secundada por Rusia, frente a un bando claramente minoritario representado por la llamada Civilización Occidental, en manifiesta decadencia, liderada ¿contra su voluntad? por un Estados Unidos sin fe en sí mismo y en su causa, y secundada por una UE sin fuerza ni recursos para defender sus intereses en un futuro enfrentamiento de proporciones continentales.
Así las cosas, considero que Estados Unidos no debe prescindir de la UE ni la UE de Estados Unidos. Y, salvando las distancias, tampoco la UE debe prescindir de Alemania y Alemania de la UE.
Lo dijo Heidegger: En el ser nos va el ser.