Movimiento burgués versus proletariado industrial
Entiendo que, en razón de su origen y su esencia, el catalanismo es un movimiento burgués a la vez ilustrado y clasista.
Como en casos similares, la catalanidad se transmite a través del sentimiento de pertenencia, que actúa como seña de identidad indeleble e inalienable no sólo en los ámbitos públicos de la sociedad y la política sino también y muy especialmente en el seno de la familia, recinto privado e incluso íntimo.
En la práctica, ese sentimiento constituye un filtro que identifica y selecciona.
Si los judíos sionistas hablan normalmente de «subir a Israel», no, por ejemplo, de viajar a Israel, els catalans de mena entienden que para pertenecer a su comunidad hay que hacer méritos y en definitiva merecerlo. Ellos deciden.
Lamentablemente, como todos los filtros sociales, el filtro aplicado ahora en Cataluña selecciona y, por lo tanto, también resta y aísla. En líneas generales, su proletariado industrial no es ni catalán ni catalanista.
Ni quiere serlo ni lo merece.
Por todo ello resulta evidente, al menos para mí, que los números están de su parte y con ellos, probablemente, también el futuro.