Más allá de la alienación de las criaturas
Parece ser que Dios concibió su Creación como una Redención. Todo lo creado –de manera especial sus criaturas– procede de Dios y, una vez redimido y purificado, vuelve a Dios.
Un ciclo eterno hecho de ciclos no eternos.
Pero el hecho es que las criaturas se rebelan contra su Creador y, muy concretamente, contra los designios de su Creador.
Ellas quieren no sólo ser como ÉL sino incluso superarle y suplantarle.
ETERNAMENTE.
El eterno retorno se convierte así en la eterna redención y la eterna redención se convierte así en la eterna lucha del SER por el SER.
¿Pero puede hablar de SER una criatura alienada?
Sí, puede, pero, en mi opinión, impropiamente.
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