Separatistas catalanes: vendedores de falsedades

Los separatistas catalanes han conseguido vender/imponer sus falsedades políticas no sólo a sus seguidores y beneficiarios, incluido el clero,  sino también a sus enemigos y rivales políticos, incluidas  las víctimas de su opresión.

Dicho una vez más a voz en grito: en Cataluña una minoría burguesa, siempre desleal,  copa todos las instituciones políticas y oprime a una mayoría de lengua española, básicamente obrera, desde hace más de treinta años.

Política de la puta i la Ramoneta.

La comunidad de lengua española, inexistente para los separatistas catalanes, supera los cuatro millones de personas sobre una población de siete millones y medio.

Es necesario que España sepa que todas las instituciones públicas de Cataluña son ilegítimas y antidemocráticas, pues, nacidas de una conjura burguesa, nunca han sido representativas, ni siquiera en  términos mínimamente proporcionales,  de su población.

¿Hasta cuándo?

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Delirio

España financiará una administración estatal para Cataluña, que, además de ser soberana respecto de España, la oprimirá.

Economía: quiebra, intervención, rescate

A mi modo de ver, la secuencia es: (1)  quiebra o bancarrota de la economía de un país de la UE, (2) intervención de esa economía por la UE,  (3) rescate o intento de rescate de dicha economía asimismo por  la UE.

Lógicamente, sin quiebra no hay intervención;  sin quiebra ni intervención no hay ni rescate ni intento de rescate.

La quiebra es propia;  la intervención, ajena; el rescate o intento de rescate, conjunto.

Moraleja. Evita la quiebra, que es lo único que depende entera y exclusivamente de ti.

Democracia en Vascongadas y Cataluña

¿Es lícito hablar de democracia al referirse a una sociedad –la vasca– dominada por el terror y sus secuelas o al referirse a una sociedad –la catalana– presidida por la opresión sigilosa e implacable de más de la mitad de sus ciudadanos?

A lo largo de las últimas décadas, los matones y trabucaires vascos se han dedicado básicamente a abrir brecha, mientras la burguesía catalana, siempre oportunista y cobarde, se beneficiaba de ello con su «política de la puta i la Ramoneta».

A mi modo de ver, bastante peor que el crimen es la falsa buena conciencia de quien se beneficia de él.

¿Burgueses catalanes en las barricadas?

A Enric Juliana y la Raholito en sus horas bajas

¿Burgueses catalanes en las barricadas? Confieso que el cuadro no me cuadra. La historia y, dentro de ella, nuestra Guerra Civil me enseñan  que los burgueses aparecen en la calle cuando hace ya tiempo  que dejaron de tronar los petardos y no hay peligro de caer víctima de un bala perdida.

Además, los burgueses no van a los escenarios de la contienda (guerra, revolución o revuelta)  sino a los centros de poder. Directamente a los centros de poder, que son también los centros del dinero.

¿Legitimidad democrática?

Esa se compra por adelantado. Se compran los parlamentarios o, caso de Cataluña, se compra el grueso de todo un parlamento y así uno se  asegura la mayoría absoluta a perpetuidad.

A decir verdad, para que la argucia surta efecto y se mantenga operativa es imprescindible asimismo instalar  un outlet a modo de tubería de evacuación y respiradero de disidentes y marginados; máxime cuando estos constituyen con  mucho la mayoría demográfica y social,  como ocurre  en el conjunto de Cataluña con los charnegos.

En resumen, se trata de que todo parezca  democrático y sea  formalmente democrático, sólo formalmente.

Cataluña: dictadura y «omertà»

Las realidades sociales asentadas en falsedades sociales son realidades sociales.

Sí, sí, pero sólo mientras duran, no eternamente.

A mi modo de ver, Cataluña, como parte de España, es formalmente una democracia, pero en diversos aspectos no forma  parte de España de manera total y permanente y en lo político y en lo social es una dictadura burguesa instaurada dolosamente mediante una conjura y asentada en una omertà muy meridional y absolutamente sui generis.

¿Hasta cuándo?

Asuntos catalanes

A mi entender, y siempre de acuerdo con mi experiencia, en los asuntos catalanes hay que partir inexorablemente  del peor de los casos posibles o, lo que para mí es igual, de la perfidia máxima, la deslealtad máxima y la traición máxima. El que lo haga probablemente acertará, aunque  también cabe la posibilidad de que se quede corto.

¿Y por qué?

De acuerdo con  mi modo de ver y entender, por la sencilla razón de que el imaginario de un español de la meseta nunca será el imaginario de un periférico levantino.

Franco y el catalán

Por lo que  sé, Franco ni prohibió el catalán ni tuvo necesidad de hacerlo. Los propios catalanes se lo prohibieron a ellos mismos. A través del clero, la  burguesía catalana estuvo siempre  con el Régimen y dentro del Régimen. Ni ética ni épica. Sólo instinto de supervivencia.

Ahí sigue.

 

Monago: garrotazos de pastor

Por lo que tengo de extremeño cazurro,  herencia que llevo en el alma y ahí cultivo, ya me gustan los garrotazos de pastor que Monago arrea a los separatistas catalanes, pero creo sinceramente que para meterles el miedo en el cuerpo hace falta, además,  perfidia, mucha perfidia.

El separatismo catalán y su tarea histórica

Hasta ahora, los separatistas catalanes nos hemos dedicado a traicionar a España; en adelante,  de lo que se trata es de aniquilarla.  Gracias, Marx.