Aviso a conversos

El que cambia de nombre se puede encontrar al final con que no sabe ni quién es ni cómo se llama.

¿Náufrago, superviviente y resistente?

Aunque le consta que hace años fue condenado a muerte civil de por vida y, aun así, siguen persiguiéndole con diversas artes y artimañas, Pájaro bobo no quiere buscar responsables y responsabilidades, tampoco conocer hechos y nombres concretos. Para no ser presa del odio o, más exactamente, para que el odio no dirija y condicione su mente, prefiere verse a sí mismo como náufrago por azar, un náufrago que, también por azar, acertó a sobevivir gracias a la puesta en práctica de una estrategia basada en la experiencia de Robinson Crusoe. Con lo que pudo salvar de su último gran naufragio, ni acoso ni cacería, se construyó un refugio al que, a pesar de estar tres metros sobre el nivel del mar de la Sargantana a la altura de la Barceloneta, llama búnker de pladur. Ahí es y existe, vive y sobrevive. Cada mañana, cuando se levanta, lo primero que hace es asomarse a uno de sus cuatro ojos de buey y, con un poco de suerte, observar cómo el Menesteroso acude con su paso ligero de legionario portando bolsas llenas de condumio para los gatitos que viven en el descampao contiguo a la casa Misteriosa. La contemplación reaviva su fe en la vida, en la Providencia y en la solidaridad cósmica, que falta le hace. Después, cuando se pone a leer los periódicos, se entera de que alguien dice: «Nos matan por ser españoles». Esto le lleva a cobrar consciencia de que él sobrevive a pesar de ser español y, por lo tanto, de que, además de naufrago, superviviente y resistente, es un ser afortunado, indignamente afortunado. Pero como a unos los matan por lo que son, otros, para que no los maten por lo que no son, huyen y cambian de bando, de chaqueta, incluso de lengua. Claro, claro, cuando está en juego la vida, lo lógico, también lo ético, es despojarse de todo aquello que haga falta precisamente porque no hace falta. Sobrevivir no es únicamente un imperativo categórico de los seres humanos para los seres humanos, es la ley suprema del eterno retorno cósmico. A la postre sólo es el que sobrevive y sólo sobrevive el que es.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si Pájaro bobo, hastiado de tanto sinsentido, decidiera dejar de ser náufrago, superviviente y resistente, y abandonara para siempre su búnker de pladur?

El Partido Popular: Vascongadas y Cataluña

En opinión de este infraescrito, ni acólito ni subalterno, en los momentos actuales no es fácil y, por lo tanto, tampoco aconsejable anticiparse a los acontecimientos y tratar de hacer un retrato del Partido Popular que saldrá de la actual crisis interna, una crisis que, a su modo de ver y entender, afecta esencialmente a la línea ideológica, responsable, según casi todos los observadores, de su derrota en las últimas elecciones nacionales. De hecho, hace ya mucho tiempo que todas las ideologías, en especial las grandes ideologías históricas, están en crisis y concretamente las ideologías de izquierda llevan más de un siglo arrojando al mar de la historia escoria fundacional en aras de la operatividad y en definitiva de la supervivencia. Ahí está Rodríguez Zapatero, individuo ideológicamente amorfo, al frente de un Partido Socialista Obrero Español que hace décadas dejó de ser socialista, obrero y español. Hoy, las ideologías son antiguallas y, como antiguallas, lastre político y social. Las elecciones se ganan o se pierden en función de campañas electorales concebidas en términos de marketing y venta de mensajes envasados a modo de artículos de consumo. Y como el Partido Socialista ya está envilecido, ahora le toca al Partido Popular envilecerse. Un refrán español que, por lo visto, casi nadie conoce y casi todos practican dice y enseña: «Lo que no deja se deja». Y Pájaro bobo añade por su cuenta y sin riesgo: «Por lo tanto, lo que deja no se deja mientras deje» Mao nos enseñó que lo importante en un gato es que cace ratones, no el color de su pelaje, mientras que Sarkozy y Berlusconi están dispuestos a demostrarnos que hoy la medida de un político está en sus resultados. Vender o no vender, esa es la cuestión.
Mientras tanto, en Vascongadas –una sociedad de desarrollo vertical con dos comunidades sociopolíticas diferenciadas y enfrentadas– la comunidad de sentimiento español, representada inicialmente por un partido de izquierdas y un partido de derechas, ha terminado por generar anticuerpos que se oponen al arrastre practicado por los separatistas y asimilado por los dirigentes políticos de dicha comunidad. Un buen día, la brava Rosa Díez se planta ante López y Zapatero, dispuesta a romper el juego. Al cabo de un tiempo la sigue, en el flanco derecho, María San Gil. Dos mujeres, dos vascas, dos españolas, un mismo sentimiento y, guiado por ese sentimiento, un movimiento transversal. Habrá que esperar a ver qué pasa. Lo lógico sería que el movimiento prosperara y fuera seguido por todas las víctimas, personas y colectivos, del terror y el terrorismo de Eta y sus aliados. Hasta aquí hemos llegado.
En la Cataluña del Sanedrín, los sabras, los carallots y los charnegos amontillados, la comunidad de lengua española, aherrojada por la burguesía a través de los diversos estratos sociales que ha ido construyendo y depositando encima de ella, vive momentos de decepción. A los ojos de Pájaro bobo, su gran oportunidad tuvo lugar cuando Vidal-Quadras, en un certero y audaz golpe de mano, puso al descubierto y casi desmontó la trama tejida por Pujol ben Gurión al frente del Sanedrín, con lo que estuvo a punto de cambiar el curso de la historia de Cataluña y, en definitiva, de España. Pero Vidal-Quadras fue sacrificado por razones de Estado que no conocemos y, si las conociéramos, muy probablemente no compartiríamos. Después de él, nos enviaron al traidor Piqué y su séquito de Nebreras y Vendrells con el encargo de dejar al pobre cirerer sense cap fulla i amb el cap pelat. Y, efectivamente, en cuestión de días el predio quedó convertido en un pecio. El Partido Popular de Cataluña es hoy el más impopular de los partidos catalanes. Pájaro bobo piensa por un momento en el Español de fútbol.
Mientras tanto, en el PSC se había producido un singular fenómeno de interés sociohistórico. Es sabido que en un primer momento se llamaba PSC-PSOE. Entonces debía granjearse la confianza de los socialistas de la Meseta y a la vez ganar tiempo para crear un partido que, además de estar integrado en el frente catalanista, fuera capaz de mantener bajo control a la charnegada española de izquierdas, precisamente la misma que había protagonizado la lucha abierta, en las calles, en las fábricas y en los ayuntamientos del cinturón industrial de Barcelona, contra el tardofranquismo. En justicia, a esa izquierda le pertenecía ahora el poder autonómico. La operación, variante autóctona de ingeniería social y genocidio, fue llevada a cabo por Maragall y su tropa, en la que desde un principio figuraba Narcis Serra que, años después, sería nombrado jefe supremo de la tropa española. Para un observador como Pájaro bobo lo más sorprendente del caso es que, cuando Zapatero, advertido del engaño por algunos españoles residentes en Cataluña y cercanos al PSC, se dispuso a poner remedio a la situación, se encontró con que el elegido por él para combatir y suplantar al desleal Maragall era tan desleal y tan separatista como éste. Desde entonces, Montilla ha demostrado con creces que no tiene nada que envidiar en deslealtad y perfidia a los catalanistas de más pura cepa. ¿Qué había ocurrido? Pues sencillamente que la máquina burocrática creada por los separatistas catalanes había alumbrado una generación de charnegos dispuestos a seguir sus pasos. De hecho,  una vez integrados en la máquina burocrática del catalanismo, ésta ha empezado a utilizar a esos charnegos en misiones ante el Gobierno central. Ahí están, entre otros, el analfabeto Corbacho, la carpanta Xacó y el mismo Montilla, traidor polivalente. ¿Quién de ellos será el primero en recibir la cruz de Sant Jordi por sus traiciones?
En esas circunstancias, el intento protagonizado por hombres como Robles y Domingo —liberar a los socialistas españoles de Cataluña de su servidumbre al frente separatista— encontró, además de la lógica y natural oposición oficial, la enemiga solapada y desleal de compañeros de su mismo partido (el PSOE), de su misma lengua y de su misma comunidad sociolingüística pero vendidos al catalanismo institucionalizado, al que estaban sirviendo y del que después han recibido un rango que nunca habrían alcanzado por sus propios medios. Por otra parte, en la derecha de Cataluña, los ciudadanos descontentos con el montaje de Piqué no consiguieron imprimir un giro realmente español al Partido Popular y se vieron obligados a abandonar la formación, que así quedaba literalmente a merced de sus parásitos y depredadores. Después, el Partido de los Ciudadanos dio la sorpresa y consiguió erigirse en la gran esperanza de la comunidad española de Cataluña, pero sólo por un momento, hasta que el catalanismo institucionalizado reaccionó y montó una operación en toda regla para dinamitarlo. Ahora, primera mitad de 2008, el Partido de los Ciudadanos está en una situación límite. Haría falta un milagro para que su esfuerzo perdurara y diera fruto.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede la burguesía mantener aherrojada indefinidamente a la comunidad de lengua española de Cataluña, siendo así que es la más numerosa de las dos existentes en esta Autonomía y siendo así que España es una democracia constituida en Estado de derecho?

¿Suicidios?

En principio podríamos pensar que María San Gil es y será al Partido Popular lo que Rosa Díez ha sido y es al Partido Socialista. En ambos casos, lo español como núcleo duro y persistente, como lo que no debe discutirse porque está por encima de toda ideología y toda posible discusión. Dos mujeres y dos mujeres vascas. No es casualidad. En Cataluña, con una sociedad civil dominada por una burguesía mercantil históricamente pactista y políticamente oportunista, un fenómeno así es abiertamente inconcebible. La comunidad de lengua española de Cataluña no existe porque, existiendo, la comunidad de lengua catalana, presidida por la burguesía y su ideología, que es la ideología dominante, ha decidido que no existe. En Cataluña más del cincuenta por ciento de la población tiene el español como lengua materna, pero, aun así, no existe una comunidad de lengua española. En Vascongadas hay dos comunidades sociopolíticas de desarrollo vertical: conviven separadas y viven frente a frente, con el terror y la muerte por tiro en la nuca como línea divisoria. En Vascongadas, ser español es un delito. Todo español que, siéndolo, lo pregone lleva escrito en la frente: «Condenado a muerte». En Cataluña hay dos comunidades superpuestas, pues la sociedad civil en su conjunto responde a un desarrollo horizontal: la comunidad catalana es la opresora porque ocupa las capas superiores y con ellas todas las instancias de decisión y representación democrática, sí, democrática; la comunidad española es la oprimida porque no tiene voz, sólo voto, un voto que se ve obligada a entregar a la comunidad opresora para que con él haga y deshaga democráticamente lo que quiere: destruir España. En Cataluña, ser español es un estigma, un oprobio, pues ese es el castigo que la clase dominante impone a todo aquel que no acata su ley: la muerte civil de por vida.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es cierto, como sostiene Pájaro bobo, que la muerte por tiro en la nuca a cargo de un etarra y la condena a muerte civil de por vida a cargo de la burguesía catalana son dos formas de suicidio?

Paul Preston y nuestra historia reciente

El inglés Paul Preston lleva años estudiando nuestra historia reciente, empeño tanto más digno de encomio cuanto que parece estar inspirado en el afecto a España y a lo español. Como su último libro, El gran manipulador, se centra en la figura de Franco, Pájaro bobo le ofrece un par de ideas que, por lo que ha podido comprobar, no figuran en la bibliografía al uso.
Tanto en el plano biográfico como en el político, la trayectoria de Franco presenta una marcada y curiosa diferencia con respecto a las trayectorias de Hitler y Mussolini en esos mismos planos. Es lícito e incluso plausible pensar que en un primer momento, Franco, militar con un brillante expediente, pone precio a la intervención española en el conflicto bélico junto a las fuerzas del Eje y que, al no ver atendida debidamente su demanda, opta por seguir el curso de los acontecimientos. Esto le permite, primero, sobrevivir incólume a la Segunda Guerra Mundial y después, cuando ya se ha consumado la derrota de sus modelos y aliados, evolucionar hacia formas de actuación y representación cada vez menos militares y cada vez más civiles, tendencia que, como es lógico, adoptan por mimetismo seguidores y beneficiarios de su régimen integrados en el Movimiento. Cum grano salis podemos afirmar que, en España, la dictadura militar termina convertida en un régimen civil sui generis. Por el contrario, Adolf Hitler y Benito Mussolini son civiles que se militarizan y utilizan ostentosamente el uniforme militar para situarse en la cresta de la ola y llevar a cabo su lanzamiento político. Hitler, prácticamente sin oficio ni beneficio, se alista en el ejército bávaro con 25 años y de Mussolini sabemos que en 1902, con apenas 20 años, huyó a Suiza para eludir el servicio militar y que estudió magisterio. Hitler morirá como militar en plena derrota del Tercer Reich, mientras que el teatral y nada valeroso Mussolini conocerá, además de la muerte, la vergüenza y la humillación. En Alemania e Italia, los regímenes respectivos desaparecieron con sus caudillos, pero en España el franquismo, hechura y remedo del modelo germano-italiano, se mantuvo en pie gracias a su adaptación a las condiciones políticas determinadas por el enfrentamiento del bloque capitalista y el bloque comunista durante la larga posguerra marcada por la guerra fría. Curiosamente, el régimen de Franco no sobrevive a su muerte, a pesar de todas las medidas cautelares adoptadas personalmente por él, medidas que incluían blindajes de leyes e instituciones con sus correspondientes juramentos de fidelidad. El franquismo se extinguió por la sencilla razón de que, extinguidos sus modelos, había dejado de tener razón de ser. El espíritu de los tiempos (Zeitgeist) reclamaba otras formas de vida y otras formas de gobierno. La historia siguió su curso.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no es cierto, Mister Preston, que los pueblos alumbran dictadores y que, a pesar de todos los experimentos, los dictadores no alumbran pueblos?

Crisis económicas, crisis ideológicas

A los ojos de Pájaro bobo, outsider y Einzelgänger a un mismo tiempo, tenemos derecho a pensar, aunque sólo sea por conocimiento de la ley de la inercia y de nuestra historia reciente, que la crisis económica que ahora empezamos a sufrir no será ni la última ni la peor de las crisis de la economía de mercado, hoy única superviviente y única existente. Asentada en el modo de producción europeo, la economía de mercado ha sido comparada con el mítico Ave Fénix en atención a su capacidad de autorregeneración y supervivencia. De hecho, las crisis pueden y acaso deben interpretarse como adaptaciones periódicas, impuestas por la fuerza de los hechos, a las condiciones socioeconómicas imperantes en un momento dado. Cada crisis marca el fin de una etapa y el principio de otra. Evidentemente, mientras dure el sistema, mientras se mantenga el modelo, mientras haya petróleo, mientras el motor de todos nuestros motores funcione con petróleo, mientras no haya otro combustible, mientras los seres humanos necesiten del movimiento para comunicarse, mientras no accedamos a una realidad virtual plena y total. Mientras haya políticos y los políticos nos amarguen la vida…
Fortuita o no fortuitamente, la crisis desencadenada en el seno del Partido Popular por la pérdida de las elecciones de marzo ha venido a coincidir con una crisis económica mundial. Y si esta última alcanza ya proporciones que escapan al control humano, la crisis de nuestro partido conservador está tomando un giro cada vez más complicado y cada vez más imprevisible, hasta el punto de que a los ojos de un observador ajeno y distante va apareciendo por momentos como una guerra de todos contra todos. En esas circunstancias no es ni fácil ni aconsejable intervenir, por la sencilla razón de que, muy probablemente, toda nueva intervención no hará otra cosa que aumentar la confusión y prolongar el caos. Eso es, al menos lo que nos enseña la experiencia. A pesar de ello, Pájaro bobo intenta descubrir algunas líneas de fuerza que tratan de imponerse y marcar el futuro indirizzo ideológico del partido, que, en su opinión, es lo que en definitiva está en entredicho, aunque después las ideas sean transformadas en pura y dura mercancía electoral. Precisamente por eso, los críticos más cínicos gritan: «Tenemos que cambiar de táctica para conservar el núcleo de nuestro mensaje y la orientación básica de nuestra ideología». A partir de ahí, unos miran al centro, que es la izquierda, y otros miran a la derecha, que es la extrema derecha, pero todos piensan en Cataluña. Una vez más, los separatistas se erigen y son erigidos en la pieza clave del laberinto español. Con ellos, sin ellos o contra ellos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué tiene que ver Rosa Díez con la crisis del Partido Popular y muy especialmente con el futuro de España?

Ibarretxe y Montilla, ¿mensajeros o delincuentes?

Si trazáramos una línea vertical, recta o casi recta, e inscribiéramos a un lado (A) los que están a favor de la destrucción de España y a otro (B) los que están en contra y a favor de su unidad y su persistencia como nación y Estado, posiblemente tendríamos ocasión de ver que al campo A pertenecen no sólo los etarras y los filoetarras directos, amén de toda la caterva de separatistas vascos y catalanes desde Ibarretxe y Montilla hasta el abad de Montserrat y el obispo emérito Setién, sino también miles de individuos anónimos, oportunistas y/o cobardes, mientras que el campo B queda reservado a los que están dispuestos a declararse españoles sin complejos y, en muchos casos, con riesgo de sus vidas. Hoy, ser español en España, al menos en ciertas zonas, es un delito y un peligro. En las Vascongadas de los trabucaires y en la Cataluña del peix al cove, un español es, como mínimo, un bulto sospechoso.
Días pasados, Ibarretxe pidió audiencia Zapatero con intención de presentarle el pliego de condiciones que éste había aprobado ¿y firmado? en tiempo de elecciones, y el tal zapatero le contestó: «¿De qué pliego y de qué condiciones me hablas?» Y, entonces, los etarras, que estaban pendientes de la respuesta zapateril al mensaje de su mensajero, el tal Ibarretxe, le recordaron el contenido del pliego y todas las condiciones como han hecho siempre, a trabucazo limpio. ¿Es Ibarretxe, además de mensajero de ETA, cómplice de criminales y, por lo tanto, criminal en cuanto colaborador libre, consciente y deliberado de ellos? ¿Y cuál es la responsabilidad de Rodríguez Zapatero en los crímenes de ETA?
Con anterioridad, José Montilla, presidente de la Generalidad de los separatistas catalanes, ya había comparecido ante el subsodicho zapatero con el pliego de condiciones que había elaborado para la ocasión el Sanedrín y que recogía las partidas del precio total que el Gobierno debía y debe pagar por el apoyo del PSC (Partido de Separatistas Catalanes) en las elecciones de marzo pasado. La operación se inscribe en el desembarco catalanista en la capital del Reino. Ahora ya hay un bloque compacto dispuesto a actuar dentro del Gobierno de la nación como activo y eficiente caballo de Troya: además del analfabeto pero sumiso Corbacho y la peligrosa Xacó como ministra de Indefensa y probable sucesora de Rodríguez Zapatero, entre veinte y treinta agentes distribuidos en los diferentes ministerios con cargos de responsabilidad. Su misión incluye tareas como espiar, controlar, bloquear, informarse e informar pero sobre todo aprender para después aplicar en el gobierno de su país de origen los conocimientos adquiridos. Concluida su gestión, el bolchevique Montilla espera, además de la aprobación íntegra del Estatuto de Cataluña, la primera remesa de dinero a cuenta de la nueva financiación y la inmediata puesta en marcha del plan RENOVE.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se puede ser deliberadamente mensajero de criminales y delincuentes sin ser delincuente?

La rebelión de los subalternos

De las diversas acepciones de subalterno que especifica el diccionario de la Academia de nuestra lengua al definir esta palabra, Pájaro bobo se queda con la que, referida a la tauromaquia, enseña: «Torero que forma parte de la cuadrilla de un matador». Luego, tomando como base la relación entre torero de cuadrilla y matador, él formula su propia definición, que dice. «Subalterno: dentro de una estructura jerárquica o jerarquizada, cargo o trabajo con respecto al cargo o al trabajo de rango superior; igualmente, persona que ejerce un cargo o realiza un trabajo con respecto a la persona que ejerce un cargo o realiza un trabajo de rango superior en autoridad». «Productores con respecto a su jefe o sus jefes».

Rodríguez Zapatero, persona esencialmente amoral y desleal, nos ha demostrado con triunfos en la mano que para ganar unas elecciones no hace falta ni ideología ni programa electoral propiamente dicho.Todo eso son antiguallas. Basta con una inteligente y agresiva campaña de marketing al servicio de dos lotes de promesas: un lote de promesas para los electores-votantes y un lote de promesas para los partidos políticos a los que hay que sumar a la causa o neutralizar en bien de la causa. Las promesas dirigidas a los electores-votantes se inician con un vale de 400 euros para abrir boca y una declaración del ministro de Economía para cerrar la boca a todo aquel que pretenda llevarle la contraria. Las promesas reservadas a partidos políticos (falsos aliados y separatistas auténticos) quedan lógicamente para después de las elecciones. El primero en exigir el pago de lo prometido es el bolchevique Montilla, representante del PSC (Partido de Separatistas Catalanes de cuño maragalleano), que consigue endosar al vil zapatero dos agentes «nominados» por el Sanedrín catalán: el analfabeto Corbacho como ministro de nada y la separatista Xacó, como ministra de Indefensa. Después del bolchevique charnego, el filoetarra Ibarretxe pide audiencia y el vil zapatero, muy en su papel y en su elemento, le da largas, hasta que el vasco canta y le exige lo prometido, aportando detalles y pormenores para refrescarle la memoria. Pero, como para entonces el vil zapatero ya ha ganado las elecciones y por lo tanto ha conseguido su objetivo, se quita de encima el muerto, y con él todos los muertos que están en la lista de espera, apelando a la Constitución y al patriotismo de los españoles. Y colorín colorado, esta campaña se ha acabado.
Mientras tanto, los partidos perdedores entran en crisis y los más débiles quedan a merced de enemigos naturales y depredadores ocasionales. En el Partido de los Ciudadanos, los dos principales subalternos culpan al jefe, Albert Rivera, de la derrota en las elecciones y piden abiertamente su destitución/sustitución. Lógico. El muchacho, que no es tonto, se defiende y llama a los suyos. Lógico. ¿Resultado? El partido queda deshecho. Lógico. ¿Obra de topos y agentes doble?
Por entonces, el Partido Popular lleva meses sumido en la crisis, y es sabido que en política, como en fútbol, toda crisis va acompañada de una o varias purgas. Una subalterna con mando en la capital del Reino quiere aprovechar la oportunidad para hacerse con el poder. Juega fuerte y con astucia, sin elegancia, pero ella está convencida de que le ha salido bien la jugada porque sobrevive. Y continúa en la brega. El jefe se deshace con relativa facilidad de varios subalternos que ahora son lastre y ayer eran pilares muy sólidos y muy populares. Parece que el jefe resiste, pero, de pronto, en las sombras emerge la sombra de Josep Piqué, subalterno fenicio y traidor de traidores. Ahora ya sabemos dónde estamos y por dónde va el juego. Dos posturas: una nítidamente española y otra nítidamente indefinida, confusa, oportunista. Y el jefe en medio. ¿Como árbitro o como víctima? Asistimos a la rebelión de los subalternos en el patio de los populares. María San Gil se va, pero no se calla.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué quedará del Partido Popular después de la rebelión de los subalternos?

Belloto-Bellotari: Extremadura y el futuro de España

En opinión de Pájaro bobo, belloto por parte de madre alimentado parcialmente con bellotas durante su infancia y aferrado idealmente de por vida a su patria chica a pesar de todas las emigraciones y todos los destierros, los razonamientos del ex bellotari Rodríguez Ibarra son lineales, poco matizados y, si se quiere, poco retorcidos. El suyo es un lenguaje esencialmente binario, elemental, con campos de colores primarios como un cuadro de Miró. Precisamente por eso, Pájaro bobo comprende el lenguaje del ex bellotari y, precisamente por eso, comparte sus ideas capitales. No en balde a ese mismo ex bellotari se debe en gran parte que Extremadura sea conocida en el mundo como promotora de Linux (software libre). Estamos en la era de la informática y de las realidades virtuales ajenas a barreras artificiales e irracionales. Fuera prejuicios atávicos.
A estas alturas de nuestra democracia, Rodríguez Ibarra es plenamente consciente de la situación interna de España y del peligro que para su futuro representa el separatismo, a pesar de que él lo llame nacionalismo. Y aboga, sin citarlo textualmente, por un pacto de Estado, sin limitación ni en su contenido ni en su duración, entre el Partido Socialista y el Partido Popular para hacer frente o, como él dice, frenar a los nacionalistas. Pájaro bobo considera que eso, frenar el separatismo, debería ser una primera medida. La solución definitiva e integral del problema y su conversión en un plus pasaría, a su modo de ver, por un proyecto nacional que, impuesto por elevación, hiciera ver a los separatistas no sólo que no tienen otra alternativa sino también, y de manera especial, que la mejor alternativa para ellos en todos los sentidos y a todos los efectos es integrarse voluntaria y lealmente, sí, lealmente, en el conjunto de España. Extremadura como referencia mundial de software libre podría y acaso debería ser ejemplo y punto de partida.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede convertirse España en un polo de atracción para todos sus hijos, incluidos los más díscolos, gracias a un proyecto nacional impulsado por las nuevas tecnologías?

Frente catalán: eje horizontal, eje vertical

Instalado e incomunicado de por vida en su búnker de pladur, Pájaro bobo observa por uno de sus ojos de buey, casi more platonico, las figuras que se mueven delante de él, a varios metros por debajo de su barbilla. Primero, el Menesteroso, que acude con condumio para los gatitos (superinos) de la casa Misteriosa. Después, algunas flâneuses burguesas con sus animales de compañía y, por último, cientos de travellers de la estación de ferrocarril. Estamos a cuatro estaciones de la Barceloneta y la ciénaga, otrora mar y piélago, de la Sargantana. Pájaro bobo observa, lee y medita…

Lo sabíamos, pero ahora, además de saberlo, tenemos pruebas. El anafalfabeto Celestino Corbacho, ministro sin instrucción ni cartapacio, se ha apresurado a expresar su júbilo por el hecho de que Cataluña sea reconocida como nación. ¿Acaso pertenece a ella? Y si no pertenece a ella, ¿por qué se alegra? Miserable, miserable.
La carpanta Xacó, ministra de Indefensa, ha seguido al corbacho extremeño y, respondiendo a las órdenes impartidas por el Sanedrín catalán, ha manifestado el deseo de que se cumpla el calendario político exigido por su jefe, el renegado Montilla. Éste intenta ahora formar un frente catalanista en la capital del Reino incorporando a él los 25 diputados del PSC (Partido de Separatistas Catalanes) en el Congreso. Así tendríamos que, mientras en Cataluña los partidos catalanistas cubren todo el espectro político-social de acuerdo con una distribución horizontal, ahora esos mismos partidos, después de realizar un giro de cuarenta y cinco grados, se alinean de acuerdo con un eje vertical para seguir formando, además de un bloque compacto, un frente único y unificado contra el Gobierno de España y, en definitiva, contra España.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿vamos a estar constantemente los españoles a merced de los separatistas, siempre tramando intrigas y conjuras?