Datos para la historia de una conjura

Zapatero, el jefe de Gobierno que se confabuló con los separatistas para destruir España

A Pájaro bobo le consta que, cuando el PSOE ganó las últimas elecciones generales y Zapatero fue proclamado jefe del Gobierno de España, los separatistas catalanes, conscientes de la oportunidad que se les ofrecía y con la que venían soñando desde los tiempos de la República, decidieron acelerar el proceso independentista y explotar rápidamente tanto la debilidad del Ejecutivo como la falta de sentido de Estado y conciencia patriótica de su primer mandatario, pero sobre todo su querencia republicana y sus simpatías por los movimientos centrífugos, a los que quería utilizar para desmantelar definitivamente el Ejército e impedir que en el futuro la derecha pudiera volver a formar un bloque sólido y compacto respaldado por la sociedad civil, con la amenaza permanente de levantamientos y golpes de Estado en caso de que se pusiera en peligro la unidad nacional. En estas condiciones, el Estatuto de Cataluña fue redactado, presentado y aprobado en pocas semanas con la idea de anticiparse a toda posible reacción. Por consiguiente, tanto su contenido como su tramitación fueron fruto de una conjura para acabar con España como nación unitaria aprovechando a la vez su debilidad y la falta de patriotismo de su jefe de Gobierno. La situación actual, con fuego en los dos costados de nuestra Patria como anuncio y anticipo de su destrucción, se inscribe en el marco general de esa misma conjura.
Pregunta ingenua e intempestiva: si todo esto es cierto, y lamentablemente lo es, ¿qué hay que hacer para impedir que se consume tamaña traición?

El golem

Historias rabínicas

Pujol ben Gurión y Maragall ben Ariel son los dos Sumos Sacerdotes del Sanedrín catalán y Joseph Montilla es su golem,
pero, pregunta ingenua e intempestiva, ¿qué es un golem?

El Sanedrín catalán

Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Qué es el Sanedrín catalán?
¿Quiénes lo forman?
¿Cuáles son sus funciones?

De «La Vanguardia» de Franco a «La Vanguardia» del Sanedrín


Cada época tiene su espíritu, su
Zeitgeist

Hace años, cuando Cataluña era una región de España y España tenía una dictadura en toda regla, La Vanguardia española era el periódico de todos los barceloneses desde el Ebro hasta el Canigó. De los burgueses, por franquistas y aprovechaos; de los obreros y el lumpen urbano, suburbano y suburbial, porque sus hojas servían para envolver el bocadillo matutino y tempranero. Y, además, porque La Vanguardia española tenía prácticamente la exclusiva de los anuncios en prensa, de modo que lo primero que hacía todo bicho viviente que buscaba trabajo era comprarla y estudiar su letra menuda como fuera y donde fuera: en un banco de la calle, en el metro, en una tasca, en casa. Entonces La Vanguardia era ostensible y ostentosamente española. Así se llamaba y como tal se vendía. Pero los tiempos cambian y, a pesar de lo que dejó dicho y escrito el judío Miguel de Cervantes Saavedra, las artes no siempre se perfeccionan. Con la fenodemocracia(*), La Vanguardia se desprendió de su ominoso apéndice y se convirtió en el órgano oficial/oficioso del Sanedrín catalán y en la cartelera de catalanismo más intransigente y, por eso mismo, mejor subvencionado, pero curiosamente con ello perdió su pingüe monopolio. Ahora, La Vanguardia tiene que competir con muchos rivales y algunos enemigos poderosos. Y si es cierto que siempre le quedarán las subvenciones en forma de publicidad institucional, también lo es que, a la larga, eso es una trampa-ciénaga, pues limita la capacidad de lucha y reduce el instinto de supervivencia. Ahora, los colaboradores del órgano del Sanedrín catalán son seleccionados y designados por un comité ad hoc que valora por encima de los conocimientos del aspirante su pedigrí, un pedigrí que empieza, y en muchos casos termina, con el apellido. Y quien quiera ver y comprobar en qué está quedando la cultura catalana sólo tiene que examinar su suplemento hebdomadal, una cultura en la que se premia el desconocimiento de España y, muy especialmente, el uso vicioso de su lengua.
Resumiendo, La Vanguardia se ha empequeñecido, incluso físicamente. Eso parece indicar que, a pesar del cuantioso flujo dinerario aportado por sus patronos, tiene problemas de liquidez. Habrá que ver si, aun así, sigue la línea emprendida con la implantación de la dictadura catalanista en estas tierras. Pájaro bobo, llevado de su buena/mala fe, la ve convertida en un periódico de provincias o, mejor/peor aún, en un periódico comarcal, íntegramente en catalán y exclusivamente para catalans de la ceba.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿dónde meterá el Sanedrín catalán a todos sus amanuenses que no tengan cabida en las estrechas columnas de La Vanguardia?

(*) Fenodemocracia, democracia aparente y, por lo general, fraudulenta; término ideado por Pájaro bobo.

Socialismo


La utopía, esa forma de racionalidad

El socialismo tiene y tendrá razón de ser mientras haya injusticias en el ámbito humano. De hecho, el socialismo es una forma de utopía y la utopía es una forma de racionalidad situada en ese momento, previsto por Hegel y Marx, en el que lo real pase a ser racional, de modo que sólo lo racional sea real y, en consecuencia, todo lo real sea racional, sólo racional. El socialismo alcanzará su meta en el momento en el que, tras un proceso histórico de integración, realidad y racionalidad pasen a ser uno y lo mismo.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede alguien hablar de un socialismo al servicio de políticas e ideologías que, en el curso del devenir histórico, priman la desintegración de pueblos y sociedades?

La hora de la España silenciada


Movimiento popular frente a montajes políticos

Por lo que uno lee, y aún no oye, las aguas han alcanzado la cota máxima permisible, y, automáticamente, han sonado las alarmas de la central nuclear. Después de Estatutos que eran Constituciones, después de referendums que eran declaraciones de independencia, después de programas económicos que eran repartos del patrimonio, después de quemas de la imagen del Rey que eran una aniquilación simbólica de la monarquía y de la España democrática, llegó la noticia: hay tratamiento, tratamiento democrático, y el tratamiento está a punto. Afortunadamente, en esta ocasión no va a ser un golpe militar sino un movimiento popular y, por lo tanto, genuinamente democrático el que ponga fin a la situación política creada dolosamente por un gobernante sin visión de Estado en complicidad con las minorías separatistas —sí, minorías— de la periferia. Y como se trata de un movimiento popular y por lo tanto integrador, será bueno que incorpore españoles leales de toda procedencia ideológica. En ese sentido estoy convencido de que un Vidal-Quadras en plena forma acabaría en cuestión de horas con el inicuo y mafioso montaje del Tripartito y del Sanedrín catalán.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿alguien duda a estas alturas de que Zapatero, Ibarreche, Carod-Rovira, Maragall y Pujol son auténticos delincuentes?

Crónica de los Madriles. Las metamorfosis de un agente llamado Enric Juliana

¿Últimos días en la capital de España?

Desde que llegó a los Madriles como enviado especial de La Vanguardia, órgano del Sanedrín catalán presidido por Pujol ben Gurion y Maragall ben Ariel en calidad de Sumos Sacerdotes, Enric Juliana ha experimentado varias metaformosis con el correr del tiempo, siempre al compás de los acontecimientos políticos, su enlace y su desenlace. Cuando estaba destacado en el parque del Buen Retiro con el encargo de realizar misiones/funciones de topo, acechaba a los españoles por ver qué hablaban, qué comían y qué leían. Luego, cuando le enviaron a las cloacas suburbanas y suburbiales, se convirtió en cucaracha, o sea, en sabandija. Y así sigue. Ahora para realizar su faena y sobrevivir, el tal Juliana tiene que comer inmundicias, y, consecuentemente, segrega veneno en forma de inmundicia. Si Kafka, el Grajo, lo viera… Lo malo es que, por vivir donde vive, la pobre criatura no se entera de la película de los humanos y para ganarse el condumio tiene que inventarse de vez en cuando alguna historia. Y eso es, más o menos, lo que hace. Con poca imaginación, con pocos recursos intelectuales, pero con empeño y contumacia. La contumacia es una de las virtudes del buen agente separatista. Otra, de signo contrario, estar dispuesto a cantar la palinodia tan pronto como el instinto de supervivencia se lo aconseja o se lo exige.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿le dará tiempo a cantar la palinodia a este infortunado topo-cucaracha-espía y, sobre todo, le servirá de algo hacerlo?

Alarma en ABC

Como Ángel Ganivet y Miguel de Unamuno, los que hoy amamos apasionadamente a España la amamos con dolor

Alguien dejó escrito que hay que leer el diario ABC, como mínimo, en los momentos de crisis nacional. Desde hace tiempo, Pájaro bobo cumple ese mandamiento con devoción patriótica. Tanto es así que en realidad no lo lee, lo estudia. Hoy ha encontrado en las últimas líneas de su Tercera el siguiente mensaje: «Y si algunos, como parece, quieren romper la baraja, tendrán que atenerse a las consecuencias. El arsenal consitucional es amplio y variado, y una mayoría —más o menos silente— está dispuesta a utilizarlo y a respaldar al Gobierno democrático que se decida a hacerlo. El que quiera entender que entienda, porque a buen entendedor pocas palabras bastan».
Dos observaciones
Primera. La escalada anarco-separatista promovida desde la periferia con la connivencia del Gobierno de Zapatero no ha escapado a la mirada de quienes, al margen del juego político, velan por la unidad y persistencia de España como nación y Estado de derecho.
Segunda. La defensa de la Constitución es la defensa de la España democrática y las agresiones a la Constitución son agresiones a la España democrática y a las instituciones en las que ésta se asienta.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué hasta ahora se ha mantenido al margen de la trifulca el muy ladino Pujol ben Gurión?

Una Constitución, ¿para qué?

Yo pregunto:
¿Es constitucional o no es constitucional lo que hace y deja de hacer Rodríguez Zapatero como jefe de Gobierno?
Si lo que hace y deja de hacer Rodríguez Zapatero como jefe de Gobierno es constitucional, ¿para qué sirve la Constitución?
Si lo que hace y deja de hacer Rodríguez Zapatero como jefe de Gobierno no es constitucional, ¿por qué se le permite?
Si lo que hace y deja de hacer Rodríguez Zapatero como jefe de Gobierno no es constitucional, ¿por qué no se le destituye y se le procesa?

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿alguna vez un jefe de Gobierno utilizó por activa y por pasiva la Constitución de un Estado para destruirlo?

Separatistas, no nacionalistas

La coherencia semántica, base de la coherencia práctica

En opinión de Pájaro bobo, los separatistas tienen derecho a llamarse nacionalistas o cualquier otra cosa, pero como para nosotros, los españoles, son separatistas, no nacionalistas, no es lógico ni coherente que los llamemos nacionalistas. Para nosotros son y han sido siempre separatistas. Eso es algo que, a juicio de Pájaro bobo, deberían tener en cuenta quienes hablan y/o escriben sobre ellos, pues establecería en el plano verbal una línea divisoria coherente con la que ya existe en el plano de los hechos y los comportamientos. Como el separatismo es una realidad, a su modo de ver no es lógico que los españoles calquemos el vocabulario y, por lo tanto, el esquema conceptual y semántico de los que quieren destruir España y separar a los españoles, tanto menos cuanto que el término nacionalismo lleva implícita cierta legitimación; por esa razón los separatistas lo eligieron como seña de identidad. Ahora, la radicalización de las posturas permite —¡exige!—llamar a las cosas por su nombre.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuántos españoles saben que la destrucción de España por parte de los separatistas empezó con la destrucción de su núcleo ontológico y semántico?