Pregunta ni ingenua ni intempestiva

¿Cómo el señor Rodriguez Zapatero puede proponer una alianza de civilizaciones cuando ni siquiera es capaz de llegar a una alianza con el Partido Popular para salvar la democracia y la unidad de España?

De Maragall a Piqué pasando por la Puerta de Alcalá, capital de España

A un catedrático que pernocta en el limbo

Pájaro bobo está convencido de que la idea germinal o seminal nació en el seno del autodenominado Partido de los Socialistas de Cataluña en los años, ya lejanos, en los que las masas obreras de lengua española y acento extremeño/andaluz presidían, con su abrumadora, bulliciosa y cándida presencia, los actos del 11 de septiembre. Y, asi, después de los sindicatos verticales vinieron los sindicatos y sindicalistas aconductats, o sea, intervenidos, vigilados y dirigidos desde oscuras instancias próximas a la Generalidad catalana. En esencia se trataba de alumbrar y tener un Partido Socialista que, sin ser ni socialista ni obrero ni español, recogiera el voto de las capas económica y culturalmente medias y bajas de la dolça Catalunya, muy concretamente de la comunidad de lengua y sentimiento españoles, y lo pusiera al servicio del frente unificado catalanista-independentista, antiobrero y antiespañol. Y ¡eureca!, voilà!, ahí está. La historia de nuestra precaria y frágil democracia demuestra que, durante todos esos años, el llamado Partido de los Socialistas de Cataluña ha ejercido, de una parte, una cruel e implacable presión/opresión sobre la gran masa de sus votantes españoles (por encima del 85% de su censo) y, de otra, no sólo se ha integrado en el frente nacional catalanista contra lo que ellos llaman el gobierno de Madrid sino que, en muchas ocasiones, incluso se ha impuesto al Partido Socialista Obrero Español. La parte supera al todo, lo traiciona, lo manipula y lo pone a su servicio, pecado mortal y pecado contra natura que, de acuerdo con la manera de ver y entender de Pájaro bobo, obliga a ver y entender que ahí la deslealtad responde a los dictados programáticos de una conjura que, en última instancia, se ha propuesto acabar con el ser y el existir de España. Pero he aquí que Zapatero, informado por sus mentores y asesores, decide o, más exactamente, es obligado a tomar cartas en el asunto y, ante los ojos y los oídos pasmados de catalanes y no catalanes, va y le suelta, como quien dice, a bocajarro al mago/funámbulo/sonámbulo Maragall: «Tú, a la calle». Sorprendentemente, el díscolo y desleal subalterno, apenas repuesto de su última y penúltima cogorza, contesta temeroso y timorato: «¿Me da permiso mi jefe y señor para que retire mis pertenencias e impertinencias?» Dicho y hecho. Luego, en la intimidad y ya sin reservas, se consolará con unos cuantos sorbos de lacrima Bacchus o lacrima Christi. Está claro que para entonces el tal Zapatero ya tiene a punto su homúnculo de barro o, mejor dicho, de cera. El golem se llama Montillla, criatura sumisa, servil, también servicial y apolítica, sí, apolítica, a la que aquí podríamos designar asimismo con la palabra inglesa Thing, que, además de cosa, significa criatura y/o monstruo y, por consiguiente, en este caso nos serviría como sobrenombre con el que connotar tanto al titular como al reserva.
Seguimos en Cataluña, en la margen siniestra del río de los iberos, vora al mar, otrora fenicio, de la Sargantana y, a juicio de los ecologistas españoles, hoy ciénaga y sentina. La historia continúa y, como continúa, se repite. Rajoy rebobina y, sin que nadie se lo explique, repite el guión de Zapatero. Con ayuda de su mano diestra o de sus varias manos diestras se deshace de su subalterno Piqué por aquello de que cabra y cabrito siempre tiran al monte. Maragall y Piqué pasan por burgueses ilustrados y, cada uno a su manera, con conciencia de clase, clase superior. Además, como en este caso el futuro interfecto estaba ya sobre aviso, ha cogido la puerta tan pronto como se ha olido o ensumat que los de Madrid iban a por él. De todos modos, defenestración sin paliativos. Mérito y demérito de nuestro último interfecto político es no haber opuesto ni resistencia ni defensa. De hecho, el hombre ha vivido en estado de permanente precariedad, en las parcelas que instancias superiores le asignaron, siempre en el bando enemigo, queremos decir en el bando español. Pájaro bobo no está seguro de que ahora esas instancias superiores le paguen los servicios prestados y no prestados, pues se malicia que, por su naturaleza púnica y su espíritu mercantilista, tales instancias pagan siempre y sólo por objetivos alcanzados; por resultados, no por esfuerzo o dedicación.
En resumidas cuentas, los dos partidos de alcance y responsabilidad nacionales han hecho saltar por los aires dos resortes, tan esenciales como funestos, de una misma tenaza, tenaza que tramaba y sigue tramando la destrucción de España por estrangulamiento. Así, pues, la guerra de guerrillas/escaramuzas/intrigas continúa…
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Por dónde sacarán ahora sus inquietas y rebeldes cabecitas Maragall y Piqué, convertidos por azares de la vida y la política en compañeros de destierro?
¿Hay acaso, más allá de broncas, trifulcas y otras zarandajas, algo parecido a un pacto de Estado entre los dos grandes partidos nacionales?
¿Realmente Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional y espectador privilegiado del pantano/ciénaga catalán, no sabe de qué va el juego o pertenece también a la subespecie de los Maragalls y los Piqués?
Nota
Pájaro bobo opina que, si hay un pacto, es un pacto impuesto a las partes por una instancia superior e imparcial. Razones de Estado, política de Estado. En cuanto al catedrático, habrá que esperar a que se le termine el pernocta, que se le terminará. El limbo ya no existe.

Partit Impopular de Catalunya: Piqué, Cirera i Associats

Al anónimo columnista de ABC, amigo y promotor de Josep Piqué

Pertenciente a la subespecie homo fallax del homo sapiens, como los Zapateros, los Pujols y los Pujolets, los Maragalles, los Rocas y los Montillas o charnegos amontillados, Piqué recibió y aceptó de buen grado el encargo de minar, primero, y desmontar, después, el Partido Popular de Cataluña y transformarlo en una delegación o subdelegación pseudoespañola, criptocoseparatista y aburguesada de Convergencia y Desunión. Y justamente en eso estaba cuando le llegó, ¿sorprendió?, la orden de desalojo. Desde hace tiempo, este subalterno con cara de cemento armado tenía la mosca detrás de la oreja, sabedor de que los de Madrid no le perdían de vista. Pero, como ya tenía escrito el «me voy porque quiero», no hubo derramamiento de lágrimas ni simulacro. Su propuesta de modernizar y actualizar la dirección nacional del Partido Popular como treta, argucia y conjura para volar su núcleo más duro y español no sólo fue rechazada, máxime por venir de quien venía, sino que además le dejó completamente al descubierto. Es sabido que, cuando alguien dispara, siempre delata/denuncia su propia posición. Piqué debía saberlo pero, a juzgar por el juego que ha venido tramando y maquinando antes y después, no quería ni saberlo ni creerlo. Tal vez pensaba que los de Madrid, siempre ignorantes en las intrigas y los business de la Fenicia de Poniente, necesitaban de su knowhow y sus contactos. No obstante, he ahí el cazador cazado; el traidor traicionado en su casa, que nunca fue suya, y por los suyos, que nunca fueron los suyos. El hombre se ha quedado con el cerezo y las cerezas (cireres), pero de momento no parece que tenga interés en sacudir el árbol, pues tendría que comerse las cerezas él solito. A lo sumo, en compañía de sus leales más desleales. Ya veremos qué trama más adelante. O qué se le ofrece. O qué le ofrecen y proponen sus criptoaliados de toda la vida, los que, con toda la mala fe del mundo, le confiaron esa misión imposible, imposible y envenenada. Puede decirse que a Piqué le han perdido las malas artes y las malas compañías. Eso es precisamente lo que con toda probabilidad algunos valorarán ahora en él. Su sitio más idóneo parece estar en la ciénaga de los divergentes y desunidos. Escuela, arte y tarannà así lo dicen. Puede consultar a Valentí Puig, politólogo especializado en catalanología, maquiavelismo e intrigas púnicas. Aun así, Pájaro bobo no descarta la posibilidad de que el carallot Carod le fiche para su proyecto independentista y le nombre «Menistro» de Afers Estrangers de Catalunya, aunque sólo sea para beneficiar la mina de sus conocimientos y beneficiarse de su experiencia y su habilidad en ese campo. Una cosa es tan cierta como que Dios existe: si le ofrece el cargo, Piqué, político en paro, firma. Firma y acepta.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿para quién seguirá maquinando, intrigando y traicionando este destacado ejemplar de homo fallax aún en plenas facultades y con muchas ganas de seguir en activo?

Diario ABC: ¿columnista o quintacolumnista?


De subalterno a subdirector

En la cuarta del diario ABC de hoy, jueves, hay una columna en forma de salchicha, butifarrra o butifarrón que a los ojos de Pájaro bobo parece más embutida por un quintacolumnista que escrita por un columnista con carné de la casa. El título —«Ciudadanos», operación fallida— es tan explícito e informativo que ahorra su prolija lectura y convierte a su autor en un enterrador. El subodicho viene a explicar que, como el ciudadano que se presentó en estado de naturaleza pública e impúdicamente está muerto y enterrado, hay que volver al redil del Partido Popular de Cataluña, pues eso/ése es todo lo que hay. A Pájaro bobo, con cincuenta años i la torna en la Fenicia de Poniente y cada día más ibéricamente irreductible, le vienen ganas de preguntarle: ¿Ha salido de tu caletre lo que dices y escribes o te lo ha insuflado un agente de Josep Piqué? En cualquier caso procura oír, escuchar, entender y aprender que Josep Piqué, el de la picada en la espalda, está donde está no para servir a su partido sino a los enemigos de su partido. Su triunfo, si se produce, consistirá en conseguir la desaparición del Partido Popular en la Fenicia de Poniente por desnaturalización y sometimiento a Convergencia. Será una forma de fagocitación con fórmula púnica.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿sabe el columnista quintacolumnista de ABC que en Cataluña hay dos comunidades sociolingüísticas, una opresora y otra oprimida, una con representación individual y colectiva y otra sin represenación ni individual ni colectiva? Eso sí, con voto.
Miserable, miserable.

Josep Montilla y su Consejo de Estado

Según La Vanguardia de ayer, martes, Josep Montilla ya tiene su propio e impropio Consejo de Estado. Eso cuando aún está pendiente la plena y definitiva entrada en vigor del Estatuto de Cataluña. Pájaro bobo intuye que a estas alturas Zapatero se huele el fregao en el que se ha metido y ha metido a todos los españoles. ¿Puede dar marcha atras? Podría y debería, pero, si lo hace, es porque le obligan. Y le obligarán. Son demasiados los indicios, las señales y las pruebas o, como ahora se dice, las evidencias de lo que pretenden los beneficiarios de las transferencias. De momento ya tienen embajadas, selecciones deportivas nacionales y un presidente, el nunca honorable Josep Montilla, con su Consejo de Estado. España se asoma al abismo.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué pasaría o pasará si Cataluña llegara o llega al para algunos ansiado punto de no retorno?
Nota
Curiosamente, Pájaro bobo soñó hace unos días que el rey ha encargado que le planchen y le tengan a punto el uniforme de Capitán General de los Ejércitos, pues quiere recorrer las provincias periféricas en su calidad de jefe supremo de las Fuerzas Armadas y del Estado.

El diario ABC de la tercera a la separata

Al poeta de la granja

Pájaro bobo empezó a leer el diario ABC en verano y a hurtadillas. Tenía unos doce años y aún no se llamaba Pájaro bobo. Por lo tanto debió de ser allá por 1945 ó 1946, durante nuestra segunda y larguísima posguerra. Desde entonces, el diario ABC ha sido y es para él, español de la Meseta condenado a vivir permanentemente lejos de la tierra parda, símbolo y token. Ahora, tras examinar el diario de acuerdo con una perspectiva lealmente interesada, considera que sus colaboradores fijos realizan un buen trabajo como comentaristas, mientras que la separata Cataluña es para él una blasfemia, una sarta de blasfemias, blasfemia e insulto a los lectores de un periódico español. Pájaro bobo tiene la impresión triste y honda de que la Dirección se ha rendido y ha entregado la separata a los separatistas. Él sabe, por experiencia propia y ajena, que frente a la intriga permanente, pertinaz y contumaz de los púnicos no hay ni cuerpo ni cabeza que aguante. ¿Solución? En su día y a su hora. Pájaro bobo considera que, mientras las páginas confiadas a los comentaristas de la casa poseen una calidad más que aceptable, la tercera, con frecuencia puesta a disposición de plumas invitadas, muestra un nivel desigual y en no pocas ocasiones insuficiente; por debajo del mínimo admisible. Titulaciones y curriculums aparte, son muchos los invitados que no salen airosos de la prueba y dañan el prestigio del diario. Además, ofrecen la imagen de una España cuyos intelectuales continúan dando muestras de un desconocimiento de su lengua que aterra y sobrecoge. En la tercera de hoy, Álvaro Delgado Gal pontifica para rematar su intervención: «El que no comprenda la urgencia de este sentimiento, es que no sabe lo que es la democracia».Para las entendederas de Pájaro bobo, anónimo lector por cuenta ajena durante gran parte de su vida, esos conceptos y esa redacción son impropios del diario ABC. Mucho peor es lo de Valentí Puig, politólogo y experto en encriptaciones, que pone fin a su última colaboración en el mismísimo ABC con esta metáfora político-geológica: «Como una suma de repliegues tectónicos que configuran el plinto de una estatua, las periferias sostienen a Zapatero y Zapatero las recompensa en beneficio propio».
Pájaro bobo considera que la dirección que está por encima de la Dirección de ABC debería leer su/nuestro periódico desde la tercera hasta la separata Cataluña, por ejemplo, durante un par de meses. Si lo hace y se asesora, es probable que comprenda qué queremos decir. En opinión de Pájaro bobo, ABC es el periódico de todos los españoles, el único periódico de todos los españoles. Él lo ve así y apuesta con todas sus fuerzas por que siga siendo así.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Saben los responsables de ABC que un periódico español no puede estar en manos de separatistas y que un periódico que está en manos de separatistias no puede ser un periódico español?
¿Por qué, expedientes académicos y titulaciones aparte, la cultura de no pocos de nuestros intelectuales de la Meseta es, vista con ojos europeos, una forma de incultura?
Consejos
Cuando un periódico español tiene separatistas entre sus colaboradores, que muy probablemente los tiene, debe estar atento, más que a las faltas de ortografía y redacción, a las puñaladas.
Estudiar lenguas clásicas es posiblemente el mejor método para aprender a puntuar correctamente un texto español.

¿Navajeo en la prensa madrileña?

Enric Juliana, conocido en este minifundio virtual, nacido del papel y la letra impresa, como el topo del parque del buen buen Retiro, hablaba días pasados en su croniquilla de y para La Vanguardia barcelonesa del navajeo casi obsesivo de la prensa madrileña. Un separatista de tomo y lomo como él, personificación de la falsedad y la perfidia púnicas, busca brega para segregar su baba y justificar su estancia en la capital. En honor a su empeño, Pájaro bobo le asciende ahora de rango y le nombra «Gran sabandija de las cloacas del municipio capitalino». De hecho, el aludido se pasa el día y la noche recorriendo las vías del clavegueram municipal en busca de inmundicia con la que componer sus croniquillas y dar de comer y leer a sus adictos. Es difícil saber si lo consigue siempre pero la verdad es que siempre lo intenta. Ahí, sobre el papel, está la huella de su persistente merodeo. Como el pobre trafica con veneno, hay que tener presente que, en su caso, no hay mensaje sin veneno ni veneno sin mensaje y, por lo tanto, sin destinatario.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿ha estado acaso el tal Juliana en las fiestas de nuestra capital o de alguna de sus barriadas?

Raposos en la granja de los Ciudadanos

A profesores y catedráticos que no han aprendido que es ilícito servir a causas ilícitas con medios ilícitos

Después de mucho organizar y mucho programar, el Partido de los Ciudadanos ya tiene raposos rapaces, voraces, bien instruidos y bien adiestrados en las dos alas de su gallinero: en la de la derecha y en la de la izquierda. Y, lo que es más grave, también en la nave central, que es el cuerpo. Entraron en su predio por una brecha abierta en el costado izquierdo, ése que da al bajo Llobregat y, a través de él, al mar de la Sargantana. Ahora, cualquiera que sea el color de su pelaje, todos los raposos intrusos cumplen órdenes de la Administración central de la Gran Fenicia de Poniente, que, como siempre, se cuida asimismo de la cobertura mediática y el fuego con piezas de artillería pesada. Pájaro bobo, que conoce las tácticas y las estrategias de los púnicos, cree que los Ciudadanos leales van a pasarlo mal: disensiones, enfrentamientos, traiciones y caos. Eso para empezar. El objetivo es la destrucción por la división y la división por el enfrentamiento. Todo ello en el gallinero, de puertas adentro. En eso y en escapar después como raposo por un tejado, Pujol ben Gurion y los suyos son especialistas consumidos. Basta con recordar, de una parte, la patriótica epopeya de Banca Catalana y, de otra, la foucheana operación-chantaje-ultimátum a Aznar por la cabeza política de un Vidal-Quadras suprapolítico. Como los raposos intrusos/disidentes poseen títulos universitarios y cierto prestigio/desprestigio social y académico, tienen discípulos, fámulos, ayudantes, acólitos y subalternos. Uno de esos raposos se llama Luis Bouza-Brey y se declara profesor de Ciencia Política, disciplina que acaso debería convalidar por la de Intriga Política con título expedido por la Pompeu. Otro, de nombre Francesc de Carreras, ejerce como catedrático de Derecho Constitucional, lo que nos da pie y derecho a pensar que entiende de traiciones, intrigas y conjuras; verbigracia, el penúltimo Estatuto de Cataluña. ¿De escribir? De eso, ni mucho ni bien. Pájaro bobo le/lo ha inscrito/encriptado con el nombre de «el Manso del Raval» en su registro de ideólogos orgánicos al servicio de dictaduras con attrezzatura democrática. De todos modos, ahí está el hombre, en el gallinero de la derecha de nuestros Ciudadanos, pues, aunque él se confiesa intelectual de izquierdas, cumple órdenes de sus jefes, que pertenecen a la derecha más púnica de la Gran Fenicia de Poniente, al igual que otros raposos cuyos nombres y sobrenombres irán apareciendo, lamentablemente, en esta página como prueba de conocimiento y reconocimiento de sus proezas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué, siguiendo con su programa de acciones doctrinales, Francesc de Carreras no invita a su correligionario Valentí Puig, politólogo y cronista de ABC, a pronunciar una conferencia o una tanda de conferencias sobre las últimas tendencias de la teoría del caos político en la sede del Partido de los Ciudadanos?
Nota
El mencionado politólogo sabe tanto de caos que, cuando diserta, no se le entiende nada, de modo que es igual que pronuncie la conferencia en español, en catalán o en mallorquín.

La paradoja socialista

Es sabido que el Partido de los Separatistas Catalanes (PSC) tiene una cabeza catalanista y un cuerpo obrero-español. Es una historia que viene de lejos, como viene de lejos el fraude de su formación y sus pactos con los convergentes y demás partidos de la Fenicia de Poniente para que aquí la política la hagan exclusivamente los catalanes y exclusivamente para los catalanes. La gran consigna del pacto del Tinell, de todos los pactos del Tinell que han sido, son y serán es que los partidos catalanes deben ser catalanistas, de modo que actúen siempre como un frente nacional. Y ahí seguimos, a pesar de que el fraude ha sido descubierto y denunciado manta vegada. El Partido de los Ciudadanos ha sido un segundo intento de romper esa dictadura. El primero fue el movimiento capitaneado por Vidal-Quadras. El vidal-quadrismo pertenece ya a la historia y el Partido de los Ciudadanos se debate, en estos momentos, entre la vida y la muerte sometido al fuego cruzado, interno y externo, del frente separatista unificado que nuevamente se empeña en arrancar de cuajo todo brote de libertad y democracia en Cataluña. Aun así, como tantas veces en la historia, el poso queda y, por lo que Pájaro bobo sabe y ha leído, los hijos de la perfidia y padres de esta dictadura encubierta tienen los días contados.
Ahora, un epígono de Don Pasquale, el de las melopeas, quiere que el Partido de los Separatistas Catalanes, o sea el PSC, asuma la bandera del independentismo. El epígono se llama Antoni Castells.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿acaso no sabe el separatista y traidor Antoni Castells que más del ochenta y cinco por ciento de los votantes del PSC son obreros españoles?
Miserable, ¡avergüénzate de haber nacido!

Hablar por pensar; hablar por mentir

Para Pájaro bobo hablar equivale normalmente a pensar en voz alta. Pero hay excepciones. Una de ellas lleva el nombre de Zapatero, personaje que está haciendo méritos y deméritos más que suficientes para pasar a la historia con un sobrenombre como, por ejemplo, el mentiroso, el cínico o el contumaz. Para nuestro jefe de Gobierno hablar es, cuando conviene, mentir en voz alta. Pájaro bobo considera que mentir supone deformar previamente la realidad de manera consciente y deliberada. Uno percibe una cosa y no dice la cosa que percibe sino otra que no percibe. De ese modo no sólo deforma la realidad percibida sino que incluso intenta deformar la realidad objetiva.
Según el catecismo del padre Ripalda, mentir es «decir lo contrario de lo que se piensa». En opinión de Pájaro bobo, mentir es exactamente «ocultar de manera consciente y deliberada lo que se piensa y decir algo diferente de manera consciente y deliberada con intención dolosa».
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Se miente a sí mismo Zapatero cuando piensa y cuando sueña?
¿Establece Zapatero alguna diferencia entre pensar y mentir?