La republicanización de España

Leo en el órgano oficial/oficioso  de la burguesía catalana un texto sobre la republicanización de España firmado, en calidad de autor o escribano, por alguien a quien sitúo desde hace tiempo en la línea táctico-estratégica de la puta i la Ramoneta, por más que él se tenga por un equidistante exquisito e irreductible no sólo  en el pretendido conflicto actual España-Cataluña sino,   por definición, en todos los conflictos que se vienen suscitando durante las últimas décadas en torno a la esencia y la existencia de nuestra Patria.

A mi entender, el  interfecto sugiere,  propone o propugna que la proclamación de la República de Cataluña vaya precedida por un proceso de republicanización de España, proceso que desembocaría en una República de España con garantías de autenticidad y persistencia en el futuro para las dos naciones de nuevo cuño.

Y, de momento, conviene que el Rey emérito permanezca en España, pues, además de contribuir al descrédito de la institución y del Estado español en su conjunto, el independentismo catalán puede explotar  su legitimidad formal hasta que deje de convenirle.

Una monarquía cada vez más débil y desacreditada debe ser una ayuda, no un obstáculo para la Catalunya del futuro.

A mi entender, lo que hasta ahora no ha dicho nadie, ni nuestro informante de hoy ni ningún otro, es que de acuerdo con sus valedores el Procés de Independència debe culminar en una República de Cataluña hegemónica, indiscutiblemente hegemónica, en la península Ibérica.

 

A la independencia de Cataluña por la vía de los referéndums

Parece ser que influyentes sectores del independentismo catalán apoyan cada vez con más fuerza y convicción la línea táctica  basada en la celebración de  referéndums convenientemente programados y escalonados, que, según ellos, conduce indefectiblemente a la independencia.

De acuerdo con el dictamen de sus futurólogos, el procedimiento, como clave táctica, permite mantener el control de la situación en cada momento y aumentar los porcentajes de adhesión, no necesariamente de participación, sin provocar, como efecto no deseado, reacciones del sector español en forma de una implicación mayor y más convencida.

En mi opinión, el secreto de esta táctica y su posible éxito  radica en mantener la dictadura encubierta que la burguesía ha impuesto en esta región española más que región y, a partir de ahí, seguir avanzando paso a paso sin soltar prenda.

Ellos dicen, y es de suponer que también creen, que con un cincuenta por ciento de los votos más uno ya pueden reclamar la independencia. Entienden que para ello deben aumentar la participación ciudadana, pero no tanto que pueda hacer peligrar el invento. Con sesenta y cinco por ciento va que chuta.

A mi modo de ver y entender se toma como punto de partida una situación ilegítima por fraudulenta, pero  el hecho cierto y objetivo es que esa situación ilegítima y fraudulenta se mantiene en Cataluña desde hace más de cuarenta años:

¿Sirve de algo que yo  declare públicamente que, en mi opinión, todas las instituciones autonómicas de Cataluña son ilegítimas e ilegales en su origen?

 

¿Cosas de la alienación?

En lo intelectual me tengo por demócrata.  Entiendo que toda sociedad humana  es, de alguna manera, un universo de opiniones y procuro respetarlo.

En lo estrictamente personal me tengo por español. Entiendo que soy instintiva e irracionalmente español.

¿Cosas de la alienación? Creo que sí, creo que en definitiva  son cosas de la alienación.

Alma alienada, alma escindida, El personaje, que es la máscara, ordena y manda, al menos de momento, sólo de momento.

Entiendo que la alienación de las criaturas ni puede ni debe ser su estado permanente y definitivo.

 

 

Monarchia delenda est

A estas alturas de la película resulta evidente que uno de los objetivos prioritarios de los que tramaron y pusieron en marcha la conjura para acabar con España y borrar su nombre del mapa fue siempre privarla cuanto antes de su monarquía como soporte histórico y actual, simbólico y real.

Monarchia delenda est!

Ahora ya lo tienen prácticamente al alcance de la mano. Con su Rey emérito en busca de destino y acomodo para él y su séquito en un emirato árabe, paraíso fiscal o resort de lujo real, y su príncipe reinante con menos iniciativa que un sargento chusquero, España se encuentra ante un panorama francamente desolador,  con políticos sin visión de Estado y ciudadanos que un día fueron españoles aguerridos  y hoy son ludibrio y hazmerreír de cuantos se asoman, aunque sea sólo con curiosidad de turista, a su escena pública.

Todo por etapas o en fascículos.

Nos dicen que estamos a las puertas de la República, lo que para mí significa que estamos a las puertas de la etapa final. Después vendrá el caos y después del caos, el silencio de los muertos.

Me cago en la madre que me parió.

 

A Pedro Casaldáliga, enterrado cabe un árbol en una margen del río Araguaia

A ti, alma por siempre diáfana,  

mi  cordial enhorabuena

desde esta otra orilla,

posada precaria de almas opacas

aún no redimidas

Casaldáliga y la espiritualidad liberadora

Entiendo que Pedro Casaldáliga vivió entregado en cuerpo y alma a la causa de algunos de los seres humanos más pobres que podemos imaginar: concretamente, aquellos que ni siquiera tienen identidad como tales y, a buen seguro sin saberlo,  luchan por subsistir atrapados en su animalidad.

Hablo de los miembros de ciertas tribus de la Amazonia, perdidos en la selva de la historia, con los que este obispo heterodoxo convivió durante más de cincuenta años por puro y desinteresado amor.

Su mensaje evangélico ha sido definido como espiritualidad de la liberación.

En mi opinión se trata simplemente de una espiritualidad centrada no en conceptos teológicos teóricos y/o abstractos sino en seres humanos de carne y hueso captados en su medio y en sus quehaceres diarios o habituales.

En ese sentido este buen obispo es sin duda  un revolucionario y un intruso, tanto más cuanto que no duda en denunciar y perseguir  como puede y cuando puede a los explotadores de esos seres inferiores (subhumans), junto  con sus prácticas.

Por todo ello, le consiento que, llevado de su vena poética, escriba:

Junto al montón de paja de mi vida

broza muerta de sol…

Pero en este punto  no estoy de acuerdo con él.  A mi modo de ver, Casaldáliga es un ser humano que luchó por el bien de todos los seres humanos, empezando por los más pobres.

Para mí, todo un ejemplo y un modelo, pues pienso que lo que importa no es creer sino actuar con fe.

 

¿Derogación de la Monarquía parlamentaria?

En los últimos tiempos, numerosos  acontecimientos políticos de nuestra doliente y dolida España se empeñan en confirmarnos cada día que la destrucción de nuestra Patria tal como la hemos conocido y querido sigue su curso inexorable de acuerdo con la agenda elaborada y fijada en un momento preciso de la llamada Transición democrática.

O, para ser rigurosos, bastante antes.

Entiendo que en realidad la Transición fue sólo un apaño para pasar, sin traumas mayores ni rebotes violentos, de la Dictadura militar de Franco y los franquistas, cuando todos los españoles éramos franquistas, a esa República que nuestra falsa y siempre desleal izquierda quiere ofrecer cuanto antes  a la no menos falsa y desleal burguesía catalana como prueba de fraternidad en un acto histórico de confraternización.

Así, pues, se repite una escena  ya conocida y vivida de la historia de España pero al mismo tiempo se le añade la escena, básicamente inédita, correspondiente a Cataluña y a todas las regiones, autonomías y/o naciúnculas  que decidan sumarse al disparatado y macabro happening.

Los representantes de nuestra Monarquía han cumplido realmente su función de tontos útiles; el padre como pecador y delincuente público; el príncipe, al menos hasta ahora,  como hombre falto de la decisión y el coraje que la situación exige.

En resumidas cuentas, una España sin españoles, pero, ahora sí,  una República española de izquierda hermanada con una República de Cataluña burguesa y consecuentemente hegemónica en el ámbito peninsular.

¡Se levanta el telón!

 

El Rey emérito rumbo a la historia

El comportamiento de nuestro Rey emérito durante las  últimas semanas, en tierra y en el aire, no parece que esté siendo ni muy inteligente ni muy  esperanzador.

A mi, personalmente, ese comportamiento  me hace recordar, ¡contra  mi voluntad!, el periplo-fuga del sha de Persia por los cielos de medio mundo  hasta que, gravísimamente enfermo,  aterrizó en Egipto, donde murió en julio de 1980. Tenía 61 años.

Esperemos que los  asesores del Rey Juan Carlos  encuentren una salida basada en la discreción y la prudencia y le convenzan de una vez por todas de que es mejor para todos, incluido él, que abandone   su postura de adolescente caprichoso e irresponsable y obedezca a las razones que impone la razón de Estado.

Podría ser una oportunidad, acaso la última, para pasar a la historia con la dignidad que le corresponde y, a mi entender, debe tratar de merecer.

La lección catalana explicada por un angelito catalán

Me armo de paciencia y trato de leer un texto publicado hoy, viernes 7 de agosto, en La Vanguardia de Barcelona  con honores de editorial, bajo la firma de Enric Sierra, director adjunto.

Entre bromas y veras, el angelito  hace un panegírico de la gestión de la pandemia llevada a cabo por la Generalidad de Cataluña  y sus incontables entes asociados para concluir recomendando que ahora Madrid aprenda la lección catalana y lo demuestre de manera leal y fehaciente con  «la aplicación de medidas contundentes como las que se tomaron en Barcelona».

Quedo pasmado y, cuando me recupero, me digo a mí mismo: Esta tropa se pasa la vida mintiendo y no sólo no lo reconoce sino que incluso nos pide que aprendamos de sus dirigentes  y, por encima de todo,  les estemos agradecidos.

Sinceramente, demasiado para mis pobres entendederas.