Con Jorge Luis Borges y más allá

Jorge Luis Borges, siempre inquieto e inquietante, nos dejó escrito, más o menos, que ni siquiera Dios puede hacer que algo que ha existido pase a ser algo que no ha existido.

De acuerdo, pero personalmente considero que si hay cosas que ni siquiera Dios puede hacer son ante todo destruirse a sí mismo y  hacer que nada haya existido.

En cualquier caso, para mí, la pregunta es: ¿puede la causa destruir la causa con todos sus registros?

¿110 propuestas para relanzar España?

Trato de comprender y apreciar el empeño del diario ABC, que, en su edición de hoy, domingo, 28 de junio, desglosa y glosa 110 propuestas para relanzar España.

Pero como  en el fondo me parecen demasiadas propuestas, de todas ellas me quedo con una, la tercera, que considero suficiente para explicar la actual situación de España y ponerle remedio.

Así, pues, la tercera Propuesta empieza diciendo: Sin cumplimiento de las leyes no hay democracia…»  y termina   diciendo: De ahí que la defensa de la democracia haya de ser al mismo tiempo la defensa del Estado de Derecho. 

Amén.

Carlos Ruiz Zafón no es un cuentista

Leo con interés los dos relatos cortos de Zafón, epigrafiados como cuentos, que ha publicado hoy domingo, 21 de junio, el más importante rotativo de Barcelona.

Entiendo que se trata, entre otras cosas, de un pequeño homenaje al autor de La sombra del viento, que, lo confieso, aún no he leído.

Limitándome a lo que conozco y entiendo, me atrevo a afirmar que Zafón  no es, ni mucho menos, un narrador hábil, ingenioso y rico en recursos estilísticos y narrativos. Sobran tópicos y falta originalidad.

Me reafirmo,  Zafón no es un cuentista.

El separatismo catalán en la prensa alemana

Ayer, 19 de junio, pude ver y leer en la prensa alemana, concretamente en el prestigioso semanario Der Spiegel,  una muestra de la actividad propagandística del separatismo catalán, bajo la marca FIBRACAT, en este país.

La envolvente catalana sigue adelante e incluso amplía su acción exterior. Mientras tanto, los españoles sin enterarse y pagando.

El pensar como forma de espiritualización

Entiendo que el ser humano vive para pensar

y entiendo que  pensar es una forma de espiritualización.

Entiendo también que, cuando piensa, el ser humano es sí mismo, en sí mismo y para sí mismo.

El ser humano se piensa siempre y necesariamente a sí mismo.

¿Sólo a sí mismo?

El clan de los Pujol y la economía especulativa

Considero  que el clan de los Pujol -desde el abuelo Florenci y el judío de Olot hasta los hijos del matrimonio-patrimonio Pujol-Ferrusola, conocidos en este  espacio virtual como la Sigronada-  se ha movido siempre en el ámbito de la economía especulativa,  esa que, a mi modo de ver y entender, utiliza el dinero como valor de uso y valor de cambio, sin necesidad de crear empresas y producir bienes de consumo para el conjunto de la sociedad.

Considero asimismo que la aportación histórica del clan de los Pujol ha consistido en intentar convertir y convertir de hecho la política en la parcela privilegiada de la economía especulativa.

Economía especulativa en estado químicamente puro en cuanto que tiene o aspira a tener las leyes de un Estado a su servicio; entiéndase,  al servicio del clan familiar y sus intereses.

 

Anna Grau, la artista catalana de las dos lenguas

Diría que la mujer es toda una artista con la lengua. Diría incluso que ahí, en el ámbito de la lengua o, si se prefiere, de las lenguas, la mujer luce sus encantos y recursos prêt-à-porter, que son muchos. Diría incluso que la mujer, ayer doncella o, por mejor decir, pubilla, esbrina en cantidad.  Y, cuando coge la onda, no hay quien la pare.

Y, que yo sepa, ni quien la iguale, de momento.

Lo suyo es un condumio o potaje gramaticalmente inmundo pero con caliu, al menos para alguien que como yo chamulla un catalán de rodalies.

Con ello no quiero ni pensar ni decir que la buena mujer, nunca señora en el ámbito de las lenguas, se entregue al fácil y socorrido juego de la puta i la Ramoneta, pues considero que lo que ella hace es situarse por encima de las normas de nuestra docta Institución y, allí, montar su propio chiringuito de quincalla y baratijas lingüísticas, literarias, sociales, políticas, actuales y marginales en un revoltijo infame…

O sea, una enteradilla con inquietudes intelectuales y olfato para la pasta gansa.

Pero el caso es que la buena mujer, nunca señora en el salón de la gramática, lo vende todo, y lo vende a los de derechas, a los de izquierdas, a los burgueses catalanes separatistas y, para no ser menos, a los burgueses de la Meseta, otrora terratenientes.

En pocas palabras, la buena señora empezó escribiendo para Avui, marca del separatismo catalán de ayer, y hoy lo hace -supongo que con idéntica fruición y entrega- para ABC, diario que ha sido y es de todos los españoles.

 

Nueva normalidad

Nombre aparte, el hecho cierto es que, a juzgar por multitud de indicios y señales de diversa índole, la humanidad está a punto de culminar un salto cualitativo de consecuencias en parte previsibles y en parte imprevisibles, muchas de ellas acaso decisivas e irreversibles.

Atrás quedarán la pandemia del coronavirus y la hibernación económica, amén de sus incontables secuelas, convertidas todas ellas para siempre en historias de la historia.

Imagino que un día de estos despertaremos y nos encontraremos con una nueva normalidad, y, aunque siempre es arriesgado hacer pronósticos, me inclino a imaginar que el orden social  implantado por la nueva -¡nunca última y definitiva!- normalidad estará marcado, más pronto que tarde, por fenómenos sociales como el teletrabajo, las actividades individuales y colectivas on line, la práctica desaparición del cash y su suplantación por una tarjeta universal, infinitamente más práctica, y medidas de diversa índole pero todas ellas presididas por la globalización, la informatización y, en última instancia,  por el internet de las cosas y, en un sentido más amplio y ambicioso, por una realidad virtual que en estos momentos no consigo vislumbrar en qué puede consistir y no consistir.

No obstante, ya ahora puedo pensar en viajes y desplazamientos virtuales.

Y, en un plano estrictamente personal, confieso que  me considero un pionero del teletrabajo, pues a principios de los años setenta del siglo pasado empecé a trabajar como traductor, corrector y redactor para una editorial barcelonesa, a jornada completa.

Claro que entonces la cosa se llamaba simplemente trabajo a domicilio.

 

Pacto de Estado PSOE, PP y Cs para empezar

En estos momentos propongo y propugno un Pacto de Estado PSOE, PP y Cs para impedir que España caiga definitivamente en el caos y, a partir de ahí,  en la inexistencia, y, por el contrario,  inicie una línea política y social basada en la unión que nace de la lealtad,  sólo de ella, para encarar el presente y el futuro inmediato como una sociedad solidaria, egoístamente racional y racionalmente egoísta.

Si otras sociedades nacionales lo han hecho y/o lo están haciendo, ¿por qué no podemos hacerlo los españoles como sociedad, como nación y como pueblo?

¿Acaso entre nosotros  son más los que quieren destruir toda convivencia pacífica, constructiva y racional que los que creen en ella y la defienden o deben defenderla?

Entonces, ¿por qué entre nosotros las fuerzas irracionales y antidemocráticas se imponen a las fuerzas racionalmente solidarias y realmente democráticas?

¿Por qué entre nosotros se destruye más que se construye?

¿Son más los que destruyen que los que construyen?

Creo que no. Sinceramente creo que los que destruyen son y han sido siempre menos, bastantes menos,  pero ahora y siempre han sabido organizarse mejor, y, por encima de todo, han sido siempre más activos y eficientes.

¿Hay, por ejemplo, en el bando español algo equiparable en términos de eficiencia a la perfidia de un separatista catalán?

 

Oriente Próximo: enfrentamiento, pandemia y hambruna

Oriente Próximo es una zona geográfica castigada por enfrentamientos raciales  que se vienen prolongando durante siglos sin conocer ni un fin ni una solución.

¿Maldición bíblica?

Eso es lo que personalmente me parece la rivalidad que mantienen árabes y judíos en torno a Palestina. Para colmo, a esa rivalidad se  suma ahora la amenaza del coronavirus y sus ramificaciones.

¿Cuáles serán las consecuencias de la pandemia en el mundo y, concretamente, en esa región?

Ya de entrada podemos decir, sin conocerlas, que serán siempre consecuencias negativas. Y también que el mayor de los males para las poblaciones afectadas no vendrá directamente de la pandemia sino de la hambruna que con toda seguridad traerá consigo una situación de caos generalizado en la región.

A partir de ahí podemos preguntarnos: ¿Hacia dónde camina la humanidad?