Artículos de marzo de 2007

Creer en Dios o no creer en Dios

En opinión de Pájaro bobo, si alguien cree en Dios es porque lo necesita para organizar su imaginario y su vida, y si alguien no cree en Dios es porque no lo necesita para organizar su imaginario y su vida. Se trata de dos maneras de ser y estar, y, por lo tanto, de dos universos mentales.

Pájaro bobo cree en Dios porque se lo reclaman su angustia y su sentido del bien. Y,  tal vez en no menor medida, por ser y saberse un animal agradecido.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede tener una visión transcendente del ser el que no cree en Dios?

Transcendencia

Pájaro bobo entiende que, para el ser humano, la transcendencia consiste en superar —¿por elevación?— la contingencia y la contingencia consiste en existir fuera de Dios, lo que a su vez determina un estado de alienación: ser y existir por separado, en uno mismo y con respecto a Dios.

Pájaro bobo cree que la alienación, en cuanto estado y experiencia vital, terminará con la apocatástasis o vuelta de todos los seres (¿de todo lo creado?) a Dios. Con la apocatástasis ser y existir serán uno y lo mismo (en rigor, Uno y El Mismo). Fin de la contingencia, fin de la alienación, fin de las individualidades.

En cualquier caso, Pájaro bobo se inclina a pensar y creer que, visto el panorama con ojos humanos, hay varios modos de transcendencia y, dentro de éstos, varios grados, de la misma manera que hay varios modos de espiritualidad y, dentro de éstos, varios grados.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es posible que lo que tiene un principio no tenga un fin?

Personalidad

La personalidad puede entenderse como la coraza que sustenta al ser alienado y da forma a la alienación individual. De los místicos se dice que son transparentes; no tienen personalidad o, lo que es igual, coraza.

En la civilización occidental se considera positivo tener una fuerte personalidad. Eso significa que seguimos presos en nuestra coraza, que es tanto como decir en nuestro pecado original.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿hasta cuándo? 

 

Estado de derecho

Pájaro bobo opina que, en condiciones ideales, el Estado de derecho —sin espacio para heroicidades ni improvisaciones de tipo personal— funciona a velocidad de crucero con el mando automático. Con ese referente como terminus ad quem, las acciones y declaraciones de Rodríguez Zapatero y José Blanco con respecto al problema de ETA le parecen penosas y lamentables.

La ley, siempre y sólo la ley.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿creen estos dos subalternos que con cambiar el nombre a algo se altera su realidad?

¿Y si después resulta que no resulta?

La sonrisa de Judas: Rodríguez Zapatero frente al Estado de derecho, la Constitución de 1978 y el pueblo español de 2007

Es posible que la osadía de Zapatero sea aún mayor que su ignorancia. Es posible que su perfidia sea aún más profunda que la de todos los pseudonacionalistas periféricos juntos. Es posible que, una vez más, confíe en su buena estrella y en sus dotes de trapisondista consumado, aún no consumido. Es posible…

Pero, en opinión de Pájaro bobo, Zapatero debe hacer las maletas y marcharse cuanto antes. Aún puede tomar el último tren. Tal vez mañana sea demasiado tarde. Sólo hace falta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre sus actuaciones desde la redacción, la tramitación y la aprobación del Estatuo catalán hasta la puesta en libertad real, no nominal, de ese asesino y trabucaire llamado De Juana Chaos. Fraudes de ley sobre fraudes de ley. Todo ello para allanar y preparar el camino a la exaltación y glorificación no ya del terrorismo sino del crimen puro y duro.

Inteligente ignominia: el criminal erigido en héroe y sus víctimas olvidadas. ¿Y la ley?

En opinión de Pájaro bobo, el Tribunal Constitucional no debe demorar por más tiempo su intervención y debe pronunciarse si quiere cumplir con su obligación y salvar la Constitución de 1978 y con ella el Estado de derecho, Contitución y Estado de derecho que este pérfido e irresponsable discípulo de Maquiavelo y sus acólitos están destrozando con medidas según ellos inteligentes pero, al decir y sentir de la mayoría de los españoles, ni justas ni legales.

Tal vez sería útil e ilustrativo oír de nuevo qué piensan sobre el asunto maestros del juego político a tres bandas como, por ejemplo, Jordi Pujol, Josep Piqué, Maragall y Carod o analistas del ruedo ibérico tan sutiles, bien informados y desapasionados como Enric Sopena y Valentí Puig. Envoltorios y paripés aparte, lo que ellos digan será siempre lo contrario de lo que conviene a España y a los españoles.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿A dónde quiere llevar a España Zapatero?

A la vista del camino que ha emprendido y de los aliados e interlocutores que se ha agenciado, es momento de exigir su dimisión y su procesamiento; esperar a que hable o cante sería suicida, pues el angelito siempre ha actuado por vía de los hechos consumados. Y con la sonrisa de Judas en los labios.

Los españoles y el condicional

El letrado Felipe González dice: «Si yo hubiera sido jefe de Gobierno, hubiera hecho lo mismo»,
y el ortógrafo (por polígrafo) de Pájaro bobo dictamina que «habla incorrectamentamente».
Debería (no debiera) haber dicho: «Si yo hubiera sido jefe de Gobierno, habría hecho lo mismo».
De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por Pájaro bobo, este error —construcción incorrecta de oraciones condicionales y oraciones con sentido condicional— aparece a menudo en las obras de nuestros escritores tanto de los siglos XIX y XX como de la actualidad. Y, evidentemente, también en la prensa escrita de las diferentes épocas.

Ejemplos:
«Si yo hubiera ido a la escuela, hubiera (por habría) aprendido».
«Hubiera (por habría) sido mejor que me hubiera quedado en casa».
«Nadie puede negar que eso hubiera (por habría) sido lo mejor».

Igualmente:
«Quisiera (por querría) un kilo de pan».

Según Pájaro bobo, la norma es: si en la prótasis o condición hay o hubiera un verbo en subjuntivo, en la apódosis o conclusión debe o debería (no debiera) haber un verbo en modo condicional.
Y, en su opinión, esa norma debería (no debiera) respetarse siempre.

A partir de aquí se levanta la veda y se autoriza la caza del gazapo.

Fenicios en acción

Con Estatuto o sin Estatuto, con un charneguete como presidente de la Generalidad de los catalanes o sin él, con relaciones internacionales o sin relaciones internacionales, con un botarate (carallot) o con cuatro botarates (carallots) haciendo el indio en la India, en Tierra Santa o en Kuala Lumpur, los fenicios siguen avanzando en alas de su política de la puta i la Ramoneta. Pájaro bobo dice que entiende la manera de pensar y actuar de los fenicios (denken und handeln), pero dice también que, con su cinismo, los púnicos ponen constantemente a prueba los nervios de él y, en menor medida, de cualquier otro observador mínimamente avisé y mínimamente exigente.
Pájaro bobo considera que siempre debe empezarse por aceptar la realidad, no por entenderla o tratar de entenderla; y que no debe confundirse estar o no estar de acuerdo con entender o no entender.
El fenicio, comerciante y colonizador —fundador-explotador de colonias y factorías—, posee un sentido práctico de las cosas que los indígenas de Hesperia no tenemos, y nunca hemos tenido. Por eso vamos siempre a remolque de él, que vive con un pie en tierra y otro en su barco, por encima del agua.
De hecho, muchos habitantes de la piel de toro siguen sin enterarse de que los fenicios llevan décadas trabajando —entiéndase intrigando y trapicheando— simultáneamente en dos frentes: la construcción de una nación monolingüe, monoideológica, monofrentista, adherida a España por uno de sus costados y en una sola y única dirección, una Cataluña —en lo sucesivo, por decreto siempre y sólo Catalunya— independiente y soberana, y una España hoy plural y mañana reducida a una serie de territorios sin estructura de Estado y sometida a sus intereses. Ése será el país ideal para nuestros fenicios; por él están trabajando y por él están haciéndonos trabajar.
En los Madriles, los fenicios llevan años creando lobbies y colocando agentes y topos en puntos de interés para ellos por unos motivos y de interés para nosotros por otros motivos.
Agentes o topos, ahí están lanzando sus mensajes a través de la prensa diaria de una y otra orilla del Ebro, río histórico y río simbólico.
Pájaro bobo viene siguiendo desde hace años la huella escrita de algunos de los topos fenicios afincados en el parque del Retiro o sus inmediaciones. Desde las Regás hasta los Juliana, pasando por los Papells, los Sopenas y los Puigs.
Enric Juliana posee una pluma dotada de un veneno de excelente calidad en sus efectos. Hábil, ingenioso y relativamente culto, este subalterno de Pujol exhibe un humor decididamente cáustico que permite entrever una tranca y retranca de envergadura. Todo un trabucaire de guante blanco y sonrisa púnica. Mirón del parque del Retiro, el tal Juliana es uno de los muchos topos que operan en los Madriles desde hace tiempo y con una finalidad clara y concreta: informar a sus jefes de lo que ocurre en la capital del país vecino y preparar el terreno a lo que ha de venir. Por su parte, el perillán Puig se dedica a amontonar palabras que luego endosa a los indígenas de la capital como criptografías de la literatura más culta y avanzada, mientras que la Rosa no desaprovecha ninguna ocasión que se le ofrezca, además de las que caza al vuelo y como de paso, para eliminar nombres y referencias a un país en el que ella actúa como enviada de la Generalidad. Comando Rosa de los cuatro vientos con pasaporte de feminista ilustrada.
En opinión de Pájaro bobo habría que empezar a hacer un recuento de los grupos fenicios, con sus respectivos efectivos, que operan en nuestra capital y nuestro país. Desde los medios de comunicación hasta la Administración del Estado, pasando por los diferentes ministerios, en especial Defensa y Economía. Pensemos por un momento en Narcis Serra.
A Pájaro bobo le consta que la Generalidad de los catalanes viene realizando desde hace años listas, constantemente actualizadas, de «elementos peligrosos, indeseables y anticatalanes a los que hay que eliminar», y, de hecho, ha ido eliminando y sigue eliminando. A ellas se suman las listas de las instituciones e instancias estatales y autonómicas que esa misma Generalidad planea asumir, por vía de transferencias descubiertas o encubiertas, en el plazo de diez años, momento en el que, según su timing, se producirá, a modo de hecho consumado, la independencia de Catalunya y la desintegración de España, bajo la fórmula oficial/oficiosa de soberanía compartida.
De todo lo vivido y observado hasta ahora, el blindaje de competencias de la Generalidad de los catalanes y el amago —así empiezan todas las traiciones— de anteponer el último estatuto catalán a la Constitución española de 1978 constituyen, en opinión de Pájaro bobo, las puntas de lanza de un proyecto que está punto de entrar en su última fase, una fase en la que ya no habrá retorno posible, point of no return. Al menos, para nosotros los españoles.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿a qué esperamos?

 

Vera: veritas, veritatis

Rafael Vera, ex secretario de Estado de Seguridad, ha escrito y ha hablado.
En opinión de Pájaro bobo, y de acuerdo con lo visto, leído y oído, a Rafael Vera le ha faltado decir: «Yo era un funcionario del Estado y en mi actuación cumplía órdenes. Éstas me eran impartidas por mis superiores de viva voz [hay cosas que no deben escribirse] y/o en forma escrita».
Un funcionario es una pieza de una pirámide jerárquica o, como en este caso, un eslabón de una cadena de mando, y eso es lo primero [y en muchos casos lo único] que todo funcionario debe tener presente a la hora de dar cuenta tanto de cada uno de sus actos como de su comportamiento.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas: ¿quiénes eran los jefes nominales y reales de Rafael Vera?, ¿qué órdenes le dieron?

Del cambio a la autodestrucción

El llamado cambio climático es en realidad un aspecto, tan grave como apremiante, del proceso de degradación de la biosfera puesto en marcha por el ser humano a partir de la Revolución industrial. En opinión de Pájaro bobo, aunque aquí la palabra «cambio» carece de contenido real ya que equivale a términos como, por ejemplo, nuevo curso o nuevo período, no se trata de un eufemismo inocuo o meramente estético sino de un fraude semántico alumbrado por una conciencia poco exigente en el plano ético y claramente dispuesta a engañarse a sí misma.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas:
¿Es imaginable que el ser humano ha sido creado para destruirse a sí mismo con todo lo que ha recreado a su imagen y semejanza a lo largo de los tiempos?
¿Qué se pretende ocultar con la inocua fórmula «cambio climático»?

Cainismo

Dos políticos de primera fila deciden dirimir sus litigios y de paso resolver los problemas nacionales a garrotazo limpio. El festejo se celebra en la plaza pública, llamada del Parlamento, que ha sido habilitada para la ocasión. Entrada gratuita para televidentes. Aunque nada más aparecer, ambos contendientes quedan hundidos en barro inglés hasta las rodillas y tienen los ojos vendados, se atizan con saña dirigidos y azuzados por sus subalternos, también llamados segundos. Los aficionados, divididos en dos bandos, jalean a su respectivo héroe, mientras los turistas llegados de los países vecinos —Galizia, Euskadi y Catalunya— piden sangre y más sangre, hasta que, hartos o satisfechos, empiezan a gritar todos juntos, como si fueran un solo pueblo y una sola nación: «¡Que se maten, que se maten!»

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿en qué país estamos?

El eje Madrid-Berlín

Miguel ya está en Berlín y Ana sigue en los Madriles. Un paso más, el último o penúltimo, en el camino de su emancipación. Miguel ha ido a la capital de todas las Alemanias a hacer el trabajo de fin de carrera. Telecos. Después quiere dedicarse a lo suyo: tramar inventos e idear artefactos. Sin olvidar la música en la banda que ha formado con sus compis. No está mal para ser hijo de un trapero y alquimista, huérfano de guerra y proscrito de por vida.
Ana está contenta en la Villa y Corte del país vecino. A este paso, me la veo acumulando títulos académicos, tantos como el resto de la familia junto. Cada cuerdo con su cuerda.
Margarita y Pájaro bobo, siempre acompañados por Blacky, siguen ahí, en la Fenicia de Ponent; a tres tiros de piedra del malecón de la Barceloneta y, en consecuencia, a otros tantos del mar de la Sargantana. Las cosas les han ido bien y ahora viven con horaciana tranquilidad y burguesa dignidad. La edad amansa las pasiones.
Pájaro bobo está pensando dedicar la última estampa de su vida a su primera y acaso más auténtica vocación; la que dejó para dedicarse a cuidar de Margarita y sus hijos. Su amigo Píndaro dice que, después de leer tanto como tres o cuatro personas juntas y acumular los conocimientos de otras tantas, no estaría bien que renunciara a esa dimensión de su paso por la vida. Pájaro bobo no está del todo seguro, pues afirma que muchas de sus ideas y teorías ya están en la red y pueblan la logosfera. Acaso sea cierto que, en el momento de morir, uno es lo que ha pensado. Eso es posiblemente todo y lo único que queda cuando individuo e individualidad desaparecen.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no debe estar agradecido Pájaro bobo a quienes le condenaron a muerte civil de por vida?

Diagnóstico y pronóstico: destitución y procesamiento de Rodríguez Zapatero

Cinco preguntas ingenuas e intempestivas
Primera: ¿ha habido alguna vez en España, a lo largo de toda su historia, un político tan obtuso y obcecado, y, al mismo tiempo, tan falso y desleal como Rodríguez Zapatero?
Segunda: ¿pueda darse una acumulación indefinida de errores sin salto cualitativo?
Tercera: ¿a qué se debe que un gobernante nominalmente de izquierdas haya adoptado tantas decisiones despóticas, ilegales y irracionales como este hijo de la perfidia y la tozudez?
Cuarta: ¿cómo explicará Rodríguez Zapatero que prefirió pactar con criminales y separatistas a recabar el apoyo leal, democrático y patriótico de todos los españoles, sin distinción de credos ni ideologías, para abordar asuntos que afectan gravísimamente  al presente y el futuro de España?
Quinta: ¿no están dirigidas prácticamente todas las decisiones políticas de Zapatero, de manera manifiesta o encubierta, al desmantelamiento de nuestro Estado de derecho y la destrucción de España como nación?

Tres testimonios de la falsedad de Rodríguez Zapatero a cargo de sendos especialistas en la materia.
Jordi Pujol: «De Felipe y de Aznar te podías fiar; de éste, no».
Pasqual Maragall: «fui un ingenuo al fiarme de él».
Josep Piqué: «Pactará con todos y los engañará a todos».
Es obvio que los tres declarantes [ahora no comparecientes] y sus compañeros de intriga y conjura prefieren a Rodríguez Zapatero como jefe del Gobierno español e incluso como interlocutor político precisamente por su falsedad y su deslealtad, virtudes que son para ellos regalos preciados y preciosos. 

Identificación:
Pájaro bobo, hijo de un obrero socialista muerto en 1936, se declara fiel a su condición de ibero e Ibero y se considera a todos los efectos y sin reservas conscientes o deliberadas de ningún tipo patriota español. ¿Que es un troglodita reaccionario e impenitente? De acuerdo. ¡Arriba España!

Continuará…

Mérito/demérito de Rodríguez Zapatero

Con su sarta de desaciertos, Rodríguez Zapatero ha conseguido dilapidar/enajenar la mayoría natural de la izquierda y no sólo regalársela al Partido Popular sino además contribuir decisivamente a que esta formación lidere y capitalice un movimiento social de alcance nacional en sus proporciones y de naturaleza patriótica en su contenido más profundo y auténtico. 

Aclaración
En opinión de Pájaro bobo, el sentimiento patriótico ideológico es, en  este caso, el que corresponde a la derecha como partido político.  El sentimiento patriótico supraideológico es el que corresponde al pueblo español en su conjunto, con desprecio de todas las fronteras ideológicas reales o imaginarias. 

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué luego cierta izquierda se lamenta de que la derecha monopoliza los símbolos nacionales y el sentimiento patriótico tanto ideológico como supraideológico? 

Zapatero en el parvulario

Cuando alguien comete un error, sea de manera deliberada o no deliberada, lo primero que debe hacer, o al menos procurar, es reconocerlo, pues es condición imprescindible o necesaria para corregirse y poner remedio. Si uno se empeña en justificarse y/o echa la culpa a otro, nunca lo reconocerá y, por lo tanto, nunca pondrá remedio y nunca se corregirá.
Ejemplo: ¿quién lo ha hecho? Yo. Lo siento, no me he dado cuenta. Procuraré no hacerlo más.
Pájaro bobo, además de procurar seguir esta norma personalmente, se la enseñó a sus hijos cuando eran pequeños y éstos la adoptaron como pauta de comportamiento. Acto seguido, Margarita, su madre, la explicó en el colegio donde trabajaba como maestra. Poco después contaba, entre sorprendida y regocijada, que los niños del parvulario no sólo la habían aprendido y la habían puesto en práctica sino que incluso, cuando ella preguntaba en clase «¿quién ha sido?», ellos contestaban a coro «yo he sido, señorita».

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿enviamos a Zapatero al parvulario de Margarita?

Observación
Margarita es muy buena maestra, y hay que felicitarla por ello y porque, además, hoy, diez de marzo, es su cumpleaños.

Pensando en Álvaro, en Santiago y en Píndaro, siempre con Margarita

Desde hace años, Pájaro bobo viene informando (en realidad, machacando) con sus visiones y sus previsiones de España a Álvaro, poeta placentino, a Santiago, granjero de la granja, y a Píndaro, profesor de lenguas clásicas. Para él, dar cuenta de lo que ve y prevé es casi una necesidad, pues sus demonios no le dejan ni vivir ni dormir; para ellos, oírle y escucharle, cabe imaginar, un suplicio y, a veces, una bendición. En cualquier caso, ellos son, a título vitalicio, amigos y albaceas.
Si ellos le preguntan «¿y tú cómo lo sabes?», él contesta indefectiblemente «y vosotros por qué no lo véis?»
La única persona que no se sorprende de las intuiciones, adivinaciones y ensumaciones[1] de Pájaro bobo es Margarita, que lleva treinta y séis años a su lado, con todos sus días y todas sus noches, salvo algún pecadillo sin mala fe. Ella sabe lo que Pájaro bobo piensa y siente ahora, lo que pensará y sentirá mañana y lo que pensará y sentirá dentro de cien años. Sí, dentro de cien años, pues muchas de sus ideas, dice Margarita, pasarán a la historia. Y, de hecho, algunas ya forman parte del magma que flota en los medios de comunicación tangibles e intangibles.
[1] Ensumación viene de ensumar; en catalán, oler. Es palabra exclusiva del idiolecto de Pájaro bobo.

Promesa
Pájaro bobo promete que, tan pronto como le venga la vena, explicará y expondrá en esta página, que es su industria virtual, y, por lo tanto, libre y clandestina, la «teoría del desvalijador de cajas de caudales» que concibió hace tiempo pensando en su legado a la poste.

Desde la ventana del búnker de pladur

Pájaro bobo se asoma a la ventana de su búnker de pladur. Nubes oscuras, tirando a negras; nubarrones de todos los tamaños, siempre y sólo oscuros. Pájaro bobo busca con la mirada a los superinos. La puerta está abierta. Es zarandeada por el viento. El viento es presagio de ventolera; las ventoleras son presagio de tormentas; las tormentas son presagio de tempestades; las tempestades son presagio de cataclismos y cambios violentos y traumáticos de gobierno.
Consejo de un español heterodoxo: Zapatero, no te asomes a la ventana del Parlamento que da a la calle. En la calle no verás nada; está cubierta de banderas de España enarboladas por españoles.
Claro que siempre podrás decir: «¡Ay, hay que ver de lo que son capaces esos cavernícolas de la derecha!»
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si bajaras a la calle, cogieras en tu mano una bandera y dijeras «yo también soy español»?
Pero, bien mirado, es mejor que no lo hagas; todos pensarían que era tu último acto de falsedad. De momento, sólo de momento.
Pájaro bobo opina que, de acuerdo con lo que has hecho y dicho, tú prefieres la compañía de criminales y separatistas. Y, de acuerdo con lo que has hecho y dicho, considera que es momento de que se te destituya y se te procese. ¿Has oído hablar alguna vez de impeachment?

Miserables, miserables

Después de decapitar a la comunidad de lengua española del Principado, despojándola, hasta donde han podido, de sus cabezas pensantes, comisarios y valedores del catalanismo separatista han empezado a mofarse de la incultura de los «españoles», proclamando que en tierra de fenicios el español es lengua de analfabetos.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Cómo puede un ser humano, supuestamente letrado, mofarse de la incultura de otro ser humano, al que ha despojado vilmente de su lengua materna?
¿No saben nuestros iletrados letrados que precisamente ésa ha sido una de las tácticas preferidas de todos los regímenes totalitarios a lo largo de la historia y a lo ancho de la geografía?
Miserables, miserables.

Sí, contra dirección, ¿pero quién?

Dos millones de españoles salen ordenadamente a la calle con sus banderas. Un policía muncipal, de nombre José Luis Rodríguez Zapatero, los ve y, cuando están a punto de arrollarle, se dirige a los que avanzan en cabeza y les dice: «Deben saber ustedes que van contra dirección. Los tengo que detener a todos y llevarlos a comisaría». Uno de Ermua le pregunta con guasa: «¿Nos va a tomar declaración a todos?» «Sí, a todos y uno a uno». «¿Y después?» «Después pasaremos lista por orden analfabético».
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tienen que cambiar de dirección los españoles o inhabilitar al ilustre e ilustrado policía municipal?
Nota
Creo que el texto sirve como chiste en la línea de los que publica Mingote .

Lengua púnica

Aunque no está escrito, se sabe que en lengua púnica siempre estuvo prohibido mencionar la palabra traición y todas las integradas en su campo semántico, desde cobardía hasta falsedad.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no será que, en esa lengua, mencionar la palabra traición es ya una traición?

Gramática, geografía y semántica

Cataluña, no Catalunya, está en el nordeste de España, no al nordeste de España; Vascongadas está en el norte de España, no al norte de España; Galicia está en el noroeste de España, no al noroeste de España. Portugal está al oeste de España, no en el oeste de España.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿estamos ante una cuestión gramatical, geográfica o semántica?

¿Nupcias o náuseas?

Pájaro bobo ha confesado a Margarita que él nunca se casará, se casaría o se habría [no se hubiera] casado en segundas náuseas.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se trata de un lapsus linguæ o de una traición del subconsciente?
¿Qué es, sería o habría [no hubiera] sido lo peor?

Golafre = glotón

Como golafre de mena, el perillán de la perilla ha dejado a un lado, por un momento,  sus politologías cripticas y encriptadas y se ha puesto a hablar del yantar y sus goces. Ahora, además de palabras, el buen hombre y bon vivant amontona platos entre cigarros purísimos y volutas de humo.
¿Que por qué un golafre de estas tierras habla de comida mientras come? Pues, sencillamente, porque así es como si comiera dos veces y se ahorra una.
Además, la estratagema le permite orillar los temas españoles y no definirse sobre asuntos comprometidos. Lo dijo un lingüista que no era lingüista: cuando ni se puede ni se debe hablar de algo, lo mejor es guardar silencio.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué los oportunistas son siempre los que menos arriesgan y los que más beneficio obtienen casi siempre?
Aclaración
Oportunista es aquel que sabe esperar a que otros le saquen las castañas del fuego y se las come sin que se den cuenta para así repetir la argucia indefinidamente.

 

Tareas hogareñas, obligaciones familiares

Llegado a esa edad de la vida en la que el ser humano se acerca poco a poco a las estrellas, Pájaro bobo tiene a su cargo tareas hogareñas como llevar las cuentas, planificar y realizar chapuzas y zarandajas varias, pero, ante todo y sobre todo, obligaciones familiares como prever y proveer la manutención y el estipendio de sus hijos, Ana y Miguel, máxime ahora que están lejos de casa. Su doctrina es: ellos que se concentren en sus libros, y él se cuidará de la intendencia con todos los suministros, las provisiones y las herramientas que necesitan para poder vivir y estudiar sin quebrantos ni sobresaltos. Ni para ellos ni para sus padres.
Atavismos aparte, Pájaro bobo confiesa que disfruta haciendo montoncitos y distribuyendo participaciones, a las que ahora llaman shares o cuotas, entre los beneficiarios en calidad de aconductats. Cada uno aporta de acuerdo con sus posibilidades y recibe de acuerdo con sus necesidades, principio de justicia distributiva a escala social que aprendió, primero, de los Maristas y, después, de los marxistas. Él lo aplica a la economía [en griego, ley de la casa], pero lamentablemente aquí el que parte y reparte se queda siempre con la peor parte, aunque, a decir verdad, él está de acuerdo y le gusta que sea así.
En realidad, lo suyo, lo verdaderamente suyo, son las chapuzas caseras, para las que ha elaborado y desarrollado un sistema de planificación y actuación basado en el orden y la transparencia. Todo programado y por estampas. Todo con orden y por escrito. ¿Con las manos limpias? No, con las manos sucias.
En términos de tiempo y entrega, su experiencia aquí se aproxima a los treinta años con un presupuesto total millonario por acumulación. Y aún no ha terminado. En todos los casos, él asume el mando en primera persona, nunca lo delega, y se busca los colaboradores, llamados subalternos, a los que ya en el primer momento entrega una lista, o las que haga falta, de sus tareas respectivas y, cuando procede, del proyecto general. Los colaboradores-subalternos detestan las listas; a las primeras de cambio, las rompen o las hacen desaparecer, aunque también es cierto que después se las piden para extender la factura o las facturas. En cualquier caso, él hace de chico de los recados, utillero, operario, maestro de obras y, cuando se trata de obras y necesidades mayores, de ingeniero, pero sobre todo de contable y pagano. Su norma es pagar religiosamente al contado y controlarlo todo. Descontados berrinches, soponcios, broncas, trampas y sisas de diversa índole y cuantía, el balance total es positivo en términos de rentabilidad y renta, hasta el punto que alguien ha dicho de él, con toda la razón del mundo [y con total injusticia], que es un explotaor y un usurero.
Pájaro bobo se cuida además de otras mil tareas relacionadas con el hogar, pero no quiere saber nada de la cocina. Él dice que se lo tiene prohibido el médico, pero no es cierto. Lo que ocurre es que el hombre pertenece a una de esas generaciones a las que frailes, curas, militares y entrenadores de fútbol inculcaron —malévolamente — la errónea y despótica idea de que la cocina y todo lo relacionado con ella eran cosas de mujeres. Y ahí sigue. Para colmo, al pobre le molesta no sólo hablar y oír hablar de comida sino incluso comer.
De acuerdo con sus palabras, Pájaro bobo defiende sus obligaciones por dos razones: porque es su obligación y porque está convencido de que, si flaquea y baja la guardia, superinos, subalternos, adláteres y demás seres aconductats se lo comerán vivo.
Y es lo que él dice: ¿qué será de ellos cuando se lo hayan comido vivo?

Botelloteca: definición, acepciones y usos

De momento, la palabra botelloteca pertenece exclusivamente al idiolecto de Pájaro bobo, que la ha definido como «espacio, lugar o mueble en el que se guardan botellas llenas de líquido, en su mayoría bebidas espirituosas y/o refrescos, para su venta, expendición, ingesta, deglución o consumo».
Su inventor ha registrado como acepción de botelloteca esos recintos reales e imprecisos en los que antes, durante o después de un botellón se expenden bebidas embotelladas o enlatadas para su consumo inmediato in situ, con mención especial de bares, cafeterías y afines que disponen de una pequeña biblioteca-hemeroteca para uso de sus clientes mientras beben o comen.
Tenemos, pues, las siguientes variantes: botelloteca, botellón-botelloteca y biblioteca-hemeroteca-botelloteca.
Pajaro bobo entiende que, para ser real y, por lo tanto, democrático, el idioma debe adecuar/acomodar el eje vertical —jerárquico y paradigmático— al eje o plano horizontal —operativo y sintagmático—, como, dentro de ciertos límites, ocurre en otras parcelas de la actividad social del ser humano.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cabe esperar que un día la palabra botelloteca figure en los diccionarios del español real?

El gran delito de nuestro Zapatero

Pájaro bobo opina que el gran delito de nuestro Zapatero, acaso el mayor y, de hecho, el que nunca ha reconocido/confesado ni, previsiblemente, reconocerá/confesará en el futuro es que ha elegido como interlocutores de sus negociaciaciones y sus pactos, primero, a los separatistas catalanes y, después, a los criminales y separatistas de ETA. Entonces, ¿cómo puede pretender que el Partido Popular acuda ahora a su lado en calidad de cómplice y comparsa para refrendar su maniobra política y darle el carácter de acuerdo entre los dos grandes partidos nacionales que ni tiene ni tuvo nunca?
Si las cosas son efectivamente así, Pájaro bobo pregunta:
¿Cómo se llama ese delito en términos jurídicos? ¿Qué pena le corresponde en primera instancia?
Aunque él no es jurista, a la primera pregunta contesta: «Conjura para la destrucción de España como nación y el desmantelamiento del Estado de derecho».
Y a la segunda pregunta contesta: «destitución y procesamiento».

Miércoles negro

Ayer, miércoles y 14, fue un día negro para Pájaro bobo. De mala mañana se asomó a la ventana de su búnker de pladur, y una descarga recorrió su cuerpo y su alma. La descarga le dejó sin habla y estuvo a punto de dejarlo paralítico. Los superinos habían desaparecido. El jardín de infancia estaba vacío. En él, siempre asilvestrado (de la latina silva) y ahora desértico, había una máquina o, por mejor decir, un artefacto motorizado, acorazado, bélico, belicoso, beligerante. Su carcasa recordaba la de un tanque de guerra, con la diferencia de que a la altura del morro el artefacto tenía un brazo largo y en su extremo una cesta como de globo aerostático y dentro de la cesta un negrito enmascarado. Pájaro bobo temió lo peor y siguió buscando a los superinos con la mirada. El negrito enmascarado y encaramado en lo alto de la cesta se puso a pintar la pared este de la Casa misteriosa con una pistola, mientras él buscaba y buscaba a los superinos con la mirada. Infructuosamente. Habían desaparecido, para siempre. Entonces, movido por el deseo de calmar los quejíos y lamentos de su corazón, Pájaro bobo se dijo a sí mismo que el Menesteroso se los había llevado a un desván con legiones de ratones pequeños, musarañas encantadas y pajaritos del Nilo apenas revolanderos, tiernos y sabrosos.
El ordenador, sometido a revisión por eso que Miguel llama servidor y Pájaro bobo se imagina como un distribuidor o una centralita, estuvo veinticuatro horas parcialmente fuera de servicio. Léase parcialmente inservible. A raíz de la revisión, Pájaro bobo, más ducho en contenidos que en sistemas informáticos, perdió varios textos de interés, al menos para él. Eran textos de creación y, por lo tanto, únicos y, por lo tanto, irrecuperables. Dejaron de existir. Ahora se propone rehacerlos, pero, evidentemente, nunca más serán lo que fueron.
En cualquier caso, Pájaro bobo quiere explicar unidades sintagmáticas de su idiolecto y su thesaurus como «política de la puta i la Ramoneta» y vocablos varios que, en su opinión, poseen valor de hallazgos idiomáticos. Los textos perdidos eran tres o cuatro, equivalentes a unas cuantas horas de masturbación cacuménica. Las blasfemias, como se las sabía de memoria, las ha recuperado todas. Y, con ellas, un cuento titulado El niño blasfemo.
Por suerte estamos en la realidad virtual, dimensión en la que cada uno puede llegar a ser (werden/to become) todo lo que sea capaz de imaginar (sich einbilden/to think out).

La dolorosa deslealtad de nuestra izquierda

A diferencia de la izquierda francesa con su rotundo y beligerante patriotismo, nuestra izquierda y, más concretamente, el ala del socialismo hoy predominante, personificado en Rodríguez Zapatero, se caracteriza por una aversión decididamente patológica a todo cuanto hace referencia a España como patria común de los españoles. Evidentemente, esa aversión, basada en la idea de que referentes cardinales como patria y patriotismo forman parte de la alienante ideología militarista y reaccionaria del conservadurismo, ha llevado a nuestros pseudosocialistas a escenificar un enfrentamiento constante con la derecha, ignorando incluso asuntos de Estado y de interés general, y, lo que es infinitamente más grave, a adoptar actitudes abiertamente desleales y recabar, incluso mendigar, el apoyo de las oligarquías periféricas no sólo para imponerse en dicho enfrentamiento sino también, y esto es infinitamente más grave, para hacer que fracase todo proyecto de unidad e integración nacional.
A Pájaro bobo, hijo de un obrero socialista muerto en 1936, esa aversión y esa deslealtad le han impedido declararse abierta y lealmente socialista español y honrar así la memoria de su padre, obligándole a adoptar actitudes aparentemente, en su opinión sólo aparentemente, contrarias a sus conviciones.
La realidad es que, en esas circunstancias, él se aferra y se ha aferrado siempre al concepto nuclear de la doctrina y el programa socialistas: unión.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es posible convencer a Zapatero y sus adláteres de que la relación del socialismo con la burguesa oligarquía periférica constituye un maridaje contra natura por partida doble?
En cualquier caso, Pájaro bobo está convencido de que tal maridaje no puede dar buen fruto ni de cintura para arriba ni cintura para abajo.

A vueltas con la lengua

Pájaro bobo opina que, en contra de la práctica consuetudinaria, cuando hay una relación de sustantivos no es correcto poner el artículo determinado únicamente en el primero de ellos y decir/escribir, por ejemplo, «los niños y niñas», «los hombres, mujeres y niños». Pájaro bobo considera que, cuando el primer sustantivo de una serie lleva el artículo determinado, hay que ponérselo también a todos y cada uno de los demás, incluso en el caso de que todos los sustantivos de la serie sean del mismo género y tengan el mismo número. Verbigracia: «Las cordilleras, las montañas y los montes de mi país». No «las cordilleras, montañas y montes de mi país», como se escribe y se dice a menudo. Y tampoco: «las cordilleras, montañas y colinas». Otra solución consiste, cuando la frase lo permite, en no poner el artículo determinado a ninguno de los sustantivos integrantes de la serie. Ejemplo: «Cordilleras, montañas y montes que tienen nombres árabes». Conclusión: o todos o ninguno. Fin de la lección.

Paraíso e infierno

Después de volver una y otra vez a la infancia; después de preguntarme una y otra vez por las causas de mi insistencia en ese regreso; después de mucho sufrir y mucho pecar, descubro que la infancia es mi refugio y mi paraíso. En ella soy un ángel. Aún no he pecado. Aún no he deseado mal a nadie.
Por eso, ahora, cada vez que quiero volver a la infancia, tengo que liberarme antes de todos los malos recuerdos; esos recuerdos me atormentan como una conciencia desdichada y culpable, una conciencia que me dice con implacable insistencia que sigo preso de todo lo que he dicho y he hecho, de todo lo que he deseado y he odiado. ¿Será tal vez eso el infierno o un anticipo del infierno?

Profesor Blawinsky, el mago de Plasencia

A José Luis, vecino y amigo

Hace muchos años, cuando Pájaro bobo vivía en Plasencia y aún no se llamaba Pájaro bobo, su hermano Miguel, bastante mayor que él, le contó que una vez, con motivo de las ferias y fiestas de la ciudad, que se celebraban y siguen celebrándose a principios de junio, se instaló en la explanada de San Antón, entre el Acueducto y el Nido, un circo húngaro, ruso o indio de la India. Su número más misterioso y emocionante consistía en un experimento de magia o, para ser exactos, de hipnosis colectiva.

El mago, presentado en carteles y prospectos como Profesor Blawinsky, era un hombre alto y enjuto de voz solemne con acento de zíngaro de Transilvania y mirada profunda como el averno. Nada más pisar la pista, inició su ritual con mucha química y mucha prosopopeya, entre juegos de luces y sombras, humos y polvos de enervante fragancia. Como remate, y a fin de crear plenamente el clima requerido, pasó varias veces su varita mágica por encima de las cabezas de los asistentes con mano poderosa y dominante, advirtiéndoles sin parar que a nadie le ocurriría nada malo. Él tenía en todo momento el control de la situación y, si observaba alguna presencia sospechosa o simplemente extraña, podía interrumpir inmediatamente el número, y santas Pascuas.

Rapaces y mozalbetes jalearon las palabras del mago, mientras los demás adoptaban una actitud circunspecta y espectante. Pero si aun así accedieron a seguir sentados, sin chistar ni pestañear, fue porque su curiosidad era igual a su inquietud y su zozobra, cuando no mayor. Además, junto a la entrada del circo había dos guardias municipales en uniforme de gala, y es sabido que en aquellos tiempos los uniformes, todos los uniformes, imponían respeto.

El mago siguió adelante con su liturgia ritual, ayudado por un subalterno que pronto resultó ser una subalterna jamona y suculenta. Simultáneamente, su actitud se fue haciendo cada vez más enigmática y su mirada cada vez más penetrante.

«Y ahora –dijo una voz de ultratumba– todos ustedes van a entrar en trance. Pero tranquilos, tranquilos, la situación está controlada. Tranquilos, todos tranquilos. Silencio, mucho silencio».

Al momento, niños y adultos empezaron a cerrar los ojos, mientras las cabecitas les quedaban colgando y luego les caían sobre el pecho.

«No pasa nada, no pasa nada. Ahora todos ustedes tendrán la sensación de que van a ahogarse, pero tranquilos, no pasará nada».

Entre el público había alguien que no cerró los ojos, ni estaba dispuesto a cerrarlos. Y mucho menos a ahogarse. Era un vecino de la carretera de la Estación que había vuelto del frente un año antes y había ascendido de soldado raso a sargento por méritos de guerra.

Como aquello no le gustaba ni un pelo, echó mano a su pistola y, tras empuñarla a la usanza militar, esperó acontecimientos.

El mago ejecutó hasta cinco veces consecutivas sus manipulaciones y sus ritos con mucho aspaviento y evidente dominio de todos los secretos de la profesión, mientras la subalterna pasaba otras tantas veces su mirada por el público con el no menos evidente propósito de supervisar el estado de ánimo de la grey.

De repente, el mago levantó su varita y la dejó suspendida en alto para que se viera que era mágica. En seguida todos empezaron a jadear como si realmente estuvieran ahogándose, pero en el mismo instante el sargento, sentado a pocos metros de la pista, se puso en pie, sacó su trabuco o, por mejor decir, su arma reglamentaria, lanzó tres tiros al aire y gritó: «¡Aquí no se ahoga nadie!»

Al oír los disparos, el mago dejó todo el attrezzo, arrojó su varita mágica al suelo y, seguido por su subalterna, desapareció volando por los aires como el fantasma de Drácula.

En cuestión de segundos, los adultos se liberaron del sofoco y de los efluvios maléficos de humos y polvos y volvieron a respirar de manera acompasada, mientras muchachos y mozalbetes, aún un poco aturdidos y desconcertados, aplaudían entre risas y chanzas, y los dos agentes de la autoridad municipal cruzaban raudos la pista en pos del desaparecido, al tiempo que gritaban: «¡Que no se escape, que no se escape!».

Valores universales, valores absolutos

A Jon Juaristi
Le/lo lee alelado como un lelo. Con admiración y complicidad. Para Pájaro bobo es uno de esos intelectuales, tan raros en España, que se mueven con dignidad entre la literatura, en cuanto letra y forma o accidente, y el pensamiento, en cuanto racionalidad y realidad (sólo lo racional es real).
Por esa y otras razones, Pájaro bobo se permite recordar ahora que los valores universales no son absolutamente universales y los valores absolutos no son universalmente absolutos. Al menos, en el ámbito humano; al menos, a su modo de ver y entender. De hecho, cada ser humano tiene o puede tener sus valores absolutos, mientras que los valores universales poseen un valor propio y diferente para cada ser humano. Aquí, lo universal no es absoluto y lo absoluto no es universal.
Los valores se inscriben por definición/convención en una estructura jerárquica de representación vertical, pero, curiosamente, podemos hacer bascular esa estructura jerárquica de representación vertical hasta acomodarla a un plano horizontal, de modo que lo jerárquico y jerarquizado se nos muestre como fenoménico y lo ético o moral aparezca como social y todo ello en conjunto como humano o antropológico. En ese supuesto, las manifestaciones de la cultura, por ejemplo, dejarán de aparecer a nuestros ojos y a nuestras mentes como creaciones superiores y/o sublimes del espíritu humano y quedarán estricta y exclusivamente como obras realizadas por integrantes/representantes de una sociedad o una civilización. Además, la medida nos permitirá incluir en el ámbito de la cultura manifestaciones que no responden en modo alguno a los criterios convencionales/tradicionales basados en la excelencia. En el caso de España, procesiones, corridas de toros, ciertas delebraciones populares, etcétera.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿No es cierto que, una vez emitido-recibido un mensaje abierto, lo que sale de cada cabeza es siempre y necesariamente diferente de lo que entró en todas ellas?
¿No es cierto que, una vez emitido-recibido un mensaje (abierto o cerrado), lo que sale de la cabeza es siempre y necesariamente diferente de lo que entró en ella?
(Ahí está la televisión con sus imágenes y, sobre todo, con sus mensajes para verlo, entenderlo y comprobarlo.)

Ojos y oídos

Una cosa es ver y otra cosa es mirar; una cosa es oír y otra cosa es escuchar. Mirar es a ver lo que escuchar es a oír. A ver si lo vemos y lo miramos bien, pues, bien visto y bien mirado, para oír bien hay que escuchar bien. Después, que cada uno mire y escuche lo que quiera de todo aquello que, en un primer momento, ha visto y ha oído sin querer o queriendo.

La novela

Hoy Pájaro bobo se ha levantado decidido. Esta misma semana se la enviará a Álvaro, para que la lea, y a una editorial, ya sabe cuál, para ver si quiere publicarla. La dejará tal como está, sin correcciones, añadidos, cortes o recortes. Lo que él quiere es salir del atollladero y, más exactamente, del punto muerto. ¿Novela? Sí, una novela; no de intriga, pero con intriga. ¿Título? En la última página.

Nota
No se aceptan mensajes de condolencia.

La mano visible de la Providenc¡a

¡Ramón, Ramón! Asómate, el Menesteroso está en la acera de enfrente rodeado de superinos…
—¿Han vuelto?
—Sí, han vuelto todos. Ya tienen con qué llenar la andorga.
—¿Y el Menesteroso?
—Les ha dejado el condumio y ha salido trotando con paso ligero.

De la ilustración a la Ilustración

En opinión de Pájaro bobo, la ilustración laica nace con la Reforma; o sea, en la cabeza de un clérigo rebelde impenitente e iconoclasta. Interpretar personalmente la Biblia requiere leerla y leerla requiere saber leer. Una vez fuera de los conventos, la ilustración laica impulsa un movimiento social bifronte que dará lugar, de una parte, a los regímenes burgueses democráticos y, de otra, a la Ilustración (Aufklärung) como actitud intelectual, como ideología y, en definitiva, como Weltanschauung o cosmovisión del ser humano para el ser humano. Gracias a ella, éste deja de ser una criatura incapaz de decidir y de valerse por sí misma (unmündig) para convertirse en un ser maduro y adulto, dueño de su vida y de su destino. El letrado se transforma a la postre en ilustrado.
A partir de ese momento, la Iglesia católica ve cómo su corpus de dogmas, otrora inamovible e imprescindible no sólo para alcanzar la salvación eterna sino también, en primera instancia, para vivir dignamente, es dañado gravísimamente por las ciencias especulativas y, en especial, por las ciencias empíricas, mientras que ella misma, en cuanto institución a la vez divina y humana, pierde progresivamente su autoridad moral y social a manos de regímenes políticos cada vez menos teocráticos y cada vez más humanos, mundanos y laicos. Y si es cierto que la moral cristiana, en cuanto síntesis religiosa, se salvará de la limpieza con cierto decoro, también lo es que ese milagro de supervivencia va a producirse porque la clase emergente y. en cierta medida, la sociedad civil en su conjunto sabrán amoldarla y acomodarla a sus intereses hasta convertirla en elemento integrante y sustentador de toda una ideología y una manera de vivir: la moral, más o menos exigente o puritana, de la burguesía instalada en las capas medias y superiores de la nueva sociedad. Lamentablemente, la religión se ha entregado a la ideología y se ha alejado de la espiritualidad. En otras palabras, la dimensión alienante se ha impuesto a la dimensión desalienante. De momento…
En opinión de Pájaro bobo, con ello la religión ha conseguido mejorar sus expectativas de vida, pero ha firmado su sentencia de muerte, pues a la larga será fagocitada por la ideología burguesa y pasará a formar parte de su liturgia.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Tiene capacidad el ser humano para afrontar su destino por sí mismo y en solitario? ¿Es cierto que, tenga o no tenga capacidad, ése es su destino?

¿Inducción o deducción? No, arquitectura

Pájaro bobo considera que, efectivamente, hay dos modos de razonar. Uno es la inducción-deducción y otro es la deducción-inducción. Pero entiende que inducción y deducción son partes de un razonamiento, no sendos razonamientos. Juntas, induccción y deducción son complementarias en el plano operativo e intercambiables en el plano metodológico. ¿Por qué? Pues porque, siempre en opinión de Pájaro bobo, el razonamiento humano es un recorrido discursivo de ida y vuelta. Se induce y se deduce o se deduce y se induce.
A guisa de ejemplo, prueba, demostración y comprobación podemos decir que tradicionalmente los edificios han venido construyéndose siempre y sólo de abajo arriba. Se empezaba por los cimientos y se terminaba por el tejado. Una capa, dos capas, tres capas, todas las que hacían falta. Sin embargo, gracias a los adelantos técnicos, desde hace bastante tiempo los edificios pueden construirse, y de hecho se construyen, de acuerdo con un método/recorrido de ida y vuelta. Se empieza por los cimientos y, cuando se ha construido el tejado, se sigue desde allí hacia abajo con la ejecución de la última o las últimas capas de la construcción, hasta llegar a los cimientos. En este caso, se empieza abajo y se termina abajo.
La construcción arquitectónica, al igual que el conocimiento y el razonamiento del ser humano en cuanto recorrido discursivo, es de hecho un bucle, no el resultado de una yuxtaposición de capas o elementos conceptualmente distintos, segmentados y dispuestos o superpuestos de acuerdo con un plano vertical u horizontal.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Hay conocimiento/razonamiento humano sin recorrido discursivo de ida y vuelta?
¿Por qué en todas sus construcciones, sí en todas, el ser humano busca la simetría?
¿No será el eterno retorno (die ewige Wiederkehr) gozne (Angel) de una concepción cíclica y simétrica de un universo siempre igual en sí mismo y a sí mismo?
Aviso
Te espero aquí, a la misma hora, dentro de un millón de años, dos millones de años, tres millones de años, cuatro…

Religión: ¿cultura o adoctrinamiento?

En opinión de Pájaro bobo, a la hora de debatir el tema de religión sí o religión no en la enseñanza pública, debería distinguirse previamente entre la religión como manifestación de nuestra cultura y la religión como adoctrinamiento y vehículo transmisor de una moral o una manera de pensar y vivir.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Puede entender y aceptar el no creyente que la religión, en este caso la religión católica, es parte integrante de la cultura occidental y, por lo tanto, su enseñanza debe figurar como asignatura en los planes de estudio de nuestra Instrucción pública?
¿Puede entender y aceptar el creyente que la enseñanza de la religión, en este caso la religión católica, como adoctrinamiento no pertenece al ámbito de la Instrucción pública?
¿Pueden entender y aceptar el no creyente y el creyente que, aunque no sea posible un adoctrinamiento sin enseñanza, es posible una enseñanza sin adoctrinamiento?

Lendakari, Lendakari, ¿de qué lado estás?

El Lendakari ha dicho textualmente refiriéndose a ETA: «La lucha armada es un error».
Y Pájaro bobo comenta:
Primero. Eso a lo que el Lendakari llama «lucha armada» no es lucha armada, es terrorismo.
Segundo. El terrorismo no es un error; es un delito o, más exactamente, una cadena de delitos en la que abundan los crímenes.
Tercero. Los eufemismos del Lendakari son fraudes semánticos y en este caso los fraudes semánticos son fraudes de ley. Un violento es un violento, sea o no sea criminal, y un criminal es un criminal, sea o no sea violento.
Cuarto. Al definir delitos de sangre como errores, el Lendakari pretende legitimar no sólo las acciones de ETA y los etarras sino también su propio comportamiento como amigo, encubridor y valedor de ETA y los etarras, ya que, mediante esa argucia, pasa a ser amigo, encubridor y valedor de personas erradas pero honradas, no de delincuentes y criminales.
Quinto. Como el cumplimiento de la ley empieza por llamar a las cosas por su nombre, debemos empezar por decir que los amigos, encubridores y valedores de ETA y los etarras son cómplices de sus delitos, incluidos extorsiones y crímenes.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no hay que llevar también ante los tribunales al actual Lendakari por su comportamiento de palabra y obra?
Nota
Como Zapatero llamó «accidente» al último atentado mortal de ETA y el Lendakari define como «error» los crímenes de ETA y los etarras, ahora ya sólo falta que uno y otro nos digan que accidente y error no fueron intencionados.

Entre Madrid y Berlín: de inventos y sisas

Miguel sigue en Berlín, Weltstadt y cosmópolis. No tiene problemas, ni de comunicación ni de integración. Eso dice. Además ya ha encontrado alojamiento. De modo que pronto voy a imaginármelo entregado a sus inventos y su música. De hecho, Berlín fue siempre hogar y refugio de inventores y músicos, músicos de cámara y músicos callejeros, inventores de artefactos inútiles y, lo que es infinitamente peor, inventores de artefactos bélicos y mortíferos. Lo que no es ni fácil ni probable es que se cumpla, al menos en esta generación, el deseo paterno de que él o ella estudie filosofía pura en Königsberg (hoy Kaliningrad), Göttingen o Heidelberg. Ni siquiera en la provinciana Basel, tierra de helvéticos y refugio accidental del padre espiritual de Zaratustra. Tendré que esperar. Guardaré y conservaré los libros. Y, mientras tanto, seguiré cuidándome de la intendencia y los suministros de casa a Berlín y de casa a Madrid. Miguel acaba de telefonear. Está muy contento. Gracias, hijo, por estar muy contento.
Miguel tiene ahora 25 años. Los mismos que su padre cuando, hace como medio siglo, fue a buscar fortuna a la Alemania milagrosa de la segunda posguerra. Historia extraña hecha de historias no menos extrañas, con dejà vues, coincidencias y reincidencias para todos los gustos y todas las interpretaciones. Evidentemente, argucias arcanas del sempiterno eterno retorno.
Ana ha llamado hace unos minutos. Sigue en los Madriles con sus estudios de periodismo y sus trabajos de traducción. En ocasiones, traducir puede ser una manera honrada y honrosa de vivir otra vida, pero de incógnito, como negro al servicio de un negrero. Y, a propósito, ¿qué es peor, ser negro o ser negrero? Naturalmente todo depende de la valoración o de la minusvaloración. En cualquier caso, esas cancamurrias pertenecen al pasado, y, como yo digo, pretender resolver problemas que ya están resueltos es crear nuevos problemas.
Ana es ordenada en sus cosas, empezando por el dinero. Pero tiene cierta afición a la sisa de menudeo. Pellizcos y picotazos. Vidilla. Nada grave. A excepción de una vez en la que, en lugar de pellizco o picotazo, le dio una dentellada a la cuenta del banco. Utilizó la tarjeta como ganzúa para abrir y esquilmar la caja llamada cajero automático. Al responsable de la contabilidad familiar le cogió un soponcio que le dejó patidifuso por espacio de dos semanas, hasta que llegaron nuevos suministros a principios de mes. Pero, como él dice, nunca más, nunca más. Por el bien de todos.
Ana no es malgastadora, verschwenderisch, pero, insisto, tiene una afición, acaso atávica, a la sisa menuda. Un peligro y una preocupación que, con la debida mesura, dan aliciente a la vida, sus sinsabores y sus sinsentidos.
Margarita dice que, por ahora, las cosas van bien. ¿Fórmula mágica?  Que cada integrante del equipo familiar cumpla y haga cumplidamente su parte.

De mi idiolecto: pensar y piensar

Pájaro bobo consulta el diccionario. Existe el verbo pensar, pero no el verbo piensar. Una lastima, máxime toda vez que existen palabras como pienso y piensador, que significan respectivamente «alimento de animales y hombre que da pienso a animales y cuida de ellos». Pájaro bobo ha introducido en su idiolecto el verbo piensar con el significado básico de «comer pienso o dar pienso». Si cunde el ejemplo, en español tendremos un verbo para el comer de las personas y otro para el comer de los animales como ocurre en varias lenguas. Según su artífice, piensar se conjuga como pensar, con el que coincide en muchos momentos, y se enuncia así: «pienso, piensas, piensar, he piensado». De todos modos, podemos distinguir entre seres piensantes y seres pensantes.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué hacemos con las personas piensantes y los animales pensantes?

Futura definición de espanya

De acuerdo con las pesquisas realizadas por Pájaro bobo, cada uno de los integrantes activos del activísimo y muy acreditado lobby fenicio en la capital de nuestro reino, del que pronto se desgajará el Reyno de Navarra, cumple una función específica dentro de un programa general. Así, el perillán de la perilla, bautizado aquí y ahora, en este soportal, con el sobrenombre de «Golafre mayor de las Pitiusas», cumple y realiza funciones periódicas y periodísticas de desinformación, perversión, desnaturalización y desmarque. Además de politólogo de postín, el comisionado es un virtuoso del sorites periodístico, como puede verse, apreciarse y admirarse en el paradigma siguiente:

«Nunca faltarán en nombre de la discrepancia crítica los republicanos de nueva planta, aunque sus razones de ser ostenten el deterioro conceptual de las inercias de vieja planta. Así se cimbrean, se ajan y finalmente caducan las palmeras exóticas hasta que la jardinería municipal procede al trasplante. En el empuje tan mayoritario del juancarlismo, añadido a la raigambre histórica, alcanza su sentido de efectividad histórica la monarquía hasta ir adquiriendo una consistencia que transfiere a la continuidad sus razones de pervivencia. No cuesta mucho entenderlo».

Después de pasar la mirada una y otra vez por el montón de letras y palabras que antecede, Pájaro bobo ha blasfemado a voz en grito. No tanto por verse incapaz de comprender dos sintagmas seguidos cuanto por saber que, con esa creación y otras no menos sublimes, su artífice cobra dinero y fama a diario en un diario capital de nuestra capital. Alguien, para soliviantarle aún más, le dice que, en realidad, eso es el abc de la politología de alta escuela, y él, Pájaro bobo de por vida, sigue blasfemando, hasta que decide pasarse una temporada sin leer periódicos de la Meseta para evitar males mayores, desde el crimen hasta la locura.
Pregunta ingenua e intempestiva
¿Y si, llegado el momento, el ex honorable ex español del año Jordi Pujol consigue con sus muchas artes, artimañas y argucias que su subalterno y aconductat ingrese como miembro de número en la muy Real Academia Española de la Lengua con el encargo de que ocupe el sillón correspondiente a la letra e mayúscula y desde allí maquine, negocie, proponga e imponga, blindaje incluido, una definición de nuestra patria, de modo que en adelante se llame y escriba siempre y sólo espanya, esto es, en minúscula y sin ñ?
¿Otra teoría conspiratoria? No, la conspiración de siempre.

Niños

Esta mañana, con sol en la acera de enfrente, uno, dos, tres superinos han salido de su escondite y, después de esperar un rato con inpaciencia, han empezado a acercarse a los traunseúntes: un superino, un traunseúnte; un transeúnte, un superino. En el mismo momento, a la memoria de Pájaro bobo ha acudido, nítida e hiriente, la imagen de un niño que, después de perderse, se acercaba a cada una de las mujeres que veía en la calle y le preguntaba con cara de ángel: «¿Eres tú mi madre?».
Al fin ha aparecido el Menesteroso con condumio abundante y suculento.
Entonces, Pájaro bobo ha pensado de nuevo en el niño perdido y se le ha ocurrido que todo ser que busca a Dios es como un niño que busca a su madre.

¿Hubiera o habría?

En la página 98 de la edición de hoy, viernes, de El País, diario independiente de la mañana, hay un titular que reza y por lo tanto en términos gramaticales blasfema:

«Seat hubiera ganado 88 millones sin cambiar de criterio contable»

En opinión de Pájaro bobo, para no blasfemar, el titular mencionado y citado debería (no debiera) rezar:

«Seat habría ganado 88 millones sin cambiar de criterio contable»

Pregunta ingenua y intempestiva: ¿puede pensar este ingrato lector/corrector que los redactores de dicho País han comprendido por qué eso es gramaticalmente así o habría sido (no hubiera sido) mejor que se lo explicara de manera razonada?

Llamada

Pájaro bobo falta a su promesa. Lee, relee periódicos de la Meseta y de la capital. Sua culpa, mea culpa. Quiere seguir creyendo que todos los españoles tenemos una sola Meseta y una sola capital. Contra la deslealtad y la perfidia de los fenicios de Poniente, la lealtad y la fidelidad, nunca desmentidas, del carpetovetón iluso.
Felipe González, que algo debe de retener de lo que le enseñaron, habla de «clima prebélico». Se refiere a nuestro entorno y nuestro momento. Pájaro bobo, con una visión trágica y atormentada de España y su historia, dice que ese clima prebélico inició su andadura o su cuenta atrás el día mismo en el que terminó nuestra guerra civil. ¿Por qué?, pues porque, siempre de acuerdo con su manera de ver y entender personas y cosas, dicha guerra se cerró en falso: el enemigo se pasó al enemigo. Obreros y oligarcas de todas las oligarquías estuvieron cuarenta años cantando el Cara al sol y a los cuarenta años y un día salieron a la calle para celebrar la muerte del dictador. Victoriosamente, sí victoriosamente. Y los fenicios volvieron a ser fenicios. Fenicios y mercaderes de toda la vida, de siempre.
Pájaro bobo se pregunta: ¿me es ajeno algo humanamente inhumano?

Enric Juliana, el topo del Retiro, escribe hoy, 25, una crónica casi antológica en La Vanguardia, periódico de su amo y señor. Después de dos párrafos de la mejor literatura, el mensajero y corresponsal de la avanzadilla fenicia en la capital del Reino se pone a lanzar metralla y no para hasta que, ya en las líneas finales, anuncia la entrada en acción de Accio Catalana. Pájaro bobo confiesa que no sabe qué es Acció Catalana. Ya se lo explicarán a la fenicia los fenicios. Como dice el topo Juliana, «con inteligencia», con mucha inteligencia. Y cuando un topo fenicio habla de inteligencia, hay que pensar en perfidia, mucha perfidia, que, en definitiva, es la forma suprema de la inteligencia práctica, esa que ignora los principios de la ética o los somete a los principios, siempre supremos y siempre inquebrantables, del interés económico. Es sabido que el fenicio ha nacido para comprar y vender; a ser posible, con un pie en tierra y otro en su barco, por encima del agua, de todas las aguas, de todas las mareas, de todos los sunamis, de todos los diluvios. En definitiva, por encima y más allá de todas las guerras y todos los cataclismos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué los carpetones ilusos no aprendemos de los fenicios?

Nota
A punto de cerrar página, Pájaro bobo piensa en voz alta y dice: Si al menos aprendiéramos del sargento de Plasencia… (Véase la entrada «Profesor Blawinsky, el mago de Plasencia»).

Relación contra natura

En la página 10 del diario ABC, en su edición del domingo, 18 de febrero de 2007, Carmen Iglesias, historiadora y académica, dice textualmente:

«No comprendo la relación de la izquierda con los nacionalismos»

A Pájaro bobo se le ocurren varias ideas que ofrece a modo de sugerencias sin ánimo de lucro.
Primero. Entender es entender, estar de acuerdo es estar de acuerdo, aceptar es aceptar. En su opinión, la realidad en cuanto tal debe aceptarse, se entienda o no se entienda, se esté de acuerdo con ella o no se esté de acuerdo con ella. Al menos, en un primer momento, al menos hasta cierto punto, al menos como punto de partida.
Segundo. De la misma manera que hay parejas de hecho hay relaciones de hecho. Y, siempre en su opinión, si la relación sexual de un ser humano y un animal es una relación contra natura (al menos para algunas personas), también lo es, al menos para algunos españoles, la relación ideológica, política y/o social de un partido de izquiedas con un partido de derechas y, más aún, si ese segundo partido es en realidad un movimiento burgués separatista y, como tal, se opone tanto a la izquierda española como al conjunto de España. Aquí tenemos, pues, una relación contra natura y, en suma, doblemente desleal.
Cuarto. Como ya ha dicho Pájaro bobo en varias ocasiones, la relación de la izquierda española con los separatismos es, de acuerdo con su manera de ver y entender todo lo relacionado con España, una relación contra natura de cintura para arriba y de cintura para abajo. Y, como tal, esa relación sólo puede alumbrar monstruos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuántos meses habrá que esperar para verlo, comprobarlo y lamentarlo?

Pájaro bobo se acuerda nuevamente del sargento de Plasencia. (Véase «Profesor Blawinsky. El Mago de Plasencia»).

¿Norma o abuso del uso?

Pájaro considera que, esté o no esté de acuerdo con ello, en la inmensa mayoría de los litigios lingüísticos el uso termina imponiéndose a la norma por vía del abuso como hecho consumado y consumido. El eje sintagmático es democrático, responde al habla y, como tal, a la lengua entendida, percibida y empleada como medio de comunicación, mientras que el eje paradigmático es jerárquico y como tal autoritario y coercitivo. Pajaro bobo se somete a él de buen grado, pero entiende y acepta que otras personas no se sometan y no quieran someterse a él. La gramaticalidad es una variante de la agramaticalidad, no a la inversa. Por eso procura mantenerse fiel a sus convicciones y, al mismo tiempo, ser suficientemente flexible y democrático para aceptar una realidad, ajena a él, sobre la que no tiene ni poder ni autoridad. Fórmula química: firme en las convicciones, elástico en las relaciones.
Hoy, 25 de marzo, Pájaro bobo ha visto y ha leído en la página 17 de ABC, diario de rica tradición academicista y rigurosa redacción gramatical, la frase

«La expulsión hubiera transmitido una imagen de tensión y rebelión en el frente de los presos etarras»

Él considera que la forma verbal «hubiera» es incorrecta y, por lo tanto, que habría (no hubiera) sido mejor utilizar el condicional «habría», pero entiende y acepta que no posee otra autoridad que la que le conceden, de una parte, sus lectores, sus amigos y los amigos de sus amigos, y, de otra, sus no amigos y sus detractores.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es la lengua una mera convención o una manera de describir el mundo previamente elaborado por nuestra mente de acuerdo con los principios de la lógica humana?
Sea como fuere, Pájaro bobo opina que la pregunta es extensible a todas las estructuras jerárquicas y a todos los sistemas de valores creados por el ser humano para el ser humano.

La bitácora de Esquerra Republicana

Los separatistas catalanes siguen adelante con su programa de trabajo a destajo y de destrucción por derribo para una posterior reconstrucción de la parcela a su medida y bajo su dirección exclusiva, programa integral de los fenicios para los fenicios. Pájaro bobo lee con ojos de pasmao (ABC, lunes, 26 de marzo) que

«ERC ofrece a CIU la Generalitat a cambio de un referéndum de independencia»

noticia y titular que se repite, prácticamente con las mismas palabras, en la portada de La Vanguardia, cartelera y escaparate de todas las traiciones de cierto calado para abajo que se maquinan, se perpetran y se consuman en tierra de fenicios y en su enclave/avanzadilla matritense.
A través de la misma fuente, una fuente abisal con dos evacuadores de superficie, el subsodicho se entera de que Ibarretxe confirma que hay reuniones para otro proceso. No se dice que sea un proceso de paz a la usanza sucialista, pero se entiende y se sobreentiende. El proyecto sigue adelante con el timing programado. Sin quebrantos ni sobresaltos. Con acelerón tras acelerón. Quemando etapas a toda máquina.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿dónde están los crispadados por las crispaciones de los crispadores?

El español de la Televisión

Inaki Gabilondo aparece en la pantalla y dice:
«... verles juntos»
El hombre se esfuma y aparece un colega suyo que nos informa de que
«dos líderes de Irlanda del Norte se sientan en la mesa
Sin mirar ni escuchar, Pájaro bobo ha oído dos cosas sorprendentes: una garrafal incorrección gramatical y una no menos garrafal falta de educación.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿En que escuela, colegio o universidad ha estudiado alguien que no distingue entre un complemento directo y un complemento indirecto?
¿Hay alguien, sea presentador de televisión o no lo sea, que se siente tranquilamente en la mesa?

¿Qué puede esperarse de un fenicio?

La propuesta de entregar/regalar/vender la Generalidad a los burgueses de CIU formulada por el representante de los tenderos o botiguers del carallot (botarate) Carod ha sido retirada rápidamente de la mesa y de los papeles. Arropada por todos los suyos, la banda del Carallot ha vuelto a ocupar su sitio en el gobierno autonómico, en el parlamento autonómico, en el aquelarre antiautonómico y separatista. La banda es la liebre. Ellos dicen lo que se les dice que digan cuando, como y donde se les dice que digan. Sus deslealtades son otros tantos actos de lealtad y de exceso de celo. Comentaristas y comentarios de la Fenicia de Poniente hablan hoy, una vez más, de error de cálculo, error estratégico, error táctico, patinazo y ridículo. En el fondo, todos y todas están de acuerdo: desde Pujol ben Gurión hasta la Nebrera, que, adiestrada por Piqué, pica y muerde como una arpía. ¿Y Durán? El pobrecito aspira al papel de traidor de todos y cada uno de los traidores. Lo tiene crudo. A ese papel aspiran todos y cada uno de los farsantes de esta farsa, desde el hereu o heredero, que se llama Mas, no Hereu, hasta el apuntador, que no se llama de ningún modo puesto que es invisible y anónimo.
De momento, lo que hay que hacer es concentrarse en el Estatuto, el penúltimo de la serie. Y aquí y ahora concentrarse significa lógicamente intrigar, maquinar, acechar, amenazar, corromper, insultar, difamar, acusar, mentir, comprar, vender, trapichear, negociar, proponer, imponer, engañar y regañar. Y después: intrigar, maquinar, acechar, amenazar….
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no son todos esos errores de cálculo otras tantas traiciones?

Prensa alemana: memoria de un superviviente

Der Spiegel, semanario de consulta obligada para pulsar la temperatura de Alemania, habla de islamización del país de los teutones. La opinión pública está preocupada. Hasta el punto de que ha empezado a hablarse de Kulturkampf, no de choque de civilizaciones o crash of civilizations. La lucha por la cultura es un leitmotiv de la historia alemana. De hecho, Alemania, sin fronteras naturales o geográficas, es barrida constantemente por muchos vientos, sobre todo por los vientos del este, los más temidos, los más temibles. El islamismo es un viento del sudeste. Ahí están los países árabo-musulmanes que enlazan al norte con todas las Rusias. En el plano geopolítico Israel, otrora portaviones de Estados Unidos frente a los desiertos de arena, es hoy un islote en el oceáno del petróleo, mientras que Alemania es, y ha sido siempre, la primera frontera europea para los que, como ayer, venían del este y para los que, como hoy, vienen del sudeste. El futuro es de los pobres, por la sencilla razón de que, siendo el pasado y el presente de los ricos, no van a ganar ayer, hoy y mañana, en este mundo y en el otro, los mismos.
Günter Grass, acosado por una memoria recuperada por otros a modo de venganza, se debate con su pasado nacionalsocialista, un pasado en el que todo alemán respetado y respetable tenía a gala ser nacionalsocialista.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Por qué, siendo la falsedad la principal característica del ser humano como criatura alienada, nunca se menciona la falsedad en la historia de la humanidad?
¿Será acaso porque su falsedad le impide denunciar su propia falsedad?

Lengua y nación

Leo en algún lugar que la nación necesita un corazón. Lo traduzco y digo que nuestra nación necesita urgentemente un corazón sano y fuerte. El corazón de una nación es su capital; el corazón de España es y debe seguir siendo Madrid. Que no nos la vacíen para crear otra capital con nuestro dinero, con nuestras instituciones, con nuestro aeropuerto, con toda nuestra historia. con nuestra lengua.
Si en Cataluña el español de los diarios y la inmensa mayoría de las publicaciones está en manos de adictos a la causa del catalanismo separatista para filtrar noticias y difundir consignas, de modo que en unas y otras no aparezcan, o aparezcan sólo rara vez y como algo ajeno y distante, referencias a España, en el Madrid de todos los españoles el lobby fenicio sigue maquinando y trabajando sin parar.
Hoy, martes 27, el Golafre de las Pitiusas llena su página periódica y falsamente periodística con evocaciones-divagaciones perpetradas y emparedadas, una vez más, a guisa de cortina o muro de humo para no tener que hablar de lo que debería (no debiera) hablar, para no tener que decir lo que debería (no debiera) decir. En una palabra, para no definirse. En dos palabras, para nadar y guardar la ropa. Él dice y escribe: «se supone que debiera decir» y «que hubiera podido extinguirse por completo» Pájaro bobo quiere suponer que el subsodicho golafre sabe lo que debería decir y habría podido decir, pero ni lo dice ni lo dirá. Él está ahí para hacer méritos sumando deméritos. Su sueño inmediato es que le nombren director de la casa de letra y papel en la que presta sus servicios de topo y desinformador, aunque su tarjeta de visita diga o dijera «Politólogo y comentarista de la actualidad cultural y política del país, de todos los países». A Pájaro bobo le hace pensar en alguien a quien en su día bautizó con el sonoro sobrenombre de Golafre del Maresme. El hombre empezó como falangista en Burgos y, por cosas del destino, terminó vaticinando la independencia de Cataluña aquí, en Sabadell, ya en las postrimerías del siglo XX.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué dejamos nuestra lengua en manos de los fenicios si sabemos que eso es como dejar en sus manos el destino de nuestra nación?

Esquerra Republicana y el mal del fenicio

Esquerra Republicana sigue adelante con su bronca, la intriga permanente, arropada desde atrás por quienes, llegado el momento, le arrebatarían/arrebatarán la batuta, el poder y la autoridad. La liebre hace su trabajo, abre camino, siempre a punto de ocultarse, siempre a punto de salir a campo abierto, nunca dispuesta a renunciar a lo que es. Los demás lo saben. Ella también. Los demás quieren utilizar a la liebre y la liebre quiere utilizar a los demás. Estamos, seguimos estando entre fenicios. Cada fenicio es una liebre y cada liebre es un lince. Liebre o lince, el fenicio es siempre fenicio.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿acaso alguien va a decirme que no existe ni solución ni curación para el mal del fenicio?

Gianni Vattimo, pensamiento débil y transcendencia

Pájaro bobo entiende que Gianni Vattimo es más hijo que padre de un pensamiento débil. El pensamiento débil es a su vez hijo de la contingencia o, más bien, de la zozobra que genera lo contingente en todo ser apresado en la red de la contingencia. Según el pensamiento débil de este débil pensador, esa es nuestra realidad, nuestra única realidad. Y esa es la realidad en la que debemos vivir y la realidad que, en la medida de nuestras posibilidades, debemos respetar y salvar. En definitiva, tanto nuestras vidas como nuestros destinos están en manos de la contingencia.
No obstante, Pájaro bobo entiende que debilidad, zozobra y angustia o menefreguismo son estados de ánimo; caraterísticas del cristal o del ojo, no de la realidad. Gianni Vattimo cree en la existencia de una Voluntad superior. ¿Dónde la sitúa? ¿En el ámbito de nuestras limitaciones, que posiblemente son, con variantes, las limitaciones de todos los seres creados, o fuera de nuestras limitaciones y, en definitiva, fuera de las limitaciones de todos los seres creados? Si existe algo, no puede ser todo y sólo contingente. Para que exista lo contingente debe haber algo que no sea contingente. ¿O no? Eso es, al menos, lo que le dice a Pájaro bobo su cabeza.
Él entiende que el ser humano (junto con otros seres, acaso con todos los seres) sigue un camino que empieza en la animalidad con toda su ignorancia o falta de autoconsciencia, continúa a través de una consciencia-autoconsciencia alumbrada por el miedo y sigue adelante por la vía de la superstición y la religión; aquí se demora y luego da un salto hasta la espiritualidad, en la que la religión se libera de sus componentes alienantes y ayuda al ser humano a ver y controlar su alienación (lo que en cierto modo equivale a liberarse de ella) y acceder a la transcendencia. Diversas formas y diversos grados de espiritualidad se corresponden con diversas formas y diversos grados de transcendencia.
El pensamiento débil, con todos los relativismos, queda atrás, en el ámbito de la zozobra, la incertidumbre y la angustia, que es el ámbito de la consciencia de nuestra precariedad.
Pregunta ingenua e intempestiva: Si todo fuera contingente, ¿cómo podría imaginar el ser humano algo o alguien que no es contingente?

Modalidades fenicias del juego del escondite

Una vez más, el Golafre mayor de la Pitiusas guarrea su página y amontona palabras para hablarnos, cómo no, del juego del escondite entre representantes y representados. Es lo suyo; como quien dice, su abc. Ahí, lejos de sus paisanos, está a salvo. Una de las tareas de los topos es cubrir y encubrir las traiciones de sus correligionarios. La tarea de este consiste ahora en entretener al personal, como, verbigracia, Francisco Umbral, pero sin spleen. Para eso le pagan, para eso le han concedido el subtítulo de politólogo-paleontólogo antidiluviano (a prueba de diluvios), para eso está ahí en la Villa y Corte de mi patria.
Es sabido que no es bueno mentar la cuerda en casa del ahorcado y mucho menos hablar de traiciones en la caverna de los traidores, palabra proscrita por prescripción del psicoanalista en tierra de fenicios. ¿Acaso hay peligro de que alguien se vuelva loco y empiece a decir lo que piensa?
Por ejemplo, el carallot (botarate) Carod, que sigue con el juego de las trampas-traiciones a dos bandas, a tres bandas, a cuatro bandas, a todas las bandas imaginables. En eso no le ganan ni Heribert Barrera, Pujol ben Gurión, Maragall, Piqué y Narcís Serra juntos. El carallot Carod quiere ser el primero en pisar la cinta de la meta. Ellos querían utilizarle a él, y ahora él los está utilizando a ellos, o casi. Veremos cómo termina el juego de las trampas y las traiciones. De momento, podemos decir que forma parte de la historia pasada, presente y futura del país.
Y de momento hay que reconocer que los fenicios de Poniente han conseguido su primer gran objetivo: mangonear la política de España y los españoles y, al mismo tiempo, impedir que los españoles metan las narices en la política de los catalanes. ¿Y el Estatuto? El Estatuto ni tocarlo.
Cuatro preguntas ingenuas e intempestivas
¿Cuál será la proxima jugada-trampa del carallot Carod al frente del frente separatista catalán?
¿Qué medidas se han tomado por parte de España para controlar la situación que, a mal seguro, va a plantearse pronto con los separatismos en alza?
¿Dejarán los responsables del destino de España que los separatistas la destruyan o que vuelvan a esconderse en sus madrigueras en espera de otra y otra oportunidad?
¿Dónde está el límite de la dignidad y de la responsabilidad de España y los españoles?

El tiempo en este país

Hoy, jueves, Florenci Rey, del servicio meteorológico, aparece en la pantalla de televisión para informarnos del tiempo. Menciona hasta cuatro veces la palabra «país» y dos el término «territorio peninsular». No pronuncia ni una sola vez la palabra «España». Por lo visto, no hace ninguna falta.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿No es cierto que la destrucción de una nación empieza por la destrucción de su nombre?
¿Cuántas personas trabajan hoy en la destrucción de España?

Heterodoxos españoles

A Rosa Díez y César Alonso de los Ríos
Pájaro bobo se tiene a todos los efectos por hijo natural y en consecuencia legítimo de un hijo natural de la generación del 98; con vena de Ángel Ganivet, español nórdico, y vibración de Miguel de Unamuno, vasco de Salmántica, Pájaro bobo pertenece a la familia de los heterodoxos españoles. Ellos quieren a España, pero España no los quiere. Siempre proscritos y marginados, a menudo son tenidos incluso por lumpen y escoria, cualquiera que sea el régimen político imperante/dominante en la piel de toro. Para la izquierda apóstata y claudicante, sojuzgada una vez más por las oligarquías burguesas y/o aburguesadas de la periferia, son fascistas; para la derecha más irreductible, aferrada ahora y siempre a un enfrentamiento irracional, destructivo, autodestructivo, antipatriótico y antinacional, son marxistas, pues esa derecha es incapaz de entender y percibir que hay un sentimiento de pertenencia, una lealtad que se sitúa más allá de todas las ideologías alienantes, de todos los interesados intereses de clase, y habla directamente al corazón del pueblo, únicamente a él. Frente al enfrentamiento de izquierdas y derechas, los heterodoxos claman: «España, siempre y sólo España». Pero, curiosamente, si ahora unos y otros les niegan un espacio digno en el seno de la sociedad, después, cuando estén muertos, les dedicarán un lugar de honor en la historia, la Historia de los heterodoxos españoles. Así fue en el pasado. Y, como en el pasado, los heterodoxos son ahora la conciencia crítica de una sociedad que, con la ayuda de los gobernantes, ha perdido su dignidad y, por eso mismo, está a punto de perder incluso su razón de ser como pueblo y como nación.
Rosa Díez es una española heterodoxa o, por decirlo con sus propias palabras, una «vasca diferente» y, claro está, una socialista diferente. Se ha propuesto vivir con la dignidad de una ciudadana libre en una sociedad libre, a pesar de las amenazas de los trabucaires de ETA, sus valedores y sus confidentes. El civil courage, el valor debería tener nombre de mujer, pues, al menos en este caso, es el que mejor le cuadra. Rosa, la heterodoxa española, la vasca diferente, sigue viva. No sé cuanto tiempo, lo que sí sé es que pasará a la historia como ejemplo de dignidad, de coraje civil. Que lo tengan en cuenta todos aquellos que poseen alma de esclavos o corazón de criminales.
César Alonso de los Ríos sigue colaborando, escondido y castigado, en un recóndito rincón del periódico de toda la vida en la vida de muchos españoles. Escribe cada vez menos y es fácil adivinar que está cada vez más triste, más decepcionado, más pesimista. Para un heterodoxo como Pájaro bobo no es ningún secreto qué puede sentir y qué siente un heterodoxo español con pulso y temple de guerrero en estas horas en las que triunfan la cobardía, la traición y el espíritu de derrota. Y si César escribe cada vez menos y su pluma permanece a veces inactiva es porque se lo han aconsejado/ordenado/impuesto con el argumento de que en estos momentos es mejor para todos, de que no es bueno que la pluma chorree tinta y esa tinta se mezcle y se confunda con la sangre que derraman los trabucaires de ETA. Pacto de silencio, silencio de corderos.
Mientras tanto, la banda del carallot (botarate) Carod sigue adelante con su aquelarre independentista/soberanista en la Fenicia de Poniente, a orillas del mar de la Sargantana. «Si los vascos abren brecha, nosotros nos colamos detrás» dicen que dijo, no hace mucho tiempo, Pujol ben Gurion. Y ahí está toda la caterva de burgueses, feligreses y payeses. No son muchos, pero llenan el escenario de su parlamento; es tanta la bronca, tanta la intriga, tanta la algarabía, que en verdad parece un pueblo e incluso una nación de verdad. Y el caso es que, como dice hoy La Vanguardia, órgano catalanoseparatista dirigido desde la retaguardia por representantes de las cien familias, «se empieza planteando un referéndum ilegal y la creación de un Estado y se acaba pidiendo el traspaso de los trenes de cercanías». Lo que comenzó como un aquelarre está a punto de terminar como una farsa. A muchos el espectáculo con su triste y esperpéntica escenificación les va a dejar una sensación, difícilmente superable, de vergüenza y ridículo: vergüenza por tanta perfidia y tanta falsedad; ridículo por tanta perfidia y tanta falsedad estériles y gratuitas.
Y, mientras tanto, los integrantes del lobby fenicio en la capital del Reino de España siguen trajinando activamente de cintura para arriba. Como de costumbre, el Golafre mayor de las Pitiusas encripta sus mensajes de politología para que no se entienda nada y de ese modo pasar con todos los honores por una eminencia de las ideas ocultas y la letra menuda. Firma Valentí Puig y cada vez que lo hace confirma su condición de intelectual de pluma alada y ala de alto vuelo; escribe en dos lenguas y, consecuentemente, come a dos carrillos. Su correligionario el Topo del Retiro cultiva con donaire y primor literario un género folclórico-costumbrista próximo a la zarzuela de los Madriles suburbiales, pero sólo a modo de engañifa o añagaza para marcar pecho y andorga de hombre jovial, pues luego, entre chanza y asechanza, segrega un veneno implacable, infalible, mortífero. Detalle interesante: como el Topo no está dispuesto a jugarse el tipo, antes de descargar veneno y metralla se cerciora de que la puerta que conduce a la salida de emergencia permanece abierta.
Pájaro bobo está convencido de que, si las cosas siguen así, el Golafre mayor de las Pitiusas no tardará en encargar sus tarjetas como director de un tabloide, el único que queda en la ciudad del Manzanares, mientras que el Topo del Retiro, con el nombre de Enric Juliana, pedirá su acreditación como corresponsal de La Vanguardia de Catalunya en la capital de este su país vecino.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿en qué idioma o idiomas estarán redactadas las tarjetas de visita del Golafre de las Pitiusas y la acreditación del Topo del Retiro?

Rosa Regàs, la otra rosa

Rosa Regàs, directora de la Biblioteca Nacional (de España) se lamenta con todo derecho, y  a buen seguro con toda razón, de que la escupen cuando va por la calle. Evidentemente eso de escupir a una persona está muy mal, pero peor, infinitamente peor, está que españoles y españolas como Rosa Díez vivan en condiciones de muerte civil, tanto en Vascongadas como en Cataluña. a manos de separatistas como Rosa Regàs.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Es posible convencer a un separatista o una separatista de que la traición es un atentado contra la democracia en cuanto que vicia la convivencia leal y pacífica de las personas?
¿Sería capaz la Rosa catalana de decir algún día quién la envió a la capital del país vecino y con qué misión?
En realidad, no hace falta que conteste y lo diga. No es ningún secreto. Aun así, resulta muy difícil aceptar que el cinismo de ciertas personas llegue a esos niveles. Ella sabe que todos sabemos lo que ella sabe y todos sabemos que ella sabe que todos lo sabemos.