PSOE, PP y UPyD: en busca de un nuevo equilibrio

Es posible, incluso  probable,  que, si se  mantienen las tendencias actuales, dentro de un plazo relativamente corto el ámbito político de la piel de toro  quede dividido en tres parcelas: una parcela mayoritaria y  dominante  a la izquierda, una parcela relativamente extensa y populosa pero en fase menguante a la derecha, y una parcela  más bien pequeña pero en clara línea creciente en la franja intermedia.

Tres partidos, tres programas, tres parroquias.

El PSOE,  la formación de izquierdas, tiene hoy una clara ventaja numérica  sobre el PP,  su enemigo natural y tradicional, ventaja que Pájaro bobo atribuye en gran medida a las habilidades negociadoras y embaucadoras de su líder y actual jefe de Gobierno, Rodríguez Zapatero. Con decir que en las negociaciones en torno a la financiación de las Comunidades Autónomas consiguió trajinarse de cintura para arriba,  revolcón incluido, a la mismísima  señora doña Esperanza Aguirre, representante destacada de la derecha metropolitana…

De la mano de Mariano Rajoy,  el Partido Popular, nuestra formación conservadora, vive horas de contrariedad y desconcierto. Evidentemente, las causas de esa situación pueden buscarse alternativamente en las personas o en la línea política adoptada.

Pájaro bobo renuncia en estos momentos a un análisis, incluso elemental, para afirmar escuetamente que, de acuerdo con los números de la cuenta de resultados, la cosa no funciona y que, a juzgar por los indicios, tampoco tiene visos de que vaya a mejorar en un futuro próximo. Si en el PP  alguien no tiene gafe, al menos lo parece.

Pero como en la vida el mal de unos es a menudo el bien de otros, ahí  tienen ustedes a Rosa Díez cabalgando, triunfadora,  a lomos de su pequeña formación, UPyD. Un partido de izquierdas por definición ideológica que roba votos en cantidad  a una derecha insegura, vacilante, incluso desleal para no pocos de sus seguidores naturales.

Pájaro bobo considera que en política, como en la vida y en la selva de la vida, cada formación debe luchar con  las armas y los recursos que le son propios.  Y en ese sentido está convencido de que, tarde o temprano, el PSOE pagará los fraudes, muchos de ellos auténticos delitos contra natura, perpetrados por el tal Zapatero,  maestro consumado, aún no consumido,  de las kindersorpresas.

Ahí, UPyD, la formación de la Rosa vasca, tiene la ventaja de utilizar un lenguaje  en el que cada palabra clave responde a una idea clave.  Un lenguaje claro y limpio para convencer, no para engañar. Fuera de la nación y la Constitución vigente no hay democracia y. por supuesto, tampoco un  futuro con unidad y progreso.

Es muy  posible que, al margen de partidos políticos e ideologías,  ese sea el lenguaje y ese sea el  mensaje  que muchos españoles llevan años esperando.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuánto tiempo tendrán  que esperar todavía  para comprobarlo?

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