UPyD: ni en contra de unos ni a favor de otros, por la unión y la constitucionalidad

Como los partidos políticos son por definición ideológicos y por definición dividen la sociedad, los partidos políticos dividen necesariamente la sociedad  en términos ideológicos: izquierda – derecha, derecha – izquierda.

Ese esquema bipolar, convertido en un círculo vicioso (Teufelskreis) por la inercia de las estructuras políticas y politizadas del Estado y el  desleal e interesado comportamiento  de  la inmensa mayoría de los políticos, es lo que UPyD quiere combatir y, si le fuera dado, romper para proporcionar a la sociedad civil española un marco de convivencia  realmente democrático. En otras palabras:  no nos parece lícito que se ponga constantemente en entredicho  a   la nación,  sustrato  histórico y base de sustentación permanente  y necesaria de todo régimen político democrático y su  juego de relaciones.

Si la  democracia es fruto de la  unión,  el progreso es fruto de la  democracia y la unión. Y si es cierto que sin unión no hay democracia, también lo es que sin democracia y unión ni hay ni puede haber progreso real y verdadero.

En estos momentos, en los que España, con más de tres millones de personas en paro, tiene que hacer frente a una gravísima crisis económica de incierto alcance, incierta  intensidad e incierta duración,  a los ojos de Pájaro bobo  es un delito inadmisible que el Estado mantenga la gigantesca y gravosa  máquina burocrática de  las diecisiete Comunidades Autónomas y  un delito aún  mucho más inadmisible   que varias de esas Comunidades Autónomas malversen el dinero de los españoles en actividades como organizar campañas para eliminar el idioma español de sus espacios geográficos y sus actividades institucionales, financiar la creación y el mantenimiento de embajadas propias, selecciones deportivas propias, relaciones internacionales propias, etcétera.

El señor Rodrígiuez Zapatero debe saber, en su condición de  jefe de Gobierno, que esas actividades  y otras muchas de igual naturaleza  e idéntica finalidad  —tipificadas en primera instancia  como malversación de fondos públicos, infracción continuada de la Constitución y usurpación de competencias estatales—  son delictivas y que tarde o temprano tendrá que dar cuenta de su complicidad en ellas ante el  pueblo español, depositario  de la soberanía nacional  y sujeto de la Constitución vigente.

UPyD se lo va a exigir y también le va a exigir que proporcione  a la economía productiva, no especulativa,  los recursos necesarios para hacer frente a  la crisis actual y ofrecer condiciones de vida dignas, incluido   un trabajo igualmente digno,  a todos los ciudadanos  españoles, algo a lo que, según nuestra Carta Magna, tienen derecho.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué dirá nuestro jefe de Gobierno cuando una ciudadana española,  leal y responsable, le lleve ante los tribunales y le acuse de complicidad en la malversación de fondos públicos perpetrada de manera continua y/o reiterada por los dirigentes —¡gobernantes!—  de  ciertas Comunidades Autónomas caracterizadas por su beligerencia e insolidaridad?

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