Artículos del día 13 de mayo de 2009

¿Políticos o vendedores?

En  los debates televisados, Zapatero cuenta de entrada con una ventaja manifiesta sobre la inmensa mayoría de sus contrincantes: su planta, su sonrisa y, en especial, una dicción que confiere crédito a sus palabras y, sorprendentemente, dota de claridad a sus exposiciones. Zapatero habla claro y, entre sonrisa y sonrisa, con los brazos extendidos como aspas, va desgranando sus falsedades  —esas a las que Rajoy llama mentiras— como un actor seguro de sí mismo. Rara vez pierde la compostura y se aparta del guión. Cinismo y sangre fría a prueba de provocaciones y provocadores. Aprende, Sarkozy, aprende.

Es cierto que, falto de una formación democrática, utiliza sistemáticamente un modus loquendi propio de los púlpitos o del patio de armas de los cuarteles, pero eso les  ocurre a la inmensa mayoría de los españoles por la misma razón. No obstante, ahora ya dice cositas  como «en mi opinión», «a mi modo de ver»,  etc. Cabe esperar, pues,  que, siguiendo esa línea, aprenda también  a utilizar construcciones modales y a  eludir las afirmaciones dogmáticas y las  tentaciones de enseñar/dictar  a los demás lo que deben hacer y lo que  no deben  hacer, lo que es democrático y lo que no es democrático.

Más grave es el empeño de Rajoy en hablar de las «mentiras» de Zapatero, pues mentir es un concepto subjetivo perteneciente al campo de la ética. El Insomne entiende que en  política y en general en el ámbito social debe hablarse de «falsedades» y en casos concretos acaso pueda y deba decirse que  alguien falta o ha faltado a la verdad.  Ética, lógica, lengua  y democracia.

Rajoy tiene el aspecto de un hombre corpulento y poco refinado. En   televisión, esa figura  no le favorece. Tampoco le favorece una dicción que, al ser poco clara, hace que las ideas expuestas sean igualmente poco claras. Evidentemente lo dicho responde a la visión e interpretación del Insomne.  A él le gustaría que las cosas no fueran así o, al menos, que él no las viera así.  En cualquier caso, es una opinión.

El Insomne considera que Rajoy y sus asesores han desperdiciado una ocasión de oro: una crisis económica que pesa sobre Zapatero como una losa sepulcral y para la que aún no ha sido capaz de elaborar una respuesta mínimamente válida en términos operativos.

Podemos pensar que lo  correcto en ese caso habría sido que el líder de la oposición presentara  un proyecto económico desglosado sucesivamente en sectores y en etapas y formulado como una receta no sólo para salir de la crisis sino incluso para convertir esa crisis en el punto de partida y en el  impulso dinámico de una nueva etapa histórica.  Proyecto y lección magistral. De palabra y por escrito.

Lástima, Mariano, no has nacido para vendedor. Enhorabuena,  Zapatero, lo tuyo son las ventas y las teleofertas.

Pregunta a los cuatro vientos: ¿si Zapatero resiste esta crisis, quién podrá con él?

Zapatero, vendedor de promesas

Ayer,  en el Parlamento,  Rodríguez  Zapatero, se dedicó básicamente a vender promesas.  Y lo hizo como siempre,  dominando la escena, dosificando los tiempos, templando la voz y abriendo oportunamente los brazos como para abrazar a todos y a nadie.

La política como escenificación de la sonrisa,  los brazos abiertos y las promesas.

Zapatero es sin duda un cínico inmoral, pero, por encima de todo, es un gran vendedor, mejor vendedor incluso que  Sarkozy. Zapatero se convence a sí mismo  de lo que quiere decir y luego lo dice, siempre con una sonrisa. Por eso convence y por eso vende. Y lo que Zapatero vende, lo que viene vendiendo desde que está al frente del Gobierno, es siempre lo mismo: promesas.

Zapatero vende, y es sabido que al productor que vende ni se le despide ni se le cambia de demarcación o cometido.

Pregunta a los cuatro vientos: ¿no va siendo hora de estudiar a fondo el secreto de Zapatero y su  fórmula, ya sea para copiarlo o para acabar con él de una vez?