UPyD: pelando la cebolla
Hace algún tiempo, Günter Grass escribió el texto autobiográfico Beim Häuten der Zwiebel, título que en español quedó en Pelando la cebolla
En sentido figurado, pelar la cebolla abarca, al menos a los ojos del Insomne, diversas formas de deconstrucción, deconstrucción que debe realizarse —-necesariamente— de fuera adentro y, a ser posible, en capas sucesivas y, por lo tanto, con un claro orden formal.
Una cosa es deconstrucción y otra cosa es destrucción.
Anyhow, pelando la cebolla sin parar, aunque sea con lágrimas en los ojos, y deconstruyendo con orden y método se llega siempre al núcleo o corazón de la cebolla real o figurada.
En el caso de Günter Grass, a la infancia, que es el punto de partida natural de todo relato biográfico; en el caso del Insomne, al núcleo humano de UPyD, que es la cebolla que le lleva de cabeza y le hace derramar lágrimas como si fuera un pinche de cocina.
El núcleo humano de UPyD es Rosa Díez, conocida en este minifundio virtual con el amable sobrenombre de la Santa pecadora.
Como el Insomne, siempre respetuoso con las mujeres, no puede imaginar una UPyD sin Rosa, considera que una posible —¿deseable, necesaria?— deconstrucción-limpieza-saneamiento de esta formación debe respetar en todos los supuestos la persona y la presencia de la Santa pecadora, y no sólo por su aura de icono taumatúrgico en nuestra descreída democracia sino también y sobre todo por su condición de madre: ella alumbró la criatura.
De hecho, la criatura lleva su sangre y, en cierto modo, también su nombre.
Él considera que la deconstrucción-limpieza-saneamiento de UPyD debe afectar básicamente a las capas estructurales y, como vive y sobrevive en Cataluña, periféricas.
Precisamente, la capa catalana de UPyD está en manos no de un político full time sino de un ángel de la guarda con alma y maneras de samaritano. Dados los tiempos que atravesamos, eso hace que su parroquia esté bastante desorientada, circunstancia que el llamado Partido Único de Cataluña viene aprovechando desde hace meses para introducir agentes y colocarlos en puestos con alto valor estratégico.
Pregunta a los cuatro vientos: ¿qué quedará del mensaje de la Santa pecadora en Cataluña si aquí ese mensaje, ya sin halo ni aura, es transmitido-retransmitido por agentes de Pujol, Montilla y Carod-Rovira?
Evidentemente, para eso no hace falta pelar la cebolla; basta con dejar que se pudra.