Artículos de noviembre de 2012

La Cataluña del señor Albiac (ABC)

Leo con profunda tristeza lo que el bueno y bienintencionado de Gabriel Albiac escribe, con fecha del  pasado 31 de octubre, en ABC, diario que fue de todos los españoles, sobre la actual situación política de Cataluña y en Cataluña. Quiero entender que, al hacerlo, compara y, oh horror, en cierto modo equipara la  situación de nuestra  comunidad autónoma  con la creada por el Tercer Imperio (das Dritte Reich)  en  la Alemania de los años treinta del siglo XX.

De acuerdo con mi modo de entender y sentir los problemas de España, en la situación sociopolítica que, desde hace varias décadas, vivimos y, en gran medida, padecemos los ciudadanos de Cataluña, catalanes y no catalanes, hay muy poco de nacionalismo;  tal vez una capa superior superficial y artificial, y,  en cualquier caso, nunca lo bastante para hacer de ella no ya una nación sino ni siquiera una naciúncula.

Para vergüenza de todos, esta antigua región española –ayer comunidad autónoma, hoy suprautónoma, mañana, posiblemente, nación soberana e incluso independiente– ha pasado a ser  feudo poco menos que exclusivo de una burguesía siempre oportunista y siempre desleal que copa con sus agentes todas o casi todas las instancias de poder y representación democrática.

Personalmente entiendo que una conjura como la perpetrada por la burguesía catalana en nuestra última etapa democrática tiene mucho de furtiva o sigilosa y muy poco de nacionalista, habida cuenta que el nacionalismo es esencialmente interclasista y, dentro de sus límites, integrador, cuando aquí más de cuatro millones de ciudadanos de un total de siete millones trescientos mil (algo así como el 60% de su población) posee derecho de voto pero no de representación directa, ya que ésta ha sido asumida a perpetuidad por las formaciones políticas controladas  por la burguesía catalana de credo independentista y filoindependentista. .

En contrapartida, históricamente, el nacionalismo alemán, acaso como ningún otro, es ante todo y sobre todo militarista y es sabido que el militarismo ha sido siempre teatral y exhibicionista/narcisista, característica esta que nunca se podrá predicar ni de la burguesía catalana ni del régimen implantado por ella ni, mucho menos, de sus métodos (al menos hasta ahora).

De acuerdo con lo que veo y entiendo, aquí, señor Albiac, no hay ni nacionalismo ni, mucho menos, democracia; lo que hay es una dictadura burguesa con cierta apariencia democrática, pero con una nula o muy escasa representación de las capas inferiores de la sociedad de Cataluña; en concreto, de esas capas de la sociedad que piensan y hablan en español porque, a pesar de todos los programas de  ingeniería social implantados por la Generalidad, incluida una ominosa y delictiva inmersión en lengua catalana, continúan sintiéndose españolas.

Personalmente considero que lo que procede, ante esta situación, es acercarse a esas capas  de la sociedad de Cataluña y escuchar lo que dicen por boca de los representantes de sus asociaciones cívicas, que las hay y siguen activas. Esas capas constituyen claramente la mayoría social de Cataluña, una mayoría que, si no hubiera sido abandonada, traicionada  y enajenada, a buen seguro que hoy Cataluña no tendría un gobierno separatista que reclama  –¿democráticamente?–  la independencia en nombre del pueblo catalán.

¿El pueblo catalán? No, la burguesía catalana.

 

 

Blacky

Para Ana

Look y allure de caballito de mar,

Blacky danza sobre la acera,

los ojos en un globo o una nube

que a su danzar se aleja.

 

Caballito de mar, caballito de mar,

que en el aire te elevas,

dame tu última mirada

como recuerdo y prenda.

 

ESPAÑA: ¿TRIUNFO DE LA CONJURA?

A finales del siglo XVIII tienen lugar en Gran Bretaña los primeros de una larga y nutrida serie de avances técnicos de aplicación práctica que muy pronto abarcarán grandes parcelas de la actividad humana, incluida su organización sociolaboral, y, superando fronteras nacionales, se difundirán en amplios territorios de la Europa central y septentrional, hasta cristalizar por último en lo que el historiador Arnold Toynbee va a llamar Revolución industrial. Sigue leyendo…

La independencia de Cataluña, crónica de una traición anunciada

A mi entender, la independencia de Cataluña daría para varias crónicas de una traición anunciada y siempre, siempre, frustrada. En todas ellas, el protagonista sería Jordi Pujol i Soley, español por un año y personificación de la falsedad de estirpe fenicia, y todas ellas terminarían con la derrota de los traidores, no con su castigo.

¿Y después? Después, después,  vuelta a empezar.

¿Eterno retorno? No, estigma y destino.

 

De una oda a España

En este aciago avatar de tu historia

herida por hijos tuyos con alma de hiena

siento un hervor de sangre en las venas

que me quita la razón y devuelve la memoria.

 

Siempre supe de su carácter felón,

siempre supe de sus querencias cainitas,

siempre supe de su perfidia infinita,

siempre supe que tramaban la traición.

 

Siempre supe que, tras prender fuego a España,

buscarían refugio allende una frontera

que sólo existe como paupérrima quimera

de gentes sin historia, sin gloria y sin hazañas.

 

Siempre soñé con una patria siempre unida,

libre siempre de atávicos rencores,

en busca siempre de sus  tiempos mejores,

lejos siempre de guerras fratricidas.

 

El Estado Español contra Jordi Pujol i Soley

Ante la situación política creada en España y muy concretamente en Cataluña por el separatismo catalán, dirigido desde la sombra por Jordi Pujol, me pregunto:

¿Tiene el Estado Español razones jurídicas y medios legales idóneos y suficientes para proceder judicialmente contra Jordi Pujol i Soley y acabar con sus maquinaciones políticas y económicas?

Si, efectivamente, el Estado Español tiene razones jurídicas y medios legales idóneos y suficientes para proceder judicialmente contra Jordi Pujol i Soley, ¿por qué no procede contra él?

¿Cómo consiente el Estado Español que ese delincuente –Jordi Pujol i Soley– se pase la vida maquinando estafas financieras e intrigas políticas que atentan abiertamente contra la persistencia y la seguridad del Estado Español y no procede contra él como es su derecho y su obligación?

¿Acaso el Estado Español tiene dudas sobre naturaleza delictiva de las maquinaciones políticas y financieras de Jordi Pujol i Soley?

¿Acaso se puede desmontar un Estado desde dentro del Estado sin infringir la Ley?

Por lo que sé, toda ley y, por supuesto, toda Constitución en cuanto ley de leyes se asientan en un pacto de lealtad.

¿Ha cumplido alguna vez ese requisito inexcusable un separatista tan desleal como Jordi Pujol i Soley?

 

 

Cataluña: fagocitación = fabes contades

En Cataluña, el separatismo burgués baja; el separatismo de izquierdas sube en la misma proporción.

Conclusiones posibles:

— En Cataluña, la izquierda está a la derecha de la burguesía o, lo que es igual, a la derecha de la derecha en lo ideológico por catalanista y en lo social por separatista.

–El separatismo político ha tocado techo; a la burguesía empresarial no le gustan ni las divisiones ni los enfrentamientos o, lo que es igual, ni las divisiones del mercado ni los enfrentamientos callejeros a cara de perro.

–¿Nueva, última y definitiva derrota de Pujol y el pujolismo? ¿Cuántas van?

–¿Aprovechará la oportunidad el Estado español para decapitar al separatismo catalán personificado en Pujol y su clan?

–Aunque se decapite al separatismo pujolista, es improbable que se consiga extirpar  definitivamente el catalanismo, pues este tiene fuertes y profundas raíces ciudadanas (clase media baja y payesía).

–La burguesía empresarial catalana no comulga con las tesis rupturistas del pujolismo, siempre basculando entre el irredentismo victimista y el mesianismo mosaico.

–A buen seguro tenemos política de la puta i la Ramoneta para rato o, lo que es igual, para otros cuarenta años i la torna.

–¿Se desmontará ahora la trama político-económica del pujolismo?

–¿Quiénes serán procesados y quiénes irán a la cárcel?

–¿Qué será del abuelo de los pitufos (Pujol)?

–¿Qué será de los pitufos (el nostre Oriol  e i suoi fratelli)?

–¿Qué será de las sisas del abuelo?

–¿Qué será del abuelo de las sisas?

–Y, sobre todo, ¿quién pagará ahora las deudas de la Generalidad de los sabras catalanes?

Contesta, Juliana, hijo de Juliana. Y, por favor, no te olvides de decir cuántos telediarios le quedan al Estado de las Autonomías.