Vaya por delante que mis simpatías son, por encima de toda duda, para UPyD. Su españolidad, demostrada una y otra vez, es para mí una garantía de lealtad.
De hecho, en UPyD he visto siempre, incluso ahora, un baluarte español levantado en la orilla izquierda del Nervión durante los años de plomo.
Entiendo que ese baluarte y su lealtad permiten afirmar no sólo que en España es posible un patriotismo de izquierdas sino que, de hecho, ese patriotismo existe. Y, sobre todo, es necesario para su salud como nación equilibrada y moderna.
¿Bunkerizado? Sí, pero más por instinto de supervivencia que por decisión libre.
En cambio, en el ciudadano Rivera he visto hasta ahora un actor hábil, inteligente y, sobre todo, obediente.
Se equivoca poco, lo cual, dadas su edad y su (presunta) falta de experiencia, puede dar que pensar.
Y, puestos a pensar, podemos remitirnos al Think tank que puso en marcha el proyecto político, fichó a su protagonista en el escenario catalán y se cuidó y se cuida de instruirlo y dirigirlo.
C’s nace en Cataluña y, después de pasar por la orilla izquierda del Nervión, prepara la toma de Madrid, algo que, muy probablemente, sus mentores no previeron en el momento del nacimiento.
¿Una Operación Roca corregida y aumentada?
Entre mis prejuicios está pensar que para un catalán, político o no político, una negociación es siempre una transacción y una transacción es siempre un negoci y un negoci sólo es negoci cuando yo salgo ganando.
Eso significa que no me fío del ciudadano Rivera y, menos aún, de sus mentores, siempre ocultos pero nunca anónimos y/o desconocidos.
Me inclino a pensar que algo parecido les ocurre a los vascos de UPyD a juzgar por sus declaraciones; verbigracia, las de los últimos días.
En cualquier caso, la Dama de Elche, protegida por su corte-cohorte de adoradores y orantes vascones, no está dispuesta a dejarse trajinar (de cintura para arriba, se entiende) por un fenicio, aunque se disfrace de charnego de Connellá.
Y eso que, a decir verdad, el muchacho se ha esmerilado (del verbo esmerilarse).
Pero, a una orden del capitán de la tropa, la Dama y su séquito abandonaron la sala y rompieron la negociación transacción.
¿Ha fracasado la segunda Operación Roca, conocida en este espacio virtual como segundo desembarco fenicio en el Manzanares?