Artículos de agosto de 2021

Pedro Sánchez y su trastorno de la conciencia o por qué, en mi opinión, Pedro Sánchez no puede ni aceptar ni entender que Cataluña es hoy una dictadura catalanoseparatista

En mi opinión, cuando habla de ciertos asuntos (por ejemplo, de los relacionados con Cataluña), Pedro Sánchez suele faltar sistemáticamente a la verdad, incluso a la realidad social tenida por realidad objetiva, pero no miente, porque –siempre en mi opinión– sufre un trastorno de la conciencia y, antes y por encima,  de la autoconciencia, trastorno que le lleva a no ver aquello que no quiere ver y, por consiguiente, a no entender   aquello que no quiere entender.

En mi opinión,  la criatura ha blindado su mente –facultad cognitiva y criterio ético– y así puede vivir tranquilamente su propia realidad, sin enterarse ni preocuparse, verbigracia, de que Cataluña es hoy una dictadura catalanoseparatista.

¿Resultará a la postre que yo soy la única criatura cuerda en esta España irreal e irracional?

 

La conjura del separatismo catalán

Entiendo que los separatistas catalanes llevan años, incluso lustros,  tramando una conjura para sumir a  nuestro país en un caos total (económico-fiscal, social y político),  caos que, acto seguido, nos obligará a proclamar por vía de urgencia, como tabla de salvación y única salida, la República de España y, a rebufo de ella, la  República de Catalunya.

El caos ya ha llegado, y aquí está España, inerme y envilecida, a merced de sus hijos más desleales.

Impuestos especiales

A los que piden un impuesto especial para Madrid por atraer inversiones de toda España y beneficiarse así de su capitalidad, les diría, entonces  ¿qué impuesto habría que aplicar a Cataluña y a Barcelona en concreto por las empresas que se marcharon de sus territorios  por la política insolidaria y antieconómica de los separatistas?

En mi opinión, Cataluña es hoy una dictadura catalanoseparatista

Afirmo  y mantengo que, en mi opinión, Cataluña es hoy, a todos los efectos, una dictadura catalanoseparatista.

¿Por qué? Pues porque –siempre en mi opinión– todas las instancias de decisión y representación de Cataluña están hoy,  íntegramente, en manos de catalanes separatistas.

Los españoles no tenemos una presencia activa ni en la administración autonómica de Cataluña ni en sus instituciones.

¿Cuándo se enterará de la situación de Cataluña y de los españoles de Cataluña el Gobierno español?

Dos preguntas a mis compatriotas

¿Está facultado  el  jefe del Gobierno de España para desmantelar el Estado Español con todas sus estructuras en cumplimiento de la petición formulada por los separatistas catalanes?

¡NO! ¡NUNCA!  ¡JAMÁS!

¿Qué debe hacer en esta situación un ciudadano español que se niega a asistir a la ruina ignominiosa de su patria?

Cambio climático a peor

Entiendo que, cuando se habla de cambio climático, se debería añadir, como mínimo, «a peor»,  aunque para mí se trata  en realidad de una degradación  irreversible y fatal de las condiciones medioambientales por la intervención irresponsable y autodestructiva del ser humano.

¿Está llamado el ser humano a la autoaniquilación?

Milagro, milagrito, mancha que veo, mancha que quito

Parece ser que se trata de una marca comercial de las de antaño, pero el caso es que me gusta y, dado que me gusta,  me la apropio o, como decía mi Madre, me la insurpo.

En mi versión, el anuncio de la marca comercial dice exactamente:

Milagro, milagrito, mancha que veo, mancha que quito.

Me viene bien, pues estoy releyendo La Vanguardía, en cierto modo órgano y  portavoz, ni oficial ni oficioso, de la burguesía catalana y, por lo tanto, de la Generalidad y sus innumerables entes asociados.

(Clase dominante, ideología dominante)

En su edición de hoy, 13 de agosto de 2021, La Vanguardia  se hace eco de la situación en la que se encuentra en estos momentos el  proyecto-conjura del separatismo catalán según los escribas y amanuenses de la docta casa.

Por lo que he podido leer y entender, todos esos subalternos coinciden en declarar que el separatismo catalán posiblemente vive sus horas más bajas si tomamos como terminus a quo  el inicio del proceso y como terminus ad quem  la independencia de una Cataluña supranacional o panhispanica.

Aun así,  me inclino a imaginar que los separatistas catalanes seguirán con sus intrigas –o, si se prefiere, sufriendo y haciendo sufrir–, pues estoy convencido de que la frustración es la clave tanto de su idiosincrasia como de su historia, una historia, en mi opinión, siempre falta de actos de lealtad no sólo de ellos con los demás españoles sino incluso, y sobre todo, de ellos  con ellos.

Lealtad, esa palabra que nunca se pronuncia en catalán.

El Estado fallido: de Afganistán a España

Entiendo que, a estas alturas de la película, es lícito, tal vez obligado, decir que Afganistán es ahora un Estado fallido. Sumido en el caos, puedo imaginar que el país se ha convertido en un inmenso mercado de armas, frecuentado, entre otros,  por señores de la  guerra, traficantes de chatarra bélica y mercenarios de diversas especialidades en procura de una nueva campaña, habida cuenta de que, de acuerdo con una norma universal, en este mundillo siempre se cobra por cabeza abatida.

Y, por descontado,  a tocateja.

Primero, el caos;  después, el mercado; después, el reparto de armas y, por último, lo primero: vuelta a empezar.

¿Acaso no estamos en el eterno retorno?

A mi leal entender y sentir, España está llamada a figurar en un futuro no lejano  en la lista de Estados fallidos, pero como no parece muy racional poner fecha a lo que aún no ha ocurrido, echaré mano de la fórmula marxiana: España, patria de todos los españoles, desaparecerá del concierto de las naciones y de todos los  mapas cuando se den las condiciones objetivas.

O, en otras palabras, cuando los españoles dejemos de defenderla.

Reflexión post scriptum

Juan-José López Burniol, escriba de La Vanguardia y, por consiguiente, de la burguesía separatista de Cataluña, nos ofrece hoy un puñado de mentiras por omisión con valor de sendos paradigmas.

El pájaro canta y escribe:

Don Juan Carlos debe regresar, y esperar aquí a que se depuren sus responsabilidades 

 

 

 

La negación de un Estado democrático de derecho llamado España

Los escribas en nómina de La Vanguardia  y al servicio de la burguesía catalana no sólo niegan la existencia de un Estado democrático de derecho llamado España sino que incluso han adoptado e impuesto la norma, dentro de su parcela,  de no pronunciar nunca su nombre y, a ser posible, ninguna palabra relacionada con él.

España ni existe ni tiene nombre. A partir de ahí, todo se puede negociar, naturalmente en condiciones de igualdad.

Dentro de esta línea, el  subalterno Lluís Foix, va aún más lejos, puesto que  en su entrega de hoy en La Vanguardia  exige una relación de igual a igual, como sujetos soberanos, entre Cataluña y España.

En definitiva, cuando un separatista catalán se desdice de una de sus muchas mentiras, lo hace con una mentira aún más cínica y más ofensiva.

¡Y yo que los conocí -a ellos, a sus padres y a sus abuelos- cantando el  Cara al sol,  brazo en alto, y luciendo la camisa azul de falange!

 

 

 

 

Estrategia de Estados Unidos en Afganistán

Imagino que para el común de los mortales el hecho de que Estados Unidos abandone Afganistán o, si se prefiere, que  entregue el país, al parecer,  voluntaria y pacíficamente  a los talibanes es poco menos que incomprensible.

¿Razones ocultas? Se suponen. Ahora y siempre en situaciones como ésta.

Personalmente me inclino a ver en ese abandono o entrega por parte de los norteamericanos una maniobra/retirada táctico-estratégica de largo alcance en el espacio y en el tiempo, basada, una vez más, en su economía de guerra.

Por eso,  más que aportar pruebas o argumentos en favor de mi  visión, aconsejo estar atento al curso de los acontecimientos en el escenario mundial durante los próximos meses y años.

En el futuro está siempre la respuesta, que es siempre la realidad.

Fórmula clave: Economía de guerra. Estados Unidos es lo que es gracias a su economía de guerra. Esa es mi opinión.

Partido separatista de Cataluña

En mi opinión, los separatistas forman y han formado siempre un partido único y multifuncional para  cubrir, en la medida de lo posible, todo el espectro político de Cataluña y dar así una mínima apariencia de democracia.

¿Lo necesitan? La experiencia me dice que no.

Entiendo que  los separatistas catalanes se ríen de España y de los españoles.

Ahora, un tal Illa, subalterno siempre dialogante, parece que va a asumir el papel de negociador de la independencia de Cataluña con el Gobierno de lo que queda de España.

Mientras tanto, aquí estoy yo tocándome las narices como un imbécil, un cobarde y un traidor.

¿Es ese mi destino?