España: el peor de los casos posibles

En las ciencias empíricas –y la economía lo es– es práctica habitual utilizar como referente y terminus a quo el peor de los casos posibles (the worst case scenario), entendido como  situación de la que hay que  huir a toda costa por ser la peor que podemos imaginar o la peor que puede darse.

¿Cuál es aquí y ahora el peor de los casos posibles para España como realidad política y económica?

Las cuatro lenguas de Carme Chacón, ministra de indefensa

Pregunta:  ¿quiere imponer Carme Chacón, ministra de indefensa, las cuatro lenguas en los ejércitos  españoles de tierra, mar y aire?

España: más allá del caos

A mi entender, los separatistas catalanes, apoyados consciente o inconscientemente por una caterva de irresponsables,  han sembrado el caos en el conjunto de España, sus territorios y sus instituciones.

¿Paso siguiente?

Prender fuego a España por todos los costados, menos el suyo, el de la Tanca catalana.

¿Resultado final?

Inmersión lingüística y memoria personal

Sigo pensando que la inmersión lingüística impuesta en Cataluña con carácter obligatorio y excluyente es manifiestamente ilegítima y delictiva.

Pregunto: ¿puede alguien liberarse de su mala conciencia (falsa mala conciencia) de oprimido y asumir la buena conciencia (falsa buena conciencia) del opresor, conservando en todo momento un sano criterio ético?

Tal día como hoy, en l936, mi padre fue ejecutado a tiro de pistola, con tres compañeros suyos, en el término municipal de Puerto de Béjar (Salamanca).

Mi madre me enseñó siempre que mi padre permaneció de pie después de muerto.

Decidme: ¿tengo yo derecho a ser un cobarde?

 

Proyecto del separatismo catalán para España

En última instancia, los separatistas catalanes persiguen un objetivo doble: la independencia de Cataluña respecto de España y  dependencia de España respecto de Cataluña.

Según ellos, la independencia de Cataluña deberá financiarse  íntegramente con dinero español y, por lo tanto, deberá ejecutarse con cautela, nunca de manera violenta, mientras que la dependencia de España respecto de  Cataluña deberá producirse tras la ocupación y el control por catalanistas y afines de todos o casi todos  los más importantes resortes  de poder del Estado, desde el Ejército hasta la banca, pasando por los medios de comunicación.  Y, sobre todo, el Gobierno.

Eso explica que mientras, por un lado, los separatistas catalanes hablan de independencia, por otro,  sigan colonizando la Meseta y colocando a agentes suyos en puntos clave de la estructura estatal.

La idea es atenazar a España y a los españoles, de modo que,  cuando se den cuenta y quieran reaccionar, sea ya demasiado tarde.

En esas están.

 

 

Inmersión lingüística

A mi entender, la inmersión lingüística impuesta por la Generalidad de Cataluña en la enseñanza es abiertamente ilegítima,  inmoral y delictiva, entre otras razones,  por su carácter  obligatorio y   excluyente.

Considero que la autoridad competente debería paralizar inmediatamente esa inmersión y  procesar a sus responsables.

Imagino que éstos –los responsables de la inmersión obligatoria y excluyente  en catalán— entenderían lo que digo si, mutatis mutandis, se les aplicara a ellos  y a sus hijos esa misma medida.

¿No estamos ante uno de esos casos, tan frecuentes en la historia, en los  que los oprimidos se han convertido en opresores?

 

Carme Chacón y la Reforma constitucional

En mi opinión, la primera medida previa a la Reforma constitucional acordada por el PSOE y el PP debe ser la destitución y el procesamiento, con carácter de urgencia, de Carme Chacón, ministra de Indefensa y agente de los separatistas catalanes.

¿Choque de trenes?

Llufa!

Reforma de la Constitución: control del gasto público en su cuantía y en su empleo

A mi entender, poner un tope al gasto de las Administraciones del Estado sólo tiene sentido si esa  medida va acompañada de otra que fije y controle el uso que hacen las Comunidades Autónomas del dinero que reciben del Gobierno central.

Considero que  si el Estado fija  un tope al gasto debe fijar y controlar también el uso que se hace de ese gasto, pues parece evidente que, en caso contrario,  la medida no  sólo carecerá de sentido pleno sino que muy probablemente va a tener un efecto pernicioso en  la ciudadanía.

Ejemplo: ¿se va a seguir permitiendo que la Generalidad de Cataluña reduzca las prestaciones en Sanidad y Educación para poder mantener e incluso ampliar su red de embajadas y delegaciones en el extranjero?

Mi refrán dice: «Hecha la trampa, hecha la ley».

Carme Chacón, hombre clave del separatismo catalán

No hace falta ser un Rubalcaba, tampoco un Bono, para saber que, incluso en términos políticos, Carme Chacón no tiene ni media hostia.

Por esa razón,   precisamente por esa razón entre otras, los separatistas catalanes, desde el seudomarxista Jaume Roures  hasta Duran, Cara de piedra, lo eligieron como su hombre en los Madriles y el Bajo Llobregat,  parcela de la Tanca catalana en la que hoy,   en pleno siglo XXI, se sigue blasfemando en español como en los tiempos de la lucha callejera contra el franquismo, hace ahora treinta años i la torna.

Tiempos de barricadas en las calles e intrigas  en los conventos. De obreros y burgueses.

Oh tempora, oh mores. O te atemperas o te mueres.

Ahora, Carme  Chacón   se cuida de que no se respete la legalidad vigente y los cachorros convergentes puedan organizar tranquilamente,  sin el mínimo sobresalto, sus referendums independentistas,  a modo de happenings botelloneros, en la plana de Vich, tierra del salchichón y el chorizo.  Se trata de ir  preparando el terreno  y caldeando el ambiente   para   la gran  performance.

Todo muy civilizado y formalmente democrático, que el burgués siempre fue temeroso de Dios y del poder humano y mundano.

Enric  Juliana, cuerpo de hombre en nombre de mujer (al revés que Chacón) y espía fenicio en la capital del Reino, va diciendo por ahí que queda España para algo así como diez años.

Quiero creer  que el pobre sueña truites y confunde truchas con tortillas.  Que siga espiando, a lo mejor le pilla el toro.

El caso es que los separatistas catalanes, desde el seudomarxista hasta el feligrés de la cara de piedra, quieren que Chacón  se haga cargo del PSOE o de lo que quede de él tras las próximas elecciones y prepare el  terreno a un jefe de Gobierno catalán y separatista.

Ese jefe de Gobierno catalán y separatista podría ser el propio  Chacón o Duran, Cara de piedra.

Habrá que estar atentos a lo que escribe el Juliana en la retaguardia de La Vanguardia y  a lo que farfulla  Jordi ben Gurión, conocido en este espacio virtual como el avi de la cigronada. 

Mientras tanto, los caciques del PSC, ala seudoizquierdosa del Partido Único de Cataluña en la que intrigan desde hace más de treinta años burgueses como Maragall y Joaquim Nadal con todos sus subalternos, quieren utilizar al susodicho Chacón como animal de tiro para arrastrar a la charnegada y seguir administrando sus votos cuando se produzca la catalanización oficial, radical  y definitiva del PSC.

Esa es la solución del dilema: frente catalán en toda regla o, lo que es casi igual, militancia y voto  charnegos  bajo dirección separatista.  Para eso está ahí Chacón.

En realidad, eso es lo que han estado haciendo hasta ahora los caciques del PSC: vender al gobierno de España y concretamente al PSOE los votos de la charnegada como votos separatistas.

Y, mientras tanto, ir colonizando la Meseta.

La madre que los parió.

España: cuatro crisis en una

A mi modo de ver,  en estos momentos España está afectada  grave o gravísimamente por cuatro crisis a un mismo tiempo: crisis global, crisis de Estados Unidos, crisis de la Unión Europea y crisis institucional del Estado de las Autonomías.

La crisis global, inherente, con carácter cíclico, al modo de producción europeo u occidental y su abusivo consumo de materias primas fundamentales, puede y tal vez debe entenderse como un aviso muy serio, incluso como un ultimátum: si seguimos así, a la Tierra le quedan entre cincuenta y cien años de vida fértil y/o útil.

La crisis de Estados Unidos, ligada estrechamente a la anterior, nos dice, entre otras muchas cosas, que este país podrá mantener su hegemonía mundial unos diez años más, como mucho. Si es cierto que el grueso de su economía es alimentado por el complejo del Departamento de Defensa, también lo es que su máquina de guerra, sustentadora de un costosísimo imperialismo bélico, político y cultural, no hace sino cosechar derrotas desde hace más de cinco décadas: Vietnam, Irak, Afganistán y ahora Libia.

A decir verdad, la aventura empezó en Corea, allá por los primeros años cincuenta del siglo XX, y probablemente desembocará en un nuevo orden mundial dentro del cual, según los entendidos, Estados Unidos tendrá que compartir presencia e influencia internacional con potencias como China, Brasil, Canadá, Rusia e India, sin excluir un más que probable bloque árabo-musulmán liderado por el tándem Irán-Pakistán. De momento, España debe atender a la voz de su amo, el Tío Sam, sobre todo en el ámbito geopolítico, tanto más cuanto que, a determinados efectos prácticos, Europa aún no pasa de ser un  proyecto económico y político.

La crisis de la Unión Europea puede verse, por el contrario, como una crisis de crecimiento y expansión. Crecimiento y expansión de una Alemania que, veintidós años después de engullir a la República Democrática Alemana con sus veinticinco millones de funcionarios, ya no cabe en su piel. Crisis económica por diferencias abisales en eficacia y eficiencia entre la cabeza y el rabo (la piara de los PIGS). Con permiso de Zapatero, ahí está nuestra piel de toro.

Por último, crisis a la vez institucional y económica de una España balcanizada mediante el Estado de las Autonomías. En su irracional desarrollo de los últimos años, nuestro país ha acaparado muchos de los vicios más graves del capitalismo salvajemente depredador como son el crecimiento anárquico, desequilibrado y descontrolado tanto de la máquina productiva como de la economía especulativa (esa que tiene el dinero como valor de uso y valor de cambio) con beneficios abusivos a corto plazo, la corrupción institucional e institucionalizada, el desprecio del trabajo honrado y equitativamente remunerado, etcétera.

Por lo demás, el hecho de que haya cabezas pensantes que se nieguen a ver que la estructura burocrática implantada en España por procedimientos formalmente democráticos repugna al más elemental  criterio económico por mastodóntica e ineficiente no hace sino agravar enormemente el problema y dificultar su solución en la misma medida. Conjuras y perfidias aparte.

En resumen, cuatro crisis en una o, si se prefiere, crisis de crisis.

Afortunadamente, a los realistas, esos que han decidido y han conseguido no engañarse a sí mismos por mor de la andorga y/o la faltriquera, siempre les quedará la utopía o, lo que para mí es igual, el reino glorioso e inexorable de la racionalidad.