UPyD: ¿partido de masas o partido de cuadros?

En opinión de Pájaro bobo, la disyuntiva del título  pertenece a un primer momento —momento fundacional— y en principio afectaría a todos los partidos políticos obligándolos a definirse sobre la línea a elegir y seguir, línea organizativa, de puertas adentro,  para conseguir el fin perseguido; en este caso, la conquista del poder democrático por medios democráticos.

Dicen los teóricos de las ideas políticas y su historia  que el partido de masas es una manifestación  espontánea   y poco menos que obligada de la democracia en su fase inicial. Hijo natural  del sufragio universal, el partido de masas se manifiesta motu proprio como una acumulación de votos en grandes bloques  groseramente diferenciados entre sí, pero no dentro de cada uno de ellos. Izquierdas y derechas sin corrientes ni tendencias.

Básicamente, los líderes de los partidos de masas convocan a sus afiliados  en tiempo de  elecciones y luego se olvidan de ellos hasta la próxima convocatoria y las próximas elecciones. Pero hay otras posibilidades, como nos lo demuestra, de manera insistente, la historia de los sindicatos y los partidos de izquierda. De hecho, en los sindicatos y los partidos de izquierda auténticos,  la acción siempre va unida a la teoría, que aquí se llama ideología.

Gramsci habla del «partido filtro», expresión que, aunque a Pájaro bobo le repugna  profundamente, nos sirve para establecer un primer marco de referencia. En un partido, por debajo de la dirección general  hay un cuadro de mandos intermedios que, debidamente instruidos, se responsabilizan  de las diferentes parcelas y las diferentes  tareas del sistema  entendido como unidad de trabajo.  Evidentemente, con  la acción organizada  se obtienen mejores resultados.

De acuerdo con la experiencia histórica, lo ideal es que en el organigrama de mandos intermedios colaboren, en términos de complementariedad,   hombres de acción y hombres de reflexión, organizadores e intelectuales. Estos para fijar directrices y objetivos concretos de acuerdo con una visión global, aquellos para llevar a la práctica esos objetivos teniendo en cuenta las  directrices integrales  y sectoriales fijadas  previamente.

Pájaro bobo entiende que, siendo UPyD un partido minoritario y, en definitiva, un partido de izquierdas, está obligado —¡por suerte!–  a ser un partido de cuadros.  En él, la acción debe estar dirigida en todo momento por la razón, habida cuenta que persigue un fin humanamente justo: la igualdad de todos los miembros de una sociedad llamada España ante la ley.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿será realmente  UPyD el único partido de cuadros en una España aferrada por atavismo  y falta de auténtica conciencia cívica a planteamientos pertenecientes a la etapa inicial de la democracia en los planos histórico y conceptual?

Justicia: 23 F., dimite el ministro de Injusticia

23  F.  Fecha simbólica, fecha para la historia, para la intrahistoria y sobre todo para la infrahistoria. 23 de febrero de 1981. El franquismo sufre su último golpe y se extingue definitvamente.  Fuego amigo.  Juan Carlos, rey de España:  «Tranquilo, Jordi».  Empieza la  historia de Cataluña,  nace nuestra seudodemocracia y el Estado de las Autonomías inicia su victoriosa derrota.

Estamos en el año 2009 y España aún no se ha roto del todo. Va camino, pero no se ha cumplido el gozoso/doloso vaticinio de Enric Juliana, vigía  y topo apostado, día y noche, en el madrileño parque del Buen Retiro, a la espera de un mensaje de su jefe, Pujol ben Gurión, o para él. Del  carallot Pérez Carod o para él.  Enric Juliana, vigía, topo y confidente  a sueldo,  tiene paciencia.  Ya llegará su hora. También podría ser que le llegara la hora, que no es lo mismo,  y que la hora cayera justamente en el veranillo  de  San Martín.

23 F. Fernández Bermejo, ministro de Injusticia,  ha dimitido. Golpe bajo en el aniversario del último golpe de Estado. En realidad, le  han obligado a dimitir.  Justamente lo que se merecía: una injusticia. Aun así, Pájaro bobo considera que esa fea e ingenua costumbre de pedir la cabeza del cazador furtivo, sorprendido in fraganti en pleno fregatello, que tienen los españoles no sirve de nada, como no sea facilitar la huida y el camuflaje del huido y, en su caso, desaparecido.  Éstos posiblemente harían bien en entender que  la persona bajo sospecha tiene que continuar en su puesto y seguir con sus obligaciones. Y, cuando se presente una denuncia en su contra, comparecer y defenderse como es su derecho. Y, si demuestra que ha obrado correctamente, continuar en él como es su derecho y pedir/exigir las reparaciones que considere opor. Para dimitir siempre hay tiempo. En cualquier caso, cuando proceda. A saber, con denuncia y veredicto de culpabilidad.  A no ser que con la dimisión se pretenda desviar el problema y eludir  responsabilidades.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas:
¿Acaso no es una injusticia que dimita un ministro de Justicia sobre el que no pesa denuncia alguna  ni, consiguientemente,  ha sido declarado culpable de delito alguno por tribunal alguno?
¿Es que acaso el tal ministro de Justicia no conoce ni sus obligaciones ni sus derechos?

De la economía de guerra a la economía de la investigación y la innovación

Es muy probable  que el capitalismo o, si se prefiere, el modo de producción europeo/occidental supere la crisis actual y se salve una vez más.  Como no podía ser por menos, la salvación empezaría en Estados Unidos, que es la punta de lanza del capitalismo actual y, por lo tanto,  la nación que abre brecha y marca el indirizzo. Pájaro bobo dice, por su cuenta y riesgo, que sin Estados Unidos no habría  capitalismo  y  sin capitalismo no habría  Estados Unidos.

Como potencia imperialista que es, Estados Unidos mantiene desde la Primera Guerra mundial una economía de guerra.   Según Jerry Engel, una economía dedicada  a fabricar «herramientas de destrucción». Herramientas que necesitan  mercados, mercados que son guerras:  guerras  constantes, guerras locales, localizadas, programadas y controladas. Naturalmente, con sus pausas y momentos de alivio y/o recuperación de máquinas y maquinistas.

Ahora, por ejemplo, Israel no puede pensar, y queremos suponer no piensa, en un golpe por sorpresa (Blitzkrieg) a las instalaciones nucleares de Irán y se ve obligado a buscar y poner en práctica una estrategia infinitamente menos arriesgada: eliminar, uno a uno, a todos los técnicos que colaboran en el proyecto nuclear del país de Ciro el Grande.
No es fácil que lo consiga, pero  algo  hará y algo  conseguirá.

Mientras tanto, Estados Unidos  está  pensando en modificar su modelo económico para pasar de la economía de guerra a la economía de la investigación y la  innovación. Un modelo económico centrado en:

Nuevas tecnologías, medio ambiente, ciencias de la salud, energía, biología, ciencia de los materiales y tecnología de la información  globalizada.

Si hasta ahora en todas  las  transacciones mercantiles —desde las guerras civiles hasta las ayudas a países del tercer mundo, pasando por los programas de intercambio—,  había una parte que ganaba, siempre la misma, y una parte que perdía, siempre la misma, ahora se ha llegado a la conclusión de que, para que haya negocio, las dos partes pueden y deben ganar. Hay que pensar, pues,  en otro tipo de business.

Ese sería el nuevo capitalismo, un capitalismo basado no en la explotación  sino en la racionalidad. Cuando eso ocurra   podremos y deberemos decir:  sólo lo racional es real, sólo lo real es racional.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es ese modelo económico una posibilidad o una necesidad histórica?

La Iglesia: guerra y paz en tierras vascas

Pájaro bobo, heterodoxo poco menos que nato,  se tiene por un creyente más bien descreído y prácticamente no practicante.  Pero, como heterodoxo que es y se precia de ser, a su manera  vela por la ortodoxia de la Iglesia y  su magisterio.

Para todos, creyentes y no creyentes, la Iglesia católica es una instancia ético-moral.  Y, de hecho, en sus fieles se dan no sólo casos de doble moral sino también casos, infinitamente menos difundidos pero posiblemente mucho más numerosos, de excelencia:  good life, vida buena, que acaso habría que entender aquí como vida recta, ordenada y ejemplar.  La moral como norma de conducta y camino del éxito.

Juan María Uriarte, obispo de San Sabastián, ha dicho, según parece, literalmente: «La ilegalización de las listas de la izquierda abertzale constituye un mal para la comunidad política».  Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal, le ha respondido inmediatamente: «Es objetivamente ilícito cualquier colaboración con los terroristas, con los que los   encubren o respaldan  sus acciones criminales».

A juicio de Pájaro bobo, las declaraciones del obispo Uriarte carecen de sentido porque, como pone de manifiesto su homólogo Martínez Camino, oculta [tenemos derecho a pensar,  deliberada y dolosamente] la parte pecaminosa y delictiva de su propuesta, que  acaso podría o debería decir, por ejemplo: «la ilegalización de las listas de la izquierda abertzale en las que figuren personas con delitos  de sangre por los que  aún no han cumplido la preceptiva condena y,  en consecuencia,  se hallan actualmente fuera de la ley es un mal para la comunidad política».  Muy bien, señor obispo. En ese supuesto, claro.

De manera análoga, la contestación del misacantano Martínez Camino no está exenta de puntos de dudosa equidad a juicio de Pájaro bobo. Dice el perlado prelado: «Es objetivamente ilícito cualquier colaboración con los terroristas, con los que los  encubren o respaldan sus acciones criminales».

Como Pájaro bobo no está asistido por el Espiritu Santo y, en consecuencia,  no tiene ciencia infusa, apela a su sentido común y blasfema:

1)  No es correcto afirmar que toda [no cualquier] colaboración con los terroristas es objetivamente ilícita. No lo es.  Y,  muchísimo menos, objetivamente.  Y, si eso no es correcto,  siguiendo ese camino  tampoco lo es el resto de la declaración.
2) Hay muchas situaciones en las que no sólo es legítimo y lícito sino incluso ética y moralmente obligatorio  colaborar con personas que se hallan fuera de la ley, sean o no sean terroristas.
3) No parece necesario y, por lo tanto, tampoco inteligente hablar aquí de terroristas. La norma no rige únicamente para los terroristas, término que, por otra parte, responde a un criterio subjetivo, no objetivo.
4) En opinión de Pájaro bobo, el  representante, vocero o portavoz de la Conferencia Episcopal  podría o debería haber dicho, por ejemplo: «En ausencia de una causa mayor, no es legítimo colaborar con personas que han cometido delitos de sangre y, por negarse a cumplir la condena que les corresponde, se encuentran fuera de la ley».

Si la norma es válida, lo es se trate  o no se trate de terroristas.  Aun así, en opinión de Pájaro bobo lo más importante es que tanto el obispo defensor como el obispo fiscalizador  deberían prestar su colaboración para que esas personas se sometieran a la ley y sus disposiciones. Esa sería una forma de colaboración lícita.  Otra, y ahora de obligado cumplimiento:

Los dos obispos deberían recordar en esta y otras situaciones similares que el Evangelio de Jesucristo es un mensaje de paz y de fraternidad o, como se nos enseñó en el catecismo, de caridad cristiana. Lamentablemente en las palabras de uno y otro obispo no hay ni rastro  de ese mensaje evangélico.  No hablan de lo que deben y hablan de lo que no deben.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tiene o no tiene Pájaro bobo motivos para  ser un heterodoxo?

UPyD: el laberinto vasco

Vasconia es tierra difícil. Desde que Eta dividió a sus gentes entre amigos y enemigos, en la patria  de Unamuno hay dos comunidades sociopolíticas, todavía no sociolingüísticas. El tiro en  la nuca como castigo, advertencia y  amenaza  hace que, por ejemplo,  en la diócesis  de Juan María Uriarte, obispo de San Sebastián y pastor solícito de almas/ovejitas descarriadas, la mitad de sus feligreses  vivan con el miedo en el cuerpo.  Pero viven, y sobreviven, y llevan una vida casi normal, normalidad democrática.  Con elecciones y todo lo demás. Una situación distinta, pero aun así similar  a la de Cataluña, con dos comunidades y, aquí, sí, con dos lenguas; una de ellas, la española, perseguida incluso en su nombre.

UPyD,  partido de los españoles en las tierras vascas,  se presenta aquí con Rosa Díez al frente. En un primer momento se dijo que su formación obtendría representación parlamentaria: un diputado. Luego el número subió hasta tres e incluso hasta  cuatro. Entonces se comentó que el PNV,  partido de la burguesía y el clero separatistas de Vasconia, había decidido  aumentar su presión sobre el PSE y el PP y debilitarlos, como partidos presuntamente estatales y españoles, beneficiando al partido de Rosa Díez. Tres partidos débiles antes que dos fuertes y, por lo tanto, rivales y competidores a la hora de ocupar el poder.

Ahora se habla de un más que posible pacto de Patxi López (PSE)  con Ibarretxe  (PNV), con la consiguiente combinación aritmética. Hay que debilitar al PP y, al mismo tiempo,  procurar que Rosa Díez no asome la cabeza en estas tierras. De ser cierto y correcto ese planteamiento, UPyD se quedaría sin representación en el Parlamento vasco. Triste. Habrá que esperar a conocer  los resultados.

En cualquier caso siempre nos quedará Europa.

Ya ahora sabemos que el PSE es una franquicia del PSOE a la manera del PSC. Por lo tanto, podemos empezar a pensar que, si se le  presenta la oportunidad, el tal Patxi López estará dispuesto a emular a ese Montilla que ya en vida se ha convertido en símbolo de la deslealtad y la perfidia, superando con creces a sus maestros y valedores iniciales.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿considera el obispo Uriarte que los asesinatos  perpetrados por los miembros de Eta son crímenes  y, por lo tanto, delitos muy graves o no?

Fernández Bermejo: el desmemoriado ministro de Injusticia

Parece un chiste, y lo es. Un chiste de mal gusto.  El ministro se va de cacería y dice que se ha olvidado  la licencia.  Pájaro bobo duda, después medita y enhebra.

A su modo de ver,  lo que pasó fue, muy probablemente, que al tal Bermejo le dijeron que, al igual que en los viajes del IMSERSO,  en el pack de la cacería como invitado estaba todo incluido: desde los desplazamientos de ida y vuelta hasta los alojamientos, pasando por los aperos y utensilios del arte y la industria de la caza, también las licencias. Y, sobre todo, el condumio.  Por lo tanto, se trató de  un descuido,  un olvido o un lapsus lamentable de los anfitriones/organizadores del  evento cinegético.  En suma,  una  chapucilla más en el país de las chapuzas.

De acuerdo con esa versión de la montería y su logística,  el ministro de nuestra Injusticia tiene derecho a quejarse, a lamentarse y a exigir responsabilidades. Menuda le han montado los impopulares del Partido Popular. Todo para compensar y resarcirse. Trampa por trampa, caza por cacería.

A  los ojos de Pájaro bobo,  lo más grave de la contienda es que con ello se va cerrando el círculo. En estos momentos  ya tenemos una ministra de Indefensa y  un ministro del Paro y el Ocio Subvencionados,  amén de una ministra honoris causa  de Incultura con acento del sur.  A ellas y a él se suma ahora, con todo merecimiento,  el ministro de Injusticia

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿pagará a través de un subalterno la multa  que  el ministro de Injusticia  se imponga a sí mismo  y abonará su importe con dinero de las arcas del Estado?

¿Fraude de ley a cargo del Estado?: de la economía productiva a la economía especulativa pasando por la subcontratación

Es un hombre joven, activo y con ese tipo de inteligencia que combina la visión lúcida —radiográfica—  de  las  cosas y las situaciones con la acción directa, ad rem.  Ha triunfado como empresario de la construcción en Suiza y Alemania,  mercados  sumamente  crueles y competitivos, máxime para alguien que viene del Sur.  Pero el hecho es que él, mitad gallego, mitad vasco, ha triunfado   gracias  a esas dotes naturales y sobre todo a una asombrosa capacidad de trabajo.

Me dice que,  por sistema, todos  sus empleados  tienen contratos en regla.  Nada de subcontratación. Según este avispado Geschäftsman, con la subcontratación el empresario se libera de la pesada carga que supone mantener de manera permanente una nómina y, por eso mismo, gana en libertad de acción, pero siempre al precio  de enajenar todos esos activos que, junto con el  know-how de sus cuadros y sus operarios, constituyen el patrimonio de una empresa.

En definitiva,  el  hecho es que, de ese modo,  el empresario deja de serlo para convertirse en  intermediario o, lo que es igual, en un nuevo practicante-beneficiario  de la economía especulativa.

Pregunta ingenua e intempestiva:  ¿si,  como piensa Pájaro bobo,  la subcontratación  es un fraude en cuanto práctica dolosa en beneficio propio y en perjuicio de terceras personas, por qué en España la han adoptado  incluso entidades y  organismos estatales,  mientras que  en los países más avanzados de Europa es perseguida por vía legal como una refinada forma de economía sumergida o semisumergida?

UPyD Cataluña: expansión y salto cualitativo

Pájaro bobo considera que, habida cuenta que  UPyD  Cataluña es  una formación esencialmente democrática, debe seguir desarrollándose y creciendo, ante todo y sobre todo, de abajo arriba y de dentro afuera.

Fiel a esos principios germinales, él ha defendido siempre la estructuración del cuerpo social de UPyD  en secciones de acción coordinada  bajo una dirección colegiada  a cargo del Coordinador General, el responsable de Medios de Comunicación y el responsable de Organización y Expansión.

Evidentemente, la dirección colegiada es  más democrática que la unipersonal y también más sólida y más resistente a las agresiones internas y externas, mientras que la organización del cuerpo social en secciones  permite aprovechar  íntegramente  los esfuerzos de los afiliados al  canalizarlos de acuerdo con directrices fijadas de antemano con  criterios de racionalidad y pragmatismo, a la vez que facilita el  control de  paseantes  y merodeadores.

El objetivo es tener  una formación  dinámica y «competitiva»,  capaz de aventajar  en eficacia a formaciones infinitamente superiores en número de afiliados. Y, a juzgar por toda una serie  de indicios de carácter social, UPyD Cataluña está  a punto de recibir una auténtica oleada de nuevos afiliados, lo que, de una parte,  equivaldrá a su consagración definitiva  como formación de amplitud nacional y, de otra, pondrá a prueba su capacidad de  integración y organización.

¿Pregunta ingenua e intempestiva: ¿estará UPyD Cataluña a la altura de las circunstanciass y resistirá ese salto cualitativo,  conservando su identidad fundacional  y sin iniciar la deriva que lleva a la desnaturalización?

Toni Farrés: de líder obrero a miembro del establishment catalanista pasando por la alcaldía de Sabadell

A su muerte,  el establishment catalanista le ha reconocido como uno de los suyos. Pujol ben Gurión, figura destacada del Sanedrín, lo visitó poco antes de su fallecimiento.  Parece  ser  que, efectivamente, Toni Farrés se tenía por catalanista y muy catalanista, al menos en la segunda y postrera etapa de su vida.

Siglo XX,  principios de los años setenta.  Huelgas, algaradas y  manifestaciones populares con sello comunista y español en la lengua y en los gestos, gestos desgarrados.  Barrios obreros de Sabadell con  Ca n’Oriac a la cabeza.  El PSUC como banderín de enganche y camuflaje del paisanaje. Toni Farrés es el gran líder obrero. El único líder obrero no obrero.  En una de las primeras redadas de la policía son detenidos trece huelguistas;  él es el único catalán.  Pronto la  alcaldía de la ciudad será  suya:  derecho de conquista. Ahora, además de líder, Toni es un héroe popular. Consistorio comunista con compañeros de las barriadas y las   barricadas, compañeros del alma. En pago, el nuevo edil adecenta la plural e irregular orografía de la  periferia urbana   en detrimento del centro, centro  burgués, pequeñoburgués,  catalanista y remiso, siempre especulador y siempre remiso.

Toni Farrés gana todas las elecciones a las que se presenta. Y se cansa de presentarse y se cansa de ganar. Quiere hacer carrera.  Carrera política, claro.  En la capital del país: en la plaza de San Jaime y en el parque de la Ciudadela, que mira a la Barceloneta y el mar de la Sargantana.  Juraría  que ya no se identifica ni con el compañero Camacho ni con los compañeros del compañero Camacho. Ahora lo que le tira,  secretamente,  es el Rovell de l’ou. Pero no se atreve.  Dice que está desubicado. Y lo está. En el fondo, todo lo que ha hecho lo ha hecho por Cataluña. Se lo reconocen, pero los que tienen voz no lo llaman.

Cansado de esperar  cuando creía  que se lo iban a rifar, se acerca à la nonchalant al PSC de Pasqual Maragall, pero este le da literalmente con la puerta en las narices. Efectivamente, el muchacho  está desubicado. Entonces, Pujol ben Gurion tiene la deferencia de llamarlo y ofrecerle su amistad en agradecimiento de  todo lo que ha hecho por el país.  Aun así, los que tienen voz  siguen sin llamarlo. Sin ofrecerle un puesto acorde con  sus méritos  en el proyecto catalanista. Ahora, además de desubicado, el pobre  está decepcionado.

Al final, Duran i Lleida se acuerda de él. Y el Banco de Sabadell. Y pasa a colaborar con uno y otro. ¿Dónde quedan sus años de comunista militante y  líder obrero?

No lo sabemos. Lo que  sí sabemos es que  en los últimos tiempos la burguesía catalana lo reconoció como uno de los suyos. No le perdonó su etapa de líder comunista y agitador de masas ajenas a estas tierras, su lengua  y sus gentes, simplemente  lo olvidó todo, lo silenció todo y, como tantas veces en la historia, le regaló  una figura a su imagen y semejanza para la posteridad.

Pájaro bobo, que lo conoció, tiene una duda:  ¿cuáĺ fue el Toni Farrés auténtico: el líder obrero, compañero de Camacho y  todos los camachos de Ca n’Oriac o el burgués, hijo de burgueses, que  se postula porque desea  un cargo digno de su currículum y sus ambiciones en el proyecto catalanista de  la Casa Gran?

Oh tempora, oh mores!

Aborto: entre la vida y la muerte

Hay quienes dicen que las leyes son convenciones de carácter práctico y  utilitario.  Regulan la vida privada  del ser humano en cuanto individuo y de la sociedad en cuanto  colectivo de individuos.  Sí, las leyes son convenciones de carácter  práctico y utilitario, pero no sólo eso.  Tampoco prioritariamente.  Para muchas personas, entre ellas Pájaro bobo, por  encima de las leyes  hay  principios humanamente universales  de obligado cumplimiento.  Lo que es está sometido al dictado de lo que debe ser:  la realidad a  la ética.  Y ahí aparecen la concepción y las intervenciones del ser humano contra la concepción. El Estado debe regular esas situaciones  estableciendo normas  que concilien lo ético y lo moral con lo posible y lo  plausible.

Los animales matan para comer y comen para sobrevivir. El ser humano, superada su animalidad, puede matar también por placer,  para su disfrute. La sociedad lo acepta y el Estado lo regula. Quede para el que cree en la vida el derecho a respetarla y defenderla. Es un derecho que, al margen de imposiciones, Pájaro bobo hace suyo.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas:

¿Es de una mujer  todo lo que está en su cuerpo?
¿Tiene derecho una mujer  a disponer libremente de lo que está en su cuerpo?