El control de las Autonomías
Pregunta ingenua e intempestiva:
¿cómo controla el Estado a las Autonomías, concretamente sus actividades y el uso que hacen del dinero que reciben?
Pregunta ingenua e intempestiva:
¿cómo controla el Estado a las Autonomías, concretamente sus actividades y el uso que hacen del dinero que reciben?
Días pasados, Pájaro bobo se refirió a la maniobra del PSOE para capturar dos peones sueltos (en el argot ajedrecístico internacional, isolanas), uno a izquierda y otro a derecha del tablero nacional, y la definió como jugada magistral en términos político-ajedrecísticos. Y, en ese aspecto, así continúa viéndola.
Sin embargo, contemplada desde una perspectiva ética, esa misma jugada, maniobra o golpe de mano por sorpresa le merece una valoración muchísimo menos favorable. En opinión de Pájaro bobo, y siempre de acuerdo con su conocimiento del lance, el PSOE actuó deslealmente al dirigirse en secreto a ICV, sabiendo como sabía que este partidillo residual y suburbial formaba parte de un frente nacionalista. Dos traidores, el PSOE e ICV, a cuenta de un tercero, el frente nacionalista, también traidor a su vez.
El PSOE repite la treta con el UPN, a sabiendas de que esta formación está vinculada al PP. Pájaro bobo se considera con derecho a pensar que en los dos casos se llega a pactos o acuerdos secretos y clandestinos, pero ahora en perjuicio de un tercero, el mencionado PP, al que, en este supuesto, debemos considerar estrictamente traicionado, no traidor.
Tres preguntas ingenuas e intempestivas
¿Cómo ha comprado el PSOE el apoyo y, en sentido inverso, la deslealtad de los dos peones mencionados?
¿Qué acuerdos o pactos secretos ha firmado, o ha prometido firmar y cumplir, el PSOE con cada uno de los mencionados peones para conseguir su apoyo?
¿Es punible el comportamiento de los tres sujetos implicados y, en caso afirmativo, en qué grado, en qué medida?
Ahora que el bolchevique Montilla se ha destapado y, para mayor estigma, ha merecido los elogios del Presidente del Sanedrín catalán por sus deslealtades al PSOE, resulta obligado preguntarse: ¿cuánto tiempo aguantará el futuro interfecto en el punto de mira de Zapatero y sus barones?
Dos cosas parecen ciertas:
1) El charneguete no culminará su traición estatutaria, el gran sueño de su vida.
2) El charneguete y prosélito nunca será admitido en el Sanedrín, donde, como es sabido, sólo pueden ingresar sabras de sangre y linaje.
Pájaro bobo no duda en afirmar que, en términos político-ajedrecísticos, ha sido una maniobra de auténtico maestro. Aunque no sabemos quién es su autor biológico o putativo, él piensa en Rubalcaba, nunca en Corbacho; también podría ser obra y hechura de una anónima y oscura eminencia gris. Anyhow, toda una lección de perspicacia, incluso de economía: alcanzar limpiamente un objetivo tan valioso en términos de rentabilidad política y hacerlo con un consumo de energía mínimo, sin descomponer el tablero: ni el tablero, ni el esquema de juego, ni la estructura táctico-estratégica del jugador que concibe y realiza la maniobra.
El caso es que alguien con un cerebro privilegiado va y dice: «A los malparits del frente catalanista [recuérdese que Pájaro bobo es extremeño] les chalanearemos el peón negro del flanco izquierdo y a los impopulares del Partido Popular les «insurparemos» el peón aislado del Reino de Navarra. Dicho y hecho.
Peix al cove! O lo que es igual: ¡Ya los tenemos en el garlito!»
Con tan hábil y escueta maniobra, un fontanero anónimo y furtivo del PSOE ha conseguido un objetivo triple: en primer lugar, asegurarse el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado necesario y suficiente para su aprobación; en segundo lugar, dejar fuera de combate a las tropas concitadas y conjuradas por el Sanedrín catalán para hacer claudicar y besar el suelo al representante del Estado opresor; en tercer lugar, dejar seriamente averiado el tren de montaje de Rajoy y su equipo para el momento presente y para un futuro próximo y previsible, dada su crónica penuria en piezas de recambio.
Peix al cove! ¡Ya los tenemos en el garlito!
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿seguirá pensando el presidente del Sanedrín catalán que siempre será preferible tratar con un Zapatero desleal a tratar con un Rajoy leal?
El Idióticon de Pájaro bobo
Insurpar. Usurpar algo, apoderarse de algo o alguien con engaño o violencia. Verbo reflexivo, transitivo. También se construye con la preposición de. Ejemplos: insuparse un kilo de patatas o insurparse de un kilo de patatas. Se conjuga como usurpar. Existe asimismo la variante insurpir, con idéntico significado, idénticas construcciones e idénticas aplicaciones, pero conjugado como partir. Participio pasado: insurpado e insurpido. Palabra usada por la señora Lucía, madre de Pájaro bobo. En sus dos variantes es exlusiva de este Idióticon.
Pájaro bobo oye y escucha a Alfonso Guerra en la Tele y queda literalmente «pasmaíto» al comprobar la ignorancia del segundo de Felipe González en temas referentes a Cataluña. Ni zorra idea.
En cambio, las declaraciones de alguien tan limitado intelectualmente como Corbacho sobre la contratación y no contratación de aborígenes en origen son en su opinión tan correctas conceptualmente que constituyen una fórmula poco menos que universal. Dejando aparte la doctrina Monroe, que tan mala prensa tiene entre nosotros, parece lógico que Sebastián, ministro de Industria, saliera en defensa del extremeño, que trabajo tenía con defenderse sin poner de manifiesto sus gravísimas carencias. Pájaro bobo se malicia que lo hizo, entre otras razones, porque él le había puesto el mensaje en el pico. Era una obra de caridad y una obligación moral.
Malicias aparte, no cabe duda de que vienen tiempos en los que habrá que adoptar imperativamente medidas de esa índole. Lo exigirá la sociedad a la que se deben todos los políticos, incluida María Teresa de la Vega.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué las declaraciones sobre temas de economía no las hacen los titulares de las carteras vinculadas directamente a la materia?
De acuerdo con lo que Pájaro bobo sabe y entiende, Jordi Pujol, actual presidente del Consejo Asesor de Cataluña (Sanedrín), está llamado a figurar en la historia de España como uno de sus personajes más funestos.
Su objetivo capital ha sido y es hacer de Cataluña un Estado soberano, combinado con la desmembración de España, reducida, en su imaginación y de acuerdo con sus planes, a una serie de territorios dispersos y desprovistos de estructura estatal, de modo que en un futuro previsible pasen a constituir el campo de colonización y expansión de la Gran Catalunya.
De hecho, su modelo político ideal ha sido siempre el Gran Israel, pues siempre ha visto al catalán como un pueblo elegido y siempre se ha atribuido a sí mismo una función mesiánica.
Para alcanzar ese objetivo, Jordi Pujol y sus colaboradores han establecido, entre otros, los siguientes pasos o proyectos parciales, que están llevando a la práctica:
1) Instauración de una dictadura real en Cataluña, de modo que, bajo la apariencia de una democracia formal, en ella la política la hagan exclusivamente los catalanes para los catalanes. En rigor, sus formaciones políticas constituyen un partido único con una dirección única. El mantenimiento de este esquema operativo es la base necesaria e indispensable para acceder a cualquier forma de independencia por procedimientos formalmente democráticos.
2) Creación de una Administración propia de carácter estatal financiada por España, unida a la creación de una legislación igualmente propia que supere la dependencia de Cataluña respecto de España e invierta dicha relación, hasta conseguir que España dependa de Cataluña. Ese es el espíritu del Estatut y esa es su finalidad.
3) Formación, promoción e instigación de focos secesionistas en diferentes puntos de España, así como de movimientos disgregadores de toda índole, cualquiera que sea su apariencia, para favorecer y acelerar su destrucción y, de paso, ocultar la acción de los separatistas catalanes, que así podrán presentarse ante los españoles como aliados e incluso como defensores de la unidad de España. De hecho, los valedores de la soberanía compartida pretenden vender esta fórmula como una salvaguarda de dicha unidad, pues de acuerdo con ella lo único que ocurriría, llegado el caso, sería que la representación estatal pasaría de Castilla a Cataluña.
A estas alturas de la conjura, Pájaro bobo considera lícito pensar que, si el honorable presidente del Sanedrín catalán se lamenta amargamente de los ataques de que es objeto Cataluña por parte de la mayoría de los españoles, es sencillamente porque ve peligrar su gran sueño. Si hay ataques y agresiones, además de intrigas, conjuras y mil formas de deslealtad, es por parte de los separatistas que se han apoderado de las instituciones de Cataluña, no por parte del conjunto de los españoles.
Pájaro bobo, en situación de muerte civil desde hace alrededor de veinticinco años, después de ser estigmatizado, perseguido, difamado, calumniado, marginado y excluido del mercado laboral, podría explicarle a este ploraner y jeremíaco hijo de la mentira cómo vive y sobrevive en Cataluña un enemigo declarado de la ideología dominante y su dictadura. Y el caso es que aún no ha perdido la razón, como tampoco la autoestima y la buena conciencia que, por derecho, corresponden a los oprimidos, acaso los únicos demócratas auténticos del momento, de todos los momentos en los que triunfa el engaño, medra el oportunismo y sobrevive la cobardía.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Qué hará y qué será capaz de hacer el presidente del Sanedrín catalán si le sale mal la gran jugada de su vida?
¿Aceptará la ayuda de alguien que, después de verse condenado a muerte civil, acertó a sobrevivir aferrado a su dignidad?
Parece ser que los barones socialistas de las muchas y diferentes baronías de nuestra España autonómica le han arreado una memorable y memoranda tunda, acusaciones e insultos incluidos, a Josep/José Montilla, charneguete del Bajo Llobregat, hic et nunc presidente accidental de la Generalidad de los catalanes. Maestro consumado, y al fin consumido, de la política territorial más subrepticia, este hijo natural de Iznájar, Córdoba, llevaba tiempo haciendo deméritos. Para colmo, el malparit guardó silencio como un sepulcro sin inquilino cuando un malparit llamó malparits a los extremeños. ¿Qué iba a hacer y a decir el malparit en el país del malparit carallot Carod?
Parece ser asimismo que Zapatero ha desmontado con envidiable y envidiada facilidad el frente catalanista en el que el su(b)sodicho Montilla militaba como conspicuo ideólogo, cabecilla y estratega. De hecho, al leonés le ha bastado con un dribbling-desmarque digno del Cruyff de los mejores tiempos para deshacerse de sus aliados/enemigos de la Fenicia de Poniente. No obstante, si nos atenemos a lo que dice y enseña la historia reciente de este país y sus paisanos, aún tiene que ajustar cuentas — liquidación y finiquito— con el hombre que, tras recibir de él la misión de acabar con Maragall y el maragallismo en el seno del PSC, se pasó al enemigo y se dedicó a hacer la puta i la Ramoneta con una perfidia y una deslealtad dignas de peor causa.
Pájaro bobo está convencido de que, desde entonces, el líder de los socialistas peninsulares se la tiene jurada, y el charneguete lo sabe. ¿Qué no sabrá un bolchevique como él, tratándose de intrigas y venganzas? Pero podemos estar seguros de que en esta guerra no correrá la sangre, como no sea en términos simbólicos, pues el vengador y ajustador de cuentas no es hombre que se deje llevar fácilmente por la iracundia de un Væ victis! (Wehe den Besiegten!) más propio de bárbaros que de fenicios.
Pájaro bobo se obstina en pensar que Zapatero le tiene preparado el pasaporte a su antiguo y desleal mensajero-colaborador. El pasaporte, el destino y la misión. Ejemplo.
Una vez Montilla haya dejado la Generalidad, Zapatero le comunica través de un subalterno de su entera desconfianza que le tiene reservado un cargo con mucho porvenir como miembro de la delegación española en un país perteneciente a la antigua Unión Soviética. Montilla, exultante de gozo y a la vez un sí es no es sorprendido y receloso, dadas su vena y su mena púnicas, emprende viaje, pero cuando llega a su destino y abre la presunta valija diplomática se encuentra con que, en vez de las credenciales de embajador, hay un sobre chuchurrío y en su interior un papel que dice y canta:
«Por la presente se nombra a José Montilla Aguilera, de cincuenta y … años de edad, natural de Iznájar, sin conocimiento de idiomas ni estudios universitarios conocidos y/o reconocidos, conserje de segunda categoría, clase B, en el Instituto Cervantes de Tiflis, capital que fue de la mítica Cólquida, tierra de iberos, y hoy lo es del actual y muy soberano Estado de Georgia».
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cómo reaccionará Josep Montilla i Aguilera en ese caso?
Primero llevaron el ídolo, tótem o «buey aéreo» del Estatut intra muros con mucha pompa, fanfarria y aspaviento y, una vez dentro, lo instalaron con idéntico ritual en la mismísima plaza de la Constitución española, convencidos de que, nada más verlo, los villanos castellanos huirían despavoridos, momento que los intrusos aprovecharían para salir de «la pancha del bou» y arrasar la fortaleza con todos sus moradores, menos las doncellas, que serían «insurpadas» como botín de guerra para uso y disfrute de los guerreros.
Como la treta, argucia y añagaza o entremaliadura no dio de inmediato el resultado apetecido, el honorable Jordi Pujol ben Gurión, presidente del Sanedrín o Consejo Asesor de Cataluña, convocó una reunión urgente bajo la bendición y dirección espiritual de los Sumos Sacerdotes, Lluís Martínez Sistach, máxima autoridad de la provincia eclesiástica Tarraconense, y Josep Maria Soler, vigía de la Sagrada Montaña de Montserrat y custodio de la Moreneta. En su alocución con acentos de arenga y llamada a las barricadas, el prestigioso líder político-social y representante de las cien familias de Sant Gervasi dijo que, en su opinión, una opinión que siempre tuvo carácter de orden, había que formar un frente único y unido con todas las fuerzas vivas del país para abatir las murallas del Estado opresor. El charneguete Montilla, jefe del ala radical de renegados y prosélitos, apoyó la propuesta y apuntó enseguida que, en tal situación, lo más conveniente era concentrar las acciones en un punto y actuar como un ariete hasta abrir brecha en las murallas del Estado opresor y coger a sus moradores entre dos fuegos: el fuego de los ocupantes del caballo de Troya y el fuego de los sitiadores. En eso consistía el frente nacionalista catalán, que él, humilde, servil y deslealmente, se ofrecía a liderar hasta alcanzar la victoria, soberanía y suprasoberanía de Cataluña incluidas.
En esas estaban intrusos y sitiadores, Sumos Sacerdotes y honorables, estrategas y capitanes de la refriega, cuando el señor de la plaza y su ciudadela hizo saber personaliter al presidente del Sanedrín y comandante en jefe de todas las fuerzas integrantes del frente nacionalista catalán:
Primero. Que había cursado órdenes al Tribunal de la Santa Inquisición, también llamado Tribunal Constitucional, para que procediera de acuerdo con la legalidad vigente y operante, de modo que el Caballo de Troya del Estatut abandonara cuanto antes la Plaza de la Constitución española.
Segundo. Que acababa de firmar o, más exactamente, que acababa de prometer que firmaría un pacto de colaboración con otras fuerzas políticas de la piel de toro, con lo cual el autodenominado frente nacionalista catalán quedaba sin fuerza operativa real o intimidatoria.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué hará ahora el honorable Pujol ben Gurión con su caballo de Troya estatuario, con su frente nacional y con todos los capitanes de sus burocráticas legiones?
El Idióticon de Pájaro bobo
Buey aéreo. Criatura mítica ideada por Pájaro bobo, con ayuda de la hambruna, cuando era niño. Entonces, tras convertir el término en un apodo, se lo endosó a un compañero que en cierta ocasión, así que consiguió sacar su andorga de penas y tristezas, exclamó entre resuello y resuello: «Me siento como un buey con ganas de volar». El niño, que se llamaba Tomás, pasó a ser Buey aéreo para el resto de su vida escolar.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas:
1) ¿Nombraron a Carmen Chacón —Carme Xacó— ministra de Indefensa a pesar de ser separatista o por serlo?
2) ¿Nombraron a Celestino Corbacho ministro de Trabajo a pesar de ser analfabeto funcional o por serlo?
Que contesten los separatistas catalanes que endosaron estas dos perlas a Zapatero.
Pájaro bobo, que lo es por partida doble en cuanto que perdió la guerra y la posguerra (llamada oficialmente paz), no quiere saber nada de una ley de memoria histórica. Al menos, de momento y mientras dure la conjura. Comprende a los que sufrieron y considera legítima, humanamente legítima, su demanda. También comprende o, como mínimo, intenta comprender que algunos de sus paisanos hervasenses le vean como un traidor e incluso como algo peor, pero el caso es que, por una extraña patología o un no menos extraño don del cielo, el pobre nunca ha sentido odio o rencor. Sí, ser un asesino es a los ojos de Pájaro bobo tal vez la mayor desgracia que puede caber a un ser humano en este mundo. ¿Desgracia o delito? ¿Crimen o castigo?
En cualquier caso, para él lo importante en estos momentos es la unidad de España y la buena convivencia de los españoles. En aras de ese ideal renunció de buen grado, hace ya tiempo, a cualesquiera derechos que pudieran corresponderle. Siempre le ha bastado con saber que su padre vivió y murió como un héroe. Padre real y arquetipo. Esa es su memoria.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué nación es ésta que habla de memoria histórica mientras llama nacionalistas a los que se empeñan en destruirla?
El Idióticon de Pájaro bobo
Botelloteca. Mueble, espacio o lugar donde se guardan temporalmente botellas con bebidas espirituosas o refrescos. Asimismo, lugar y espacio público o semipúblico donde se expenden y/o se consumen bebidas de esa categoría. Se llama también botelloteca al cafe-bar que tiene una biblioteca más o menos extensa a disposición de sus clientes. Pájaro bobo aprendió la palabra de boca del canónigo Peláez, que lo fue de la Santa Iglesia Catedral de Plasencia allá por los años cincuentinos del siglo XX. Entonces se la «insurpó» y ahora la reconoce como propia y privativa de su Idióticon.