Mérito/demérito de Rodríguez Zapatero

Con su sarta de desaciertos, Rodríguez Zapatero ha conseguido dilapidar/enajenar la mayoría natural de la izquierda y no sólo regalársela al Partido Popular sino además contribuir decisivamente a que esta formación lidere y capitalice un movimiento social de alcance nacional en sus proporciones y de naturaleza patriótica en su contenido más profundo y auténtico. 

Aclaración
En opinión de Pájaro bobo, el sentimiento patriótico ideológico es, en  este caso, el que corresponde a la derecha como partido político.  El sentimiento patriótico supraideológico es el que corresponde al pueblo español en su conjunto, con desprecio de todas las fronteras ideológicas reales o imaginarias. 

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿por qué luego cierta izquierda se lamenta de que la derecha monopoliza los símbolos nacionales y el sentimiento patriótico tanto ideológico como supraideológico? 

Diagnóstico y pronóstico: destitución y procesamiento de Rodríguez Zapatero

Cinco preguntas ingenuas e intempestivas
Primera: ¿ha habido alguna vez en España, a lo largo de toda su historia, un político tan obtuso y obcecado, y, al mismo tiempo, tan falso y desleal como Rodríguez Zapatero?
Segunda: ¿pueda darse una acumulación indefinida de errores sin salto cualitativo?
Tercera: ¿a qué se debe que un gobernante nominalmente de izquierdas haya adoptado tantas decisiones despóticas, ilegales y irracionales como este hijo de la perfidia y la tozudez?
Cuarta: ¿cómo explicará Rodríguez Zapatero que prefirió pactar con criminales y separatistas a recabar el apoyo leal, democrático y patriótico de todos los españoles, sin distinción de credos ni ideologías, para abordar asuntos que afectan gravísimamente  al presente y el futuro de España?
Quinta: ¿no están dirigidas prácticamente todas las decisiones políticas de Zapatero, de manera manifiesta o encubierta, al desmantelamiento de nuestro Estado de derecho y la destrucción de España como nación?

Tres testimonios de la falsedad de Rodríguez Zapatero a cargo de sendos especialistas en la materia.
Jordi Pujol: «De Felipe y de Aznar te podías fiar; de éste, no».
Pasqual Maragall: «fui un ingenuo al fiarme de él».
Josep Piqué: «Pactará con todos y los engañará a todos».
Es obvio que los tres declarantes [ahora no comparecientes] y sus compañeros de intriga y conjura prefieren a Rodríguez Zapatero como jefe del Gobierno español e incluso como interlocutor político precisamente por su falsedad y su deslealtad, virtudes que son para ellos regalos preciados y preciosos. 

Identificación:
Pájaro bobo, hijo de un obrero socialista muerto en 1936, se declara fiel a su condición de ibero e Ibero y se considera a todos los efectos y sin reservas conscientes o deliberadas de ningún tipo patriota español. ¿Que es un troglodita reaccionario e impenitente? De acuerdo. ¡Arriba España!

Continuará…

El eje Madrid-Berlín

Miguel ya está en Berlín y Ana sigue en los Madriles. Un paso más, el último o penúltimo, en el camino de su emancipación. Miguel ha ido a la capital de todas las Alemanias a hacer el trabajo de fin de carrera. Telecos. Después quiere dedicarse a lo suyo: tramar inventos e idear artefactos. Sin olvidar la música en la banda que ha formado con sus compis. No está mal para ser hijo de un trapero y alquimista, huérfano de guerra y proscrito de por vida.
Ana está contenta en la Villa y Corte del país vecino. A este paso, me la veo acumulando títulos académicos, tantos como el resto de la familia junto. Cada cuerdo con su cuerda.
Margarita y Pájaro bobo, siempre acompañados por Blacky, siguen ahí, en la Fenicia de Ponent; a tres tiros de piedra del malecón de la Barceloneta y, en consecuencia, a otros tantos del mar de la Sargantana. Las cosas les han ido bien y ahora viven con horaciana tranquilidad y burguesa dignidad. La edad amansa las pasiones.
Pájaro bobo está pensando dedicar la última estampa de su vida a su primera y acaso más auténtica vocación; la que dejó para dedicarse a cuidar de Margarita y sus hijos. Su amigo Píndaro dice que, después de leer tanto como tres o cuatro personas juntas y acumular los conocimientos de otras tantas, no estaría bien que renunciara a esa dimensión de su paso por la vida. Pájaro bobo no está del todo seguro, pues afirma que muchas de sus ideas y teorías ya están en la red y pueblan la logosfera. Acaso sea cierto que, en el momento de morir, uno es lo que ha pensado. Eso es posiblemente todo y lo único que queda cuando individuo e individualidad desaparecen.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no debe estar agradecido Pájaro bobo a quienes le condenaron a muerte civil de por vida?

Cainismo

Dos políticos de primera fila deciden dirimir sus litigios y de paso resolver los problemas nacionales a garrotazo limpio. El festejo se celebra en la plaza pública, llamada del Parlamento, que ha sido habilitada para la ocasión. Entrada gratuita para televidentes. Aunque nada más aparecer, ambos contendientes quedan hundidos en barro inglés hasta las rodillas y tienen los ojos vendados, se atizan con saña dirigidos y azuzados por sus subalternos, también llamados segundos. Los aficionados, divididos en dos bandos, jalean a su respectivo héroe, mientras los turistas llegados de los países vecinos —Galizia, Euskadi y Catalunya— piden sangre y más sangre, hasta que, hartos o satisfechos, empiezan a gritar todos juntos, como si fueran un solo pueblo y una sola nación: «¡Que se maten, que se maten!»

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿en qué país estamos?

Del cambio a la autodestrucción

El llamado cambio climático es en realidad un aspecto, tan grave como apremiante, del proceso de degradación de la biosfera puesto en marcha por el ser humano a partir de la Revolución industrial. En opinión de Pájaro bobo, aunque aquí la palabra «cambio» carece de contenido real ya que equivale a términos como, por ejemplo, nuevo curso o nuevo período, no se trata de un eufemismo inocuo o meramente estético sino de un fraude semántico alumbrado por una conciencia poco exigente en el plano ético y claramente dispuesta a engañarse a sí misma.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas:
¿Es imaginable que el ser humano ha sido creado para destruirse a sí mismo con todo lo que ha recreado a su imagen y semejanza a lo largo de los tiempos?
¿Qué se pretende ocultar con la inocua fórmula «cambio climático»?

Vera: veritas, veritatis

Rafael Vera, ex secretario de Estado de Seguridad, ha escrito y ha hablado.
En opinión de Pájaro bobo, y de acuerdo con lo visto, leído y oído, a Rafael Vera le ha faltado decir: «Yo era un funcionario del Estado y en mi actuación cumplía órdenes. Éstas me eran impartidas por mis superiores de viva voz [hay cosas que no deben escribirse] y/o en forma escrita».
Un funcionario es una pieza de una pirámide jerárquica o, como en este caso, un eslabón de una cadena de mando, y eso es lo primero [y en muchos casos lo único] que todo funcionario debe tener presente a la hora de dar cuenta tanto de cada uno de sus actos como de su comportamiento.

Dos preguntas ingenuas e intempestivas: ¿quiénes eran los jefes nominales y reales de Rafael Vera?, ¿qué órdenes le dieron?

Fenicios en acción

Con Estatuto o sin Estatuto, con un charneguete como presidente de la Generalidad de los catalanes o sin él, con relaciones internacionales o sin relaciones internacionales, con un botarate (carallot) o con cuatro botarates (carallots) haciendo el indio en la India, en Tierra Santa o en Kuala Lumpur, los fenicios siguen avanzando en alas de su política de la puta i la Ramoneta. Pájaro bobo dice que entiende la manera de pensar y actuar de los fenicios (denken und handeln), pero dice también que, con su cinismo, los púnicos ponen constantemente a prueba los nervios de él y, en menor medida, de cualquier otro observador mínimamente avisé y mínimamente exigente.
Pájaro bobo considera que siempre debe empezarse por aceptar la realidad, no por entenderla o tratar de entenderla; y que no debe confundirse estar o no estar de acuerdo con entender o no entender.
El fenicio, comerciante y colonizador —fundador-explotador de colonias y factorías—, posee un sentido práctico de las cosas que los indígenas de Hesperia no tenemos, y nunca hemos tenido. Por eso vamos siempre a remolque de él, que vive con un pie en tierra y otro en su barco, por encima del agua.
De hecho, muchos habitantes de la piel de toro siguen sin enterarse de que los fenicios llevan décadas trabajando —entiéndase intrigando y trapicheando— simultáneamente en dos frentes: la construcción de una nación monolingüe, monoideológica, monofrentista, adherida a España por uno de sus costados y en una sola y única dirección, una Cataluña —en lo sucesivo, por decreto siempre y sólo Catalunya— independiente y soberana, y una España hoy plural y mañana reducida a una serie de territorios sin estructura de Estado y sometida a sus intereses. Ése será el país ideal para nuestros fenicios; por él están trabajando y por él están haciéndonos trabajar.
En los Madriles, los fenicios llevan años creando lobbies y colocando agentes y topos en puntos de interés para ellos por unos motivos y de interés para nosotros por otros motivos.
Agentes o topos, ahí están lanzando sus mensajes a través de la prensa diaria de una y otra orilla del Ebro, río histórico y río simbólico.
Pájaro bobo viene siguiendo desde hace años la huella escrita de algunos de los topos fenicios afincados en el parque del Retiro o sus inmediaciones. Desde las Regás hasta los Juliana, pasando por los Papells, los Sopenas y los Puigs.
Enric Juliana posee una pluma dotada de un veneno de excelente calidad en sus efectos. Hábil, ingenioso y relativamente culto, este subalterno de Pujol exhibe un humor decididamente cáustico que permite entrever una tranca y retranca de envergadura. Todo un trabucaire de guante blanco y sonrisa púnica. Mirón del parque del Retiro, el tal Juliana es uno de los muchos topos que operan en los Madriles desde hace tiempo y con una finalidad clara y concreta: informar a sus jefes de lo que ocurre en la capital del país vecino y preparar el terreno a lo que ha de venir. Por su parte, el perillán Puig se dedica a amontonar palabras que luego endosa a los indígenas de la capital como criptografías de la literatura más culta y avanzada, mientras que la Rosa no desaprovecha ninguna ocasión que se le ofrezca, además de las que caza al vuelo y como de paso, para eliminar nombres y referencias a un país en el que ella actúa como enviada de la Generalidad. Comando Rosa de los cuatro vientos con pasaporte de feminista ilustrada.
En opinión de Pájaro bobo habría que empezar a hacer un recuento de los grupos fenicios, con sus respectivos efectivos, que operan en nuestra capital y nuestro país. Desde los medios de comunicación hasta la Administración del Estado, pasando por los diferentes ministerios, en especial Defensa y Economía. Pensemos por un momento en Narcis Serra.
A Pájaro bobo le consta que la Generalidad de los catalanes viene realizando desde hace años listas, constantemente actualizadas, de «elementos peligrosos, indeseables y anticatalanes a los que hay que eliminar», y, de hecho, ha ido eliminando y sigue eliminando. A ellas se suman las listas de las instituciones e instancias estatales y autonómicas que esa misma Generalidad planea asumir, por vía de transferencias descubiertas o encubiertas, en el plazo de diez años, momento en el que, según su timing, se producirá, a modo de hecho consumado, la independencia de Catalunya y la desintegración de España, bajo la fórmula oficial/oficiosa de soberanía compartida.
De todo lo vivido y observado hasta ahora, el blindaje de competencias de la Generalidad de los catalanes y el amago —así empiezan todas las traiciones— de anteponer el último estatuto catalán a la Constitución española de 1978 constituyen, en opinión de Pájaro bobo, las puntas de lanza de un proyecto que está punto de entrar en su última fase, una fase en la que ya no habrá retorno posible, point of no return. Al menos, para nosotros los españoles.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿a qué esperamos?

 

Los españoles y el condicional

El letrado Felipe González dice: «Si yo hubiera sido jefe de Gobierno, hubiera hecho lo mismo»,
y el ortógrafo (por polígrafo) de Pájaro bobo dictamina que «habla incorrectamentamente».
Debería (no debiera) haber dicho: «Si yo hubiera sido jefe de Gobierno, habría hecho lo mismo».
De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por Pájaro bobo, este error —construcción incorrecta de oraciones condicionales y oraciones con sentido condicional— aparece a menudo en las obras de nuestros escritores tanto de los siglos XIX y XX como de la actualidad. Y, evidentemente, también en la prensa escrita de las diferentes épocas.

Ejemplos:
«Si yo hubiera ido a la escuela, hubiera (por habría) aprendido».
«Hubiera (por habría) sido mejor que me hubiera quedado en casa».
«Nadie puede negar que eso hubiera (por habría) sido lo mejor».

Igualmente:
«Quisiera (por querría) un kilo de pan».

Según Pájaro bobo, la norma es: si en la prótasis o condición hay o hubiera un verbo en subjuntivo, en la apódosis o conclusión debe o debería (no debiera) haber un verbo en modo condicional.
Y, en su opinión, esa norma debería (no debiera) respetarse siempre.

A partir de aquí se levanta la veda y se autoriza la caza del gazapo.

La sonrisa de Judas: Rodríguez Zapatero frente al Estado de derecho, la Constitución de 1978 y el pueblo español de 2007

Es posible que la osadía de Zapatero sea aún mayor que su ignorancia. Es posible que su perfidia sea aún más profunda que la de todos los pseudonacionalistas periféricos juntos. Es posible que, una vez más, confíe en su buena estrella y en sus dotes de trapisondista consumado, aún no consumido. Es posible…

Pero, en opinión de Pájaro bobo, Zapatero debe hacer las maletas y marcharse cuanto antes. Aún puede tomar el último tren. Tal vez mañana sea demasiado tarde. Sólo hace falta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre sus actuaciones desde la redacción, la tramitación y la aprobación del Estatuo catalán hasta la puesta en libertad real, no nominal, de ese asesino y trabucaire llamado De Juana Chaos. Fraudes de ley sobre fraudes de ley. Todo ello para allanar y preparar el camino a la exaltación y glorificación no ya del terrorismo sino del crimen puro y duro.

Inteligente ignominia: el criminal erigido en héroe y sus víctimas olvidadas. ¿Y la ley?

En opinión de Pájaro bobo, el Tribunal Constitucional no debe demorar por más tiempo su intervención y debe pronunciarse si quiere cumplir con su obligación y salvar la Constitución de 1978 y con ella el Estado de derecho, Contitución y Estado de derecho que este pérfido e irresponsable discípulo de Maquiavelo y sus acólitos están destrozando con medidas según ellos inteligentes pero, al decir y sentir de la mayoría de los españoles, ni justas ni legales.

Tal vez sería útil e ilustrativo oír de nuevo qué piensan sobre el asunto maestros del juego político a tres bandas como, por ejemplo, Jordi Pujol, Josep Piqué, Maragall y Carod o analistas del ruedo ibérico tan sutiles, bien informados y desapasionados como Enric Sopena y Valentí Puig. Envoltorios y paripés aparte, lo que ellos digan será siempre lo contrario de lo que conviene a España y a los españoles.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿A dónde quiere llevar a España Zapatero?

A la vista del camino que ha emprendido y de los aliados e interlocutores que se ha agenciado, es momento de exigir su dimisión y su procesamiento; esperar a que hable o cante sería suicida, pues el angelito siempre ha actuado por vía de los hechos consumados. Y con la sonrisa de Judas en los labios.

Estado de derecho

Pájaro bobo opina que, en condiciones ideales, el Estado de derecho —sin espacio para heroicidades ni improvisaciones de tipo personal— funciona a velocidad de crucero con el mando automático. Con ese referente como terminus ad quem, las acciones y declaraciones de Rodríguez Zapatero y José Blanco con respecto al problema de ETA le parecen penosas y lamentables.

La ley, siempre y sólo la ley.

Pregunta ingenua e intempestiva: ¿creen estos dos subalternos que con cambiar el nombre a algo se altera su realidad?

¿Y si después resulta que no resulta?