El mal y el bien
Entiendo que, en términos humanos, el mal es necesario en cuanto que hace que el bien sea bien.
Mi pregunta es:
¿es el mal función del bien o es el bien función del mal?
Entiendo que, en términos humanos, el mal es necesario en cuanto que hace que el bien sea bien.
Mi pregunta es:
¿es el mal función del bien o es el bien función del mal?
Para mí, el hecho de que el himno de España no tenga letra es igual o peor que no tener himno. Una imposición ignominiosa e inadmisible de los separatistas y sus aliados. Me comprometo a componer mi himno de España y mi himno a España. Sólo necesito tiempo e inspiración. Procuraré que sea un himno patriótico, no ideológico, un canto a España de todos sus hijos, sin otra exclusión que la autoexclusión voluntaria.
Entiendo que con Pedro Sánchez el PSOE ha culminado su proceso de degeneración y desnaturalización. Ahora, ese partido no tiene nombre o, lo que es peor, tiene un nombre que no le corresponde; partido sí lo es y está, pero ni es obrero ni, mucho menos, español.
España necesita con urgencia un partido que siga la línea histórica de nuestra izquierda y sea homologable con las izquierdas europeas. Considero que es, entre otras muchas cosas, una cuestión de equilibrio social y político.
¿Y qué hacemos mientras tanto con Pedro Sánchez? Que conteste Felipe González.
Imagino que Enric Juliana se tiene por politólogo y polímata ilustrado y avisé. Dentro de esa misma línea, yo le tengo, en cambio, por escriba, confidente y recadero con rango de subalterno.
Como practicante contumaz del subterfugio dialéctico que hace algún tiempo bauticé con el sobrenombre de envolvente catalana, el muy púnico, cuando quiere atacar a alguien o algo, no lo hace ni directa ni personalmente, sino que recurre a una tercera persona, siempre de alto status en el ámbito de la cultura, la política o, en una palabra, el poder, que es la que de facto dispara o inocula el veneno a la víctima, conocida a efectos prácticos como el interfecto.
Verbigratia, el Papa Pablo VI (Giovanni Battista Montini) y el Papa Francisco (Jorge Bergoglio).
En la péñola de Juliana, hijo de Juliana, los dos Papas se convierten así en sendos arietes dirigidos al corazón de España.
Este hecho y la circunstancia de que hoy es 12 de octubre, Fiesta de la Hispanidad, me llevan a declarar una vez más que todas las instituciones autonómicas de Cataluña sin excepción son, a mi leal saber y entender, ilegítimas, ilegales, anticonstitucionales y antidemocráticas por prevaricación y fraude de ley de sus representantes en el acto fundacional.
Y, a partir de ahí, todas sus actuaciones hasta la fecha. Palabra de Ramón Ibero.
Parece ser que el plan (conjura) para acabar con España mediante un proceso de desintegración, disgregación, nihilización y suplantación sigue su curso.
Según vienen anunciando los medios del país desde algún tiempo, la ciudad de Cádiz será agraciada (¿próximamente?) con la sede del Tribunal Constitucional en atención a un hecho histórico de indudable relevancia, pues sus Cortes aprobaron la primera Constitución española en 1812. Esta circunstancia me lleva a maliciarme que la ciudad andaluza podría ser muy bien la sede de la primera y la última Constitución de España como Estado soberano.
Otras dos ciudades agraciadas en este reparto de instituciones estatales serán más que probablemente Barcelona, que albergará el Senado, y Valencia, que se hará cargo de la sociedad pública Puertos del Estado.
Dicen que con todo ello, y lo que venga, se quiere seguir (¿copiar?) el modelo federal alemán y se cita como prueba concluyente que en Alemania el Tribunal Constitucional está radicado en Karlsruhe, estado de Baden-Württemberg, no en Berlín.
Prescindo de causas que no conozco ni entiendo debidamente y decido creer que pertenezco al ámbito de la contingencia. Estoy, no soy. Algo, no alguien. Procedo de la nada pero aspiro a la eternidad por el camino de la inmortalidad.
¿Aberración de aberraciones? ¿Absurdo de absurdos?
Me pregunto si un español de la España profunda puede llegar a pensar como un catalán, aunque sea sólo por simulación, y me pregunto asimismo si hay algún español no catalán que haya conseguido entender en qué consiste el sentimiento de pertenencia de los catalanes.
Confieso que ambos asuntos, además de preocuparme como español, me han interesado por mi profesión, pues siempre he entendido que el buen traductor debe meterse, o al menos intentar meterse, en la cabeza del autor traducido y reproducir sus procesos mentales con fidelidad, en el bien entendido de que fidelidad significa en este caso y para mí respeto al texto e identificación con su autor.
Imagino que los separatistas catalanes, en concreto sus futurólogos, ideólogos, economistas y políticos empezaron a planear la destrucción de España
–desintegración por disgregación, nihilización, fagocitación y suplantación–
en tiempos del tardofranquismo. Furtivamente, desde dentro del Régimen. En sus catedrales, iglesias y conventos. pero no sólo. De momento, en dosis y fascículos. O, como decía mi madre, por estampas.
El gran salto cualitativo fue el Estado de las autonomías, traición criminal a España, el pueblo español y su historia. Ahora, la destrucción de nuestra Patria está en marcha. Incluso en fase avanzada. Estamos en plena suplantación de España, una nación que ya no existe, por una Cataluña con ambiciones imperiales por inventar.
Y, después, ¿qué?
De momento, ellos mandan y dirigen, nosotros ejecutamos sus órdenes.
Mi vergüenza es infinita, pero no sé hasta dónde alcanza mi responsabilidad.
Sé que, entre separatistas, la deslealtad es seña de identidad y, como proclamación del sentimiento de pertenencia, acto de reconocimiento y lealtad.
¿Qué puedo deciros si, por lo que sé de vosotros, habéis nacido para mentir y habéis convertido vuestra existencia en una interminable e infame conjura de conjuras?
Entiendo que, en vuestro caso, lo que es delito grave es también pecado mortal.
Me permito recordar a los responsables del diario ABC que el idioma oficial de España es el español, siempre y sólo el español.
En mi opinión, el castellano dejó de ser equivalente de el español en el mismo momento en el que los separatistas catalanes decidieron utilizarlo como subterfugio para eludir toda mención directa y unívoca de España y lo español.
Mientras el conjunto de la humanidad avanza decididamente hacia la globalización, lo que un día fue España decide convertirse en una anacrónica y autodestructiva Babel.
¿Por qué?