Artículos de mayo de 2008

España

Dos de mayo de 2008

Una nación-Estado con diecisiete Autonomías y otros tantos Gobiernos y otros tantos Parlamentos, cada uno de ellos con capacidad de decidir y actuar por su cuenta, no es una nación-Estado sino una Torre de Babel en trifulca permanente hasta que salte por los aires. Una torre de Babel en trifulca permanente tiene que saltar necesariamente por los aires sin tardar mucho.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué puede hacer en estas circunstancias un español que no acepta la ruina de su patria?

Zapatero y Chacón, delincuentes

Más allá de las bromas de mal gusto

En opinión de Pájaro bobo, el hecho de poner a Celestino Corbacho al frente del Ministerio de Trabajo podría ser, simplemente, una treta o incluso una broma de mal gusto, pues, al margen de aptitudes y saberes, el extremeño no es ni un traidor ni un quintacolumnista; es simplemente alguien a quien se coloca ahí para que haga bulto con la consigna de que no abra la boca. Pero en el contexto actual, con el bolchevique Montilla intrigando constantemente desde el otro lado de la empalizada o, por mejor decir, desde la orilla izquierda del Ebro, siempre controlado, vigilado y azuzado por Pujol ben Gurión, Sumo Sacerdote del Sanedrín catalán, esa treta o broma de mal gusto alcanza rango de temeridad y provocación inadmisibles. En definitiva, dejar una parte de la actividad de los españoles en manos de un analfabeto funcional es un delito que pesa sobre el contratante y el contratado. Y, en opinión de Pájaro bobo, lo que este último debería haber hecho, y aún debería hacer, es renunciar al cargo por incompetencia manifiesta.
Infinitamente más grave e inadmisible es poner a una separatista militante y confesa al frente de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire. A la vista de tamaña monstruosidad, Pájaro bobo le preguntaría a su contratante: «Dime, vil zapatero, ¿qué has visto y qué no has visto en esa persona para confiarle el cargo?» Como en el caso de Corbacho, la militara (así llamaban en Plasencia a toda esposa de militar años ha) no debería haber aceptado el cargo y ahora, una vez aceptado, debería renunciar a él si tuviera un mínimo de dignidad y sentido de la coherencia ideológica, aunque la verdad es que los separatistas catalanes, practicantes de la doctrina fáctica contenida en su dicho peix al cove
(traducción libre: ya lo tengo en el garlito), nunca se distinguieron por su dignidad y por su orgullo. Con esa escenificación, Zapatero, al frente de un Consejo de Ministros con visos de gineceo, y la militara Chacón, tras su doble traición (a sí misma y a los españoles), han alcanzado niveles de indignidad inaceptables y claramente punibles.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿tiene que ver el nombramiento de la Chacón como ministra de Indefensa con esa operación de acuerdo con la cual los separatistas catalanes se comprometen a apoyar a Marruecos en su reividicación de las ciudades de Ceuta y Melilla, amén de isla Perejil, si a cambio Maruecos apoya a Catalunya para que sea reconocida como Estado soberano por éste y otros países árabes?

2 de mayo de 1808 y 2008: héroes y traidores

Lecciones del pasado y del futuro

Pájaro bobo sugiere que de la misma manera que los españoles conocemos y honramos la memoria de aquellos compatriotas nuestros que defendieron heroicamente a España en 1808, desde Daoíz y Velarde hasta el Empecinado, pasando por Agustina de Aragón y tantos otros, ahora deberíamos conocer y difundir los nombres de los integrantes del Tribunal Constitucional que, con su traición, están dispuestos a acabar con España y su historia.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿marcará el año 2008 el fin de la independencia de España como patria histórica de todos los españoles?

Preguntas al Tribunal Constitucional

Sin preámbulos

¿Pertenece o no pertenece el Preámbulo del Estatuto de Cataluña al Estatuto de Cataluña en cuanto documento jurídico?
En otras palabras: ¿está dentro o fuera de él? Ejemplo: Estatuto de Cataluña. Preámbulo. Artículos.
¿Tiene o no tiene contenido semántico el término nación referido a Cataluña en el Preámbulo del Estatuto de Autonomía?
¿Qué dice el contenido semántico del término nación referido a Cataluña en el Preámbulo del Estatuto de Cataluña?
¿No es cierto que, aunque no tenga valor jurídico efectivo y actual, el término nación referido a Cataluña en el el Preámbulo del Estatuto de Cataluña posee un valor real que puede hacerse efectivo y actual posteriormente?
¿Sabe el Tribunal Constitucional que, si posteriormente se decide que el término nación tenga valor jurídico efectivo y actual, esa decisión corresponderá siempre y sólo al Parlamento de Cataluña?
¿Dónde se hace constar que el término nación referido a Cataluña en el Preámbulo del Estatuto de Cataluña ni tiene ni puede tener nunca valor jurídico?
¿No sabe el Tribunal Constitucional que el término nación ha sido y es siempre la base de sustentación del concepto de Estado soberano?
¿No sabe el Tribunal Constitucional que, en este caso, el término nación, referido a Cataluña, es el punto de partida de una nación como base de sustentación de un Estado soberano?
¿No tiene derecho el pueblo español, sujeto de la soberanía nacional, a proceder legalmente contra el Tribunal Constitucional si aprueba un texto estatutario que vulnera sus derechos como sujeto único y absoluto de la soberanía nacional? Cargos posibles: deslealtad al pueblo español y a la Constitución de 1978, prevaricación, fraude de ley, vulneración de secretos profesionales que afectan a la soberanía nacional.
Pájaro bobo opina que, en cualquier caso, el pueblo español como sujeto único y absoluto de la soberanía nacional puede y debe rechazar un texto estatutario que vulnera ese derecho, derecho que le corresponde total y exclusivamente en tanto conserve su condición de sujeto de la soberanía nacional y esté vigente la Constitución de 1978.

¿Cuántos monstruos hay en cada uno de nosotros?

A propósito de Josef Fritzl

Pájaro bobo considera que, visto con ojos humanos, todo ser vivo es una combinación aleatoria nacida, a su vez, de una cadena de combinaciones aleatorias. De acuerdo con esa combinación, cada ser vivo es él y los que lleva dentro.
Para el ser humano todo ser humano es, en principio, responsable de sus actos. A efectos prácticos de vivencia, convivencia y supervivencia parece que tiene que ser así, parece incluso que no puede ser de otra manera. Todos somos responsables porque los demás nos han declarado responsables, de la misma manera que nosotros hemos declarado responsables a los demas. Pero está claro que en el fondo nadie es responsable de nada. No nacemos, nos nacen. Nos engendran, nos alumbran, nos arrojan al mundo. Justamente en eso consiste el Dasein. Cada ser está sujeto temporalmente a un Dasein que le es, a la vez, propio y ajeno; un Dasein que no eligió. Pájaro bobo quiere creer que nadie ha elegido ser un monstruo.
Podemos y acaso debemos imaginar que a los ojos de Dios, en cuanto diseñador inteligente, una criatura suya ni es responsable ni puede serlo. Podemos y acaso debemos imaginar que a los ojos de Dios, en cuanto diseñador inteligente, todo ser es una combinación única y necesaria. La que es y existe en su espacio y su momento. Fritzl es Fritzl, Einstein es Einstein, Francisco de Asís es Francisco de Asís.
Pájaro bobo considera que debemos aprender a vivir con nuestros monstruos y sobre todo a imaginar que podemos controlarlos. En eso consiste, cree él, nuestro equilibrio psíquico como seres alienados.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿hay o puede haber un ser alienado que no tenga sus monstruos?

Rodríguez Zapatero, entre el bazar y el mercadillo

¿Dónde quedan los tiempos en los que las ideologías eran cosmovisiones? Dónde quedan las cosmovisiones alumbradoras de universos mágicos y utópicos cada vez menos injustos, cada vez menos inhumanos, cada vez menos monstruosos, cada vez más racionales, cada vez más cósmicos, cada vez más reales?

La izquierda española, la menos consistente de las izquierdas europeas en el plano intelectual, ha seguido, en los últimos cuarenta años, una derrota marcada por el envilecimiento. Hoy no sólo no tiene ni retiene nada de las viejas utopías —una sociedad sin opresores ni oprimidos en un mundo mejor o, como mínimo, menos malo —, sino que incluso se ha despojado de los últimos atributos de su dinámica operativa basada en la solidaridad humana y para sobrevivir ha hecho suyos algunos de los recursos menos nobles de lo que Pájaro bobo ha bautizado con el nombre de capitalismo trapisondista. Rodríguez Zapatero se mueve ahora, y de hecho se ha movido siempre, entre el bazar y el mercadillo. En otro tiempo, eso habría sido definido posiblemente como una rara especie de eclecticismo y/o sincretismo; hoy es transversalidad ideológica y económica.
Despojado, ¡liberado!, del cuerpo ideologico y operativo del socialismo histórico, Rodríguez Zapatero comparece ante el pueblo español dispuesto a ganar las elecciones generales con un repertorio de ofertas del tipo todo a cien: el low price como fórmula de una nueva política y una nueva economía. Y el muy tunante gana las elecciones. A Solbes, ministro que debía ser de finanzas, le encarga que por nada del mundo descubra lo que nos espera el día depués. Y el hombre se aviene. Parece ser que fue Montoro quien, no hace mucho, dijo, más o menos: «Lo peor de él [Solbes] es que está al servicio de la desintegración de España». Y es cierto. Además, para abrir boca, ahí van cuatrocientos euros por cabeza. ¿No es eso fraude y como fraude delito? ¿Puede alguien disponer a su antojo del dinero de los españoles, un dinero que ni ha ganado ni tiene ni es suyo? En opinión de Pájaro bobo, eso era delito y sigue siendo delito. Que se lo hagan mirar, y mirar bien, los responsables del PP, pero, por favor, que no se les ocurra acudir al Tribunal Constitucional. Ése está reservado a los separatistas.
Nuestro zapatero ha demostrado, como demostró en su momento el cínico y amoral Sarkozy, que, hoy en día, ni para ganar unas elecciones ni para gobernar hace falta tener una ideología y ser fiel a ella. En realidad, eso es lastre. Rodríguez Zapatero ni tiene ideología ni tenía programa electoral. Y, a decir verdad, no necesita ni lo uno ni lo otro. Le basta con un lote de ofertas. En política, el debate ideológico ha cedido su lugar de privilegio a las campañas de marketing. Y mañana, ¿qué? Solbes, contesta.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuánto tiempo pueden vivir los españoles con una política económica de bazar y mercadillo basada en propuestas del tipo todo a cien?

De la crisis del PP a la crisis de la nación

Si no queremos pensar, podemos limitarnos a pensar que la crisis económica actual es una más en la cadena de crisis que la economía mundial, capitaneada por Estados Unidos, experimenta periódicamente para bien de todos, pues cada crisis facilita la adaptación del sistema a las condiciones del momento y de ese modo mejora sus expectativas de vida y supervivencia. No hay economía mundial sin crisis y sin crisis, probablemente, ya no habría economía mundial, al menos de acuerdo con el modelo actual.

Ahora es relativamente fácil ver cuándo y cómo empezó la última crisis del Partido Popular. Lo que no sabemos, y acaso tampoco haga falta, es cuándo y cómo va a terminar. Sabemos que todo empezó tras la victoria del PSOE en las pasadas elecciones y sabemos asimismo que, a partir de ese momento, comenzaron a tomar posiciones y a hacer uso de la palabra los elementos que querían aprovechar esa coyuntura para asomar la cabeza y, a ser posible, el cuerpo entero. Guerra de intrigas y conjuras. En esa situación, Hände weg! ¡Manos fuera! Y a esperar.
Parece ser que está en entredicho el llamado núcleo duro del PP, ese núcleo en el que Josep Piqué, siguiendo instrucciones y órdenes del Sanedrín catalán, había puesto el ojo para hacerlo saltar por los aires tan pronto como se le presentara la ocasión. Y la ocasión ya está aquí. Desmantelado, o poco menos, el PP de Cataluña, ahora hay que desmantelar el PP de lo que ellos llaman Madrid. Ya veremos. En cualquier caso, malo para el PP y malo, sobre todo, para España y los españoles.
En opinión de Pájaro bobo, la crisis del PP se inscribe, a escala nacional, en la batalla por el Estatuto de Cataluña, un estatuto que es más que un estatuto y, tal vez, incluso más que una constitución. ¿Tiene la Constitución española de 1978 cláusulas blindadas? En 1808, los españoles pudieron luchar y morir por su patria. Ahora, en el año 2008, eso ni es posible ni, probablemente, tiene sentido, pues, como ha dicho Narcis Serra, ex ministro de Indefensa, «nuestro futuro se debate a miles de kilómetros de nuestras fronteras».
Mientras tanto, la crisis económica sigue cebándose en las zonas más pobres y empobrecidas del planeta. Entre nosotros ya han empezado a notarse sus consecuencias. Todos sabemos que los tiempos peores están por llegar, y llegarán.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué quedará de España después de la crisis del PP, la batalla por el Estatuto de Cataluña y la crisis económica mundial?

Rosa Díez, la Brava, en primer plano

En un país en el que abundan los tramposos y los marrulleros, escribo desde la orilla occidental del mar de la Sargantana, tener las ideas claras y hablar con claridad puede ser, y de hecho es, una desventaja: la tropa ni lo entiende ni puede entenderlo ni quiere entenderlo

Rosa Díez hace honor a su estampa y comparece en la plaza pública para pedir la disolución de los ayuntamientos sometidos a la obediencia de la filoetarra Acción Nacionalista. Defensa de la democracia y de la Constitución con la ley en la mano. Todo un ejemplo, un ejemplo tan triste como esperanzador. Mientras tanto, el PP sigue atrapado en una crisis autodestructiva y el PSOE se busca la vidilla en asuntos menos comprometidos y menos comprometedores. Zapatero nunca se ha distinguido ni por su lealtad ni por su claridad de ideas. Y es sabido que nadie da lo que no tiene.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿estará ligado el destino de España al destino de Rosa Díez y su partido?

El modelo catalán: autolegitimación e independencia

A Francesc de Carreras, ciudadano y catedrático de Derecho Constitucional, para que lea y se entere

El modelo catalán no sólo se está imponiendo en su parcela territorial sino que incluso está sirviendo de referente a otras regiones, presas del efecto dominó y faltas de dirigentes políticos con visión de Estado y auténtica conciencia nacional. El presidente de la Junta de Extremadura está dispuesto a entrar al trapo, léase engaño, y verse las caras con su
counterpart catalán

Años setenta del siglo XX. En una región española con seis millones de habitantes y dos comunidades sociolinguísticas, una catalanohablante y otra hispanohablante, la primera, integrada aproximadamente por el 48% de la población, se prepara furtivamente la jugada y, tras copar todos los partidos políticos, pone al frente de ellos a personas adictas al nuevo régimen. Catalanistas, separatistas e independentistas son minoría pero, apenas iniciada la transición democrática, controlan toda la actividad pública y en especial los partidos políticos de la región, Comunidad Autónoma o futura nación. A fortiori o como coartada y prueba de buena voluntad, dejan que los charnegos formen, ¡momentáneamente!, un partido en el que se alojen o se reubiquen desde las viejas glorias del franquismo hasta cuatro exaltados a los que ellos se encargan de bautizar y desacreditar como nazis y fascistas. En Cataluña, con más de cuatro millones de hispanohablantes, éstos carecen de una representación política mínimamente proporcional. La actividad política está en manos de los catalanistas en una proporción del 90% con tendencia al 100%.
Y si los partidos políticos son (casi) exclusivamente catalanistas, el Parlamento de Cataluña también lo es. Por lo tanto, no es ni democrático ni representativo de la población de Cataluña, formada, como queda dicho, por dos comunidades sociolingüísticas. Tampoco son ni pueden ser democráticas y representativas las leyes y las disposiciones legales emanadas de ese Parlamento, en especial el llamado Estatuto de Cataluña, elaborado, tramitado y aprobado exclusivamente por representantes de la comunidad de lengua catalana, no sólo sin el conocimiento, la intervención y la participación proporcional de la población de lengua castellana de la Comunidad Autónoma sino además en contra de ella, concretamente en contra de los derechos de sus miembros como individuos y en contra de los derechos de la comunidad como colectivo.
Ahora, ese Parlamento, formado exclusivamente por catalanes catalanistas, no sólo se arroga el derecho de declarar unilateralmente la independencia de Cataluña sino incluso de imponer esa independencia a la comunidad de lengua española, que, a pesar de todas las maniobras de los dirigentes catalanistas, todavía hoy sigue siendo mayoritaria.
El primer capítulo de esta historia terminará en el momento en el que el Tribunal Constitucional dé por bueno y refrende el Estatuto de Cataluña, un estatuto, repetimos, fraudulento ab origine en cuanto que está basado en una cadena ininterrumpida de fraudes de ley.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es posible que con esos antecedentes el Tribunal Constitucional avale el Estatuto de Cataluña y el Parlamento de esta Comunidad Autónoma se autolegitime y declare unilateralmente la independencia?

Economía y política: el peor de los casos posibles

Hay un método de análisis prospectivo que se basa en imaginar a priori el peor de los casos posibles que pueden darse [the worst case szenario] y fijarlo como situación a la que se puede llegar y hay que procurar no llegar. Una vez fijado correctamente el peor de los casos posibles, se puede empezar a pensar que cualquier situación que se presente en el futuro estará comprendida entre la situación inicial y la correspondiente al peor de los casos posibles. Siempre, repito, que éste haya sido fijado correctamente.

El señor Solbes dice ahora no sólo que no previó la situación económica que iba a producirse en el espacio de pocos meses sino además que se trataba de «turbulencias financieras difíciles de prever». Dado que hablamos de un asunto muy grave, Pájaro bobo reprime la risa y se pone serio. La economía de la nación, en manos de un hombre que, a pesar de estar asistido por un cuantioso y costoso equipo de especialistas, ni siquiera había previsto la posibilidad de que se produjera una crisis económica, cuando la tormenta ya se cernía sobre nuestras cabezas y no nos dejaba ver el horizonte. Para verlo, a él le habría bastado con dejar que, en su mente, palabras como desaceleración y recesión cedieran el sitio a una palabra tan sencilla y tal real como crisis. Al igual que otras muchas veces, a la postre aquí  se impuso la realidad, y Pájaro bobo se refugió en la economía de subsistencia: fuera gastos superfluos, fuera hipotecas, fuera inversiones trampa.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuál sería el peor de los casos posibles en política y en economía para España y para los españoles?

Tres razones para un cambio de modelo

Cuando se llega a una situación límite es conveniente, a veces incluso necesario, percibir que no se puede seguir adelante por el mismo camino. Entonces hay que cambiar de tren, de vía y/o de destino. En la situación actual, si los españoles no lo ven o, viéndolo, siguen adelante por el camino emprendido a partir de la Transición, es muy posible que hayan firmado su sentencia de muerte, una sentencia de muerte inexorable y a fecha fija para ellos y para España.

No puede ser casualidad, ni debe de serlo, que Ibarretxe pida, reclame y exija, en este preciso momento, una entrevista con Zapatero, el de las promesas a fondo perdido, para presentarle su plan soberanista.
Y no puede ser casualidad, ni debe de serlo, que Montilla pida, reclame y exija, en este preciso momento, la puesta en práctica del modelo de financiación prometido por Zapatero, junto con la entrada en vigor del Estatuto de Cataluña.
Una vez más, los separatistas se unen para presentar coordinadamente sus reivindicaciones ante el gobierno de España cuando perciben que es más débil y no puede contar con el apoyo del segundo partido nacional, sumido como está en una grave crisis interna. Precisamente por eso, España no debe ir cediendo ante el chantaje/acoso de los separatistas hasta caer derrotada. Es necesario que se produzca una reacción, una reacción y un cambio estratégico, no meramente táctico, que termine con las tensiones centro-periferia y su dinámica. Si el gobierno de España representa a la inmensa mayoría de los españoles, debe hacer honor a esa realidad con una política realmente soberana y democrática, dos condiciones que ahora no cumple.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿cuándo se enterarán los españoles de que en una democracia no es ni lícito ni democrático ni racional que la existencia de la nación-Estado y sus actividades estén a merced de minorías contrarias al interés general de la sociedad?

Frente catalán: eje horizontal, eje vertical

Instalado e incomunicado de por vida en su búnker de pladur, Pájaro bobo observa por uno de sus ojos de buey, casi more platonico, las figuras que se mueven delante de él, a varios metros por debajo de su barbilla. Primero, el Menesteroso, que acude con condumio para los gatitos (superinos) de la casa Misteriosa. Después, algunas flâneuses burguesas con sus animales de compañía y, por último, cientos de travellers de la estación de ferrocarril. Estamos a cuatro estaciones de la Barceloneta y la ciénaga, otrora mar y piélago, de la Sargantana. Pájaro bobo observa, lee y medita…

Lo sabíamos, pero ahora, además de saberlo, tenemos pruebas. El anafalfabeto Celestino Corbacho, ministro sin instrucción ni cartapacio, se ha apresurado a expresar su júbilo por el hecho de que Cataluña sea reconocida como nación. ¿Acaso pertenece a ella? Y si no pertenece a ella, ¿por qué se alegra? Miserable, miserable.
La carpanta Xacó, ministra de Indefensa, ha seguido al corbacho extremeño y, respondiendo a las órdenes impartidas por el Sanedrín catalán, ha manifestado el deseo de que se cumpla el calendario político exigido por su jefe, el renegado Montilla. Éste intenta ahora formar un frente catalanista en la capital del Reino incorporando a él los 25 diputados del PSC (Partido de Separatistas Catalanes) en el Congreso. Así tendríamos que, mientras en Cataluña los partidos catalanistas cubren todo el espectro político-social de acuerdo con una distribución horizontal, ahora esos mismos partidos, después de realizar un giro de cuarenta y cinco grados, se alinean de acuerdo con un eje vertical para seguir formando, además de un bloque compacto, un frente único y unificado contra el Gobierno de España y, en definitiva, contra España.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿vamos a estar constantemente los españoles a merced de los separatistas, siempre tramando intrigas y conjuras?

Belloto-Bellotari: Extremadura y el futuro de España

En opinión de Pájaro bobo, belloto por parte de madre alimentado parcialmente con bellotas durante su infancia y aferrado idealmente de por vida a su patria chica a pesar de todas las emigraciones y todos los destierros, los razonamientos del ex bellotari Rodríguez Ibarra son lineales, poco matizados y, si se quiere, poco retorcidos. El suyo es un lenguaje esencialmente binario, elemental, con campos de colores primarios como un cuadro de Miró. Precisamente por eso, Pájaro bobo comprende el lenguaje del ex bellotari y, precisamente por eso, comparte sus ideas capitales. No en balde a ese mismo ex bellotari se debe en gran parte que Extremadura sea conocida en el mundo como promotora de Linux (software libre). Estamos en la era de la informática y de las realidades virtuales ajenas a barreras artificiales e irracionales. Fuera prejuicios atávicos.
A estas alturas de nuestra democracia, Rodríguez Ibarra es plenamente consciente de la situación interna de España y del peligro que para su futuro representa el separatismo, a pesar de que él lo llame nacionalismo. Y aboga, sin citarlo textualmente, por un pacto de Estado, sin limitación ni en su contenido ni en su duración, entre el Partido Socialista y el Partido Popular para hacer frente o, como él dice, frenar a los nacionalistas. Pájaro bobo considera que eso, frenar el separatismo, debería ser una primera medida. La solución definitiva e integral del problema y su conversión en un plus pasaría, a su modo de ver, por un proyecto nacional que, impuesto por elevación, hiciera ver a los separatistas no sólo que no tienen otra alternativa sino también, y de manera especial, que la mejor alternativa para ellos en todos los sentidos y a todos los efectos es integrarse voluntaria y lealmente, sí, lealmente, en el conjunto de España. Extremadura como referencia mundial de software libre podría y acaso debería ser ejemplo y punto de partida.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede convertirse España en un polo de atracción para todos sus hijos, incluidos los más díscolos, gracias a un proyecto nacional impulsado por las nuevas tecnologías?

La rebelión de los subalternos

De las diversas acepciones de subalterno que especifica el diccionario de la Academia de nuestra lengua al definir esta palabra, Pájaro bobo se queda con la que, referida a la tauromaquia, enseña: «Torero que forma parte de la cuadrilla de un matador». Luego, tomando como base la relación entre torero de cuadrilla y matador, él formula su propia definición, que dice. «Subalterno: dentro de una estructura jerárquica o jerarquizada, cargo o trabajo con respecto al cargo o al trabajo de rango superior; igualmente, persona que ejerce un cargo o realiza un trabajo con respecto a la persona que ejerce un cargo o realiza un trabajo de rango superior en autoridad». «Productores con respecto a su jefe o sus jefes».

Rodríguez Zapatero, persona esencialmente amoral y desleal, nos ha demostrado con triunfos en la mano que para ganar unas elecciones no hace falta ni ideología ni programa electoral propiamente dicho.Todo eso son antiguallas. Basta con una inteligente y agresiva campaña de marketing al servicio de dos lotes de promesas: un lote de promesas para los electores-votantes y un lote de promesas para los partidos políticos a los que hay que sumar a la causa o neutralizar en bien de la causa. Las promesas dirigidas a los electores-votantes se inician con un vale de 400 euros para abrir boca y una declaración del ministro de Economía para cerrar la boca a todo aquel que pretenda llevarle la contraria. Las promesas reservadas a partidos políticos (falsos aliados y separatistas auténticos) quedan lógicamente para después de las elecciones. El primero en exigir el pago de lo prometido es el bolchevique Montilla, representante del PSC (Partido de Separatistas Catalanes de cuño maragalleano), que consigue endosar al vil zapatero dos agentes «nominados» por el Sanedrín catalán: el analfabeto Corbacho como ministro de nada y la separatista Xacó, como ministra de Indefensa. Después del bolchevique charnego, el filoetarra Ibarretxe pide audiencia y el vil zapatero, muy en su papel y en su elemento, le da largas, hasta que el vasco canta y le exige lo prometido, aportando detalles y pormenores para refrescarle la memoria. Pero, como para entonces el vil zapatero ya ha ganado las elecciones y por lo tanto ha conseguido su objetivo, se quita de encima el muerto, y con él todos los muertos que están en la lista de espera, apelando a la Constitución y al patriotismo de los españoles. Y colorín colorado, esta campaña se ha acabado.
Mientras tanto, los partidos perdedores entran en crisis y los más débiles quedan a merced de enemigos naturales y depredadores ocasionales. En el Partido de los Ciudadanos, los dos principales subalternos culpan al jefe, Albert Rivera, de la derrota en las elecciones y piden abiertamente su destitución/sustitución. Lógico. El muchacho, que no es tonto, se defiende y llama a los suyos. Lógico. ¿Resultado? El partido queda deshecho. Lógico. ¿Obra de topos y agentes doble?
Por entonces, el Partido Popular lleva meses sumido en la crisis, y es sabido que en política, como en fútbol, toda crisis va acompañada de una o varias purgas. Una subalterna con mando en la capital del Reino quiere aprovechar la oportunidad para hacerse con el poder. Juega fuerte y con astucia, sin elegancia, pero ella está convencida de que le ha salido bien la jugada porque sobrevive. Y continúa en la brega. El jefe se deshace con relativa facilidad de varios subalternos que ahora son lastre y ayer eran pilares muy sólidos y muy populares. Parece que el jefe resiste, pero, de pronto, en las sombras emerge la sombra de Josep Piqué, subalterno fenicio y traidor de traidores. Ahora ya sabemos dónde estamos y por dónde va el juego. Dos posturas: una nítidamente española y otra nítidamente indefinida, confusa, oportunista. Y el jefe en medio. ¿Como árbitro o como víctima? Asistimos a la rebelión de los subalternos en el patio de los populares. María San Gil se va, pero no se calla.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué quedará del Partido Popular después de la rebelión de los subalternos?

Ibarretxe y Montilla, ¿mensajeros o delincuentes?

Si trazáramos una línea vertical, recta o casi recta, e inscribiéramos a un lado (A) los que están a favor de la destrucción de España y a otro (B) los que están en contra y a favor de su unidad y su persistencia como nación y Estado, posiblemente tendríamos ocasión de ver que al campo A pertenecen no sólo los etarras y los filoetarras directos, amén de toda la caterva de separatistas vascos y catalanes desde Ibarretxe y Montilla hasta el abad de Montserrat y el obispo emérito Setién, sino también miles de individuos anónimos, oportunistas y/o cobardes, mientras que el campo B queda reservado a los que están dispuestos a declararse españoles sin complejos y, en muchos casos, con riesgo de sus vidas. Hoy, ser español en España, al menos en ciertas zonas, es un delito y un peligro. En las Vascongadas de los trabucaires y en la Cataluña del peix al cove, un español es, como mínimo, un bulto sospechoso.
Días pasados, Ibarretxe pidió audiencia Zapatero con intención de presentarle el pliego de condiciones que éste había aprobado ¿y firmado? en tiempo de elecciones, y el tal zapatero le contestó: «¿De qué pliego y de qué condiciones me hablas?» Y, entonces, los etarras, que estaban pendientes de la respuesta zapateril al mensaje de su mensajero, el tal Ibarretxe, le recordaron el contenido del pliego y todas las condiciones como han hecho siempre, a trabucazo limpio. ¿Es Ibarretxe, además de mensajero de ETA, cómplice de criminales y, por lo tanto, criminal en cuanto colaborador libre, consciente y deliberado de ellos? ¿Y cuál es la responsabilidad de Rodríguez Zapatero en los crímenes de ETA?
Con anterioridad, José Montilla, presidente de la Generalidad de los separatistas catalanes, ya había comparecido ante el subsodicho zapatero con el pliego de condiciones que había elaborado para la ocasión el Sanedrín y que recogía las partidas del precio total que el Gobierno debía y debe pagar por el apoyo del PSC (Partido de Separatistas Catalanes) en las elecciones de marzo pasado. La operación se inscribe en el desembarco catalanista en la capital del Reino. Ahora ya hay un bloque compacto dispuesto a actuar dentro del Gobierno de la nación como activo y eficiente caballo de Troya: además del analfabeto pero sumiso Corbacho y la peligrosa Xacó como ministra de Indefensa y probable sucesora de Rodríguez Zapatero, entre veinte y treinta agentes distribuidos en los diferentes ministerios con cargos de responsabilidad. Su misión incluye tareas como espiar, controlar, bloquear, informarse e informar pero sobre todo aprender para después aplicar en el gobierno de su país de origen los conocimientos adquiridos. Concluida su gestión, el bolchevique Montilla espera, además de la aprobación íntegra del Estatuto de Cataluña, la primera remesa de dinero a cuenta de la nueva financiación y la inmediata puesta en marcha del plan RENOVE.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se puede ser deliberadamente mensajero de criminales y delincuentes sin ser delincuente?

Crisis económicas, crisis ideológicas

A los ojos de Pájaro bobo, outsider y Einzelgänger a un mismo tiempo, tenemos derecho a pensar, aunque sólo sea por conocimiento de la ley de la inercia y de nuestra historia reciente, que la crisis económica que ahora empezamos a sufrir no será ni la última ni la peor de las crisis de la economía de mercado, hoy única superviviente y única existente. Asentada en el modo de producción europeo, la economía de mercado ha sido comparada con el mítico Ave Fénix en atención a su capacidad de autorregeneración y supervivencia. De hecho, las crisis pueden y acaso deben interpretarse como adaptaciones periódicas, impuestas por la fuerza de los hechos, a las condiciones socioeconómicas imperantes en un momento dado. Cada crisis marca el fin de una etapa y el principio de otra. Evidentemente, mientras dure el sistema, mientras se mantenga el modelo, mientras haya petróleo, mientras el motor de todos nuestros motores funcione con petróleo, mientras no haya otro combustible, mientras los seres humanos necesiten del movimiento para comunicarse, mientras no accedamos a una realidad virtual plena y total. Mientras haya políticos y los políticos nos amarguen la vida…
Fortuita o no fortuitamente, la crisis desencadenada en el seno del Partido Popular por la pérdida de las elecciones de marzo ha venido a coincidir con una crisis económica mundial. Y si esta última alcanza ya proporciones que escapan al control humano, la crisis de nuestro partido conservador está tomando un giro cada vez más complicado y cada vez más imprevisible, hasta el punto de que a los ojos de un observador ajeno y distante va apareciendo por momentos como una guerra de todos contra todos. En esas circunstancias no es ni fácil ni aconsejable intervenir, por la sencilla razón de que, muy probablemente, toda nueva intervención no hará otra cosa que aumentar la confusión y prolongar el caos. Eso es, al menos lo que nos enseña la experiencia. A pesar de ello, Pájaro bobo intenta descubrir algunas líneas de fuerza que tratan de imponerse y marcar el futuro indirizzo ideológico del partido, que, en su opinión, es lo que en definitiva está en entredicho, aunque después las ideas sean transformadas en pura y dura mercancía electoral. Precisamente por eso, los críticos más cínicos gritan: «Tenemos que cambiar de táctica para conservar el núcleo de nuestro mensaje y la orientación básica de nuestra ideología». A partir de ahí, unos miran al centro, que es la izquierda, y otros miran a la derecha, que es la extrema derecha, pero todos piensan en Cataluña. Una vez más, los separatistas se erigen y son erigidos en la pieza clave del laberinto español. Con ellos, sin ellos o contra ellos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué tiene que ver Rosa Díez con la crisis del Partido Popular y muy especialmente con el futuro de España?

Paul Preston y nuestra historia reciente

El inglés Paul Preston lleva años estudiando nuestra historia reciente, empeño tanto más digno de encomio cuanto que parece estar inspirado en el afecto a España y a lo español. Como su último libro, El gran manipulador, se centra en la figura de Franco, Pájaro bobo le ofrece un par de ideas que, por lo que ha podido comprobar, no figuran en la bibliografía al uso.
Tanto en el plano biográfico como en el político, la trayectoria de Franco presenta una marcada y curiosa diferencia con respecto a las trayectorias de Hitler y Mussolini en esos mismos planos. Es lícito e incluso plausible pensar que en un primer momento, Franco, militar con un brillante expediente, pone precio a la intervención española en el conflicto bélico junto a las fuerzas del Eje y que, al no ver atendida debidamente su demanda, opta por seguir el curso de los acontecimientos. Esto le permite, primero, sobrevivir incólume a la Segunda Guerra Mundial y después, cuando ya se ha consumado la derrota de sus modelos y aliados, evolucionar hacia formas de actuación y representación cada vez menos militares y cada vez más civiles, tendencia que, como es lógico, adoptan por mimetismo seguidores y beneficiarios de su régimen integrados en el Movimiento. Cum grano salis podemos afirmar que, en España, la dictadura militar termina convertida en un régimen civil sui generis. Por el contrario, Adolf Hitler y Benito Mussolini son civiles que se militarizan y utilizan ostentosamente el uniforme militar para situarse en la cresta de la ola y llevar a cabo su lanzamiento político. Hitler, prácticamente sin oficio ni beneficio, se alista en el ejército bávaro con 25 años y de Mussolini sabemos que en 1902, con apenas 20 años, huyó a Suiza para eludir el servicio militar y que estudió magisterio. Hitler morirá como militar en plena derrota del Tercer Reich, mientras que el teatral y nada valeroso Mussolini conocerá, además de la muerte, la vergüenza y la humillación. En Alemania e Italia, los regímenes respectivos desaparecieron con sus caudillos, pero en España el franquismo, hechura y remedo del modelo germano-italiano, se mantuvo en pie gracias a su adaptación a las condiciones políticas determinadas por el enfrentamiento del bloque capitalista y el bloque comunista durante la larga posguerra marcada por la guerra fría. Curiosamente, el régimen de Franco no sobrevive a su muerte, a pesar de todas las medidas cautelares adoptadas personalmente por él, medidas que incluían blindajes de leyes e instituciones con sus correspondientes juramentos de fidelidad. El franquismo se extinguió por la sencilla razón de que, extinguidos sus modelos, había dejado de tener razón de ser. El espíritu de los tiempos (Zeitgeist) reclamaba otras formas de vida y otras formas de gobierno. La historia siguió su curso.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no es cierto, Mister Preston, que los pueblos alumbran dictadores y que, a pesar de todos los experimentos, los dictadores no alumbran pueblos?

¿Suicidios?

En principio podríamos pensar que María San Gil es y será al Partido Popular lo que Rosa Díez ha sido y es al Partido Socialista. En ambos casos, lo español como núcleo duro y persistente, como lo que no debe discutirse porque está por encima de toda ideología y toda posible discusión. Dos mujeres y dos mujeres vascas. No es casualidad. En Cataluña, con una sociedad civil dominada por una burguesía mercantil históricamente pactista y políticamente oportunista, un fenómeno así es abiertamente inconcebible. La comunidad de lengua española de Cataluña no existe porque, existiendo, la comunidad de lengua catalana, presidida por la burguesía y su ideología, que es la ideología dominante, ha decidido que no existe. En Cataluña más del cincuenta por ciento de la población tiene el español como lengua materna, pero, aun así, no existe una comunidad de lengua española. En Vascongadas hay dos comunidades sociopolíticas de desarrollo vertical: conviven separadas y viven frente a frente, con el terror y la muerte por tiro en la nuca como línea divisoria. En Vascongadas, ser español es un delito. Todo español que, siéndolo, lo pregone lleva escrito en la frente: «Condenado a muerte». En Cataluña hay dos comunidades superpuestas, pues la sociedad civil en su conjunto responde a un desarrollo horizontal: la comunidad catalana es la opresora porque ocupa las capas superiores y con ellas todas las instancias de decisión y representación democrática, sí, democrática; la comunidad española es la oprimida porque no tiene voz, sólo voto, un voto que se ve obligada a entregar a la comunidad opresora para que con él haga y deshaga democráticamente lo que quiere: destruir España. En Cataluña, ser español es un estigma, un oprobio, pues ese es el castigo que la clase dominante impone a todo aquel que no acata su ley: la muerte civil de por vida.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿es cierto, como sostiene Pájaro bobo, que la muerte por tiro en la nuca a cargo de un etarra y la condena a muerte civil de por vida a cargo de la burguesía catalana son dos formas de suicidio?

El Partido Popular: Vascongadas y Cataluña

En opinión de este infraescrito, ni acólito ni subalterno, en los momentos actuales no es fácil y, por lo tanto, tampoco aconsejable anticiparse a los acontecimientos y tratar de hacer un retrato del Partido Popular que saldrá de la actual crisis interna, una crisis que, a su modo de ver y entender, afecta esencialmente a la línea ideológica, responsable, según casi todos los observadores, de su derrota en las últimas elecciones nacionales. De hecho, hace ya mucho tiempo que todas las ideologías, en especial las grandes ideologías históricas, están en crisis y concretamente las ideologías de izquierda llevan más de un siglo arrojando al mar de la historia escoria fundacional en aras de la operatividad y en definitiva de la supervivencia. Ahí está Rodríguez Zapatero, individuo ideológicamente amorfo, al frente de un Partido Socialista Obrero Español que hace décadas dejó de ser socialista, obrero y español. Hoy, las ideologías son antiguallas y, como antiguallas, lastre político y social. Las elecciones se ganan o se pierden en función de campañas electorales concebidas en términos de marketing y venta de mensajes envasados a modo de artículos de consumo. Y como el Partido Socialista ya está envilecido, ahora le toca al Partido Popular envilecerse. Un refrán español que, por lo visto, casi nadie conoce y casi todos practican dice y enseña: «Lo que no deja se deja». Y Pájaro bobo añade por su cuenta y sin riesgo: «Por lo tanto, lo que deja no se deja mientras deje» Mao nos enseñó que lo importante en un gato es que cace ratones, no el color de su pelaje, mientras que Sarkozy y Berlusconi están dispuestos a demostrarnos que hoy la medida de un político está en sus resultados. Vender o no vender, esa es la cuestión.
Mientras tanto, en Vascongadas –una sociedad de desarrollo vertical con dos comunidades sociopolíticas diferenciadas y enfrentadas– la comunidad de sentimiento español, representada inicialmente por un partido de izquierdas y un partido de derechas, ha terminado por generar anticuerpos que se oponen al arrastre practicado por los separatistas y asimilado por los dirigentes políticos de dicha comunidad. Un buen día, la brava Rosa Díez se planta ante López y Zapatero, dispuesta a romper el juego. Al cabo de un tiempo la sigue, en el flanco derecho, María San Gil. Dos mujeres, dos vascas, dos españolas, un mismo sentimiento y, guiado por ese sentimiento, un movimiento transversal. Habrá que esperar a ver qué pasa. Lo lógico sería que el movimiento prosperara y fuera seguido por todas las víctimas, personas y colectivos, del terror y el terrorismo de Eta y sus aliados. Hasta aquí hemos llegado.
En la Cataluña del Sanedrín, los sabras, los carallots y los charnegos amontillados, la comunidad de lengua española, aherrojada por la burguesía a través de los diversos estratos sociales que ha ido construyendo y depositando encima de ella, vive momentos de decepción. A los ojos de Pájaro bobo, su gran oportunidad tuvo lugar cuando Vidal-Quadras, en un certero y audaz golpe de mano, puso al descubierto y casi desmontó la trama tejida por Pujol ben Gurión al frente del Sanedrín, con lo que estuvo a punto de cambiar el curso de la historia de Cataluña y, en definitiva, de España. Pero Vidal-Quadras fue sacrificado por razones de Estado que no conocemos y, si las conociéramos, muy probablemente no compartiríamos. Después de él, nos enviaron al traidor Piqué y su séquito de Nebreras y Vendrells con el encargo de dejar al pobre cirerer sense cap fulla i amb el cap pelat. Y, efectivamente, en cuestión de días el predio quedó convertido en un pecio. El Partido Popular de Cataluña es hoy el más impopular de los partidos catalanes. Pájaro bobo piensa por un momento en el Español de fútbol.
Mientras tanto, en el PSC se había producido un singular fenómeno de interés sociohistórico. Es sabido que en un primer momento se llamaba PSC-PSOE. Entonces debía granjearse la confianza de los socialistas de la Meseta y a la vez ganar tiempo para crear un partido que, además de estar integrado en el frente catalanista, fuera capaz de mantener bajo control a la charnegada española de izquierdas, precisamente la misma que había protagonizado la lucha abierta, en las calles, en las fábricas y en los ayuntamientos del cinturón industrial de Barcelona, contra el tardofranquismo. En justicia, a esa izquierda le pertenecía ahora el poder autonómico. La operación, variante autóctona de ingeniería social y genocidio, fue llevada a cabo por Maragall y su tropa, en la que desde un principio figuraba Narcis Serra que, años después, sería nombrado jefe supremo de la tropa española. Para un observador como Pájaro bobo lo más sorprendente del caso es que, cuando Zapatero, advertido del engaño por algunos españoles residentes en Cataluña y cercanos al PSC, se dispuso a poner remedio a la situación, se encontró con que el elegido por él para combatir y suplantar al desleal Maragall era tan desleal y tan separatista como éste. Desde entonces, Montilla ha demostrado con creces que no tiene nada que envidiar en deslealtad y perfidia a los catalanistas de más pura cepa. ¿Qué había ocurrido? Pues sencillamente que la máquina burocrática creada por los separatistas catalanes había alumbrado una generación de charnegos dispuestos a seguir sus pasos. De hecho,  una vez integrados en la máquina burocrática del catalanismo, ésta ha empezado a utilizar a esos charnegos en misiones ante el Gobierno central. Ahí están, entre otros, el analfabeto Corbacho, la carpanta Xacó y el mismo Montilla, traidor polivalente. ¿Quién de ellos será el primero en recibir la cruz de Sant Jordi por sus traiciones?
En esas circunstancias, el intento protagonizado por hombres como Robles y Domingo —liberar a los socialistas españoles de Cataluña de su servidumbre al frente separatista— encontró, además de la lógica y natural oposición oficial, la enemiga solapada y desleal de compañeros de su mismo partido (el PSOE), de su misma lengua y de su misma comunidad sociolingüística pero vendidos al catalanismo institucionalizado, al que estaban sirviendo y del que después han recibido un rango que nunca habrían alcanzado por sus propios medios. Por otra parte, en la derecha de Cataluña, los ciudadanos descontentos con el montaje de Piqué no consiguieron imprimir un giro realmente español al Partido Popular y se vieron obligados a abandonar la formación, que así quedaba literalmente a merced de sus parásitos y depredadores. Después, el Partido de los Ciudadanos dio la sorpresa y consiguió erigirse en la gran esperanza de la comunidad española de Cataluña, pero sólo por un momento, hasta que el catalanismo institucionalizado reaccionó y montó una operación en toda regla para dinamitarlo. Ahora, primera mitad de 2008, el Partido de los Ciudadanos está en una situación límite. Haría falta un milagro para que su esfuerzo perdurara y diera fruto.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿puede la burguesía mantener aherrojada indefinidamente a la comunidad de lengua española de Cataluña, siendo así que es la más numerosa de las dos existentes en esta Autonomía y siendo así que España es una democracia constituida en Estado de derecho?

¿Náufrago, superviviente y resistente?

Aunque le consta que hace años fue condenado a muerte civil de por vida y, aun así, siguen persiguiéndole con diversas artes y artimañas, Pájaro bobo no quiere buscar responsables y responsabilidades, tampoco conocer hechos y nombres concretos. Para no ser presa del odio o, más exactamente, para que el odio no dirija y condicione su mente, prefiere verse a sí mismo como náufrago por azar, un náufrago que, también por azar, acertó a sobevivir gracias a la puesta en práctica de una estrategia basada en la experiencia de Robinson Crusoe. Con lo que pudo salvar de su último gran naufragio, ni acoso ni cacería, se construyó un refugio al que, a pesar de estar tres metros sobre el nivel del mar de la Sargantana a la altura de la Barceloneta, llama búnker de pladur. Ahí es y existe, vive y sobrevive. Cada mañana, cuando se levanta, lo primero que hace es asomarse a uno de sus cuatro ojos de buey y, con un poco de suerte, observar cómo el Menesteroso acude con su paso ligero de legionario portando bolsas llenas de condumio para los gatitos que viven en el descampao contiguo a la casa Misteriosa. La contemplación reaviva su fe en la vida, en la Providencia y en la solidaridad cósmica, que falta le hace. Después, cuando se pone a leer los periódicos, se entera de que alguien dice: «Nos matan por ser españoles». Esto le lleva a cobrar consciencia de que él sobrevive a pesar de ser español y, por lo tanto, de que, además de naufrago, superviviente y resistente, es un ser afortunado, indignamente afortunado. Pero como a unos los matan por lo que son, otros, para que no los maten por lo que no son, huyen y cambian de bando, de chaqueta, incluso de lengua. Claro, claro, cuando está en juego la vida, lo lógico, también lo ético, es despojarse de todo aquello que haga falta precisamente porque no hace falta. Sobrevivir no es únicamente un imperativo categórico de los seres humanos para los seres humanos, es la ley suprema del eterno retorno cósmico. A la postre sólo es el que sobrevive y sólo sobrevive el que es.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si Pájaro bobo, hastiado de tanto sinsentido, decidiera dejar de ser náufrago, superviviente y resistente, y abandonara para siempre su búnker de pladur?

Aviso a conversos

El que cambia de nombre se puede encontrar al final con que no sabe ni quién es ni cómo se llama.

Debilidades del Estado de derecho

De acuerdo con sus propias palabras, en su última visita a Madrid (España) el lendakari vasco Ibarretxe ha actuado como emisario de Eta. Si ha solicitado y obtenido audiencia de nuestro indigno jefe de Gobierno, Rodríguez Zapatero, ha sido respondiendo a un acuerdo que Pájaro bobo no duda en resumir en estos términos: Eta castiga con sus criminales atentados al pueblo español hasta que el Gobierno se ve obligado a bajar la cabeza y aceptar las condiciones que la banda terrorista le presenta. Una vez obtenida la aceptación por escrito, el lendakari se persona en Madrid con el encargo de dar carácter oficial a la operación. A partir de este momento no se trata del chantaje de una banda terrorista sino de la respuesta del Estado español a una petición legítima del pueblo vasco formulada a través de su representante legitimo y democrático. Después, al no ver atendida su demanda, el lendakari se confiesa y canta: «Al fin y al cabo, yo sólo pido lo (mismo) que Zapatero prometió a Eta».
Mientras tanto, el
carallot Carod, ministro de Asuntos Exteriores (en funciones) de la Generalidad, recorre el mundo inaugurando embajadas de Cataluña en las grandes capitales. Como eso se hace con dinero de los españoles, Pájaro bobo considera que nuestro Gobierno está financiando la desintegración de España y la independencia de Cataluña, incluida la estructura que corresponde a un Estado soberano.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿No es delito chantajear al Gobierno de la nación actuando al servicio/dictado de una banda terrorista y no es tampoco delito malversar el dinero de los españoles financiando embajadas de Cataluña como futuro Estado soberano? Y, si tanto lo uno como lo otro es delito, ¿por qué no se impide y se penaliza debidamente?

Partido Popular: mujeres frente a lameculos

Pájaro bobo considera que, por regla general, el desenlace de proyectos en curso de ejecución es imprevisible y, por lo tanto, también imprevisto, aunque, llegado el momento y una vez partida la sandía, no falte quien diga que él ya lo sabía o, más frecuentemente, «eso se veía venir». El ser humano aprende poco, tarde y mal de la historia y su memoria, y, si ese ser humano es español, aún menos, aún más tarde y aún peor. Otra cosa es lo que se pregona y se intenta vender hoy en los mercadillos del cotilleo político. El ser humano es, por concreción y sinécdoque, un retrato del colectivo social y el colectivo social es, por abstracción y generalización, un retrato del ser humano, incluidos, en uno y otro caso, tanto el paisaje como el paisanaje que habitualmente no sale en la foto.
El Partido Popular sigue con su bronca-trifulca de todos contra todos. Pájaro bobo no habla de todos los que son sino de todos los que están. En este caso, ser es básicamente una forma de ausencia y de silencio; estar, una forma de presencia activa/destructiva o, si se prefiere, de militancia beligerante. La intriga y el codazo no son invenciones de la pugna democrática. En estos momentos, intrigas y codazos van perfilando sobre el parqué de las salas y los pasillos del ala derecha de nuestra sociedad dos corrientes caudales, antagónicas pero no devastadoras, ni homicidas ni suicidas sino civilizadas y más o menos democráticas, formalmente democráticas. A través del ojo de buey de su búnker de pladur, Pájaro bobo divisa a un lado un cortejo de mujeres: ahora, víctimas del terror y el terrorismo de Eta y, ahora y siempre, siervas del atávico caciquismo peninsular. A otro lado están los profesionales o, para ser exactos, los funcionarios de la política: gerifaltes, grandes y pequeños caciques, acólitos, lacayos y subalternos, todos ellos mercenarios dispuestos a servir a la Administración estatal, nunca a la patria, a través del negocio de la política disfrazada de democracia. A incierta distancia, tras los cristales de alegres ventanales, mirones, soplones, confidentes, chivatos, desinformadores y presuntos periodistas esperan turno. El cortejo de mujeres, presidido por María San Gil y, por lo tanto, minoritario y poco jaranero, levanta la vista y saluda con la mano a su admirada compañera de penas y fatigas Rosa Díez, que causalmente pasaba por allí, no por la acera de enfrente, y le contesta: «¡A la salida nos veremos!» Mercenarios y funcionarios de la política siguen con sus trajines de cintura para arriba: corrillos y correrías, plantes y desplantes, marques y desmarques, meriendas y merendolas, sandwiches y bocadillos, pinchos y pinchitos, concilios y conciliábulos pero sobre todo apariciones y desapariciones. Noche de Walpurgis, se acerca la hora del aquelarre, se merlasca la tragedia. Mientras tanto se oyen ¡y se escuchan! siglas, consignas y nombres propios más o menos comunes: Gallardón, González Pons, Esperanza Aguirre, Fraga, Lasalle, Soria y, claro está, Mariano el Largo y Mariano el Corto. Parece ser que, de momento, va a imponerse la corriente de los hombres gallardos y los hombres puente. Así las cosas, el peeping Tom del búnker de pladur se inclina a pensar que, una vez más, las mujeres van a quedarse solas, solas en casa y solas en las barricadas de la nación-Estado, pues ellas, sólo ellas, mantienen y defienden con bravura y lealtad principios éticos y, por lo tanto, imperativamente categóricos. Por esa y por otras muchas razones que ni la bolsa ni la andorga alcanzan a entender, a los ojos de Pájaro bobo donde haya una mujer española que se quiten todos los mercenarios de la política, máxime si pertenecen a la subespecie de los lameculos como González Pons, Soria, Gallardón y, pendiente de confirmación, Marianín el Corto. (Por respeto no se cita a mayores de 80 años).
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si las mujeres decidieran poner en fuga a todos los lamenculos de nuestra política, tanto de izquierdas como de derechas?

Crisis económica: dos enfoques y una experiencia

En opinión de Pájaro bobo, una primera medida, siempre útil, nunca perjudicial, para afrontar una crisis de manera racional, sufrir el mínimo daño posible y, en última instancia, acaso beneficiarse de ella  consiste en delimitar el campo o los campos que, previsiblemente, van a resultar afectados negativamente por dicha crisis, y, a continuación, definir y cuantificar variables como su naturaleza específica, su intensidad  y su duración. A este fin  se pueden asignar a los principales indicadores económicos valores límite y componer con ellos un cuadro general definido como el peor de los casos posibles  (the worst case scenario). En tal  supuesto, cada uno de esos valores  podrá utilizarse como terminus a quo o, en otras palabras,  como expresión de la situación  menos deseada  y, por lo tanto, como límite o referencia negativa.

Este enfoque, en el que el individuo o la yuxtaposición de todos los individuos aparece como objeto a la vez pasivo e impotente,  responde a un planteamiento deductivo  que, una vez hechas las   adaptaciones y las correcciones necesarias, tiene aplicación en muy diversas disciplinas. Como puede verse, en economía sirve, entre otras cosas, para hacer predicciones y tomar medidas teóricas y prácticas ante cambios potenciales difíciles de controlar, incluidas, claro está, las grandes crisis nacionales y supranacionales.

A juicio de Pájaro bobo, ese cuadro económico, alumbrado, acaso de manera inconsciente,  a través de un planteamiento deductivo en el que, en definitiva, el colectivo social aparece como objeto  de un sistema impuesto por una instancia superior, tiene su contrapartida y su complemento en un enfoque o planteamiento inductivo, dentro del cual cada individuo es, al menos en cierta medida, sujeto agente de su propia  actividad económica.

Ante la imposibilidad e inutilidad de incidir positivamente en el sistema económico general, Pájaro bobo, convencido de que el orden es a la vez racionalidad y transparencia u honradez, adoptó hace tiempo un criterio operativo basado en un principio de Spinoza según el cual «el orden y la conexión de las cosas son los mismos que el orden y la conexión de las ideas». Esto le permitió organizar y ordenar su microcosmos y hacer frente, con cierto éxito, al desorden que otros querían venderle e imponerle. Y si es cierto que no le ha resultado nada fácil, habida cuenta que ha tenido que luchar contra un contexto social naturalmente hostil, también lo es que hoy  la economía de este hijo de la guerra y el trapicheo familiar es, por racional, simple y transparente. Además,  como administrador hogareño, él procura y por normal consigue  que cada miembro del clan tenga lo que necesita —quantitas y qualitas— en el momento en el que lo necesita.Como no puede ser por menos, él se queda siempre con la peor parte. Y es que lo suyo es incurable: tiene orden en la cabeza y, para colmo,  se somete a él de buen grado.

Palacio de las Delicias: combate Gallardón-Aguirre

Cabe pensar que ha terminado o está a punto de terminar el primer asalto del combate Gallardón-Aguire por el cetro y el control del Partido Popular y que este primer asalto –preámbulo, maniobra de tanteo, juego de escaramuzas o ataque por sorpresa en plan killer— se ha saldado o va a saldarse con una clara victoria del joven y apuesto Gallardón, conocido en los pagos populares como el Caballero de Lavapiés y reconocido por algunos, no por todos, como la gran promesa, nunca esperanza, de la derecha española menos española y menos aguerrida. El muchacho está siendo asistido en el rincón, tapizado de añejo y desteñido color azul, por el veteranísimo y venerable Manolo Fraga, viejo luchador y presencia obligada del ringside en todos los combates importantes de la política española durante los últimos sesenta años i la torna. El combate estelar de esta velada, escenificado en el madrilenísimo Palacio de las Delicias, es dirigido por Mariano Rajoy, árbitro de la Federación Gallega, que, a pesar de su experiencia, no ha conseguido imponer su autoridad para controlar el cuerpo a cuerpo (in-fighting), con sus correspondientes andanadas de golpes bajos, e impedir que la pelea y con ella el noble arte del boxeo se le fueran de las manos y degeneraran en una riña callejera.
A pesar del balance adverso, Esperanza Aguirre ha puesto a contribución, además de sus encantos de señora de postín, sus artes y artimañas, hasta el punto de que, anticipándose a los acontecimientos, intentó dejar fuera de combate a su oponente antes de que éste subiera al cuadrilátero y bien sabe Dios que si no lo consiguió fue porque el presunto interfecto se hizo el muerto, o acaso el gato maula, hasta que llegó su hora.
Ahora, con el combate y la bolsa prácticamente en la faltriquera, el veteranísimo preparador Manolo Fraga quiere que Gallardón haga una gira triunfal por los dominios más populares, acompañado por el hábil y relamido estilista González Pons, también pupilo suyo y miembro de su escudería. Conocido entre sus amigos con el cariñoso apelativo de la Sonrisa del Foro, dicho sea con permiso de José Bono, Pons ha manifestado en repetidas ocasiones que sólo está dispuesto a pelear, en el Parlamento o fuera del Parlamento, con guantes blancos confeccionados con badana de armiño.
Aguirre, perdedora moral de este primer asalto, se ha apresurado a hacer unas explosivas declaraciones en la rueda de prensa convocada al efecto en el mismísimo túnel de los vestuarios. En ellas ha atacado con medida y comedida rabia a su rival con el clan de los gallegos en peso, mientras que sus partidarios y seguidores han acusado al árbitro, Mariano Rajoy, de estar vendido y haberse limitado a escenificar una pantomima, a Manolo Fraga de urdir tejemanejes a la antigua usanza y al mismísimo Gallardón de haber preparado una encerrona a su rival y otrora partenaire.
A estas horas, la bronca continúa en las calles de la capital del Reino, donde los partidarios de Aguirre y Gallardón se han dado cita en los aledaños del Palacio de las Delicias para dirimir sus diferencias a grito limpio pero bajo promesa de no llegar a las manos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si el destino de España dependiera del destino del Partido Popular y el destino del Partido Popular dependiera del resultado del combate Gallardón-Aguirre escenificado en el capitalino Palacio de las Delicias?

10 de la noche del jueves, 22 de mayo de 2008.

El centro no es el centro

Mapa de la sociedad, el centro está vacío

Podemos suponer, al menos como punto de partida, que toda formación política tiene una ideología, que esa ideología tiene a su vez un universo semántico y que ese universo semántico tiene a su vez un núcleo formado por la idea o las ideas que precipitaron su alumbramiento en un momento concreto y después marcaron su supervivencia a lo largo de la historia. Por eso, el filósofo pensó y, aunque no actuó, dejó escrito para la posteridad: «El pensamiento es la acción» (der Gedanke ist die Tat). En puridad, las ideologías son cosmovisiones laicas.
A partir de la Reforma, entendida como movimiento intelectual laico, surge y se afirma progresivamente una actividad civil, ni específicamente religiosa ni necesariamente militar, provista de una organización y un orden propios, que determinará la formación de una conciencia responsable asentada en el sentido del deber y en el esfuerzo individual (ética del trabajo). Ése es el germen de los partidos conservadores que después primarán los valores asentados en la vida morigerada tal como la ha venido practicando tradicionalmente esa capa de la sociedad civil conocida como burguesía.
Los partidos de izquierda, nacidos de la idea de que es legítimo luchar por una sociedad cada vez menos injusta, hasta llegar, si es posible, a una sociedad justa, han impulsado ante todo la formación de una conciencia individual y colectiva primero crítica, después utópica y por último solidaria.
En opinión de Pájaro bobo, la conciencia solidaria con el que sufre, con todo aquel que sobrevive en condiciones impropias de un ser humano, debería presidir hoy la actuación de los partidos de izquierda y, concretamente, de nuestro socialismo.
Lamentablemente parece que no es así. Los constantes intentos de corrimiento de socialistas y pseudosocialistas hacia el centro sociopolítico son en realidad maniobras tácticas de derechización, por la sencilla razón de que para toda formación de izquierdas ese centro queda necesariamente a la derecha, ya fuera del ámbito de su ideología y de las prácticas que la definen específicamente. En el fondo se trata de concesiones ilícitas por desleales e inmorales en aras de la toma del poder a toda costa y a cualquier precio.
De manera análoga por inversión, todos los intentos acometidos por la derecha para ocupar el centro son formas de izquierdización que la llevan a salirse del ámbito ideológico y operativo que le es o debería serle propio. La derecha ha tenido y tiene valores y recursos tan legítimos éticamente como socialmente eficaces que debería poner a contribución antes de desnaturalizar su ideología y/o traicionar a sus votantes.
En uno y otro caso nos encontramos con formas de desnaturalización de las ideologías respectivas impulsadas por el empeño de aumentar el número de votantes y así acceder al poder. El criterio ético ha cedido el sitio al criterio económico-comercial.
A juicio de Pájaro bobo eso es en el fondo un fraude, pues los dirigentes políticos se deben a sus votantes y es a éstos a quienes corresponde fijar el contenido y los límites de su ideología. Los políticos, en cuanto personas elegidas para representar a los votantes, están obligados a respetar en todo momento la voluntad de éstos.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿no saben los políticos que toda desnaturalización deliberada de una ideología es un fraude moral y una traición a sus seguidores y votantes, independientemente del resultado que, en un momento dado, se obtenga en las elecciones?

Más allá de la derecha

Para vergüenza de todos, en poco más de medio siglo hemos pasado de la España invertebrada de Ortega (1922) a la España desvertebrada del Estado de las Autonomías (1978). Aquí el momento a quo está unido con el momento ad quem por el período correspondiente a la dictadura de Franco, durante el cual se llevó a cabo una vertebración supuestamente impuesta manu militari y a la postre fallida (1939-1976). Franco no contó con la falsedad y la cobardía del ser humano. De hecho, la España de la Transición ha venido a entroncar, más para mal que para bien, con la España de la República y su situación política. A partir de la Transición se pone de manifiesto que, como antaño, España es un organismo enfermo en el que dos fuerzas profundamente insolidarias –la izquierda y los separatismos vasco y catalán– están dispuestas a confabularse, y de hecho se confabulan, para descoyuntarla y desintegrarla. Los separatistas buscan el apoyo de la izquierda sabedores de que amplios e influyentes sectores de ésta son visceralmente contrarios a todo proyecto nacional por entender que el concepto de nación, referido a España, va unido necesariamente a una derecha militarista, clerical y reaccionaria. Su consigna es: antes rota que unida y de derechas.
En opinión de Pájaro bobo eso significa que en el momento presente la derecha tiene la obligación de asumir, además de la defensa de sus intereses como partido político y representante de una parte considerable de la sociedad española, la defensa de la nación en su conjunto, tarea en la que ¡lamentablemente! no puede contar con la colaboración leal de la izquierda, toda vez que ésta no sólo carece de sentido de Estado y conciencia patriótica sino que además está dispuesta a confabularse con las fuerzas empeñadas en destruirla.
Ahí está la deslegitimación de nuestra izquierda, encarnada en el pseudosocialista Rodríguez Zapatero, y la legitimación supraideológica de la derecha, siempre que sea capaz de acoger y agrupar en su proyecto a todos los españoles que, conscientes de la gravedad de la situación, se declaren dispuestos a anteponer el bien de España –en este caso, su unidad– a las ideologías y los intereses particulares.
Ésa es la baza que, según Pájaro bobo, debe jugar el PP no sólo para ganar unas elecciones (y todas las elecciones que hagan falta), sino de manera especial para presentarse ante la sociedad española en su conjunto como garante de la Constitución, de la convivencia pacífica y democrática de los españoles y de la persistencia de España como nación. Evidentemente, esa baza desautoriza e invalida todos los intentos de acercamiento al pseudosocialismo zapateril y, a través de él, a los separatistas, unos y otros empeñados en la atomización de España como nación y de su vida política.
En la actual crisis del PP se pueden distinguir dos planos: un primer plano estaría constituido por la existencia de varias líneas ideológicas que se pueden reducir a dos: la línea ética o patriótica, representada por María San Gil y apoyada por hombres como Vidal-Qadras, y la línea mercantilista y posibilista deudora de la Realpolitik y la política de la puta i la Ramoneta, representada por Soria y González Pons, partidarios del acercamiento a los separatistas. En un segundo plano pueden verse con bastante claridad las maniobras, más bien indignas, de quienes quieren colocarse ventajosamente en la futura escena popular. En última instancia, la idea de todos estos es pactar con los separatistas el mantenimiento del actual statu quo, base de la superestructura autonómica percibida como lucrativo modus vivendi de la numerosa y voraz clase política. Pájaro bobo quiere creer que Mariano Rajoy no ha sabido verlo, y sigue sin verlo, y por eso se ha dejado arrastrar hacia una línea que no es la suya.
Resumiendo: si el Partido Popular asume la defensa de España como patria de todos los españoles, tiene derecho a pedirles su apoyo y los españoles estamos obligados a dárselo de todo corazón, sin reservas, sin pensarlo dos veces.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿están dispuestos los españoles a consentir la desintegración de España cuando tienen la posibilidad de impedirlo?

Más allá de la izquierda

Pájaro bobo quiere imaginar que el socialismo nace en el preciso instante en el que alguien –acaso un viejo intelectual judío con atributos de parásito social– plasma sobre una hoja de papel la idea de que es posible alumbrar otra realidad humana, una realidad tal vez menos natural pero más racional, menos fatal y más libre y, por libre y racional, decididamente utópica para la época. Luego, la idea pasa de la cabeza del intelectual parisitario a las manos de una legión de trabajadores y se transforma en acción (der Gedanke wird die Tat). El socialismo es pensamiento en acción. Sí, pero tan pronto como los obreros de las ciudades industriales se apropian de la idea, descubren que, para impulsar e imponer esa idea, deben unirse, y, a partir de ese momento, el socialismo va a ser acción colectiva, unida y ordenada. Estamos en el siglo XIX, el siglo de los movimientos que configurarán la sociedad nacida de la Revolución industrial.
Aunque él no sabe qué idea del socialismo, como fenómeno sociohistórico, tienen nuestros socialistas, a Pájaro bobo le sorprende muy negativamente que ahora, como en tiempos de la segunda República, éstos se alíen con los representantes de movimientos burgueses de la periferia que, además de ser necesariamente minoritarios, propugnan formas de convivencia basadas en la opresión de una parte de la sociedad en muchos casos mayoritaria y en todos los casos merecedora de un tratamiento humanamente digno. Tanto en Vascongadas como en Cataluña, los partidos burgueses han venido manteniendo sus privilegios, entre ellos gobernar «democráticamente», gracias a la división de la sociedad y a la marginación de sus capas inferiores. ¿Y qué han hecho nuestros socialistas? Pasarse al enemigo: conservar indignamente! el nombre de socialistas y hacer política contra el Gobierno de la nación y, lo que es aún más indignante, contra los mismos trabajadores que los han votado y los votan. Miserables, miserables.
Pájaro bobo considera que Rodríguez Zapatero carece no sólo de un ideario socialista sino incluso de un criterio ético. Su comportamiento como jefe de Gobierno nos da derecho a pensar que es una persona sin escrúpulos capaz de hacer lo que crea necesario, desde engañar y traicionar a sus aliados hasta infrigir gravísimamente la Constitución, con tal de conseguir su objetivo. En su opinión, Rodríguez Zapatero debería ser destituido y procesado. Dos cargos entre muchos: negociar, pactar y dialogar con personas que, como los etarras, han cometido delitos de sangre y están situación de busca y captura; infrigir la Constitución al avalar el Estatuto de Cataluña cuando está obligado a saber y sabe que el texto es totalmente anticonstitucional en su letra y, sobre todo, en su espíritu.
Pájaro bobo se ha preguntado muchas veces qué piensan de Zapatero y su comportamiento compañeros suyos como Felipe González, Alfonso Guerra, Rodríguez Ibarra, José Bono y Francisco Vázquez. A falta de respuesta, se inclina a pensar que su silencio los hace cómplices de los abusos, los delitos y los actos de traición cometidos por él, mientras que la herencia que va dejar tanto al Partido Socialista como al conjunto de España es para echarse a temblar. Ríase quien pueda de la crisis del Partido Popular.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas
¿Por qué el Partido Socialista Obrero Español no está a la altura de las circunstancias en estos momentos en los que está en juego el destino de España y por lo tanto el destino del socialismo y de los trabajadores?
¿Son todos los socialistas españoles, concretamente Felipe González, Alfonso Guerra, José Bono, Rodríguez Ibarra y Francisco Vázquez, tan irresponsables y tan desleales como Zapatero?

Guerra religiosa, no santa, contra la COPE

A estas alturas de la guerra contra todo lo español en Cataluña, la emisora de la COPE capitaneada por el indomable e insobornable Federico Jiménez Losantos constituye el último y, por lo tanto, también único baluarte de la libertad de expresión en las parroquias y las feligresías de esta provincia eclesiástica. El clero catalán, algunos de cuyos miembros más conspicuos fueron designados, puestos e impuestos en su día por el Sanedrín (Volem bisbes catalans), se viene esforzando desde un principio por ser un elemento activo de esa guerra. Si ayer fue el poco católico (universal, ecuménico) abad de Montserrat quien se prestó gustosa y gozosamente a presentar ante el Vaticano las quejas de sus superiores políticos por los inadmisibles ataques a Cataluña del obstinado periodista turolense, ahora es Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona, el que, camuflado entre los miembros de la Conferencia Episcopal, lanza sus dardos envenenados contra el director de «Las mañanas de la COPE». Y como en una guerra religiosa, no santa, todos los medios y todos los recursos son válidos, clérigos y feligreses separatistas, desde el rector de Santa María del Mar hasta el director de La Vanguardia, órgano servil del catalanismo institucionalizado, han terciado en el pleito verbal entre Losantos y Rajoy echando leña al fuego y azuzando alternativamente a uno y a otro para sacar partido en beneficio propio. Lo de siempre como siempre.
Conviene decir una vez más, precisamente por ser cierto y sabido, que el clero de esta provincia eclesiástica, integrado activamente en el proyecto político del Sanedrín, cumple en su parcela las consignas políticas que recibe de sus superiores y cuida con celo inquisitorial de que los creyentes tengan cada vez menos servicios religiosos en lengua española, hasta que consiga eliminarlos por completo, que es la meta. Evidentemente, ese mismo clero ni denuncia ni denunciará nunca que los hijos de los españoles residentes en Cataluña, más de cuatro millones, equivalentes al 52-54% de su población, no reciben enseñanza general y formación religiosa en su lengua materna, porque, como es lógico, eso ni lo saben ni les interesa saberlo. Y, además, denunciarlo sería un ataque a Cataluña. Miserables, miserables.
Pregunta ingenua e intempestiva:
¿Sabe el cardenal y arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, que, de acuerdo con la historia reciente (Alemania, China, Cuba), un clero nacionalista es un clero mundanizado, politizado y, por lo tanto, cismático o cuasi cismático?

El referéndum de Ibarretxe frente a la soberanía nacional y la Constitución

A juicio de Pájaro bobo, el referéndum auspiciado ahora por el lendakari Ibarretxe es una consecuencia de la pérdida de la soberanía nacional en el ámbito jurídico-administrativo de la Comunidad Autónoma conocida con el nombre de País Vasco. Consecuencia y, por lo tanto, confirmación que puede y acaso debe verse como resultado del juego persistente de dos fuerzas opuestas, asimétricas y, en este caso concreto, complementarias. De un lado tenemos, para vergüenza de todos los españoles, una cadena de actos de dejación y claudicación del Estado, a través de sucesivos Ejecutivos, y de otro lado tenemos, para ignominia de todos los españoles, una cadena de actos de usurpación por parte de las autoridades autonómicas vascas que inician su andadura depredadora bajo el paraguas protector/disuasor de la banda terrorista Eta. De hecho, la presencia de Eta determina no sólo la existencia de un espacio geográfico que escapa a la soberanía nacional sino también, y como correlato práctico suyo, la existencia de un sector poblacional que se beneficia clara y abiertamente de esa protección frente a un sector poblacional que sufre su acastigo en forma de atentados criminales y un terror continuo y generalizado.
Y, si eso es así, no es lícito hablar ni de soberanía nacional ni de democracia, aunque sólo sea entendida como igualdad de condiciones sociales para todos los miembros de una misma comunidad.
Pájaro bobo considera que, ante esta situación, al Ejecutivo español sólo se le ofrece un camino si realmente quiere estar al servicio de un Estado de derecho: restablecer la soberanía nacional en todo el territorio de España y en todas las instituciones dependientes del Estado. Tanto las actividades de Eta como el referéndum propuesto por el lendakari, subsidiario de esas actividades, entran de lleno en el concepto de delito y deben perseguirse hasta hacer valer el imperio de la ley (the Rule of Law). Negociar con personas que, además de estar integradas en una banda terrorista, han cometido delitos de sangre y se hallan en situación de busca y captura es un delito, aunque se tenga el plácet del Congreso, pues ese plácet es ilegítimo en cuanto que su aceptación y su validez suponen la negación del imperio de la ley y en definitiva la quiebra del Estado de derecho. Todo Estado de derecho está obligado a utilizar en cada una de las situaciones que se le presentan los medios legales que le son propios, habida cuenta que esos medios serán siempre, por definición, legítimos, lícitos y suficientes.
A juicio de Pájaro Bobo, los españoles debemos exigir que el jefe de nuestro Ejecutivo haga valer la Constitución en todo el territorio español y que, de acuerdo con ella, persiga a las personas que la han transgredido.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿se atreverán los españoles a exigir al jefe del Ejectivo que haga valer la Constitución y, en el caso de que persista en no hacerlo, se atreverán a exigir su destitución y su procesamiento?

Rosa, San Gil y Alejo, programa nuclear

Cabe la posibilidad de que la crisis económica, ésa que Solbes trató de ocultarnos y nos ocultó pérfidamente, arramble de una vez por todas con los problemas nacionales, los agrave y, al agravarlos, los polarice.
La economía es la base de sustentación de la biología, incluido el ser humano. Y si sobrevivir o no sobrevivir es siempre un problema de superávit, la racionalidad no consiste en pensar con lógica sino en actuar de acuerdo con un criterio económico sanamente egoísta.
Cabe, pues, la sana posibilidad de que, a la postre, en el seno del Partido Popular se imponga la corriente de los lameculos, con alguna activa e intrigante fiera corrupia de por medio, y la formación sobreviva si acierta a encontrar ese punto de equilibrio o falso equilibrio que va de la lacónica María San Gil al socialdemócrata Gallardón. El Estado de las Autonomías es el lucrativo modus vivendi de una cuantiosa, voluminosa, voraz y adicta clase política organizada en capillitas estatales, autonómicas, comarcales y locales. Clanes y mafias aparte.
A Pájaro bobo lo que realmente le preocupa es qué será de Maria San Gil y los suyos, aunque al estar bajo la protección, o eso quiere creer, de Vidal-Quadras, se queda más tranquilo, máxime toda vez que, como ha podido saber, hay un proyecto a medio plazo para impedir la destrucción de España y proceder a su reconstrucción devolviéndole su condición de nación unitaria. Y, como no podía ser por menos, en ese proyecto nuclear está el físico catalán.
Por lo tanto, tras la espiritualización de la falsa frontera ideológica, el núcleo óntico, ético y patriótico de la política nacional girará en torno a dos vascas y un catalán. Toda una lección y una ironía.
Nada más conocer la noticia, Pájaro bobo ha recuperado el aliento y ha empezado a buscar e interpretar signos que marquen la llegada de esa hora.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿y si los separatistas, enterados de que existe un plan para salvar España, deciden acelerar la marcha y proceder a su liquidación inmediata y total?

Partido de los Ciudadanos: dos brazos en busca de una cabeza

El filósofo definió lo ético en cuanto imperativo categórico como la norma que debe presidir los comportamientos individuales. Servir al ser humano como un fin en sí mismo, no servirse de él como un medio. Es posible que a Albert Rivera no le sean muy familiares tales ideas, pero, en opinión de Pájaro bobo, eso es justamente lo que hace o intenta hacer: servirse de, en lugar de servir a. Y, lo sepa o no lo sepa, escrito esta: «No lo saben, pero lo hacen». Mala política.
Afortunadamente, en el Partido de los Ciudadanos hay, además de quien quiere servirse de él, quienes están a su servicio. Por eso hay parcelas que funcionan y parcelas que no funcionan; hombres que actúan dentro de su demarcación y hombres que, dentro de su demarción, frenan y controlan. A los ojos de Pájaro bobo, Albert Rivera es de estos últimos.
De los que actúan activa y proactivamente, uno defiende los derechos de los Ciudadanos en un Parlamento sumamente hostil con una entereza, una convicción y una coherencia que le han granjeado el respeto general, rivales incluidos. Si siempre fue difícil estar en el lugar justo en el momento justo, más difícil y más meritorio será sin duda pronunciar la palabra justa en el lugar justo y en el momento justo. Pájaro bobo considera que Antonio Robles lo hace. Hoy, él es uno de los dos brazos que sustentan el mermado Partido de los Ciudadanos.
El otro, a jucio de Pájaro bobo, es José Domingo, el hombre que podría y acaso debería pasar a la historia de la actividad política española como el inventor de las campañas políticas basadas en la red. En cualquier caso, él fue el primero en utilizar el sistema a escala nacional, y con rotundo éxito. Pájaro bobo quiere creer que los votos obtenidos por el Partido de los Ciudadanos en su primera comparecencia electoral fueron en buena medida fruto de ese sistema de comunicación y difusión, que después otros han intentado copiar y/o han copiado. Digamos, a modo de aclaración, que, lógicamente, la red como sistema de comunicación proporciona los mejores resultados en estructuras de desarrollo horizontal y suficientemente informatizadas, lo que en cierto modo quiere decir también suficientemente jóvenes. En síntesis: la estructura del modelo utilizado se reproduce en la estructura del colectivo que lo utiliza.
Pájaro bobo considera que, una vez superada la primera etapa –etapa de supervivencia y consolidación–, el Partido de los Ciudadanos necesita un líder que esté a la altura del momento y las exigencias que éste le plantea a diario, un líder capaz de marcarle la línea de actuación práctica y definición ideológica –el indirizzo–, no empeñado estrictamente en controlar la andadura de sus hombres más activos.
Es lícito pensar que el Partido de los Ciudadanos debe abrirse a la sociedad y, muy concretamente, a ese sector que, falto de una representación leal y democrática, se ve obligado a enajenar sus votos y con ellos sus derechos constitucionales. En realidad, la línea política e ideológica de un partido político viene marcada con carácter necesario por las exigencias del sector social al que representa y en el que opera. Ése es el sector al que, prioritariamente, debe escuchar y brindar su ayuda. El líder político que supedita la realidad social, con sus imperativos, a una visión personal egocéntrica incurre en un fraude y, por eso mismo, está condenado al descrédito y en definitiva al fracaso.
Pájaro bobo considera que el Partido de los Ciudadanos debe conservar las partes que han funcionado y funcionan y proceder a la renovación de aquellas otras que se han convertido en un lastre tanto para su cabal funcionamiento como para su expansión futura. En su opinión, Albert Rivera es una de estas últimas. El Partido de los Ciudadanos necesita una cabeza nueva y mejor amueblada.
Pregunta ingenua e intempestiva: ¿qué fin espera a un organismo cuyo desarrollo se ve impedido por el tamaño de su cabeza?