Aborto: entre la vida y la muerte
Hay quienes dicen que las leyes son convenciones de carácter práctico y utilitario. Regulan la vida privada del ser humano en cuanto individuo y de la sociedad en cuanto colectivo de individuos. Sí, las leyes son convenciones de carácter práctico y utilitario, pero no sólo eso. Tampoco prioritariamente. Para muchas personas, entre ellas Pájaro bobo, por encima de las leyes hay principios humanamente universales de obligado cumplimiento. Lo que es está sometido al dictado de lo que debe ser: la realidad a la ética. Y ahí aparecen la concepción y las intervenciones del ser humano contra la concepción. El Estado debe regular esas situaciones estableciendo normas que concilien lo ético y lo moral con lo posible y lo plausible.
Los animales matan para comer y comen para sobrevivir. El ser humano, superada su animalidad, puede matar también por placer, para su disfrute. La sociedad lo acepta y el Estado lo regula. Quede para el que cree en la vida el derecho a respetarla y defenderla. Es un derecho que, al margen de imposiciones, Pájaro bobo hace suyo.
Dos preguntas ingenuas e intempestivas:
¿Es de una mujer todo lo que está en su cuerpo?
¿Tiene derecho una mujer a disponer libremente de lo que está en su cuerpo?